viernes, 24 de mayo de 2013

José Altuve aspira a convertirse en otro Dustin Pedroia.

Brian T. Smith. 28-04-2013. Houston Chronicle. Boston . Era una mañana primaveral, brillante y despejada en Fenway Park, historia diaria, y un estadio próximo a vender todas sus localidades con devotos aficionados de los Medias Rojas listos para ver a su equipo. Pero la noche sabatina había significado otra derrota para los Astros de Houston. Y sólo 12 horas después de encajar el castigo de Boston, y del subsecuente mitin del manager Bo Porter, los Astros recibieron el mensaje el domingo temprano, había que seguir intentando evitar la barrida de la serie de cuatro juegos. La práctica de bateo previa al juego fue una especie de tarea. Un veterano bromeó en una pausa breve sobre su bronceado. Hasta el usualmente atribulado Porter habló de ganar al menos un juego de la serie para salvar la honra y luego tomar el avión a Nueva York. Mientras una colección de jugadores de los Astros mataban el tiempo cerca del dugout de tercera base, el segunda base José Altuve se mantuvo golpeando el centro de su guante con el puño. Reía, hablaba en un inglés deficiente y bromeaba con sus compañeros latinoamericanos. Luego Altuve se fue, corrió hacia el infield para otra ronda de prácticas, el terrible abril de los Astros y el pobre juego de su equipo en reconstrucción fueron reemplazados por algo que Altuve disfruta mucho: el béisbol. "Es algo que de verdad me gusta hacer, la forma como disfruto la vida jugando béisbol. Me siento muy bien dentro del juego", dijo Altuve, quien se fue de 4-0 en la derrota dominical de los Astros 6-1, pero se ubica como cuarto mejor bateador de hits en las Grandes Ligas (33) y encabeza a los camareros en dobleplays (23). Sentirse bien, disfrutar la vida, jugar béisbol, cosas simples. Pero significan todo para Altuve. Y aunque él fácilmente ha sido el mejor jugador de los Astros en 2013 y continúa su sorprendente escalada en las Grandes Ligas, se pasó toda la serie ante los Medias Rojas aplicando el mismo simple y puro estilo de juego. Un retrato del segunda base de Boston Dustin Pedroia durante la barrida de los Medias Rojas a los Astros: uniforme sucio, lanzadas de pecho, saltos, carreras, esfuerzos, batazos, contacto, risas. Y ganar. El tres veces integrante del equipo Todos Estrellas y jugador más valioso de la Liga Americana en 2008, bateó de 14-7 con 3 dobles, 4 carreras empujadas y 3 boletos, para subir su promedio de .300 a .330 y rivalizar con David Ortíz como la chispa que enciende Fenway Park. "Dustin Pedroia me impresionó mucho antes de que viniese a Fenway Park. Siempre he admirado la forma como este tipo ha desarrollado su juego a lo largo de su carrera. Es tal cual como se habla de él", dijo Porter, quién relacionó el incandescente estilo de juego de Altuve y Pedroia con el de Bryce Harper. Jugar de la manera correcta Para lo críticos que cuestionan la sinceridad de esta manera apasionada de jugar, Porter dijo que la pregunta debería hacerse al contrario. "¿Que hay de malo con la gente que no juega así? Esa es una mejor pregunta", dijo Porter. "Porque cuando ves a Dustin Pedroia, cuando ves a José Altuve, entiendes porque esa es la manera como se supone deber ser jugado el béisbol. Y a todo aquel que no juegue así, deberíamos preguntarle '¿Por qué no?'" Mientras los Astros alternaron reportes de scouts con listas musicales dentro de su clubhouse el sábado, Pedroia encabezó las prácticas tempraneras de los Medias Rojas. Cuando los Astros comenzaron a ejercitarse poco a poco, Pedroia se sentó dentro del dugout de Boston, intercambió historias internas de béisbol con sus compañeros y continuó relajando a un equipo que cayó más abajo que cualquiera en la historia reciente del deporte. Cuando a un coach de los Astros de varias décadas de experiencia en el juego, le preguntaron el domingo sobre cuales peloteros aún jugaban por amor al juego y no sólo por dinero, el nombre de Pedroia apareció de inmediato. Cuando la devoción, el orgullo y lo que ves es lo que es, propios del segunda base de los Medias Rojas le fueron mencionados al camarero de los Astros, el Altuve que actua como niño se puso serio. "Esa es la forma correcta de jugar el beisbol. Me siento muy bien jugando contra él", dijo Altuve. "Definitivamente, él es uno de los mejores segunda base de las Grandes Ligas. Quiero llegar a ser como él algún día, exactamente como él". Admiración mutua. Pedroia tenía mucho trabajo que hacer. Los 10 minutos de relajación que encontró en el banco de Boston, estuvieron rodeados, de práctica defensiva, preparación, preguntas de los medios, práctica de bateo y el juego formal de pelota. Cuando le preguntaron a Pedroia si podía responder otra pregunta luego de su conversación privada en el dugout, fácilmente pudo haber declinado, correr de vuelta al campo y desaparecer en la seguridad de su mundo profesional. Tan pronto como fue mencionado el nombre de Altuve, Pedroia se detuvo en la salida del dugout de los Medias Rojas y empezó a conversar. "Él es un gran jugador", dijo Pedroia. "Sé que todo en mundo en el beísbol sabe que él es un jugador muy bueno". Altuve visualiza lo mejor de su futuro en Pedroia. Los Astros ven un mejor futuro posible con Altuve, quién está comenzando a convertir el potencial de su temporada de Todos Estrellas de 2012 en la realidad de ser considerado junto al shortstop Carlos Correa, la escogencia número 1 del draft amateur de 2012, como la pareja alrededor de segunda de los Astros en los años por venir. Pedroia ve a un verdadero beisbolista en Altuve. Sin drama, sin amagos, sin ilusión. Todo corazón. Y la magia de cierta vieja escuela que juega bien en un estadio de 101 años. "Él hace las pequeñas cosas para ayudar a ganar a su equipo. Es un ganador", dijo Pedroia. "Tipos como ese son extremadamente importantes y valiosos para los equipos ganadores". Traducción: Alfonso L. Tusa C.

¿Donde puede llegar Pablo Sandoval?

Las comparaciones muchas veces se convierten en odiosas cuando se comparan peloteros de diferentes épocas. Por ejemplo en el béisbol venezolano siempre se ha mencionado a Luis Camaleón García como el tercera base más completo de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y a Dámaso Blanco como el antesalista de mejor defensiva. Seguro hay otros defensores de la esquina caliente de otras épocas que puedan someterse a un careo con los números de García y Blanco. Por un lado están los números secos, por el otro las condiciones en que jugó cada cual. A medida que aumenta el espacio cronológico entre unos y otros, resulta más intrincada la comparación. La atenuante principal para enfrentar a esos peloteros resulta además de sus condiciones naturales, la dedicación y el empeño que esgrimen los peloteros del presente. Porque esos rasgos equilibran las diferencias del tiempo. Eso explica como en las discusiones actuales de cualquier grupo donde coexistan varias generaciones, al hablar del mejor tercera base venezolano de todos los tiempos, además de Camaleón García, Dámaso Blanco, puede resultar extraño escuchar el nombre de Pablo Sandoval, por cuanto aún le falta mucho por jugar, sin embargo abundan los comentarios de los entendidos del juego sobre su sorprendente defensa de la esquina caliente, tomando en cuenta las dificultades que ha confrontado por el volumen de su barriga. Se habla de su gran agilidad para atacar toques de pelota y su inmensa determinación para responder ante los truenos que salen hacia la raya o hacia el hueco. En cuanto a sus habilidades con el madero hay que reconocer que se encuentra entre los mejores 10 bateadores de la Liga Nacional en la actualidad. Como lo acota Jason Turnbow en un artículo de The New York times del 28-04-2013, “el antesalista de los Gigantes de San Francisco de swing libre y sonrisa perpetua, juega duro”, eso basta para entender porque muchos colocan desde ya a Sandoval al lado de García y Blanco entre los mejores. Es un bateador de bolas malas y cuerpo inadecuado, sin embargo el año pasado fue capaz de ganar el premio al jugador más valioso de la Serie Mundial y tambien fue el jugador más valioso de la serie final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. El episodio durante el cual se originó su apodo Kung Fu Panda, habla mucho de su versatilidad, empeño y entrega sobre un terreno de juego. En su primera temporada con los Gigantes, el equipo tuvo algunas dificultades con sus receptores y Sandoval se ofreció y terminó recibiendo varios encuentros, entre ellos varios de Barry Zito, quién ante la agilidad y el entusiasmo de Pablo, empezó a llamarlo Kung Fu Panda y hasta pedía que fuese su catcher cada vez que lanzaba. Esta temporada de 2013 una vez más se encuentra bateando sobre .300 y está entre los líderes impulsores de la Liga Nacional. El catcher Buster Posey dice que Sandoval tiene un gran balance, manos grandes y tremendo poder. El shortstop Brandon Crawford dice que la defensiva de Sandoval es subestimada. "La gente habla mucho de su peso, pero él se mueve bien", dijo Crawford. "Lo que él hace atléticamente es espectacular". La versatilidad de Sandoval va más allá de batear de cada lado del plato, también puede lanzar con ambas manos, aprendió a lanzar con su mano derecha. (Un zurdo natural, aprendió a lanzar con su mano derecha, la cual ahora usa exclusivamente, a los 9 años para jugar shortstop). Un poco la historia de otro gran tercera base: Brooks Robinson quién también aprendió a lanzar con la mano derecha. Aunque es quizás el mejor bateador de bolas malas desde Vladimir Guerrero, no se debe pasar por alto el hecho de que ahora es mucho más selectivo en el plato que hace dos temporadas. “Tiene una zona grande, pero no tan grande como antes”, dijo el manager de los Gigantes Bruce Bochy. Cada vez que el Panda se lanza hacia la raya de tercera para decapitar cualquier batazo candente entre el festival de bombas de chicle que mezcla con sus jugadas o si salta con agilidad ante un toque de sorpresa cerca del plato, viene a la mente la imagen de Dámaso Blanco y de Brooks Robinson. Si ajusta sus manos en el bate para pulsear lanzamientos fuera de la zona de strike hasta llevarlos a lo profundo de los jardines, entonces llegan memorias de Camaleón. Es el esfuerzo sostenido que hace Pablo Sandoval para mantener sus condiciones físicas y para mejorar sus posibilidades en un terreno de juego, lo que permite que su comparación con peloteros de otras épocas sea valedera. Alfonso L. Tusa C.