TOM WITHERS, AP Sports Writer
La camiseta con el número 41 colgaba varios metros más allá, Victor Martínez estaba sentado aturdido frente a su locker en el clubhouse de Cleveland por última vez. Apretó a su pequeño hijo contra su pecho y lloraron juntos.
El momento que temía, para el cual no estaba preparado, había llegado.
Martínez había sido cambiado por los Indios, el equipo que lo firmó como shortstop a los 17 años en Venezuela, lo formó y lo observó desarrollarse hasta ser una estrella.
Era hora de ir a Boston, para ayudar a los Medias Rojas a ganar otro banderín.
“Es difícil porque voy a dejar mi casa”, dijo con la voz entrecortada por la emoción. “Esta era mi casa. Es muy difícil”.
Poco antes de la hora límite para realizar cambios este viernes 31 de julio de 2009, los Medias Rojas consiguieron el gran bate que necesitaban al adquirir al versátil Martínez de los Indios en reconstrucción por el pitcher derecho Justin Masterson y los lanzadores de ligas menores Nick Hagadone y Bryan Price.
Martínez quién había paado toda su carrera en Cleveland, lloró luego que el gerente general Mark Shapiro le dijo había sido cambiado. Al principio del día, con los rumores de cambio calentándose, su hijo de 4 años del mismo nombre le preguntó a su papá: “¿Todavía somos Indios?”
Más tarde, luego de llegar a Progressive Field, Martínez le explicó a su hijo, quién usaba una réplica de la camiseta de su papá, que se mudarían de estadio.
“Me preguntó”, dijo Martínez. “¿Qué número vamos a usar?”
El cambio de Martínez, 30, es la segunda negociación importante realizada en 72 horas por los disgustados Indios, quienes enviaron al ganador del Cy Young, Cliff Lee a Filadelfia el miércoles a cambio de varios prospectos.
Martínez sale de Cleveland un día antes que los Indios celebraran la noche del Bobblehead de Victor Martínez. Antes del juego del viernes, los trabajadores de una compañía publicitaria, removieron las pancartas en las afueras del parque que tenían la fotografía de Martínez.
Tan difícil como fue para Martínez, el cambio tambien fue doloroso para el Gerente General de Cleveland Mark Shapiro, director de ligas menores del equipo cuando firmaron a Martínez en 1996.
“En mis 18 años en el béisbol, no había tenido la oportunidad de estar alrededor de una gran persona, un tremendo compañero, un padre, esposo y amigo excepcional como Vic”, dijo Shapiro. “Obviamente la parte más difícil de este trabajo es balancear el lado personal con el lado de los negocios y el lado profesional. Ciertamente es un momento de reto personal para mí y nuestra organización”.
Martínez, quién tenía una opción de $ 7 millones para la próxima temporada, se mudará para una lucha por el banderín, se unirá a los Medias Rojas de Boston, segundos en el Este de la Liga Americana tras los Yanquis de Nueva York, pero lideran la carrera por el comodín.
“Todos saben que juego para ganar”, dijo Martínez, quién ha participado en 3 Juegos de Estrellas, empezó la temporada con un promedio vitalicio de .298. “Adoro este juego iré allá y haré lo mismo. Tan pronto como cruce la línea estaré concentrado en ganar. Quiero un anillo de Serie Mundial”.
Martínez compartirá la receptoría en Boston con Jason Varitek.
“Lo que estamos obteniendo con Victor es un bate ambidiestro de la mitad de la alineación, que puede quetchear, jugar primera y ser el designado”, dijo el manager de los Medias Rojas Terry Francona. “Es una pieza muy valiosa, hay muchas cosas importantes en Victor. Puede ayudar a descansar un poco a Tek (Varitek) y podemos hacer muchas cosas para atacar al mejor pitcheo de la liga”.
Los Medias Rojas no salieron de Clay Buchholz, uno de sus principales prospectos de pitcheo, en el cambio de Martínez, pero entregaron tres brazos de calidad.
El cambio de Martínez completó una serie de cambios de los Indios, quienes han adquirido 11 peloteros, 9 pitchers, en 5 cambios desde el 27 de junio.
Cleveland, que empezó el fin de semana a 12 juegos de la punta en el Centro de la Liga Americana, ha recortado cerca de $ 25 millones en pago de nómina al cambiar a Lee, Martínez, el tercera base Mark DeRosa, el relevista Rafael Betancourt y el primera base Ryan Garko.
“Cuando no tienes buenos resultados, las cosas se van a desarrollar de esta manera”, dijo el center fielder de los Indios Grady Sizemore. “Ahora hay que empezar desde cero”.
Shapiro rechazó la noción de que los Indios hicieron cambios que destartalaron el equipo y dijo que siente que añadieron peloteros de calidad a un equipo que puede competir la próxima temporada en la débil división Central de la Liga Americana.
“Pienso que no hay una buena razón para no ser optimista”, dijo Shapiro.
El versátil Masterson fue la escogencia de la segunda ronda de Boston en 2006. Tuvo marca de 3-3 con 4.50 de efectividad en 31 apariciones, incluyendo 6 aperturas para los Medias Rojas esta temporada. El espigado derecho fue una pieza importante para los Medias Rojas en los play offs del año pasado, dejó marca de 6-5 con 3.16 de efectividad en 36 juegos después de haber sido llamado de las menores.
Shapiro dijo que Masterson será llamado el sábado e inmediatamente se unirá a la rotación de abridores.
Masterson, quién creció en Ohio, tuvo emociones encontradas al cambiar de equipo.
“Agridulce es la palabra”, dijo en Baltimore antes que los Medias Rojas enfrentaran a los Orioles. “Regresaré a donde crecí, pero dejaré una gran organización. Fue una gran experiencia haber jugado aquí, pero todavía tendré otra gran oportunidad”.
Hagadone, 23, ha lanzado por etapas luego de haber sido drafteado número 55 en la general por los Medias Rojas en 2007. Perdió la mayor parte de la temporada 2008 debido a una operación de Tommy John y esta temporada solo ha trabajado 25 innings, tiene marca de 0-2 con 2.52 de efectividad en el Greenville Clase A.
Price fue el drafteado 45 del draft de 2008. El derecho de 22 años ha tenido dificultades en sus 2 primeros años como profesional, tiene marca combinada de 5-11, 4.42 de efectividad en 31 salidas.
Esta es la segunda temporada seguida que los Medias Rojas hacen un gran cambio en la fecha límite de transacciones. El año pasado, negociaron a Manny Ramírez y obtuvieron a Jason Bay.
El gerente general de Boston, Theo Epstein, ha estado activo este mes. Cambió al short stop Julio Lugo a San Luis por el jugador de ligas menores Chris Duncan. Consiguió al outfielder Brian Anderson de los Medias Blancas de Chicago por el infielder Mark Kotsay y adquirió al primera base Adam LaRoche de Pittsburgh por 2 prospectos. LaRoche fue cambiado este viernes a los Bravos de Atlanta por el primera base Casey Kotchman.
Pero un cambio más grande, por el as de Toronto, Roy Halladay, se cayó porque los Azulejos pidieron a Clay Buchholz y Daniel Bard.
Jimmy Golen en Boston y David Ginsburg en Baltimore, contribuyeron con este reporte.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
viernes, 31 de julio de 2009
Los Medias Rojas obtienen al jugador Todos Estrellas Victor Martínez, de los Indios
TOM WITHERS, AP Sports Writer
La camiseta con el número 41 colgaba varios metros más allá, Victor Martínez estaba sentado aturdido frente a su locker en el clubhouse de Cleveland por última vez. Apretó a su pequeño hijo contra su pecho y lloraron juntos.
El momento que temía, para el cual no estaba preparado, había llegado.
Martínez había sido cambiado por los Indios, el equipo que lo firmó como shortstop a los 17 años en Venezuela, lo formó y lo observó desarrollarse hasta ser una estrella.
Era hora de ir a Boston, para ayudar a los Medias Rojas a ganar otro banderín.
“Es difícil porque voy a dejar mi casa”, dijo con la voz entrecortada por la emoción. “Esta era mi casa. Es muy difícil”.
Poco antes de la hora límite para realizar cambios este viernes 31 de julio de 2009, los Medias Rojas consiguieron el gran bate que necesitaban al adquirir al versátil Martínez de los Indios en reconstrucción por el pitcher derecho Justin Masterson y los lanzadores de ligas menores Nick Hagadone y Bryan Price.
Martínez quién había paado toda su carrera en Cleveland, lloró luego que el gerente general Mark Shapiro le dijo había sido cambiado. Al principio del día, con los rumores de cambio calentándose, su hijo de 4 años del mismo nombre le preguntó a su papá: “¿Todavía somos Indios?”
Más tarde, luego de llegar a Progressive Field, Martínez le explicó a su hijo, quién usaba una réplica de la camiseta de su papá, que se mudarían de estadio.
“Me preguntó”, dijo Martínez. “¿Qué número vamos a usar?”
El cambio de Martínez, 30, es la segunda negociación importante realizada en 72 horas por los disgustados Indios, quienes enviaron al ganador del Cy Young, Cliff Lee a Filadelfia el miércoles a cambio de varios prospectos.
Martínez sale de Cleveland un día antes que los Indios celebraran la noche del Bobblehead de Victor Martínez. Antes del juego del viernes, los trabajadores de una compañía publicitaria, removieron las pancartas en las afueras del parque que tenían la fotografía de Martínez.
Tan difícil como fue para Martínez, el cambio tambien fue doloroso para el Gerente General de Cleveland Mark Shapiro, director de ligas menores del equipo cuando firmaron a Martínez en 1996.
“En mis 18 años en el béisbol, no había tenido la oportunidad de estar alrededor de una gran persona, un tremendo compañero, un padre, esposo y amigo excepcional como Vic”, dijo Shapiro. “Obviamente la parte más difícil de este trabajo es balancear el lado personal con el lado de los negocios y el lado profesional. Ciertamente es un momento de reto personal para mí y nuestra organización”.
Martínez, quién tenía una opción de $ 7 millones para la próxima temporada, se mudará para una lucha por el banderín, se unirá a los Medias Rojas de Boston, segundos en el Este de la Liga Americana tras los Yanquis de Nueva York, pero lideran la carrera por el comodín.
“Todos saben que juego para ganar”, dijo Martínez, quién ha participado en 3 Juegos de Estrellas, empezó la temporada con un promedio vitalicio de .298. “Adoro este juego iré allá y haré lo mismo. Tan pronto como cruce la línea estaré concentrado en ganar. Quiero un anillo de Serie Mundial”.
Martínez compartirá la receptoría en Boston con Jason Varitek.
“Lo que estamos obteniendo con Victor es un bate ambidiestro de la mitad de la alineación, que puede quetchear, jugar primera y ser el designado”, dijo el manager de los Medias Rojas Terry Francona. “Es una pieza muy valiosa, hay muchas cosas importantes en Victor. Puede ayudar a descansar un poco a Tek (Varitek) y podemos hacer muchas cosas para atacar al mejor pitcheo de la liga”.
Los Medias Rojas no salieron de Clay Buchholz, uno de sus principales prospectos de pitcheo, en el cambio de Martínez, pero entregaron tres brazos de calidad.
El cambio de Martínez completó una serie de cambios de los Indios, quienes han adquirido 11 peloteros, 9 pitchers, en 5 cambios desde el 27 de junio.
Cleveland, que empezó el fin de semana a 12 juegos de la punta en el Centro de la Liga Americana, ha recortado cerca de $ 25 millones en pago de nómina al cambiar a Lee, Martínez, el tercera base Mark DeRosa, el relevista Rafael Betancourt y el primera base Ryan Garko.
“Cuando no tienes buenos resultados, las cosas se van a desarrollar de esta manera”, dijo el center fielder de los Indios Grady Sizemore. “Ahora hay que empezar desde cero”.
Shapiro rechazó la noción de que los Indios hicieron cambios que destartalaron el equipo y dijo que siente que añadieron peloteros de calidad a un equipo que puede competir la próxima temporada en la débil división Central de la Liga Americana.
“Pienso que no hay una buena razón para no ser optimista”, dijo Shapiro.
El versátil Masterson fue la escogencia de la segunda ronda de Boston en 2006. Tuvo marca de 3-3 con 4.50 de efectividad en 31 apariciones, incluyendo 6 aperturas para los Medias Rojas esta temporada. El espigado derecho fue una pieza importante para los Medias Rojas en los play offs del año pasado, dejó marca de 6-5 con 3.16 de efectividad en 36 juegos después de haber sido llamado de las menores.
Shapiro dijo que Masterson será llamado el sábado e inmediatamente se unirá a la rotación de abridores.
Masterson, quién creció en Ohio, tuvo emociones encontradas al cambiar de equipo.
“Agridulce es la palabra”, dijo en Baltimore antes que los Medias Rojas enfrentaran a los Orioles. “Regresaré a donde crecí, pero dejaré una gran organización. Fue una gran experiencia haber jugado aquí, pero todavía tendré otra gran oportunidad”.
Hagadone, 23, ha lanzado por etapas luego de haber sido drafteado número 55 en la general por los Medias Rojas en 2007. Perdió la mayor parte de la temporada 2008 debido a una operación de Tommy John y esta temporada solo ha trabajado 25 innings, tiene marca de 0-2 con 2.52 de efectividad en el Greenville Clase A.
Price fue el drafteado 45 del draft de 2008. El derecho de 22 años ha tenido dificultades en sus 2 primeros años como profesional, tiene marca combinada de 5-11, 4.42 de efectividad en 31 salidas.
Esta es la segunda temporada seguida que los Medias Rojas hacen un gran cambio en la fecha límite de transacciones. El año pasado, negociaron a Manny Ramírez y obtuvieron a Jason Bay.
El gerente general de Boston, Theo Epstein, ha estado activo este mes. Cambió al short stop Julio Lugo a San Luis por el jugador de ligas menores Chris Duncan. Consiguió al outfielder Brian Anderson de los Medias Blancas de Chicago por el infielder Mark Kotsay y adquirió al primera base Adam LaRoche de Pittsburgh por 2 prospectos. LaRoche fue cambiado este viernes a los Bravos de Atlanta por el primera base Casey Kotchman.
Pero un cambio más grande, por el as de Toronto, Roy Halladay, se cayó porque los Azulejos pidieron a Clay Buchholz y Daniel Bard.
Jimmy Golen en Boston y David Ginsburg en Baltimore, contribuyeron con este reporte.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
La camiseta con el número 41 colgaba varios metros más allá, Victor Martínez estaba sentado aturdido frente a su locker en el clubhouse de Cleveland por última vez. Apretó a su pequeño hijo contra su pecho y lloraron juntos.
El momento que temía, para el cual no estaba preparado, había llegado.
Martínez había sido cambiado por los Indios, el equipo que lo firmó como shortstop a los 17 años en Venezuela, lo formó y lo observó desarrollarse hasta ser una estrella.
Era hora de ir a Boston, para ayudar a los Medias Rojas a ganar otro banderín.
“Es difícil porque voy a dejar mi casa”, dijo con la voz entrecortada por la emoción. “Esta era mi casa. Es muy difícil”.
Poco antes de la hora límite para realizar cambios este viernes 31 de julio de 2009, los Medias Rojas consiguieron el gran bate que necesitaban al adquirir al versátil Martínez de los Indios en reconstrucción por el pitcher derecho Justin Masterson y los lanzadores de ligas menores Nick Hagadone y Bryan Price.
Martínez quién había paado toda su carrera en Cleveland, lloró luego que el gerente general Mark Shapiro le dijo había sido cambiado. Al principio del día, con los rumores de cambio calentándose, su hijo de 4 años del mismo nombre le preguntó a su papá: “¿Todavía somos Indios?”
Más tarde, luego de llegar a Progressive Field, Martínez le explicó a su hijo, quién usaba una réplica de la camiseta de su papá, que se mudarían de estadio.
“Me preguntó”, dijo Martínez. “¿Qué número vamos a usar?”
El cambio de Martínez, 30, es la segunda negociación importante realizada en 72 horas por los disgustados Indios, quienes enviaron al ganador del Cy Young, Cliff Lee a Filadelfia el miércoles a cambio de varios prospectos.
Martínez sale de Cleveland un día antes que los Indios celebraran la noche del Bobblehead de Victor Martínez. Antes del juego del viernes, los trabajadores de una compañía publicitaria, removieron las pancartas en las afueras del parque que tenían la fotografía de Martínez.
Tan difícil como fue para Martínez, el cambio tambien fue doloroso para el Gerente General de Cleveland Mark Shapiro, director de ligas menores del equipo cuando firmaron a Martínez en 1996.
“En mis 18 años en el béisbol, no había tenido la oportunidad de estar alrededor de una gran persona, un tremendo compañero, un padre, esposo y amigo excepcional como Vic”, dijo Shapiro. “Obviamente la parte más difícil de este trabajo es balancear el lado personal con el lado de los negocios y el lado profesional. Ciertamente es un momento de reto personal para mí y nuestra organización”.
Martínez, quién tenía una opción de $ 7 millones para la próxima temporada, se mudará para una lucha por el banderín, se unirá a los Medias Rojas de Boston, segundos en el Este de la Liga Americana tras los Yanquis de Nueva York, pero lideran la carrera por el comodín.
“Todos saben que juego para ganar”, dijo Martínez, quién ha participado en 3 Juegos de Estrellas, empezó la temporada con un promedio vitalicio de .298. “Adoro este juego iré allá y haré lo mismo. Tan pronto como cruce la línea estaré concentrado en ganar. Quiero un anillo de Serie Mundial”.
Martínez compartirá la receptoría en Boston con Jason Varitek.
“Lo que estamos obteniendo con Victor es un bate ambidiestro de la mitad de la alineación, que puede quetchear, jugar primera y ser el designado”, dijo el manager de los Medias Rojas Terry Francona. “Es una pieza muy valiosa, hay muchas cosas importantes en Victor. Puede ayudar a descansar un poco a Tek (Varitek) y podemos hacer muchas cosas para atacar al mejor pitcheo de la liga”.
Los Medias Rojas no salieron de Clay Buchholz, uno de sus principales prospectos de pitcheo, en el cambio de Martínez, pero entregaron tres brazos de calidad.
El cambio de Martínez completó una serie de cambios de los Indios, quienes han adquirido 11 peloteros, 9 pitchers, en 5 cambios desde el 27 de junio.
Cleveland, que empezó el fin de semana a 12 juegos de la punta en el Centro de la Liga Americana, ha recortado cerca de $ 25 millones en pago de nómina al cambiar a Lee, Martínez, el tercera base Mark DeRosa, el relevista Rafael Betancourt y el primera base Ryan Garko.
“Cuando no tienes buenos resultados, las cosas se van a desarrollar de esta manera”, dijo el center fielder de los Indios Grady Sizemore. “Ahora hay que empezar desde cero”.
Shapiro rechazó la noción de que los Indios hicieron cambios que destartalaron el equipo y dijo que siente que añadieron peloteros de calidad a un equipo que puede competir la próxima temporada en la débil división Central de la Liga Americana.
“Pienso que no hay una buena razón para no ser optimista”, dijo Shapiro.
El versátil Masterson fue la escogencia de la segunda ronda de Boston en 2006. Tuvo marca de 3-3 con 4.50 de efectividad en 31 apariciones, incluyendo 6 aperturas para los Medias Rojas esta temporada. El espigado derecho fue una pieza importante para los Medias Rojas en los play offs del año pasado, dejó marca de 6-5 con 3.16 de efectividad en 36 juegos después de haber sido llamado de las menores.
Shapiro dijo que Masterson será llamado el sábado e inmediatamente se unirá a la rotación de abridores.
Masterson, quién creció en Ohio, tuvo emociones encontradas al cambiar de equipo.
“Agridulce es la palabra”, dijo en Baltimore antes que los Medias Rojas enfrentaran a los Orioles. “Regresaré a donde crecí, pero dejaré una gran organización. Fue una gran experiencia haber jugado aquí, pero todavía tendré otra gran oportunidad”.
Hagadone, 23, ha lanzado por etapas luego de haber sido drafteado número 55 en la general por los Medias Rojas en 2007. Perdió la mayor parte de la temporada 2008 debido a una operación de Tommy John y esta temporada solo ha trabajado 25 innings, tiene marca de 0-2 con 2.52 de efectividad en el Greenville Clase A.
Price fue el drafteado 45 del draft de 2008. El derecho de 22 años ha tenido dificultades en sus 2 primeros años como profesional, tiene marca combinada de 5-11, 4.42 de efectividad en 31 salidas.
Esta es la segunda temporada seguida que los Medias Rojas hacen un gran cambio en la fecha límite de transacciones. El año pasado, negociaron a Manny Ramírez y obtuvieron a Jason Bay.
El gerente general de Boston, Theo Epstein, ha estado activo este mes. Cambió al short stop Julio Lugo a San Luis por el jugador de ligas menores Chris Duncan. Consiguió al outfielder Brian Anderson de los Medias Blancas de Chicago por el infielder Mark Kotsay y adquirió al primera base Adam LaRoche de Pittsburgh por 2 prospectos. LaRoche fue cambiado este viernes a los Bravos de Atlanta por el primera base Casey Kotchman.
Pero un cambio más grande, por el as de Toronto, Roy Halladay, se cayó porque los Azulejos pidieron a Clay Buchholz y Daniel Bard.
Jimmy Golen en Boston y David Ginsburg en Baltimore, contribuyeron con este reporte.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Dewayne Wise da la victoria a los Medias Blancas con sencillo para derrotar 3-2 a los Yanquis
Chicago (AP). El pasado jueves 23 de julio, Dewayne Wise impresionó a sus compañeros al realizar una atrapada espectacular contra la pared para ayudar a asegurar el juego perfecto de Mark Buehrle. Una semana después lo hizo desde el plato para ayudar a vencer al mejor equipo de la Liga Americana.
Después que el relevista de los Medias Blancas, Matt Thornton permitiera un jonrón a Nick Swisher en el noveno para igualar el juego 2-2, Wise, quién de nuevo entró como reemplazo defensivo, bateó un sencillo impulsor para ganar el juego en el cierre de esa entrada. Chicago venció 3-2 a los Yanquis este jueves 30 de julio de 2009 por la noche.
“No puedo decir lo suficiente sobre como Dewayne entra al final de los juegos y tiene esas grandes actuaciones para nosotros”, dijo el tercera base de los Medias Blancas Gordon Beckham. “Nadie quería ir a extra-inning porque estábamos muy deprimidos por ese jonrón, obviamente él nos salvó otra vez. Eso es un tributo para él como jugador”.
Swisher empató el juego en la apertura del noveno con jonrón a la izquierda después que los Yanquis quedaron en desventaja 2-1 en el séptimo inning, gracias a una defensa defectuosa. Con la victoria de los Medias Rojas, la ventaja de los Yanquis se redujo a 2.5 juegos.
Luego de una miserable gira de 1-6, los Medias Blancas anotaron una carrera impulsada por doble de Beckham en el tercer inning y Chicago ganó sólo por segunda vez en 8 juegos.
Jim Thome sencilleó con un out en el noveno ante el relevista de los Yanquis, Phil Hughes (4-3), quién no había permitido anotaciones en sus últimas 16 apariciones.
Paul Konerko siguió con sencillo. Phil Coke relevó a Hughes y retiró a A.J. Pierzynski. Entonces Wise conectó la línea imparable al centro que remolcó al corredor emergente Scott Posednik desde segunda y terminó la seguidilla de Hughes en 25.1 innings.
“Estaba buscando algo que pudiera manejar para dirigirla por el medio. Vino una recta cortada o a una slider y fui capaz de esperarla y batear una línea por el medio”, dijo Wise.
Wise perdió un mes a principios de temporada debido a la separación de su hombro izquierdo. También ha tenido momentos difíciles en el plato, pero se ha hecho respetar en la última semana.
“Esa es una de las razones por las que lo tenemos aquí. Pensamos que puede jugar como lo ha estado haciendo y todo ha salido muy bien para él”, dijo el manager de los Medias Blancas, Ozzie Guillén.
El gobernador de Illinois declaró el jueves, el día de Mark Buehrle, en honor a su juego perfecto.
“Le dije a Buehrle, hoy es el día de Mark Buehrle, esperamos poder seguir con este impulso por un buen rato”, dijo Wise.
Después de ponchar los dos primeros bateadores en el noveno inning, Matt Thornton (5-2), le permitió el jonrón a Swisher, el antíguo bateador ambidiestro de los Medias Blancas para igualar el juego a 2. Swisher fue cambiado durante el receso a los Yanquis luego de discutir con Guillén sobre como era utilizado, a finales temporada.
“Cuando se tiene enfrente un tipo como Matt Thornton, se siente como si estuviera lanzando 120 millas. Sólo estaba tratando de hacer contacto”, dijo Swisher. “Tal vez tuve suerte, pero lo hice”.
El abridor de los Medias Blancas, Gavin Floyd, utilizó una curva lenta para conseguir 7 de sus 10 ponches con el tercer strike cantado. Sólo permitió una carrera con 4 hits y caminó 1 en 7.2 innings.
“Con un tipo como Floyd, ninguna pelota parecía recta”, dijo Swisher.
Los Yanquis desaprovecharon un gran trabajo de Andy Pettite, quién fue afectado por 2 errores, uno del pitcher, en el séptimo capítulo.
Thome bateó un rolling lento por la raya de primera para iniciar el inning, Pettite se resbaló en la grama cuando tocó la pelota con su guante en territorio bueno. La bola escapó de su alcance y Thome se embasó por error.
Un out después, Pierzynski bateó un rolling fuerte al tercera base Alex Rodríguez. La bola salió del guante de Rodríguez cuando este se movía a su izquierda. La jugada fue considerada error originalmente pero luego fue cambiada a hit.
Hughes relevó con un out, y obligó a Carlos Quentin a roletear por tercera, una pelota para un potencial dobleplay. Pero Pierzynski se deslizó en segunda y dejó fuera de balance al segunda base Robinson Canó, lo cual ocasionó un tiró errático a primera base. Thome anotó para poner la pizarra 2-1.
“Él estaba sobre mí, pero sólo tenía cuatro dedos sobre la pelota, por eso fue que no hice un buen disparo”, dijo Canó. “Si hubiera tenido bien agarrada la pelota, le pude haber golpeado en la boca”.
Perttite permitió 2 carreras, 1 limpia, con 5 hits, sin boletos. Sólo ha ganado una vez en sus últimas 7 aperturas.
Traducción: Alñfonso L. Tusa C.
Después que el relevista de los Medias Blancas, Matt Thornton permitiera un jonrón a Nick Swisher en el noveno para igualar el juego 2-2, Wise, quién de nuevo entró como reemplazo defensivo, bateó un sencillo impulsor para ganar el juego en el cierre de esa entrada. Chicago venció 3-2 a los Yanquis este jueves 30 de julio de 2009 por la noche.
“No puedo decir lo suficiente sobre como Dewayne entra al final de los juegos y tiene esas grandes actuaciones para nosotros”, dijo el tercera base de los Medias Blancas Gordon Beckham. “Nadie quería ir a extra-inning porque estábamos muy deprimidos por ese jonrón, obviamente él nos salvó otra vez. Eso es un tributo para él como jugador”.
Swisher empató el juego en la apertura del noveno con jonrón a la izquierda después que los Yanquis quedaron en desventaja 2-1 en el séptimo inning, gracias a una defensa defectuosa. Con la victoria de los Medias Rojas, la ventaja de los Yanquis se redujo a 2.5 juegos.
Luego de una miserable gira de 1-6, los Medias Blancas anotaron una carrera impulsada por doble de Beckham en el tercer inning y Chicago ganó sólo por segunda vez en 8 juegos.
Jim Thome sencilleó con un out en el noveno ante el relevista de los Yanquis, Phil Hughes (4-3), quién no había permitido anotaciones en sus últimas 16 apariciones.
Paul Konerko siguió con sencillo. Phil Coke relevó a Hughes y retiró a A.J. Pierzynski. Entonces Wise conectó la línea imparable al centro que remolcó al corredor emergente Scott Posednik desde segunda y terminó la seguidilla de Hughes en 25.1 innings.
“Estaba buscando algo que pudiera manejar para dirigirla por el medio. Vino una recta cortada o a una slider y fui capaz de esperarla y batear una línea por el medio”, dijo Wise.
Wise perdió un mes a principios de temporada debido a la separación de su hombro izquierdo. También ha tenido momentos difíciles en el plato, pero se ha hecho respetar en la última semana.
“Esa es una de las razones por las que lo tenemos aquí. Pensamos que puede jugar como lo ha estado haciendo y todo ha salido muy bien para él”, dijo el manager de los Medias Blancas, Ozzie Guillén.
El gobernador de Illinois declaró el jueves, el día de Mark Buehrle, en honor a su juego perfecto.
“Le dije a Buehrle, hoy es el día de Mark Buehrle, esperamos poder seguir con este impulso por un buen rato”, dijo Wise.
Después de ponchar los dos primeros bateadores en el noveno inning, Matt Thornton (5-2), le permitió el jonrón a Swisher, el antíguo bateador ambidiestro de los Medias Blancas para igualar el juego a 2. Swisher fue cambiado durante el receso a los Yanquis luego de discutir con Guillén sobre como era utilizado, a finales temporada.
“Cuando se tiene enfrente un tipo como Matt Thornton, se siente como si estuviera lanzando 120 millas. Sólo estaba tratando de hacer contacto”, dijo Swisher. “Tal vez tuve suerte, pero lo hice”.
El abridor de los Medias Blancas, Gavin Floyd, utilizó una curva lenta para conseguir 7 de sus 10 ponches con el tercer strike cantado. Sólo permitió una carrera con 4 hits y caminó 1 en 7.2 innings.
“Con un tipo como Floyd, ninguna pelota parecía recta”, dijo Swisher.
Los Yanquis desaprovecharon un gran trabajo de Andy Pettite, quién fue afectado por 2 errores, uno del pitcher, en el séptimo capítulo.
Thome bateó un rolling lento por la raya de primera para iniciar el inning, Pettite se resbaló en la grama cuando tocó la pelota con su guante en territorio bueno. La bola escapó de su alcance y Thome se embasó por error.
Un out después, Pierzynski bateó un rolling fuerte al tercera base Alex Rodríguez. La bola salió del guante de Rodríguez cuando este se movía a su izquierda. La jugada fue considerada error originalmente pero luego fue cambiada a hit.
Hughes relevó con un out, y obligó a Carlos Quentin a roletear por tercera, una pelota para un potencial dobleplay. Pero Pierzynski se deslizó en segunda y dejó fuera de balance al segunda base Robinson Canó, lo cual ocasionó un tiró errático a primera base. Thome anotó para poner la pizarra 2-1.
“Él estaba sobre mí, pero sólo tenía cuatro dedos sobre la pelota, por eso fue que no hice un buen disparo”, dijo Canó. “Si hubiera tenido bien agarrada la pelota, le pude haber golpeado en la boca”.
Perttite permitió 2 carreras, 1 limpia, con 5 hits, sin boletos. Sólo ha ganado una vez en sus últimas 7 aperturas.
Traducción: Alñfonso L. Tusa C.
jueves, 30 de julio de 2009
Sencillo de Randy Winn en el décimo inning le da la victoria a los Giagantes 1-0 ante los Piratas.
JANIE McCAULEY, AP Sports Writer
San Francisco. (AP). Matt Cain, el por mucho tiempo pitcher de mala suerte con poco respaldo de carreras, de pronto no necesita tanto respaldo.
Ha estado muy dominante.
Cain lanzó 9 episodios de blanqueo pero salió del juego sin decisión. Eso no le importa debido a que San Francisco ganó.
Una línea imparable de Winn por toda la línea de primera base trajo la carrera de la victoria con 2 outs y los Gigantes derrotaron a los Piratas de Pittsburgh 1-0 este miércoles 29 de julio de 2009 para completar una barrida de 3 juegos luego de una gira con marca de 3-7.
“Fue muy importante para nosotros. De verdad lo necesitábamos”, dijo Cain.
Luego de la impresionante demostración de Cain, Brian Wilson (3-4) trabajó en el décimo episodio para apuntarse la victoria. Esto completó la primera barrida de los Gigantes ante Pittsburgh en su estadio frente al mar, desde la serie entre el 31 de julio y el 02 de agosto de 2001.
San Francisco anotó contra Matt Capps (2-6). Eugenio Velez empezó todo con sencillo para abrir el inning. Pasó a segunda mediante jugada de sacrificio y anotó con el único hit de Winn en 5 turnos y su primer imparable ganador de juego desde el 06 de agosto de 2007.
Los Piratas perdieron su quinto encuentro seguido para terminar una gira con marca de 1-7.
“Matt estuvo magnífico hoy”, dijo el manager de los Gigantes Bruce bochy. Salió y lanzó otra joya. Ganamos el juego por él aunque no se apuntó el triunfo”.
Después del juego, San Francisco adquirió al segunda base de Pittsburgh que asistió al Juego de las Estrellas, Freddy Sánchez, por el pitcher de ligas menores Tim Alderson. El cuerpo médico de los Gigantes examinó dos veces a Sánchez para asegurarse de que su delicada rodilla izquierda estuviese en buenas condiciones. Sánchez se resintió en el juego del lunes y no vio acción en toda esta serie. Lo cual le dio a los médicos de San Francisco tiempo suficiente para evaluarlo. También estuvo sentado en el juego del viernes ante Arizona.
Los Piratas habían cambiado al campocorto Jack Wilson y al pitcher Ian Snell a los Marineros de Seattle, temprano en el día, este miércoles, por el short stop Ronny Cedeño, el catcher de Triple A Jeff Clement y tres pitchers de ligas menores.
Cain, llamado al Juego de Estrellas, pero no pudo asistir por lesión en el brazo, ponchó 4 y caminó 2, en una impresionante salida de 111 lanzamientos. Perdió la oportunidad de conseguir su victoria 13, con lo cual hubiera igualado su tope en las mayores, logrado en su destacada temporada de novato en 2006. No ha perdido en seis aperturas desde una derrota en Milwaukee el 26 de junio.
“No sé si estoy haciendo algo diferente”, dijo Cain. “Estoy tratando de mejorar estando más enfocado, pienso que eso me ha ayudado mucho”.
Después de irse de 4-0 en su debut con los Gigantes la noche del martes, el inicialista Ryan Garko logró su primer imparable con su nuevo equipo, un sencillo en el segundo acto. Garko llegó a San Francisco desde Cleveland en un cambio el lunes.
El zurdo de los Piratas, Zach Duke, se enfrascó en duelo de pitcheo con Cain, salió de varios aprietos para mantener el empate a 0. Los Gigantes amenazaron en el segundo, cuarto, quinto y séptimo innings.
Pero Duke no pudo obtener la décima victoria, tope para un pitcher de los Piratas, la cual igualaría el máximo de su acrrera logrado en 2006.
“Fue una derrota dolorosa. Matt Cain estuvo en el tope de su juego otra vez”, dijo Duke. “Tuve que ser igual de dominante para retarlo y darnos alguna oportunidad, así que por lo menos fue un juego apretado donde dí lo mejor”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
San Francisco. (AP). Matt Cain, el por mucho tiempo pitcher de mala suerte con poco respaldo de carreras, de pronto no necesita tanto respaldo.
Ha estado muy dominante.
Cain lanzó 9 episodios de blanqueo pero salió del juego sin decisión. Eso no le importa debido a que San Francisco ganó.
Una línea imparable de Winn por toda la línea de primera base trajo la carrera de la victoria con 2 outs y los Gigantes derrotaron a los Piratas de Pittsburgh 1-0 este miércoles 29 de julio de 2009 para completar una barrida de 3 juegos luego de una gira con marca de 3-7.
“Fue muy importante para nosotros. De verdad lo necesitábamos”, dijo Cain.
Luego de la impresionante demostración de Cain, Brian Wilson (3-4) trabajó en el décimo episodio para apuntarse la victoria. Esto completó la primera barrida de los Gigantes ante Pittsburgh en su estadio frente al mar, desde la serie entre el 31 de julio y el 02 de agosto de 2001.
San Francisco anotó contra Matt Capps (2-6). Eugenio Velez empezó todo con sencillo para abrir el inning. Pasó a segunda mediante jugada de sacrificio y anotó con el único hit de Winn en 5 turnos y su primer imparable ganador de juego desde el 06 de agosto de 2007.
Los Piratas perdieron su quinto encuentro seguido para terminar una gira con marca de 1-7.
“Matt estuvo magnífico hoy”, dijo el manager de los Gigantes Bruce bochy. Salió y lanzó otra joya. Ganamos el juego por él aunque no se apuntó el triunfo”.
Después del juego, San Francisco adquirió al segunda base de Pittsburgh que asistió al Juego de las Estrellas, Freddy Sánchez, por el pitcher de ligas menores Tim Alderson. El cuerpo médico de los Gigantes examinó dos veces a Sánchez para asegurarse de que su delicada rodilla izquierda estuviese en buenas condiciones. Sánchez se resintió en el juego del lunes y no vio acción en toda esta serie. Lo cual le dio a los médicos de San Francisco tiempo suficiente para evaluarlo. También estuvo sentado en el juego del viernes ante Arizona.
Los Piratas habían cambiado al campocorto Jack Wilson y al pitcher Ian Snell a los Marineros de Seattle, temprano en el día, este miércoles, por el short stop Ronny Cedeño, el catcher de Triple A Jeff Clement y tres pitchers de ligas menores.
Cain, llamado al Juego de Estrellas, pero no pudo asistir por lesión en el brazo, ponchó 4 y caminó 2, en una impresionante salida de 111 lanzamientos. Perdió la oportunidad de conseguir su victoria 13, con lo cual hubiera igualado su tope en las mayores, logrado en su destacada temporada de novato en 2006. No ha perdido en seis aperturas desde una derrota en Milwaukee el 26 de junio.
“No sé si estoy haciendo algo diferente”, dijo Cain. “Estoy tratando de mejorar estando más enfocado, pienso que eso me ha ayudado mucho”.
Después de irse de 4-0 en su debut con los Gigantes la noche del martes, el inicialista Ryan Garko logró su primer imparable con su nuevo equipo, un sencillo en el segundo acto. Garko llegó a San Francisco desde Cleveland en un cambio el lunes.
El zurdo de los Piratas, Zach Duke, se enfrascó en duelo de pitcheo con Cain, salió de varios aprietos para mantener el empate a 0. Los Gigantes amenazaron en el segundo, cuarto, quinto y séptimo innings.
Pero Duke no pudo obtener la décima victoria, tope para un pitcher de los Piratas, la cual igualaría el máximo de su acrrera logrado en 2006.
“Fue una derrota dolorosa. Matt Cain estuvo en el tope de su juego otra vez”, dijo Duke. “Tuve que ser igual de dominante para retarlo y darnos alguna oportunidad, así que por lo menos fue un juego apretado donde dí lo mejor”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Pitcher y cuarto bate
Vidal López: Un ídolo que se apaga.
Se cansó de ganar juegos en Puerto Rico, Cuba y México
Su promedio jamás bajó de los .300
Rolando Williams
La campaña de béisbol profesional de 1965 comienza. En las tribunas discuten sobre la calidad bateadora de Luis García, del Magallanes, mientras otros consideran a Victor Davalillo, como un hiteador más natural. Teolindo Acosta o Benítez Redondo no son olvidados en la procura de conseguir uno que cale con firmeza en el sentir de las mayorías. Nosotros oímos y a la hora de emitir nuestra opinión nos pronunciamos por Vidal López. La tertulia se prolonga, sin llegar a ningún acuerdo, solamente sabemos en claro que, Vidal junto a “Camaleón” García fueron los más fuertes empujadores de todos.
Vidal López es de los deportistas con carta de presentación propia. Nació en Rio Chico en el año 1918. Desde muy niño se dedicó a las prácticas de pelota sabanera, en las cuales su figura agigantada y su fuerte poder para chocar la bola, le hicieron fama entre los chiquillos del terruño. A los nueve años se trasladó a Caracas en compañía de sus familiares. Desde su arribo formó filas en el Valdespino infantil de Blanco Chataing. Vidal medía más de lo estipulado por la categoría. Su paso por el conjunto fue relativamente fugaz. Concluidos los primeros meses, se hizo necesario su ascenso al juvenil. Estaba sobrado de lote. Sus batazos eran muy fuertes y su brazo peligroso para sus compañeros.
Debutó en el juvenil vistiendo el uniforme del “Central BBC”. No fue distinta su actuación, sin embargo tuvo que guapear, porque la estatura de los jugadores era similar. Su desempeño fue sensacional. Pulió sus conocimientos donde el béisbol era fuerte. Entonces no existía profesionalismo, los ascensos se hacían escalando a segunda y primera categoría. Para el año 1936 defendía al Juan Bimba de primera división. Igual que en anteriores oportunidades, bateó, jugó y pitcheó al agrado del público. El conjunto era del coronel Gonzalo Gómez y defendía a la ciudad de Maracay. Un sueldo de 300 bolivares fue asignado a Vidal López. Para esa época, era de los mejorcito. Su estadía duro poco. Pasó al Vargas donde rindió una enormidad. Bateó sobre .500 puntos, promedio que en aquellos tiempos no era inalcanzable, se jugaba semanalmente, el campeonato consistía de pocos encuentros.
A todas estas, su nombre empezaba a ser conocido y requerido en el exterior. Cuba y Puerto Rico se mostraban animosos tras la fama de Vidal. Los dueños del Caguas de Puerto Rico lo contrataron para le temporada de 1940. Al principio dudó mucho en aceptar. La alternativa era quedarse vacante en Venezuela. La tentación de probar suerte en otras plazas inclinó al muchacho de Barlovento a viajar. Su debut con el Caguas fue todo un acontecimiento. Precedido de fama, Vidal repartió leña a diestra y siniestra. Lanzó como los grandes y el nombre deportivo de Venezuela quedó bien parado. Bateando, se erigió en el terror de los lanzadores. Pese a llegar con retardo, terminó sobre los .300 puntos y conectó una decena de cuadrangulares. Vidal recuerda haber enfrentado al gran Satchel Paige, en ese momento todo un señor del box. Sus curvas eran inmensas y se daba el lujo de pronosticar el resultado de sus juegos. Su bola rápida era asombrosa, sin embargo Vidal salió bien librado, al batearle de manera sobresaliente las veces que le enfrentó.
Joseíto Rodríguez quién se encontraba cumpliendo una gira con una selección de estrellas cubanas, quedó impresionado por la forma de jugar del criollo y le firmó un contrato junto a Carlos Terremoto Ascanio para defender los colores del Cienfuegos. Ascanio y Vidal se desempeñaron en plan grande. El bateo de Ascanio se hizo sentir luego de un largo slump, del cual resultó víctima Martín Dihigo. Ascanio le soltó dos triples y un jonrón. Con la desbandada de Ascanio la representación criolla en el país de la “rumba” estuvo en su apogeo. Vidal pitcheaba y su record ascendía paulatinamente. Toda la temporada su nombre apareció arriba en las estadísticas de pitcheo. Al final de la temporada su nombre aparecía como uno de los mejores paleadores con promedio de .290. Despachó 8 cuadrangulares y se anotó 10 victorias por 11 de Martín Dihigo. Fue declarado el más sobresaliente jugador extranjero que actuó en ese año. A raíz de esa actuación fueron declarados profesionales Carlos Ascanio, Alejandro Carrasquel y Vidal López, únicos criollos que trabajaban en el exterior.
Al regresar a Venezuela en 1940, firmó con el Magallanes de primera división. Todos querían ver los progresos obtenidos en los países vecinos. No los defraudó. Alternó como siempre en los jardines y en la caja de pitcheo.
Su bateo fue astronómico pues una vez más sobrepasó los .300 puntos. Al finalizar la campaña tenía contrato en Puerto Rico. En esta ocasión el equipo de Santurce requería de sus servicios. Este viaje marcaba su tercera incursión. Su desempeño al lado de peloteros de la tala de Joshua Gibson, Talua Dandridge, Monte Irvin, Johnny Mize, Buck Leonard, Perucho Cepeda (padre de Peruchín), Terry McDuffie, Davenport y otros, fue nota resaltante de la temporada borícua.
Bateó nuevamente sobre la ansiada marca y conectó 14 bambinazos. Hizo batería con “Trucutú” Gibson, de él guardó Vidal los más cálidos elogios. En una ocasión marcaron un record difícil de batir en el béisbol de la isla. En partido que perdieron con score de 20 por 19, Talua Dandridge, Gibson y Vidal batearon 8 jonrones. El nuestro y Gibson batearon 3 cada uno, el resto fue de Dandridge.
Su actuación fue catalogada de sensacional y pese a la calidad de importados que minaron ese béisbol, Vidal fue considerado entre los más destacados y de los 3 más útiles.
Su llegada fue motivo de júbilo para los fanáticos magallaneros, quienes tenían en Vidal a su principal ídolo. En la contienda de 1942 volvió a brillar. Derrochó coraje y se soltó a batear. Terminó la campaña sobre el potro de los .300 y lanzó primores. Su permanencia en el club marino alcanzó hasta 1955. Entregó sus mejores días. Coleccionó 32 cuadrangulares, 252 carreras empujadas y conectó para .307 de por vida.
En el 43, Vidal empezó a vivir su mejor época en el béisbol. Su rol de estelar en México lo convirtió en uno de los mejores peloteros que haya jugado en tierra azteca. Fue contratado para jugar con el Monterrey bajo indicación de Lázaro Salazar, conocido como el “príncipe de Belén”. Jugó durante cuatro temporadas en las cuales dejó records imbatibles. Se convirtió en ídolo de los fanáticos mexicanos, en tiempos cuando Joe Pasquel hacía de la pelota en ese país, la concentración más grande de estrellas del Caribe. Figuras cubanas, borícuas y norteamericanas desfilaron por los diamantes de México.
Las figuras de Vidal López y Alejandro Carrasquel, eran toda nuestra delegación pero brillaban a la par de contingentes más numerosos. En su primera presentación ante el exigente público “manito”, bateó para .360 con 16 jonrones y logrando nada menos que 17 victorias desde el montículo. Además ganó el título de mejor lanzador por efectividad, segundo mejor jonronero y tercero entre los bateadores del certamen. Con esta demostración se convirtió en un seguro competidor para la próxima temporada. En su segundo año repitió su campaña anterior. Ganó 15 juegos y bateó sobre los .300, además de largar 19 cuadrangulares. Figuró entre los tres mejores lanzadores, detrás de Agapito Mayor que ganó 20 y Martín Dihigo con 16. Empató con Salvador Hernández en el liderato de cuadrangulares.
En los años restantes Vidal consolidó su prestigio, al batear en ambas ocasiones sobre los .300. En el primero de los dos ganó 10 juegos y despachó 12 vuelacercas. El segundo fue el definitivo en su carrera como lanzador. En partido frente a Veracruz, jugaba en el left field. En el séptimo inning se embasaron los tres primeros bateadores. Lázaro en un esfuerzo por contener la arremetida, llamó a Vidal. Desde el comienzo del encuentro le había insinuado a su manager que tenía dolores en el brazo de lanzar. Acudió a la cita, se enfrentó a los poderosos toleteros, Talua Dandridge, quién para la mayoría de los expertos es el campocorto del equipo negro de todos los tiempos; Ramón Bragaña, conceptuado por los críticos y conocedores de la pelota cubiche como uno de sus máximos exponentes; y Roy Partlow, figura legendaria que combinaba el pitcheo y el bateo de manera excepcional, Partlow aparece, además, en el roster de las estrellas negras de todos los tiempos. Vidal abanicó a Dandridge y a Bragaña, mientras que el fuerte Partlow salió con inofensivo rodado a sus manos. La explosión en las gradas no se hizo esperar, pero cabizbajo y con un rictus de dolor, el criollo se metió en el dugout del Monterrey. Lázaro observó y auscultó a Vidal. Su traslado a Estados Unidos para operarse era un hecho. Sin embargo Vidal prefirió tratarse en su país. Fue un gran error y hoy en día lo reconoce.
Sus restantes campañas en Venezuela fueron a fuerza de leña limpia. Los Navegantes del Magallanes tuvieron en su alineación a peloteros de la talla de: Jim Pendleton, Mc Duffie, “Gaucho” Davis, H. McHenry, Walter Fialla, Monteiro, Luis García, Joe Black, Lloyd Davenport, Pete Coscarat, Clem Labine, Melvin Himes, Quincey Trouppe y el mismo Lázaro Salazar, quién compartía las posiciones de pitcher, primera base y outfielder, sin embargo, la estrella de toda su carrera como equipo, la constituyó el muchacho de Barlovento, Vidal López.
Hoy en día Vidal se encuentra relegado en el anonimato. Su peso, amigo de poder en otros tiempos, es hoy en día lo que lo sumerge en un lecho. Su equipo de toda la vida, el Magallanes, al que dedicó todos sus esfuerzos, lo tiene olvidado. En la mente del fanático golpean estas preguntas: ¿Dónde está el dinero que dejó el homenaje a Vidal López? ¿Por qué no se investiga su paradero? ¿Cuántos y quienes están enredados en ese asunto? ¿La Asociación de aquel entonces que cuentas presentó de lo regalado al de Barlovento? ¿Y será verdad lo que se dice de préstamos concedidos con lo recaudado, por parte de los integrantes de dicha Asociación?
Transcripción: Alfonso L. Tusa C.
Se cansó de ganar juegos en Puerto Rico, Cuba y México
Su promedio jamás bajó de los .300
Rolando Williams
La campaña de béisbol profesional de 1965 comienza. En las tribunas discuten sobre la calidad bateadora de Luis García, del Magallanes, mientras otros consideran a Victor Davalillo, como un hiteador más natural. Teolindo Acosta o Benítez Redondo no son olvidados en la procura de conseguir uno que cale con firmeza en el sentir de las mayorías. Nosotros oímos y a la hora de emitir nuestra opinión nos pronunciamos por Vidal López. La tertulia se prolonga, sin llegar a ningún acuerdo, solamente sabemos en claro que, Vidal junto a “Camaleón” García fueron los más fuertes empujadores de todos.
Vidal López es de los deportistas con carta de presentación propia. Nació en Rio Chico en el año 1918. Desde muy niño se dedicó a las prácticas de pelota sabanera, en las cuales su figura agigantada y su fuerte poder para chocar la bola, le hicieron fama entre los chiquillos del terruño. A los nueve años se trasladó a Caracas en compañía de sus familiares. Desde su arribo formó filas en el Valdespino infantil de Blanco Chataing. Vidal medía más de lo estipulado por la categoría. Su paso por el conjunto fue relativamente fugaz. Concluidos los primeros meses, se hizo necesario su ascenso al juvenil. Estaba sobrado de lote. Sus batazos eran muy fuertes y su brazo peligroso para sus compañeros.
Debutó en el juvenil vistiendo el uniforme del “Central BBC”. No fue distinta su actuación, sin embargo tuvo que guapear, porque la estatura de los jugadores era similar. Su desempeño fue sensacional. Pulió sus conocimientos donde el béisbol era fuerte. Entonces no existía profesionalismo, los ascensos se hacían escalando a segunda y primera categoría. Para el año 1936 defendía al Juan Bimba de primera división. Igual que en anteriores oportunidades, bateó, jugó y pitcheó al agrado del público. El conjunto era del coronel Gonzalo Gómez y defendía a la ciudad de Maracay. Un sueldo de 300 bolivares fue asignado a Vidal López. Para esa época, era de los mejorcito. Su estadía duro poco. Pasó al Vargas donde rindió una enormidad. Bateó sobre .500 puntos, promedio que en aquellos tiempos no era inalcanzable, se jugaba semanalmente, el campeonato consistía de pocos encuentros.
A todas estas, su nombre empezaba a ser conocido y requerido en el exterior. Cuba y Puerto Rico se mostraban animosos tras la fama de Vidal. Los dueños del Caguas de Puerto Rico lo contrataron para le temporada de 1940. Al principio dudó mucho en aceptar. La alternativa era quedarse vacante en Venezuela. La tentación de probar suerte en otras plazas inclinó al muchacho de Barlovento a viajar. Su debut con el Caguas fue todo un acontecimiento. Precedido de fama, Vidal repartió leña a diestra y siniestra. Lanzó como los grandes y el nombre deportivo de Venezuela quedó bien parado. Bateando, se erigió en el terror de los lanzadores. Pese a llegar con retardo, terminó sobre los .300 puntos y conectó una decena de cuadrangulares. Vidal recuerda haber enfrentado al gran Satchel Paige, en ese momento todo un señor del box. Sus curvas eran inmensas y se daba el lujo de pronosticar el resultado de sus juegos. Su bola rápida era asombrosa, sin embargo Vidal salió bien librado, al batearle de manera sobresaliente las veces que le enfrentó.
Joseíto Rodríguez quién se encontraba cumpliendo una gira con una selección de estrellas cubanas, quedó impresionado por la forma de jugar del criollo y le firmó un contrato junto a Carlos Terremoto Ascanio para defender los colores del Cienfuegos. Ascanio y Vidal se desempeñaron en plan grande. El bateo de Ascanio se hizo sentir luego de un largo slump, del cual resultó víctima Martín Dihigo. Ascanio le soltó dos triples y un jonrón. Con la desbandada de Ascanio la representación criolla en el país de la “rumba” estuvo en su apogeo. Vidal pitcheaba y su record ascendía paulatinamente. Toda la temporada su nombre apareció arriba en las estadísticas de pitcheo. Al final de la temporada su nombre aparecía como uno de los mejores paleadores con promedio de .290. Despachó 8 cuadrangulares y se anotó 10 victorias por 11 de Martín Dihigo. Fue declarado el más sobresaliente jugador extranjero que actuó en ese año. A raíz de esa actuación fueron declarados profesionales Carlos Ascanio, Alejandro Carrasquel y Vidal López, únicos criollos que trabajaban en el exterior.
Al regresar a Venezuela en 1940, firmó con el Magallanes de primera división. Todos querían ver los progresos obtenidos en los países vecinos. No los defraudó. Alternó como siempre en los jardines y en la caja de pitcheo.
Su bateo fue astronómico pues una vez más sobrepasó los .300 puntos. Al finalizar la campaña tenía contrato en Puerto Rico. En esta ocasión el equipo de Santurce requería de sus servicios. Este viaje marcaba su tercera incursión. Su desempeño al lado de peloteros de la tala de Joshua Gibson, Talua Dandridge, Monte Irvin, Johnny Mize, Buck Leonard, Perucho Cepeda (padre de Peruchín), Terry McDuffie, Davenport y otros, fue nota resaltante de la temporada borícua.
Bateó nuevamente sobre la ansiada marca y conectó 14 bambinazos. Hizo batería con “Trucutú” Gibson, de él guardó Vidal los más cálidos elogios. En una ocasión marcaron un record difícil de batir en el béisbol de la isla. En partido que perdieron con score de 20 por 19, Talua Dandridge, Gibson y Vidal batearon 8 jonrones. El nuestro y Gibson batearon 3 cada uno, el resto fue de Dandridge.
Su actuación fue catalogada de sensacional y pese a la calidad de importados que minaron ese béisbol, Vidal fue considerado entre los más destacados y de los 3 más útiles.
Su llegada fue motivo de júbilo para los fanáticos magallaneros, quienes tenían en Vidal a su principal ídolo. En la contienda de 1942 volvió a brillar. Derrochó coraje y se soltó a batear. Terminó la campaña sobre el potro de los .300 y lanzó primores. Su permanencia en el club marino alcanzó hasta 1955. Entregó sus mejores días. Coleccionó 32 cuadrangulares, 252 carreras empujadas y conectó para .307 de por vida.
En el 43, Vidal empezó a vivir su mejor época en el béisbol. Su rol de estelar en México lo convirtió en uno de los mejores peloteros que haya jugado en tierra azteca. Fue contratado para jugar con el Monterrey bajo indicación de Lázaro Salazar, conocido como el “príncipe de Belén”. Jugó durante cuatro temporadas en las cuales dejó records imbatibles. Se convirtió en ídolo de los fanáticos mexicanos, en tiempos cuando Joe Pasquel hacía de la pelota en ese país, la concentración más grande de estrellas del Caribe. Figuras cubanas, borícuas y norteamericanas desfilaron por los diamantes de México.
Las figuras de Vidal López y Alejandro Carrasquel, eran toda nuestra delegación pero brillaban a la par de contingentes más numerosos. En su primera presentación ante el exigente público “manito”, bateó para .360 con 16 jonrones y logrando nada menos que 17 victorias desde el montículo. Además ganó el título de mejor lanzador por efectividad, segundo mejor jonronero y tercero entre los bateadores del certamen. Con esta demostración se convirtió en un seguro competidor para la próxima temporada. En su segundo año repitió su campaña anterior. Ganó 15 juegos y bateó sobre los .300, además de largar 19 cuadrangulares. Figuró entre los tres mejores lanzadores, detrás de Agapito Mayor que ganó 20 y Martín Dihigo con 16. Empató con Salvador Hernández en el liderato de cuadrangulares.
En los años restantes Vidal consolidó su prestigio, al batear en ambas ocasiones sobre los .300. En el primero de los dos ganó 10 juegos y despachó 12 vuelacercas. El segundo fue el definitivo en su carrera como lanzador. En partido frente a Veracruz, jugaba en el left field. En el séptimo inning se embasaron los tres primeros bateadores. Lázaro en un esfuerzo por contener la arremetida, llamó a Vidal. Desde el comienzo del encuentro le había insinuado a su manager que tenía dolores en el brazo de lanzar. Acudió a la cita, se enfrentó a los poderosos toleteros, Talua Dandridge, quién para la mayoría de los expertos es el campocorto del equipo negro de todos los tiempos; Ramón Bragaña, conceptuado por los críticos y conocedores de la pelota cubiche como uno de sus máximos exponentes; y Roy Partlow, figura legendaria que combinaba el pitcheo y el bateo de manera excepcional, Partlow aparece, además, en el roster de las estrellas negras de todos los tiempos. Vidal abanicó a Dandridge y a Bragaña, mientras que el fuerte Partlow salió con inofensivo rodado a sus manos. La explosión en las gradas no se hizo esperar, pero cabizbajo y con un rictus de dolor, el criollo se metió en el dugout del Monterrey. Lázaro observó y auscultó a Vidal. Su traslado a Estados Unidos para operarse era un hecho. Sin embargo Vidal prefirió tratarse en su país. Fue un gran error y hoy en día lo reconoce.
Sus restantes campañas en Venezuela fueron a fuerza de leña limpia. Los Navegantes del Magallanes tuvieron en su alineación a peloteros de la talla de: Jim Pendleton, Mc Duffie, “Gaucho” Davis, H. McHenry, Walter Fialla, Monteiro, Luis García, Joe Black, Lloyd Davenport, Pete Coscarat, Clem Labine, Melvin Himes, Quincey Trouppe y el mismo Lázaro Salazar, quién compartía las posiciones de pitcher, primera base y outfielder, sin embargo, la estrella de toda su carrera como equipo, la constituyó el muchacho de Barlovento, Vidal López.
Hoy en día Vidal se encuentra relegado en el anonimato. Su peso, amigo de poder en otros tiempos, es hoy en día lo que lo sumerge en un lecho. Su equipo de toda la vida, el Magallanes, al que dedicó todos sus esfuerzos, lo tiene olvidado. En la mente del fanático golpean estas preguntas: ¿Dónde está el dinero que dejó el homenaje a Vidal López? ¿Por qué no se investiga su paradero? ¿Cuántos y quienes están enredados en ese asunto? ¿La Asociación de aquel entonces que cuentas presentó de lo regalado al de Barlovento? ¿Y será verdad lo que se dice de préstamos concedidos con lo recaudado, por parte de los integrantes de dicha Asociación?
Transcripción: Alfonso L. Tusa C.
martes, 28 de julio de 2009
La estrella de los Medias Rojas de Boston, Kevin Youkilis participa en evento de prevención de suicidio.
Adam Ozer/Correspondent GateHouse News Service
Needham.- Mientras le hablaba a un grupo de más de 100 personas, el jugador de los Medias Rojas de Boston, Kevin Youkilis describió como el suicidio de su compañero de cuarto de la universidad, afectó su vida. Las vidas de muchos de los presentes en la audiencia en el Needham Sheraton también habían sido afectadas por tragedias similares.
“Donny era el único que creía en mis sueños”, dijo Youkilis. “Él dijo ‘El día que te conviertas pelotero profesional, estaré ahí animándote’. Deseo que él hubiera estado ahí”.
El Riverside Trauma Center, en sociedad con Kevin Youkilis y Hits for Kids, patrocinaron “Poncha el suicidio de adolescentes” el pasado sábado 25 de julio con el objetivo de recaudar $ 20.000 y crear conciencia sobre el suicidio de adolescentes y la depresión. Nativos de Needham de todas las edades, vestidos con ropas normales o indumentarias de los Medias Rojas, asistieron al salón de reuniones del Sheraton cancelando una entrada, para escuchar al infielder de los Medias Rojas, y a muchos otros, hablar sobre sus experiencias con el suicidio de adolescentes y la depresión, y sus iniciativas por crear conciencia sobre este tema.
También había música en vivo y una subasta silenciosa de articulos y servicios donados por Youkilis y otros miembros de la comunidad.
El Riverside Trauma Center ha ayudado a las comunidades locales a enfrentar las tragedias a escala local y nacional durante décadas, ha realizado trabajos en Needham para prevenir el suicidio.
“Los ciudadanos de Needham han sido increíblemente corajudos”, dijo Jim McCauley, director asistente de Riverside. “Ellos han sido muy diligentes en identificar el problema y buscarle solución”.
McCauley también le hizo un reconocimiento a Youkilis debido a sus esfuerzos por crear conciencia respecto a este delicado tema.
“Le doy mucho crédito a Kevin. No es un tópico sobre el cual las figuras deportivas tiendan a gravitar”, dijo.
Un padre comparte su experiencia.
Richard Roberts, el padre de Jason Roberts, quién falleciera a principios de este año en la Universidad de Hartford , habló en el evento para compartir su experiencia con la muerte de su hijo. Él lidió valientemente con las lágrimas mientras trataba de poner a la audiencia en sus zapatos por solo un breve instante. Le pidió a todos los familiares y amigos de Jason Roberts que se levantaran en silencio para rendirle tributo, y muchos lo hicieron, con lágrimas en los ojos.
Youkilis cerró el evento hablando sobre sus propias experiencias con el suicidio de adolescentes en su comunidad. Después de varias bromas sobre sus emociones en el terreno de juego, Youkilis reveló su lado emocional fuera del terreno de juego al contar las historias de tres amigos que perdió debido al suicidio cuando era más joven. Luego, Youkilis le hizo sugerencias a la comunidad de Needham para ayudar a mantener a sus adolescentes en un estado mental sano.
“No presionen tanto a sus muchachos”, dijo Youkilis. “Los padres necesitan relajarse y dejar que sus muchachos hablen y les enseñen sus puntos de vista”.
La comunidad pareció responder positivamente.
“Pienso que Kevin Youkilis habló desde su corazón”, dijo el asistente Brad Christenson. “Es dificil describir cuan inspirador es todo esto”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Needham.- Mientras le hablaba a un grupo de más de 100 personas, el jugador de los Medias Rojas de Boston, Kevin Youkilis describió como el suicidio de su compañero de cuarto de la universidad, afectó su vida. Las vidas de muchos de los presentes en la audiencia en el Needham Sheraton también habían sido afectadas por tragedias similares.
“Donny era el único que creía en mis sueños”, dijo Youkilis. “Él dijo ‘El día que te conviertas pelotero profesional, estaré ahí animándote’. Deseo que él hubiera estado ahí”.
El Riverside Trauma Center, en sociedad con Kevin Youkilis y Hits for Kids, patrocinaron “Poncha el suicidio de adolescentes” el pasado sábado 25 de julio con el objetivo de recaudar $ 20.000 y crear conciencia sobre el suicidio de adolescentes y la depresión. Nativos de Needham de todas las edades, vestidos con ropas normales o indumentarias de los Medias Rojas, asistieron al salón de reuniones del Sheraton cancelando una entrada, para escuchar al infielder de los Medias Rojas, y a muchos otros, hablar sobre sus experiencias con el suicidio de adolescentes y la depresión, y sus iniciativas por crear conciencia sobre este tema.
También había música en vivo y una subasta silenciosa de articulos y servicios donados por Youkilis y otros miembros de la comunidad.
El Riverside Trauma Center ha ayudado a las comunidades locales a enfrentar las tragedias a escala local y nacional durante décadas, ha realizado trabajos en Needham para prevenir el suicidio.
“Los ciudadanos de Needham han sido increíblemente corajudos”, dijo Jim McCauley, director asistente de Riverside. “Ellos han sido muy diligentes en identificar el problema y buscarle solución”.
McCauley también le hizo un reconocimiento a Youkilis debido a sus esfuerzos por crear conciencia respecto a este delicado tema.
“Le doy mucho crédito a Kevin. No es un tópico sobre el cual las figuras deportivas tiendan a gravitar”, dijo.
Un padre comparte su experiencia.
Richard Roberts, el padre de Jason Roberts, quién falleciera a principios de este año en la Universidad de Hartford , habló en el evento para compartir su experiencia con la muerte de su hijo. Él lidió valientemente con las lágrimas mientras trataba de poner a la audiencia en sus zapatos por solo un breve instante. Le pidió a todos los familiares y amigos de Jason Roberts que se levantaran en silencio para rendirle tributo, y muchos lo hicieron, con lágrimas en los ojos.
Youkilis cerró el evento hablando sobre sus propias experiencias con el suicidio de adolescentes en su comunidad. Después de varias bromas sobre sus emociones en el terreno de juego, Youkilis reveló su lado emocional fuera del terreno de juego al contar las historias de tres amigos que perdió debido al suicidio cuando era más joven. Luego, Youkilis le hizo sugerencias a la comunidad de Needham para ayudar a mantener a sus adolescentes en un estado mental sano.
“No presionen tanto a sus muchachos”, dijo Youkilis. “Los padres necesitan relajarse y dejar que sus muchachos hablen y les enseñen sus puntos de vista”.
La comunidad pareció responder positivamente.
“Pienso que Kevin Youkilis habló desde su corazón”, dijo el asistente Brad Christenson. “Es dificil describir cuan inspirador es todo esto”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
lunes, 27 de julio de 2009
Deolis Guerra pitcher de la semana en la Eastern League AA
El prospecto de los Mellizos de Minnesota, Deolis Guerra (9-8, 4.45) lanzó un blanqueo en juego de 7 innings el jueves 23 de julio de 2009. El derecho permitió 4 imparables y ponchó un tope de 12 para esta temporada. El lanzador de 20 años ha compilado marca de 3-0 y 3.52 de efectividad desde que fue promovido al New Britain a comienzos de mes.
Alfonso L. Tusa C
Alfonso L. Tusa C
Unidos para batallar contra el cáncer.
Kevin Gray. Union Leader.
La primera vez que Nick Gorneault habló con Terry Francona, no se dijeron simplemente “hola”, ni caminaron alrededor de la jaula de bateo hablando de béisbol.
El jugador de los Fisher Cats de New Hampshire y el manager de los Medias Rojas de Boston habían hablado primero por teléfono, sobre Jami, la esposa de Gorneault y la batalla que estaba a punto de librar contra el cáncer.
Esta es una historia sobre un outfielder del equipo AA afiliado al sistema de los Azulejos de Toronto, un tumultuoso verano para él y su esposa, y los fuertes vínculos que pueden existir en el béisbol profesional, aún entre organizaciones rivales.
Jami Gorneault, de 28 años, contextura delgada y penetrantes ojos azules, descubrió una protuberancia bajo su brazo izquierdo en mayo. El diagnóstico: Melanoma fase 3, cáncer de piel. La protuberancia fue causada por tumores que se extendieron a los ganglios linfáticos.
“De inmediato me sentí impresionada y asustada”, dijo Jami, a quién le extirparon una protuberancia maligna de la espalda hace cuatro años. “Me había convencido a mi misma de que posiblemente no era melanoma, lo cual era el peor diagnóstico que podíamos haber esperado”.
Hermanados por el béisbol.
Los Gorneault recién habían comprado una casa, en Springfield, Mass., donde Nick se crió. Ahora tienen un diagnóstico de cáncer. ¿Qué viene ahora? ¿Dónde ir para someterse a tratamiento?
El 26 de mayo los Fisher Cats recibieron a los Sea Dogs de Pórtland, el equipo afiliado AA de los Medias Rojas de Boston. Con este juego se inició una serie de eventos que puso a los Gorneault en contacto con el Dana-Farber Cancer Institute.
El manager de los Fisher Cats, Gary Cathcart, quién había perdido a su madre por cáncer de mama en 2004, le comentó al situación de los Gorneault al manager de los Sea Dogs, Arnie Beyeler. Este a su vez llamó a Francona, siempre en contacto con cualquier tipo de enfermedad que afecte al club house de los Medias Rojas.
Las esposas del segunda base de Boston Dustin Pedroia y del antíguo pitcher de los Medias Rojas, Curt Schilling, son sobrevivientes de melanoma, también lo es el expitcher de los patirrojos Derek Lowe. El pitcher Jon Lester ganó su lucha contra otra forma de cáncer, linfoma no-Hodgkins.
Francona sabía exactamente donde ir.
El manager de los Medias Rojas habló con Gorneault y lo refirió al antíguo segunda base de los Medias Rojas Mike Andrews, coordinador del Jimmy Fund, el brazo financiero del Dana-Farber Cancer Institute. A continuación, Andrews facilitó la comunicación entre el hospital, los médicos y el paciente, asegurando que Jami sería tratada por algunos d e los mejores expertos de cáncer en el mundo.
Cuando le preguntaron hace una semana sobre su ayuda a la esposa de un jugador de ligas menores de otra organización, Francona respondió de bajo perfil.
“A Dana-Farber no le interesa que uniforme usas. Para ellos no hay rivales”, dijo. “Ellos quieren ayudar”.
Nick Gorneault quién creció aupando a los Medias Rojas, se ha mantenido en contacto con Francona, mediante reportes sobre el estado de Jami.
“Terry hizo lo correcto, al querer ayudarnos”, dijo Nick. “Nos ha pedido que nos mantengamos en contacto con él. Siempre he tenido mucho respeto por Terry y la forma como ha dirigido ese equipo, pero esto es algo extra especial que siempre significará mucho para Jami y para mí”.
Cambios para mejorar.
El 21 de junio, Jami tuvo una operación exitosa en el Brigham and Women's Hospital, parte del sistema Dana-Farber. Un cirujano removió once ganglios linfáticos y tejido muscular de la parte inferior de su pecho. Los examenes de laboratorio mostraron que sólo un ganglio linfático se había infectado con melanoma y el cáncer no se había extendido a los tejidos o nervios.
La antigua cheerleader de la secundaria en Colorado y voleibolista, empieza la inmunoterapia en septiembre. Jami dice que se siente “casi de vuelta a la normalidad”, y recientemente comenzó a ejercitarse en el Executive Health & Sports Center de Manchester.
La gran recuperación de Jami parece haber inspirado las actuaciones de Nick en el terreno. Después de batear .184 en junio, empezó a castigar la pelota en julio (.297 de promedio en el mes hasta el viernes 23”, entre sus principales logros está un sencillo para decretar una victoria sobre Connecticut y un jonrón como emergente contra Pórtland.
La feliz pareja, marido y mujer desde enero de 2008, compartieron un hermoso momento el pasado lunes 20 cuando Nick entró al cajón de bateadores en el noveno inning contra Trenton. Una tensa Jami, apretó la mano de una amiga, la miró a los ojos, “Estaba muy nerviosa porque él estaba en esa situación de alta tensión”, dijo ella, hasta que oyó el sonido del bate contra la pelota.
La línea de Nick hacia el left field le dio el triunfo a New Hampshire sobre el equipo afiliado de los Yanquis, 5-4, y creó el delirio entre las esposas de los Fisher Cats apostadas en la tribuna sobre los bancos del río Merrimack. En el terreno, los jugadores de New Hampshire celebraban con el lider de 30 años.
“Fue grandioso”, dijo Jami. “Sé que ha sido muy duro para Nick. Él me está cuidando y preocupándose por mí cuando están de gira. Es magnífico verlo ser el jugador que yo sé que puede ser”.
Un profesional de noveno año que participó en 2 juegos con los Angelinos en 2007, Nick Gorneault llegó a la serie ante Portland de este fin de semana con un promedio de .236, junto con una renovada aguerrida actitud ante el juego. La semana pasada fue expulsado por primera vez en su carrera, eso fue una cosa positiva.
“Pasé por un período cuando no me sentía que era yo”, dijo el jardinero de 1,88 metros y 110 kilogramos. “Había perdido el ánimo. No te puedes preparar mental y emocionalmente para algo como el cáncer”.
“Ahora volveré a ser yo y estaré en el lugar que necesito estar como jugador”.
Perseverancia
Nick Gorneault tiene el brazo más poderoso del outfield de New Hampshire y ha realizado varias atrapadas de cabeza para el deleite de los aficionados.
Dos días antes de la operación de Jami, hizo una atrapada de cabeza donde comió tierra sobre la línea del right field para proteger una ventaja contra Erie.
El ha abandonado dos veces el equipo para acompañar a Jami durante el tratamiento, incluyendo los tres días después de la operación, pero ha jugado 82 desafíos en los jardines para los Fisher Cats, más que cualquier otro jugador.
Cathcart se maravilla con su fortaleza mental.
“Tener la presión de rendir a diario en este juego, es suficiente para cualquier jugador”, dijo Cathcart, “pero cuando agregas un asunto familiar muy serio…Ya me puedo imaginar como sería tratar de bloquear todo eso y salir a jugar”.
Los Gorneaults dicen que han perseverado con la ayuda de la familia, los amigos y una gran fé.
“Es la cosa más dura con la que he tenido que lidiar”, dijo Nick. “Jami es asombrosa. Es tan fuerte”.
“Es algo que nos hizo crecer más cercanos uno del otro y de Dios”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
La primera vez que Nick Gorneault habló con Terry Francona, no se dijeron simplemente “hola”, ni caminaron alrededor de la jaula de bateo hablando de béisbol.
El jugador de los Fisher Cats de New Hampshire y el manager de los Medias Rojas de Boston habían hablado primero por teléfono, sobre Jami, la esposa de Gorneault y la batalla que estaba a punto de librar contra el cáncer.
Esta es una historia sobre un outfielder del equipo AA afiliado al sistema de los Azulejos de Toronto, un tumultuoso verano para él y su esposa, y los fuertes vínculos que pueden existir en el béisbol profesional, aún entre organizaciones rivales.
Jami Gorneault, de 28 años, contextura delgada y penetrantes ojos azules, descubrió una protuberancia bajo su brazo izquierdo en mayo. El diagnóstico: Melanoma fase 3, cáncer de piel. La protuberancia fue causada por tumores que se extendieron a los ganglios linfáticos.
“De inmediato me sentí impresionada y asustada”, dijo Jami, a quién le extirparon una protuberancia maligna de la espalda hace cuatro años. “Me había convencido a mi misma de que posiblemente no era melanoma, lo cual era el peor diagnóstico que podíamos haber esperado”.
Hermanados por el béisbol.
Los Gorneault recién habían comprado una casa, en Springfield, Mass., donde Nick se crió. Ahora tienen un diagnóstico de cáncer. ¿Qué viene ahora? ¿Dónde ir para someterse a tratamiento?
El 26 de mayo los Fisher Cats recibieron a los Sea Dogs de Pórtland, el equipo afiliado AA de los Medias Rojas de Boston. Con este juego se inició una serie de eventos que puso a los Gorneault en contacto con el Dana-Farber Cancer Institute.
El manager de los Fisher Cats, Gary Cathcart, quién había perdido a su madre por cáncer de mama en 2004, le comentó al situación de los Gorneault al manager de los Sea Dogs, Arnie Beyeler. Este a su vez llamó a Francona, siempre en contacto con cualquier tipo de enfermedad que afecte al club house de los Medias Rojas.
Las esposas del segunda base de Boston Dustin Pedroia y del antíguo pitcher de los Medias Rojas, Curt Schilling, son sobrevivientes de melanoma, también lo es el expitcher de los patirrojos Derek Lowe. El pitcher Jon Lester ganó su lucha contra otra forma de cáncer, linfoma no-Hodgkins.
Francona sabía exactamente donde ir.
El manager de los Medias Rojas habló con Gorneault y lo refirió al antíguo segunda base de los Medias Rojas Mike Andrews, coordinador del Jimmy Fund, el brazo financiero del Dana-Farber Cancer Institute. A continuación, Andrews facilitó la comunicación entre el hospital, los médicos y el paciente, asegurando que Jami sería tratada por algunos d e los mejores expertos de cáncer en el mundo.
Cuando le preguntaron hace una semana sobre su ayuda a la esposa de un jugador de ligas menores de otra organización, Francona respondió de bajo perfil.
“A Dana-Farber no le interesa que uniforme usas. Para ellos no hay rivales”, dijo. “Ellos quieren ayudar”.
Nick Gorneault quién creció aupando a los Medias Rojas, se ha mantenido en contacto con Francona, mediante reportes sobre el estado de Jami.
“Terry hizo lo correcto, al querer ayudarnos”, dijo Nick. “Nos ha pedido que nos mantengamos en contacto con él. Siempre he tenido mucho respeto por Terry y la forma como ha dirigido ese equipo, pero esto es algo extra especial que siempre significará mucho para Jami y para mí”.
Cambios para mejorar.
El 21 de junio, Jami tuvo una operación exitosa en el Brigham and Women's Hospital, parte del sistema Dana-Farber. Un cirujano removió once ganglios linfáticos y tejido muscular de la parte inferior de su pecho. Los examenes de laboratorio mostraron que sólo un ganglio linfático se había infectado con melanoma y el cáncer no se había extendido a los tejidos o nervios.
La antigua cheerleader de la secundaria en Colorado y voleibolista, empieza la inmunoterapia en septiembre. Jami dice que se siente “casi de vuelta a la normalidad”, y recientemente comenzó a ejercitarse en el Executive Health & Sports Center de Manchester.
La gran recuperación de Jami parece haber inspirado las actuaciones de Nick en el terreno. Después de batear .184 en junio, empezó a castigar la pelota en julio (.297 de promedio en el mes hasta el viernes 23”, entre sus principales logros está un sencillo para decretar una victoria sobre Connecticut y un jonrón como emergente contra Pórtland.
La feliz pareja, marido y mujer desde enero de 2008, compartieron un hermoso momento el pasado lunes 20 cuando Nick entró al cajón de bateadores en el noveno inning contra Trenton. Una tensa Jami, apretó la mano de una amiga, la miró a los ojos, “Estaba muy nerviosa porque él estaba en esa situación de alta tensión”, dijo ella, hasta que oyó el sonido del bate contra la pelota.
La línea de Nick hacia el left field le dio el triunfo a New Hampshire sobre el equipo afiliado de los Yanquis, 5-4, y creó el delirio entre las esposas de los Fisher Cats apostadas en la tribuna sobre los bancos del río Merrimack. En el terreno, los jugadores de New Hampshire celebraban con el lider de 30 años.
“Fue grandioso”, dijo Jami. “Sé que ha sido muy duro para Nick. Él me está cuidando y preocupándose por mí cuando están de gira. Es magnífico verlo ser el jugador que yo sé que puede ser”.
Un profesional de noveno año que participó en 2 juegos con los Angelinos en 2007, Nick Gorneault llegó a la serie ante Portland de este fin de semana con un promedio de .236, junto con una renovada aguerrida actitud ante el juego. La semana pasada fue expulsado por primera vez en su carrera, eso fue una cosa positiva.
“Pasé por un período cuando no me sentía que era yo”, dijo el jardinero de 1,88 metros y 110 kilogramos. “Había perdido el ánimo. No te puedes preparar mental y emocionalmente para algo como el cáncer”.
“Ahora volveré a ser yo y estaré en el lugar que necesito estar como jugador”.
Perseverancia
Nick Gorneault tiene el brazo más poderoso del outfield de New Hampshire y ha realizado varias atrapadas de cabeza para el deleite de los aficionados.
Dos días antes de la operación de Jami, hizo una atrapada de cabeza donde comió tierra sobre la línea del right field para proteger una ventaja contra Erie.
El ha abandonado dos veces el equipo para acompañar a Jami durante el tratamiento, incluyendo los tres días después de la operación, pero ha jugado 82 desafíos en los jardines para los Fisher Cats, más que cualquier otro jugador.
Cathcart se maravilla con su fortaleza mental.
“Tener la presión de rendir a diario en este juego, es suficiente para cualquier jugador”, dijo Cathcart, “pero cuando agregas un asunto familiar muy serio…Ya me puedo imaginar como sería tratar de bloquear todo eso y salir a jugar”.
Los Gorneaults dicen que han perseverado con la ayuda de la familia, los amigos y una gran fé.
“Es la cosa más dura con la que he tenido que lidiar”, dijo Nick. “Jami es asombrosa. Es tan fuerte”.
“Es algo que nos hizo crecer más cercanos uno del otro y de Dios”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Rickey Henderson y Jim Rice inducidos al Salón de la Fama
JOHN KEKIS, AP Sports Writer
Cooperstown, N.Y. La mirada glacial de Jim Rice se fundió en una amplia sonrisa. El desinhibido Rickey Henderson se sintió humilde.
Los antíguos jardineros izquierdos fueron inducidos al Salón de la Fama del béisbol este domingo 26 de julio, junto al difunto Joe Gordon. Y Henderson, el lider vitalicio de bases robadas en el béisbol, estuvo brevemente impresionado antes de provocar algunas sonrisas.
“Mi viaje como pelotero está completo”, dijo Henderson. “Ahora estoy en la clase de los mejores jugadores de todos los tiempos, y en este momento me siento muy humilde”.
Nacido en Chicago el día de Navidad de 1958, Henderson se mudó con su familia a California cuando tenía 7 años y se convirtió en una estrella de tres deportes en el Oakland Technical High School. El fútbol americano era su fuerte y recibió varias ofertas de beca. Fue persuadido de echarlas a un lado para jugar béisbol.
“Mi sueño era jugar fútbol con los Raiders de Oakland”, dijo Henderson. “Pero mi mamá pensó que me lesionaría jugando fútbol, por eso escogió el béisbol para mí. Por eso creo que las madres siempre saben que es lo mejor para sus hijos”.
Henderson encabezó la Liga Americana en robos 12 veces y mantiene el record de más estafas de por vida con 1406, carreras anotadas con 2295, boletos no intencionales con 2129 y jonrones para abrir un juego con 81.
Dijo que le debía mucho de eso a un truco ejecutado por su antíguo coach de Babe Ruth, Hank Thompson.
“El me motivaba a jugar al venir a buscarme con una rosquilla glaceada y una taza de chocolate caliente”, dijo Henderson, quién jugó para 9 equipos en 25 años de carrera. “Esa era la forma como él me despertaba y me sacaba de la cama”.
Henderson dijo que una consejera de la secundaria que necesitaba jugadores para el equipo de béisbol, le dio más incentivos.
“Ella me daría un cuarto de dólar cada vez que bateara un hit, cuando anotara, o robara una base”, dijo Henderson. “Después de mis primeros 10 juegos, tenía 30 hits, 25 carreras anotadas y 33 robos. Buen dinero para un muchacho”.
Henderson fue drafteado por los Atléticos de Oakland en la cuarta ronda de 1976 e hizo su debut en Grandes Ligas con Oakland a finales de junio de 1979. Fue un día que Henderson dijo nunca olvidaría.
“Fue el momento más emocionante de mi vida”, dijo Henderson, al recordar al antíguo dueño de los Atléticos Charlie Finley. “Charlie, donde quiera que estés, y ese burro, quiero darte las gracias por darme la oportunidad”.
Cuando Finley empleó a Billy Martin como manager en 1980, Henderson tuvo el socio perfecto para el crímen. “Billyball”, el estilo de juego de ataque agresivo de Martin, ayudó a catapultar a Henderson hacia el estrellato.
El sólo pensar en esa época forzó a Henderson a detener brevemente su discurso al recordar a Martin, quién falleció en un accidente de tránsito la Navidad de 1989.
“Billy siempre sacaba lo máximo de mí”, dijo. “Billy, te extraño mucho y deseo que estuvieras hoy aquí”.
En 1980, Henderson se convirtió en el primer jugador de la Liga Americana en robar 100 o más bases en una temporada, con 100 para romper la marca de 96 de Ty Cobb en 1915. Dos años después, él estableció el record moderno de las Grandes Ligas para bases robadas con 130, dejó atrás la marca de la antígua estrella de los Cardenales de San Luis, Lou Brock de 118.
Mientras Henderson, ahora de 50 años, fue solo el pelotero 44 en lograr su ingreso al Salón de la Fama en su primer año de eligibilidad, Rice tuvo que esperar hasta el año final de elegibilidad para ser escogido.
“No importa que el llamado haya llegado 15 años tarde”, dijo Rice. “Lo que importa es que lo logré”.
“Es dificil de entender. Estoy emocionado de estar acompañado de esta élite y agradecido por recibir este honor. No puedo pensar en otra parte donde debería estar que no sea aquí, ahora, con usted y usted”, dijo Rice al señalar a los 50 inquilinos del Salón de la Fama sentados detrás de él y luego se dirigió a los aficionados: “Gracias”.
Jugó en una època cuando los números ofensivos palidecían en comparación a los de las dos décadas anteriores, la llamada era de los esteroides, Rice bateó .298 con 382 jonrones y 1451 carreras empujadas entre 1974 y 1989. Empujó 100 o más carreras 8 veces, bateó sobre .300 siete veces, y llegó a 200 hits 4 veces. Es el único jugador en la historia de las Grandes Ligas con por lo menos 35 jonrones, y 200 hits en 3 temporadas seguidas (1977-1979).
Él ha sabido por largo tiempo la razón por la que tuvo que esperar tanto.
“Los medios siempre me preguntaron por mis jugadores (compañeros)”, dijo Rice ahora de 56 años. “Rechacé ser el vocero de los medios. Fuí a Boston a jugar béisbol profesional y eso fue lo que hice. Y lo hice bien”.
El momento más emotivo del día ocurrió al final del discurso de aceptación de la hija de Gordon, Judy. Gordon falleció en 1978 a los 63 años y pidió que no le hicieran funeral.
“Consideramos a Cooperstown y al Salón de la Fama del béisbol como su lugar de descanso final, un lugar donde será valorado por siempre”, dijo Judy Gordon con lágrimas en los ojos.
Gordon ganó el premio del Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1942, venció al ganador de la Triple Corona Ted Williams, asistió al Juego de Estrellas 9 veces en 11 temporadas, lideró la liga en asistencias 4 veces y en dobleplays 3 veces. Fue apodado “Flash” por su rapidez de piernas. Gordon fue el primer segunda base de la Liga Americana en batear 20 jonrones en una temporada, lo hizo siete veces, y todavía mantiene el record vitalicio de la Liga de más jonrones para un segunda base (246).
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Cooperstown, N.Y. La mirada glacial de Jim Rice se fundió en una amplia sonrisa. El desinhibido Rickey Henderson se sintió humilde.
Los antíguos jardineros izquierdos fueron inducidos al Salón de la Fama del béisbol este domingo 26 de julio, junto al difunto Joe Gordon. Y Henderson, el lider vitalicio de bases robadas en el béisbol, estuvo brevemente impresionado antes de provocar algunas sonrisas.
“Mi viaje como pelotero está completo”, dijo Henderson. “Ahora estoy en la clase de los mejores jugadores de todos los tiempos, y en este momento me siento muy humilde”.
Nacido en Chicago el día de Navidad de 1958, Henderson se mudó con su familia a California cuando tenía 7 años y se convirtió en una estrella de tres deportes en el Oakland Technical High School. El fútbol americano era su fuerte y recibió varias ofertas de beca. Fue persuadido de echarlas a un lado para jugar béisbol.
“Mi sueño era jugar fútbol con los Raiders de Oakland”, dijo Henderson. “Pero mi mamá pensó que me lesionaría jugando fútbol, por eso escogió el béisbol para mí. Por eso creo que las madres siempre saben que es lo mejor para sus hijos”.
Henderson encabezó la Liga Americana en robos 12 veces y mantiene el record de más estafas de por vida con 1406, carreras anotadas con 2295, boletos no intencionales con 2129 y jonrones para abrir un juego con 81.
Dijo que le debía mucho de eso a un truco ejecutado por su antíguo coach de Babe Ruth, Hank Thompson.
“El me motivaba a jugar al venir a buscarme con una rosquilla glaceada y una taza de chocolate caliente”, dijo Henderson, quién jugó para 9 equipos en 25 años de carrera. “Esa era la forma como él me despertaba y me sacaba de la cama”.
Henderson dijo que una consejera de la secundaria que necesitaba jugadores para el equipo de béisbol, le dio más incentivos.
“Ella me daría un cuarto de dólar cada vez que bateara un hit, cuando anotara, o robara una base”, dijo Henderson. “Después de mis primeros 10 juegos, tenía 30 hits, 25 carreras anotadas y 33 robos. Buen dinero para un muchacho”.
Henderson fue drafteado por los Atléticos de Oakland en la cuarta ronda de 1976 e hizo su debut en Grandes Ligas con Oakland a finales de junio de 1979. Fue un día que Henderson dijo nunca olvidaría.
“Fue el momento más emocionante de mi vida”, dijo Henderson, al recordar al antíguo dueño de los Atléticos Charlie Finley. “Charlie, donde quiera que estés, y ese burro, quiero darte las gracias por darme la oportunidad”.
Cuando Finley empleó a Billy Martin como manager en 1980, Henderson tuvo el socio perfecto para el crímen. “Billyball”, el estilo de juego de ataque agresivo de Martin, ayudó a catapultar a Henderson hacia el estrellato.
El sólo pensar en esa época forzó a Henderson a detener brevemente su discurso al recordar a Martin, quién falleció en un accidente de tránsito la Navidad de 1989.
“Billy siempre sacaba lo máximo de mí”, dijo. “Billy, te extraño mucho y deseo que estuvieras hoy aquí”.
En 1980, Henderson se convirtió en el primer jugador de la Liga Americana en robar 100 o más bases en una temporada, con 100 para romper la marca de 96 de Ty Cobb en 1915. Dos años después, él estableció el record moderno de las Grandes Ligas para bases robadas con 130, dejó atrás la marca de la antígua estrella de los Cardenales de San Luis, Lou Brock de 118.
Mientras Henderson, ahora de 50 años, fue solo el pelotero 44 en lograr su ingreso al Salón de la Fama en su primer año de eligibilidad, Rice tuvo que esperar hasta el año final de elegibilidad para ser escogido.
“No importa que el llamado haya llegado 15 años tarde”, dijo Rice. “Lo que importa es que lo logré”.
“Es dificil de entender. Estoy emocionado de estar acompañado de esta élite y agradecido por recibir este honor. No puedo pensar en otra parte donde debería estar que no sea aquí, ahora, con usted y usted”, dijo Rice al señalar a los 50 inquilinos del Salón de la Fama sentados detrás de él y luego se dirigió a los aficionados: “Gracias”.
Jugó en una època cuando los números ofensivos palidecían en comparación a los de las dos décadas anteriores, la llamada era de los esteroides, Rice bateó .298 con 382 jonrones y 1451 carreras empujadas entre 1974 y 1989. Empujó 100 o más carreras 8 veces, bateó sobre .300 siete veces, y llegó a 200 hits 4 veces. Es el único jugador en la historia de las Grandes Ligas con por lo menos 35 jonrones, y 200 hits en 3 temporadas seguidas (1977-1979).
Él ha sabido por largo tiempo la razón por la que tuvo que esperar tanto.
“Los medios siempre me preguntaron por mis jugadores (compañeros)”, dijo Rice ahora de 56 años. “Rechacé ser el vocero de los medios. Fuí a Boston a jugar béisbol profesional y eso fue lo que hice. Y lo hice bien”.
El momento más emotivo del día ocurrió al final del discurso de aceptación de la hija de Gordon, Judy. Gordon falleció en 1978 a los 63 años y pidió que no le hicieran funeral.
“Consideramos a Cooperstown y al Salón de la Fama del béisbol como su lugar de descanso final, un lugar donde será valorado por siempre”, dijo Judy Gordon con lágrimas en los ojos.
Gordon ganó el premio del Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1942, venció al ganador de la Triple Corona Ted Williams, asistió al Juego de Estrellas 9 veces en 11 temporadas, lideró la liga en asistencias 4 veces y en dobleplays 3 veces. Fue apodado “Flash” por su rapidez de piernas. Gordon fue el primer segunda base de la Liga Americana en batear 20 jonrones en una temporada, lo hizo siete veces, y todavía mantiene el record vitalicio de la Liga de más jonrones para un segunda base (246).
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
domingo, 26 de julio de 2009
La pared es un jonrón para Adam LaRoche.
Daniel Barbarisi. Journal Sports Writer
Boston. Cuando él caminó sobre el terreno de Fenway Park por primera vez, Adam LaRoche miró la pared grande del jardín izquierdo y sonrió. Le gustó lo que vió, le dijo a Jason Bay, su compañero de tanto tiempo con los Piratas de Pittsburgh.
Bay estaba confundido.
“Pensé que él hablaba de una señal o algo por el estilo. Con respecto a esa pared”, dijo Bay.
En su primer juego como Media Roja este sábado 25 de julio de 2009, LaRoche tomó toda la ventaja que pudo del Monstruo Verde, al batear un jonrón hacia la banda contraria sobre la pared ante el zurdo Mark Hendrickson para darle cifras definitivas a la victoria 7-2 de Boston sobre Baltimore.
Podrían venir muchos batazos como ese.
Su swing zurdo a la altura de las letras debería permitirle sacar gran ventaja de la alta y cercana pared del left field de Fenway Park, al disparar dobletes contra la pared que serían fáciles elevados en la mayoría de los estadios. De vez en cuando esos batazos se convertirán en jonrones, como ese largo elevado de anoche.
“Es agradable saber que cuando un pitcheo se queda colgado, puedes dirigirlo en esa dirección y sacar algo de eso, para ser recompensado”, dijo LaRoche. “No estaba buscando hacer eso, pero de nuevo, esos batazos son bien recibidos con esa pared allí”.
David Ortiz ha hecho una costumbre del sacarle provecho a esa pared. Basado en lo que vio anoche, el toletero zurdo predijo éxito para LaRoche.
“Él tiene un buen swing ¿sabes? Tiene un buen swing alto, muy parecido al mío. Es muy bueno, hombre”, dijo Ortiz.
LaRoche fue cambiado a Boston desde Pittsburgh por dos jugadores de ligas menores. Fue activado el viernes en la noche pero tuvo su primer juego el sábado, comenzando como primera base y séptimo bate.
El manager Terry Francona estaba impresionado por como LaRoche se adaptó rápidamente a las dimensiones irregulares de Fenway Park.
“Sé que LaRoche casi no ha jugado aquí, pero ese fue un swing de Fenway. Eso debe dar confianza”, dijo Francona.
LaRoche dijo que estaba feliz de haber conseguido ese primer gran batazo fuera del parque, y pareció impresionado por la muchedumbre de Fenway Park. Al trabajar por mucho tiempo en un mercado pequeño como Pittsburgh, LaRoche aprecia las grandes asistencias de Fenway.
“Disfruté mucho la concurrencia antes del jonrón, salir afuera y enfrentar todo ese público con ésta atmósfera”, dijo. “Es una gran diferencia . Hoy se sentía como si estuvieramos en los play offs. Estoy celoso de estos muchachos que han jugado aquí, cada noche”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Boston. Cuando él caminó sobre el terreno de Fenway Park por primera vez, Adam LaRoche miró la pared grande del jardín izquierdo y sonrió. Le gustó lo que vió, le dijo a Jason Bay, su compañero de tanto tiempo con los Piratas de Pittsburgh.
Bay estaba confundido.
“Pensé que él hablaba de una señal o algo por el estilo. Con respecto a esa pared”, dijo Bay.
En su primer juego como Media Roja este sábado 25 de julio de 2009, LaRoche tomó toda la ventaja que pudo del Monstruo Verde, al batear un jonrón hacia la banda contraria sobre la pared ante el zurdo Mark Hendrickson para darle cifras definitivas a la victoria 7-2 de Boston sobre Baltimore.
Podrían venir muchos batazos como ese.
Su swing zurdo a la altura de las letras debería permitirle sacar gran ventaja de la alta y cercana pared del left field de Fenway Park, al disparar dobletes contra la pared que serían fáciles elevados en la mayoría de los estadios. De vez en cuando esos batazos se convertirán en jonrones, como ese largo elevado de anoche.
“Es agradable saber que cuando un pitcheo se queda colgado, puedes dirigirlo en esa dirección y sacar algo de eso, para ser recompensado”, dijo LaRoche. “No estaba buscando hacer eso, pero de nuevo, esos batazos son bien recibidos con esa pared allí”.
David Ortiz ha hecho una costumbre del sacarle provecho a esa pared. Basado en lo que vio anoche, el toletero zurdo predijo éxito para LaRoche.
“Él tiene un buen swing ¿sabes? Tiene un buen swing alto, muy parecido al mío. Es muy bueno, hombre”, dijo Ortiz.
LaRoche fue cambiado a Boston desde Pittsburgh por dos jugadores de ligas menores. Fue activado el viernes en la noche pero tuvo su primer juego el sábado, comenzando como primera base y séptimo bate.
El manager Terry Francona estaba impresionado por como LaRoche se adaptó rápidamente a las dimensiones irregulares de Fenway Park.
“Sé que LaRoche casi no ha jugado aquí, pero ese fue un swing de Fenway. Eso debe dar confianza”, dijo Francona.
LaRoche dijo que estaba feliz de haber conseguido ese primer gran batazo fuera del parque, y pareció impresionado por la muchedumbre de Fenway Park. Al trabajar por mucho tiempo en un mercado pequeño como Pittsburgh, LaRoche aprecia las grandes asistencias de Fenway.
“Disfruté mucho la concurrencia antes del jonrón, salir afuera y enfrentar todo ese público con ésta atmósfera”, dijo. “Es una gran diferencia . Hoy se sentía como si estuvieramos en los play offs. Estoy celoso de estos muchachos que han jugado aquí, cada noche”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
sábado, 25 de julio de 2009
Mark Buehrle de los Medias Blancas de Chicago lanza juego perfecto.
ANDREW SELIGMAN, AP Sports Writer
Chicago.- El pitcheo 105 de Mark Buehrle rompió hacia Gabe Kapler, quién se cuadró y conectó la bola. Buehrle vio la trayectoria y supo que su juego perfecto estaba en peligro.
El jardinero central de los Medias Blancas, Dewayne Wise, acababa de entrar a jugar en un cambio para mejorar la defensiva, corrió hacia la cerca del left center, dio una docena de zancadas. Lo que ocurriría a continuación sería un momento de magia beisbolera o el fin del intento de juego perfecto de Mark Buehrle en el noveno inning del juego versus los Rayas de Tampa Bay.
Wise saltó y estiró su brazo derecho sobre el tope de la pared de 8 pies. La bola cayó en la malla del guante pero luego saltó por una fracción de segundo mientras él rebotaba de la pared y flotaba en la zona de seguridad. Wise atrapó la pelota con la mano izquierda sin guante, cayó al suelo y rodó. Se levantó y mostró la pelota a la multitud.
Magia. Un jonrón convertido en out.
Con la mayor amenaza controlada, Buehrle completó el decimoctavo juego perfecto en la historia de las Grandes Ligas, una victoria 5-0 este jueves 23 de julio de 2009.
“Esperaba que la pelota estuviera dentro del parque, que hubiera suficiente espacio para que él la atrapara. Sé que los muchachos estaban haciendo todo lo posible por salvar el no-hitter, el juego perfecto, cualquier cosa que fuera”, dijo Buehrle quién ahora ha lanzado dos no-hitters en su carrera.
Wise conocía este tipo de escenario.
“Estaba con los Bravos en 2004, cuando Randy Johnson de los DiamondBacks lanzó un juego perfecto. He estado en ambos lados de la calle”, dijo Wise. “Esta probablemente ha sido la mejor atrapada que haya hecho, debido al tipo de situación”.
“Fue algo muy loco, porque cuando salté la bola pegó en mi guante y al mismo tiempo estaba chocando contra la pared. No me di cuenta que había hecho la atrapada hasta que caí y la bola estaba saltando del guante, así que estiré la mano y la agarré”.
El manager de los Medias Blancas, Ozzie Guillén, estaba feliz por haber hecho el cambio defensivo para meter a jugar a Wise, quién entró a jugar en el jardín central mientras Scott Posednik pasaba a la izquierda y Carlos Quentin salía.
“Ese es nuestro trabajo. Para eso estamos aquí”, dijo Guillén.
Buehrle se puso abajo en la cuenta, 3-1, contra Michel Hernández, el segundo bateador del noveno inning, quién aguantó el segundo strike cantado y abanicó el tercero.
Con los aficionados coreando el nombre de Buehrle, Jason Bartlett se puso en cuenta de 2-1 y bateó un rolling hacia el shortstop Alexei Ramírez, quién lanzó hacia el primera base Josh Fields. Buehrle se llevó los brazos a la cabeza y fue asediado por sus compañeros entre el montículo y la primera base.
“Nunca pensé que lanzaría un no-hitter, nunca pensé que lanzaría un juego perfecto, nunca pensé que batearía un jonrón”, dijo Buehrle, quién ha hecho las tres cosas. “Nunca digas nunca en este juego porque pueden ocurrir eventos inesperados”.
El pitcher recibió una llamada telefónica de felicitación del Presidente Barack Obama, un aficionado de los Medias Blancas, al completar el décimosexto juego perfecto desde que empezó la era moderna en 1900 y el primero desde el lanzado por Johnson en 2004.
“Bromeamos alrededor de los 30 segundos que duró la llamada, y me pregunté “¿Eso es todo lo que tiene para mí?”, dijo Buehrle.
Obama, un zurdo como Buehrle, uso una chaqueta de los Medias Blancas cuando hizo el lanzamiento inaugural del Juego de las Estrellas la semana pasada en San Luís.
“Le dije que estaba muy sorprendido por la llamada”, dijo Buehrle. “Él dijo ‘Felicitaciones, es un honor. Mucha gente va a recordar esto por siempre”.
Obama había hablado con Buehrle, un nativo de St. Charles, Mo., en el club house de la Liga Americana la semana pasada.
“Él es extraordinario como aficionado”, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca Robert Gibbs quién refirió las siguientes palabras de Obama: “Cuando eres aficionado de los Medias Blancas y conoces a la persona que lanzó perfecto, eso te hace disfrutar más el momento”.
Respaldado por el grand slam del segundo inning de Fields, Buehrle lanzó 76 strikes de sus 116 lanzamientos y ponchó 6 en su segundo no-hitter, para ayudar a Chicago a ponerse a un punto de porcentaje de los líderes de la división Central de la Liga Americana, los Tigres de Detroit.
Kapler entendió su papel.
“Ese momento fue mágico para Wise y Buehrle”, dijo Kapler, “la mayoría de los peloteros se ganan esos momentos”.
En un triunfo 6-0 sobre Texas el 18 de abril de 2007, Buehrle también enfrentó el mínimo de 27 bateadores. Caminó a Sammy Sosa en el quinto inning de ese juego, dos lanzamientos después lo sorprendió en primera.
“Después de aquel juego le compré relojes a todos. Fue un no-hitter caro”, dijo Buehrle. “Este, probablemente será más caro”.
Buehrle y Johnson son los dos únicos pitchers activos con un par de no-hitters de acuerdo a STATSLLC. Además de su juego perfecto de 2004, la Gran Unidad lanzó un no-hitter para Seattle el 02 de junio de 1990 contra Detroit.
Antes del noveno, Buehrle prescindió de grandes jugadas defensivas a su espalda. En el cuarto inning Evan Longoria bateó una línea directa al guante de Ramírez. En el octavo, el tercera base Gordon Beckham no se tuvo que mover para tomar una línea de Pat Burell.
“He estado involucrado en juegos sin hits ni carreras en el pasado, simplemente hay que seguir adelante”, dijo el manager de los Rayas Joe Maddon. “Es sólo una derrota, pero me parece que tiene mucho significado para el equipo ganador”.
Buerhrle llegó a la cuenta de 3 bolas con 5 bateadores, incluyendo el 3-0 ante Bartlett en el sexto inning. Bartlett aguantó los dos siguientes strikes, bateó un foul y conectó un rolling de rutina hacia Ramírez. Mientras el campocorto lanzaba a primera, la multitud de 28.036 personas gritaba en las tribunas.
Con un out en el octavo, Ben Zobrist bateó un rolling débil que salió de foul y luego salió con elevado en cuenta de 3 y 2. El próximo bateador, Burell, bateó una línea por la izquierda que salió de foul, el árbitro de tercera Laz Díaz inmediatamente indicó el foul. Luego Burell bateó la línea hacia tercera base.
Buehrle de 30 años, se convirtió en el segundo lanzador de los Medias Blancas que lanza dos no-hitters. Frank Smith lo hizo contra Detroit en 1905 y ante los Atléticos de Filadelfia en 1908. El único otro juego perfecto de los Medias Blancas lo lanzó Charles Robertson en Detroit el 30 de abril de 1922.
Fue el segundo no-hitter encajado por los Rayas. Derek Lowe les lanzó uno con Boston el 27 de abril de 2002.
Scott Kazmir (4-6) permitió 5 carreras y 5 hits en 6 innings. Además del grand slam de Fields, Ramírez bateó un doble impulsor en el quinto.
Hacia el final, la esposa de Buehrle, Jamie, estaba muy emocionada mientras veía el juego desde los asientos cercanos al home plate con su hija Brooklyn de 4 meses.
“Estoy muy orgullosa de mi esposo, es increíble”, dijo. “Nunca deja de asombrarme. Se mantiene alcanzando más y más logros en su carrera”.
Buehrle (11-3) forzó 11 outs con rollings. Pocos bateadores de los Rayas hicieron contacto con fuerza ante él, sólo permitió 3 líneas.
Buehrle quién tuvo éxito donde otros han fallado como pitcher que obliga a los bateadores a hacer contacto, no sigue el patrón de los pitchers que han lanzado sin hits ni carreras o perfecto, antes que él.
El manager Ozzie Guilén sabe el secreto del éxito de Buehrle.
“Strikes, muchas agallas y confianza en lo que hace”, dijo un emocionado Guillén. “He visto muchos recursos de su parte y muchas cosas inesperadas, lo dije hace dos años cuando lanzó el no-hitter. Una de las cosas más difíciles que he visto en mi vida es un no hitter de Buehrle. No porque no pueda, es porque su plan de juego es hacer que los bateadores hagan contacto para tratar de hacerlos out tan rápido como se pueda”:
“Fueron pitcheos de calidad. Él ha hecho eso por mucho tiempo. Para mí, es uno de los pitchers más subestimados de la Liga Americana en los últimos 10 años”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Chicago.- El pitcheo 105 de Mark Buehrle rompió hacia Gabe Kapler, quién se cuadró y conectó la bola. Buehrle vio la trayectoria y supo que su juego perfecto estaba en peligro.
El jardinero central de los Medias Blancas, Dewayne Wise, acababa de entrar a jugar en un cambio para mejorar la defensiva, corrió hacia la cerca del left center, dio una docena de zancadas. Lo que ocurriría a continuación sería un momento de magia beisbolera o el fin del intento de juego perfecto de Mark Buehrle en el noveno inning del juego versus los Rayas de Tampa Bay.
Wise saltó y estiró su brazo derecho sobre el tope de la pared de 8 pies. La bola cayó en la malla del guante pero luego saltó por una fracción de segundo mientras él rebotaba de la pared y flotaba en la zona de seguridad. Wise atrapó la pelota con la mano izquierda sin guante, cayó al suelo y rodó. Se levantó y mostró la pelota a la multitud.
Magia. Un jonrón convertido en out.
Con la mayor amenaza controlada, Buehrle completó el decimoctavo juego perfecto en la historia de las Grandes Ligas, una victoria 5-0 este jueves 23 de julio de 2009.
“Esperaba que la pelota estuviera dentro del parque, que hubiera suficiente espacio para que él la atrapara. Sé que los muchachos estaban haciendo todo lo posible por salvar el no-hitter, el juego perfecto, cualquier cosa que fuera”, dijo Buehrle quién ahora ha lanzado dos no-hitters en su carrera.
Wise conocía este tipo de escenario.
“Estaba con los Bravos en 2004, cuando Randy Johnson de los DiamondBacks lanzó un juego perfecto. He estado en ambos lados de la calle”, dijo Wise. “Esta probablemente ha sido la mejor atrapada que haya hecho, debido al tipo de situación”.
“Fue algo muy loco, porque cuando salté la bola pegó en mi guante y al mismo tiempo estaba chocando contra la pared. No me di cuenta que había hecho la atrapada hasta que caí y la bola estaba saltando del guante, así que estiré la mano y la agarré”.
El manager de los Medias Blancas, Ozzie Guillén, estaba feliz por haber hecho el cambio defensivo para meter a jugar a Wise, quién entró a jugar en el jardín central mientras Scott Posednik pasaba a la izquierda y Carlos Quentin salía.
“Ese es nuestro trabajo. Para eso estamos aquí”, dijo Guillén.
Buehrle se puso abajo en la cuenta, 3-1, contra Michel Hernández, el segundo bateador del noveno inning, quién aguantó el segundo strike cantado y abanicó el tercero.
Con los aficionados coreando el nombre de Buehrle, Jason Bartlett se puso en cuenta de 2-1 y bateó un rolling hacia el shortstop Alexei Ramírez, quién lanzó hacia el primera base Josh Fields. Buehrle se llevó los brazos a la cabeza y fue asediado por sus compañeros entre el montículo y la primera base.
“Nunca pensé que lanzaría un no-hitter, nunca pensé que lanzaría un juego perfecto, nunca pensé que batearía un jonrón”, dijo Buehrle, quién ha hecho las tres cosas. “Nunca digas nunca en este juego porque pueden ocurrir eventos inesperados”.
El pitcher recibió una llamada telefónica de felicitación del Presidente Barack Obama, un aficionado de los Medias Blancas, al completar el décimosexto juego perfecto desde que empezó la era moderna en 1900 y el primero desde el lanzado por Johnson en 2004.
“Bromeamos alrededor de los 30 segundos que duró la llamada, y me pregunté “¿Eso es todo lo que tiene para mí?”, dijo Buehrle.
Obama, un zurdo como Buehrle, uso una chaqueta de los Medias Blancas cuando hizo el lanzamiento inaugural del Juego de las Estrellas la semana pasada en San Luís.
“Le dije que estaba muy sorprendido por la llamada”, dijo Buehrle. “Él dijo ‘Felicitaciones, es un honor. Mucha gente va a recordar esto por siempre”.
Obama había hablado con Buehrle, un nativo de St. Charles, Mo., en el club house de la Liga Americana la semana pasada.
“Él es extraordinario como aficionado”, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca Robert Gibbs quién refirió las siguientes palabras de Obama: “Cuando eres aficionado de los Medias Blancas y conoces a la persona que lanzó perfecto, eso te hace disfrutar más el momento”.
Respaldado por el grand slam del segundo inning de Fields, Buehrle lanzó 76 strikes de sus 116 lanzamientos y ponchó 6 en su segundo no-hitter, para ayudar a Chicago a ponerse a un punto de porcentaje de los líderes de la división Central de la Liga Americana, los Tigres de Detroit.
Kapler entendió su papel.
“Ese momento fue mágico para Wise y Buehrle”, dijo Kapler, “la mayoría de los peloteros se ganan esos momentos”.
En un triunfo 6-0 sobre Texas el 18 de abril de 2007, Buehrle también enfrentó el mínimo de 27 bateadores. Caminó a Sammy Sosa en el quinto inning de ese juego, dos lanzamientos después lo sorprendió en primera.
“Después de aquel juego le compré relojes a todos. Fue un no-hitter caro”, dijo Buehrle. “Este, probablemente será más caro”.
Buehrle y Johnson son los dos únicos pitchers activos con un par de no-hitters de acuerdo a STATSLLC. Además de su juego perfecto de 2004, la Gran Unidad lanzó un no-hitter para Seattle el 02 de junio de 1990 contra Detroit.
Antes del noveno, Buehrle prescindió de grandes jugadas defensivas a su espalda. En el cuarto inning Evan Longoria bateó una línea directa al guante de Ramírez. En el octavo, el tercera base Gordon Beckham no se tuvo que mover para tomar una línea de Pat Burell.
“He estado involucrado en juegos sin hits ni carreras en el pasado, simplemente hay que seguir adelante”, dijo el manager de los Rayas Joe Maddon. “Es sólo una derrota, pero me parece que tiene mucho significado para el equipo ganador”.
Buerhrle llegó a la cuenta de 3 bolas con 5 bateadores, incluyendo el 3-0 ante Bartlett en el sexto inning. Bartlett aguantó los dos siguientes strikes, bateó un foul y conectó un rolling de rutina hacia Ramírez. Mientras el campocorto lanzaba a primera, la multitud de 28.036 personas gritaba en las tribunas.
Con un out en el octavo, Ben Zobrist bateó un rolling débil que salió de foul y luego salió con elevado en cuenta de 3 y 2. El próximo bateador, Burell, bateó una línea por la izquierda que salió de foul, el árbitro de tercera Laz Díaz inmediatamente indicó el foul. Luego Burell bateó la línea hacia tercera base.
Buehrle de 30 años, se convirtió en el segundo lanzador de los Medias Blancas que lanza dos no-hitters. Frank Smith lo hizo contra Detroit en 1905 y ante los Atléticos de Filadelfia en 1908. El único otro juego perfecto de los Medias Blancas lo lanzó Charles Robertson en Detroit el 30 de abril de 1922.
Fue el segundo no-hitter encajado por los Rayas. Derek Lowe les lanzó uno con Boston el 27 de abril de 2002.
Scott Kazmir (4-6) permitió 5 carreras y 5 hits en 6 innings. Además del grand slam de Fields, Ramírez bateó un doble impulsor en el quinto.
Hacia el final, la esposa de Buehrle, Jamie, estaba muy emocionada mientras veía el juego desde los asientos cercanos al home plate con su hija Brooklyn de 4 meses.
“Estoy muy orgullosa de mi esposo, es increíble”, dijo. “Nunca deja de asombrarme. Se mantiene alcanzando más y más logros en su carrera”.
Buehrle (11-3) forzó 11 outs con rollings. Pocos bateadores de los Rayas hicieron contacto con fuerza ante él, sólo permitió 3 líneas.
Buehrle quién tuvo éxito donde otros han fallado como pitcher que obliga a los bateadores a hacer contacto, no sigue el patrón de los pitchers que han lanzado sin hits ni carreras o perfecto, antes que él.
El manager Ozzie Guilén sabe el secreto del éxito de Buehrle.
“Strikes, muchas agallas y confianza en lo que hace”, dijo un emocionado Guillén. “He visto muchos recursos de su parte y muchas cosas inesperadas, lo dije hace dos años cuando lanzó el no-hitter. Una de las cosas más difíciles que he visto en mi vida es un no hitter de Buehrle. No porque no pueda, es porque su plan de juego es hacer que los bateadores hagan contacto para tratar de hacerlos out tan rápido como se pueda”:
“Fueron pitcheos de calidad. Él ha hecho eso por mucho tiempo. Para mí, es uno de los pitchers más subestimados de la Liga Americana en los últimos 10 años”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
jueves, 23 de julio de 2009
Los Medias Rojas obtienen al primera base Adam LaRoche.
El veterano agrega profundidad al infield y un zurdo con poder al bate.
Ian Browne / MLB.com
Arlington. El gerente general de los Medias Rojas Theo Epstein ha estado en la búsqueda de un infielder de las esquinas con poder al bate, alrededor de un mes. La búsqueda terminó exitosamente este miércoles 22 de julio con la adquisición del inicialista zurdo Adam LaRoche de los Piratas de Pittsburgh.
Para traer a LaRoche a usar el uniforme de los Medias Rojas que estrenará este viernes por la noche en Fenway Park contra los Orioles, Epstein tuvo que entregar dos jugadores de ligas menores, el campocorto Argenis Díaz y el lanzador derecho Hunter Strickland. Ninguno de los dos estaba considerado como jugador clave del futuro de Boston, lo que contribuyó para que Epstein no lo pensara dos veces.
“Hemos estado en el mercado en la búsqueda de un pelotero que pudiera hacerle daño a los lanzadores derechos y ayudara a mejor nuestra profundidad en las esquinas del infield”, dijo Epstein. “Hemos revisado varios peloteros que encajen en esa categoría y encontramos que por un gran margen, los Piratas tenían el precio de adquisición más razonable”.
“Esta era la oportunidad de obtener un jugador que nos ayudara ante lanzadores derechos, aumentara nuestra profundidad y nos dejara listos para seguir buscando algo de más impacto antes de la fecha tope para hacer cambios”.
Un regular con los Piratas, LaRoche batea .247, con 12 jonrones y 40 empujadas, pasará a ser un jugador de la banca en Boston. Pero parece que tendrá bastante oportunidad de jugar para el manager de Boston Terry Francona, a quién le gusta utilizar toda su banca.
“Siempre hay incertidumbre con la salud, pienso que hay cierta preocupación en la organización sobre si se tiene suficiente profundidad, si algo ocurre ¿Cómo quedamos?”, dijo Francona. La idea es que a la hora de la verdad tengamos jugadores extra, lo cual es algo que necesito trabajar y comunicar para hacer un buen trabajo y lograr que todo funcione”.
Francona y Epstein se sentarán durante el día libre de los Medias Rojas este jueves 23 de julio para determinar no sólo el correspondiente movimiento en el roster para abrir espacio al nuevo miembro de los bostonianos, sino también la manera como LaRoche será utilizado.
La adición de LaRoche significa que el tercera base Mike Lowell podrá descansar su recientemente reparada cadera derecha, más a menudo. Kevin Youkilis, el primera base Todos Estrellas de Boston, podrá moverse a la antesala los días que Lowell no juegue lo cual abrirá un espacio para LaRoche.
“Pienso que tratamos de agregar algo de profundidad al equipo, más poder del lado izquierdo y más versatilidad”, dijo Lowell. “¿Cómo me afectará eso? Ya veremos Trataremos de tener el mejor equipo para ganar. No tengo una bola de cristal. No sé como se van a desarrollar las cosas”.
LaRoche verá muchas caras familiares cuando llegue a Fenway este viernes. Entre sus antíguos compañeros están John Smoltz, Jason Bay, Nick Green y J.D. Drew.
“Puedo pensar en muchos lugares peores donde ir”, dijo LaRoche a los reporteros de Pittsburgh. “Es agradable regresar a un equipo que estéá en el fragor de la lucha clasificatoria. He extrañado eso. Cuando estuve en Atlanta, tuve la suerte de estar en la post-temporada y en juegos importantes de septiembre”.
Smoltz está esperando el reencuentro.
“Él tiene uno de los mejores swings del juego”, dijo Smoltz, quién fue compañero de LaRoche con los Bravos de Atlanta por 3 temporadas. “Esperamos que sea capaz de seguir haciendolo en una atmósfera a la que no ha estado acostumbrado en algún tiempo. Es una de las mejores personas del mundo. La forma como ejecuta su trabajo lo hace un tipo muy interesante. Tiene las mejores manos que puedas pedir de un primera base. Disfrutamos mucho juntos”.
El tiempo pudo haber sido el mejor para este movimiento, porque LaRoche siempre ha sido un pelotero de la segunda mitad de la temporada, la mayor parte de su carrera.
“Los grandes números en las segundas partes son refrescantes”, dijo Epstein. “No pienso que estos sean completamente predictivos, por lo que pienso que nunca haremos un cambio basados en los números de la primera o la segunda parte que pueda tener un jugador. Pero eso da alguna razón para ser optimistas”.
Bay, quién jugó con LaRoche la temporada pasada con los Piratas, predice que tendrá éxito en Boston.
“Es un buen compañero. Un buen bateador. Un buen primera base”, dijo Bay. “Se ha dicho que tiene comienzos lentos, por lo que lo estamos tomando en su momento de alzar vuelo. Siempre tiene una buena segunda mitad. En general es un buen tipo con quién contar”.
Aunque ir de un mercado pequeño a otro mas grande a menudo es un ajuste difícil de hacer para un jugador, Bay piensa que la personalidad de LaRoche hará todo más sencillo.
“Pienso que lo tomará con calma”, dijo Bay. “Se darán cuenta cuando lo conozcan. Es único en su estilo. Es un gran tipo. Es un muchacho del campo. Se toma las cosas con calma. Cási se mueve en cámara lenta. Nada lo altera”.
Los Medias Rojas han estado en un slump los últimos días, eso potenció las razones de Epstein para hacer el cambio.
“Él es un primera base zurdo con poder al bate y juega muy bien la primera base”, dijo Bay. “Hemos tenido problemas a la ofensiva recientemente. Esperamos que en los últimos dos meses de la temporada, él pueda agregar algo de poder a la alineación”.
Hace falta saber con encajarán todas las piezas. Los Medias Rojas ya tenían un reemplazo zurdo para primera base en Mark Kotsay, pero él también juega en los jardines.
Lowell fue activado de la lista de incapacitados el 17 de julio, después de 19 dias de inactividad. El veterano antesalista batea .289 con 10 jonrones y 42 empujadas en 72 juegos.
LaRoche, 29, es elegible para la libre agencia al final de la temporada. Un potencial agente libre “tipo B”, los Medias Rojas podrían recibir compensación en el draft si él es firmado por otro equipo.
“Esa no fue la razón principal del cambio. Reconocemos que eso está lejos de la realidad, pero si él tiene su característica segunda mitad, hay oportunidad de que obtenga ese status”, dijo Epstein. “Bajo algunos escenarios eso le podría dar al equipo una escogencia en el draft. Eso fue algo que no fue tomado en cuenta a la hora de formalizar el movimiento. Pienso que él fue principalmente adquirido para ayudar a los Medias Rojas de 2009 y mejorar nuestra habilidad para batearle a los lanzadores derechos a la vez que mejoramos la profundidad de nuestros jugadores de posición y de nuestras esquinas del infield”.
LaRoche tiene un promedio de bateo vitalicio de .263 con 123 jonrones y 426 carreras empujadas en 775 juegos.
Con Díaz los Piratas ganaron un potencial jugador defensivo de élite. Esta temporada con el Pórtland AA, Díaz batea .253, sin jonrones, 24 empujadas y 7 bases robadas.
Strickland fue seleccionado por los Medias Rojas en la ronda 18 del draft de 2007. Tenía marca de 5-4 y 3.35 de efectividad con el Greenville A esta temporada.
Mientras tanto, Epstein continuará explorando otras oportunidades de mejorar el equipo con sólo una semana antes del 31 de julio fecha tope de transacciones fuera de waivers.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Ian Browne / MLB.com
Arlington. El gerente general de los Medias Rojas Theo Epstein ha estado en la búsqueda de un infielder de las esquinas con poder al bate, alrededor de un mes. La búsqueda terminó exitosamente este miércoles 22 de julio con la adquisición del inicialista zurdo Adam LaRoche de los Piratas de Pittsburgh.
Para traer a LaRoche a usar el uniforme de los Medias Rojas que estrenará este viernes por la noche en Fenway Park contra los Orioles, Epstein tuvo que entregar dos jugadores de ligas menores, el campocorto Argenis Díaz y el lanzador derecho Hunter Strickland. Ninguno de los dos estaba considerado como jugador clave del futuro de Boston, lo que contribuyó para que Epstein no lo pensara dos veces.
“Hemos estado en el mercado en la búsqueda de un pelotero que pudiera hacerle daño a los lanzadores derechos y ayudara a mejor nuestra profundidad en las esquinas del infield”, dijo Epstein. “Hemos revisado varios peloteros que encajen en esa categoría y encontramos que por un gran margen, los Piratas tenían el precio de adquisición más razonable”.
“Esta era la oportunidad de obtener un jugador que nos ayudara ante lanzadores derechos, aumentara nuestra profundidad y nos dejara listos para seguir buscando algo de más impacto antes de la fecha tope para hacer cambios”.
Un regular con los Piratas, LaRoche batea .247, con 12 jonrones y 40 empujadas, pasará a ser un jugador de la banca en Boston. Pero parece que tendrá bastante oportunidad de jugar para el manager de Boston Terry Francona, a quién le gusta utilizar toda su banca.
“Siempre hay incertidumbre con la salud, pienso que hay cierta preocupación en la organización sobre si se tiene suficiente profundidad, si algo ocurre ¿Cómo quedamos?”, dijo Francona. La idea es que a la hora de la verdad tengamos jugadores extra, lo cual es algo que necesito trabajar y comunicar para hacer un buen trabajo y lograr que todo funcione”.
Francona y Epstein se sentarán durante el día libre de los Medias Rojas este jueves 23 de julio para determinar no sólo el correspondiente movimiento en el roster para abrir espacio al nuevo miembro de los bostonianos, sino también la manera como LaRoche será utilizado.
La adición de LaRoche significa que el tercera base Mike Lowell podrá descansar su recientemente reparada cadera derecha, más a menudo. Kevin Youkilis, el primera base Todos Estrellas de Boston, podrá moverse a la antesala los días que Lowell no juegue lo cual abrirá un espacio para LaRoche.
“Pienso que tratamos de agregar algo de profundidad al equipo, más poder del lado izquierdo y más versatilidad”, dijo Lowell. “¿Cómo me afectará eso? Ya veremos Trataremos de tener el mejor equipo para ganar. No tengo una bola de cristal. No sé como se van a desarrollar las cosas”.
LaRoche verá muchas caras familiares cuando llegue a Fenway este viernes. Entre sus antíguos compañeros están John Smoltz, Jason Bay, Nick Green y J.D. Drew.
“Puedo pensar en muchos lugares peores donde ir”, dijo LaRoche a los reporteros de Pittsburgh. “Es agradable regresar a un equipo que estéá en el fragor de la lucha clasificatoria. He extrañado eso. Cuando estuve en Atlanta, tuve la suerte de estar en la post-temporada y en juegos importantes de septiembre”.
Smoltz está esperando el reencuentro.
“Él tiene uno de los mejores swings del juego”, dijo Smoltz, quién fue compañero de LaRoche con los Bravos de Atlanta por 3 temporadas. “Esperamos que sea capaz de seguir haciendolo en una atmósfera a la que no ha estado acostumbrado en algún tiempo. Es una de las mejores personas del mundo. La forma como ejecuta su trabajo lo hace un tipo muy interesante. Tiene las mejores manos que puedas pedir de un primera base. Disfrutamos mucho juntos”.
El tiempo pudo haber sido el mejor para este movimiento, porque LaRoche siempre ha sido un pelotero de la segunda mitad de la temporada, la mayor parte de su carrera.
“Los grandes números en las segundas partes son refrescantes”, dijo Epstein. “No pienso que estos sean completamente predictivos, por lo que pienso que nunca haremos un cambio basados en los números de la primera o la segunda parte que pueda tener un jugador. Pero eso da alguna razón para ser optimistas”.
Bay, quién jugó con LaRoche la temporada pasada con los Piratas, predice que tendrá éxito en Boston.
“Es un buen compañero. Un buen bateador. Un buen primera base”, dijo Bay. “Se ha dicho que tiene comienzos lentos, por lo que lo estamos tomando en su momento de alzar vuelo. Siempre tiene una buena segunda mitad. En general es un buen tipo con quién contar”.
Aunque ir de un mercado pequeño a otro mas grande a menudo es un ajuste difícil de hacer para un jugador, Bay piensa que la personalidad de LaRoche hará todo más sencillo.
“Pienso que lo tomará con calma”, dijo Bay. “Se darán cuenta cuando lo conozcan. Es único en su estilo. Es un gran tipo. Es un muchacho del campo. Se toma las cosas con calma. Cási se mueve en cámara lenta. Nada lo altera”.
Los Medias Rojas han estado en un slump los últimos días, eso potenció las razones de Epstein para hacer el cambio.
“Él es un primera base zurdo con poder al bate y juega muy bien la primera base”, dijo Bay. “Hemos tenido problemas a la ofensiva recientemente. Esperamos que en los últimos dos meses de la temporada, él pueda agregar algo de poder a la alineación”.
Hace falta saber con encajarán todas las piezas. Los Medias Rojas ya tenían un reemplazo zurdo para primera base en Mark Kotsay, pero él también juega en los jardines.
Lowell fue activado de la lista de incapacitados el 17 de julio, después de 19 dias de inactividad. El veterano antesalista batea .289 con 10 jonrones y 42 empujadas en 72 juegos.
LaRoche, 29, es elegible para la libre agencia al final de la temporada. Un potencial agente libre “tipo B”, los Medias Rojas podrían recibir compensación en el draft si él es firmado por otro equipo.
“Esa no fue la razón principal del cambio. Reconocemos que eso está lejos de la realidad, pero si él tiene su característica segunda mitad, hay oportunidad de que obtenga ese status”, dijo Epstein. “Bajo algunos escenarios eso le podría dar al equipo una escogencia en el draft. Eso fue algo que no fue tomado en cuenta a la hora de formalizar el movimiento. Pienso que él fue principalmente adquirido para ayudar a los Medias Rojas de 2009 y mejorar nuestra habilidad para batearle a los lanzadores derechos a la vez que mejoramos la profundidad de nuestros jugadores de posición y de nuestras esquinas del infield”.
LaRoche tiene un promedio de bateo vitalicio de .263 con 123 jonrones y 426 carreras empujadas en 775 juegos.
Con Díaz los Piratas ganaron un potencial jugador defensivo de élite. Esta temporada con el Pórtland AA, Díaz batea .253, sin jonrones, 24 empujadas y 7 bases robadas.
Strickland fue seleccionado por los Medias Rojas en la ronda 18 del draft de 2007. Tenía marca de 5-4 y 3.35 de efectividad con el Greenville A esta temporada.
Mientras tanto, Epstein continuará explorando otras oportunidades de mejorar el equipo con sólo una semana antes del 31 de julio fecha tope de transacciones fuera de waivers.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 22 de julio de 2009
Los Medias Rojas de Boston retirarán el número 14 de Jim Rice.
La ceremonia tendrá lugar dos días después de la inducción al Salón de la Fama.
Alden Gonzalez / MLB.com
El martes 28 de julio de 2009 el número de Jim Rice será incrustado en la tradición de Fenway Park para siempre.
Esa noche antes del juego de las 7:10 p.m ante los Atléticos de Oakland, los Medias Rojas retirarán el número 14 del jardinero inquilino del Salón de la Fama como tributo a su fenomenal carrera y en honor a su inducción en Cooperstown, N.Y., el domingo 26 de julio, anunció el equipo este miércoles 22.
Será el séptimo número retirado por la franquicia, junto a Bobby Doerr (1), Joe Cronin (4), Johnny Pesky (6), Carl Yastrzemski (8), Ted Williams (9) y Carlton Fisk (27). El 42 de Jackie Robinson ha sido retirado por todos los equipos de Grandes Ligas.
Rice fue elegido al Salón de la Fama del Béisbol el 12 de enero de 2009 y se convirtió en el trigésimo segundo jugador de los Medias Rojas en recibir ese honor. Será entronizado este domingo 26 de julio, junto al jardinero Rickey Henderson quién jugó en Boston en 2002.
“Como aficionado al juego y gerente de esta gran franquicia es un honor ser parte de los Medias Rojas durante este momento especial de la historia del equipo”, dijo el dueño principal de los Medias Rojas John Henry en una declaración de prensa. “En nombre de nuestros socios, de toda la organización queremos felicitar a Jim Rice por su venidera inducción al Salón de la Fama del Béisbol y finalmente ocupar el lugar que le corresponde entre los grandes jugadores del béisbol”.
“El retiro de su número será una manera de rendir honores a uno de los bateadores más dominantes que nunca haya vestido la camiseta de los Medias Rojas”.
A lo largo de 16 temporadas con Boston entre 1974 y 1989, Rice dejó promedio ofensivo de .298, con 382 jonrones y 1451 carreras empujadas en 2089 juegos, fue seleccionado 8 veces al Juego de Estrellas. El antíguo capitán de los Medias Rojas se ubicó 6 veces en su carrera entre los 5 jugadores más votados para el premio al Jugador Mas Valioso de la Liga Americana, más que ningún otro jugador entre 1963 y 2005, y ganó el premio al batear .315 con 46 jonrones y 139 empujadas en 1978.
Rice, inducido al Salón de la Fama de los Medias Rojas en 1995, ocupa el tercer lugar entre los lideres vitalicios del club en hits, jonrones y empujdas.
Luego de su carrera como jugador activo, Rice, 56, fue instructor de bateo de Ligas Menores en la organización bostoniano entre 1992 y 1994 y luego coach de bateo de Grandes Ligas de 1995 a 2000. En la actualidad es el instructor especial de asignaciones del equipo, un rol que mantiene desde 2001 y trabaja como analista en el canal NESN que cubre los juegos de los Medias Rojas.
“Nunca me consideré un jonronero, pero bateé jonrones”, dijo Rice al ser elegido al Salón de la Fama durante su último año de elegibilidad. “Me dijeron que para ser elegido al Salón de la Fama, al menos en la primera ocasión, tenías que haber bateado 400 jonrones. Mi objetivo era, que si había un corredor en primera, debía batear la pelota entre dos y esperar que el corredor anotara”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Alden Gonzalez / MLB.com
El martes 28 de julio de 2009 el número de Jim Rice será incrustado en la tradición de Fenway Park para siempre.
Esa noche antes del juego de las 7:10 p.m ante los Atléticos de Oakland, los Medias Rojas retirarán el número 14 del jardinero inquilino del Salón de la Fama como tributo a su fenomenal carrera y en honor a su inducción en Cooperstown, N.Y., el domingo 26 de julio, anunció el equipo este miércoles 22.
Será el séptimo número retirado por la franquicia, junto a Bobby Doerr (1), Joe Cronin (4), Johnny Pesky (6), Carl Yastrzemski (8), Ted Williams (9) y Carlton Fisk (27). El 42 de Jackie Robinson ha sido retirado por todos los equipos de Grandes Ligas.
Rice fue elegido al Salón de la Fama del Béisbol el 12 de enero de 2009 y se convirtió en el trigésimo segundo jugador de los Medias Rojas en recibir ese honor. Será entronizado este domingo 26 de julio, junto al jardinero Rickey Henderson quién jugó en Boston en 2002.
“Como aficionado al juego y gerente de esta gran franquicia es un honor ser parte de los Medias Rojas durante este momento especial de la historia del equipo”, dijo el dueño principal de los Medias Rojas John Henry en una declaración de prensa. “En nombre de nuestros socios, de toda la organización queremos felicitar a Jim Rice por su venidera inducción al Salón de la Fama del Béisbol y finalmente ocupar el lugar que le corresponde entre los grandes jugadores del béisbol”.
“El retiro de su número será una manera de rendir honores a uno de los bateadores más dominantes que nunca haya vestido la camiseta de los Medias Rojas”.
A lo largo de 16 temporadas con Boston entre 1974 y 1989, Rice dejó promedio ofensivo de .298, con 382 jonrones y 1451 carreras empujadas en 2089 juegos, fue seleccionado 8 veces al Juego de Estrellas. El antíguo capitán de los Medias Rojas se ubicó 6 veces en su carrera entre los 5 jugadores más votados para el premio al Jugador Mas Valioso de la Liga Americana, más que ningún otro jugador entre 1963 y 2005, y ganó el premio al batear .315 con 46 jonrones y 139 empujadas en 1978.
Rice, inducido al Salón de la Fama de los Medias Rojas en 1995, ocupa el tercer lugar entre los lideres vitalicios del club en hits, jonrones y empujdas.
Luego de su carrera como jugador activo, Rice, 56, fue instructor de bateo de Ligas Menores en la organización bostoniano entre 1992 y 1994 y luego coach de bateo de Grandes Ligas de 1995 a 2000. En la actualidad es el instructor especial de asignaciones del equipo, un rol que mantiene desde 2001 y trabaja como analista en el canal NESN que cubre los juegos de los Medias Rojas.
“Nunca me consideré un jonronero, pero bateé jonrones”, dijo Rice al ser elegido al Salón de la Fama durante su último año de elegibilidad. “Me dijeron que para ser elegido al Salón de la Fama, al menos en la primera ocasión, tenías que haber bateado 400 jonrones. Mi objetivo era, que si había un corredor en primera, debía batear la pelota entre dos y esperar que el corredor anotara”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Dos receptores de alta competencia.
De seguro había otros receptores como Johnny Bench, Ted Simmons que eran tan buenos o mejores que ellos. Sin embargo cada vez que Thurman Munson y Carlton Fisk se ponían los implementos del catcher y se agachaban detrás del bateador, garantizaban un forcejeo de dientes apretados hasta el último strike de cada juego. Por eso cada enfrentamiento entre Yanquis y Medias Rojas en los años setenta tenía un ingrediente que multiplicaba la pasión de esos juegos.
Cada foul capturado en extremo por Fisk en las tribunas era replicado por los disparos rápidos y precisos de Munson para retirar corredores en las bases. Si Munson fue el Novato del año de la Liga Americana en 1970, Fisk lo fue en 1972. Si Fisk conectó el dramático jonrón del sexto juego de la Serie Mundial de 1975, Munson fue el Jugador más Valioso de la Liga Americana en 1976. Si Fisk fue lider en outs en 1972 (846) y 1973 (739), Munson comandó la liga en asistencias en 1970 (80), 1973 (80) y 1974 (75). Si Munson lograba sacar los mejores envíos de Jim Catfish Hunter, Fisk hacía lo propio con Bill Lee.
Quizás la muestra más gráfica de la intensidad con que jugaban estos peloteros quedó registrada la tarde del 01 de agosto de 1973 en Fenway Park. El juego llegó igualado a 2 carreras al noveno inning. Munson abrió la entrada con doble a la izquierda ante John Curtis. Graig Nettles salió de segunda a primera. Munson pasó a tercera. Felipe Alou fue pasado intencionalmente. Ante un intento fallido de squeeze play de Gene Michael, Munson se vino al plato, impactó de llenó a Fisk para tumbarle la pelota pero este la mantuvo aún en medio de los empujones y los puños que se lanzaron. Ambos fueron expulsados del juego. Alou pasó a segunda. Bob Montgomery reemplazó a Fisk. Michael salió de short a primera. Boston ganó el juego en el cierre del noveno con sencillo impulsor de Mario Guerrero.
Fisk resultó el mejor catcher de la Liga Americana en 1977 y acudió al Juego de Estrellas en 1977 y 1978, Munson replicó ganando las Series Mundiales de 1977 y 1978. En el juego de desempate de 1978, Munson empujó una de las carreras con que los Yanquis derrotaron a los Medias Rojas, Fisk jugaba con una costilla lesionada desde agosto y siguió dando lo mejor de sí.
En 2000 Fisk fue elegido al Salón de la Fama de Cooperstown, lo más probable es que Munson tambien estuviera allí de no haber fallecido el 02 de agosto de 1979 cuando todavía le quedaban al menos 5 años más en Grandes Ligas. Sin embargo Munson también replicó a esto a través de un libro que acaba de publicar Marty Appel sobre el lado humano desconocido del receptor: “Munson. La vida y la época de un capitán yanqui”. “Leí el libro cuatro veces hasta que estuve listo para publicar”, dijo Appel. “Hubo ciertas partes donde, los ojos se me anegaban de lágrimas. Por una parte parece que todo ocurrió hace una eternidad. Por la otra, parece que fue ayer. Su muerte se quedó ahí”.
Alfonso L. Tusa C.
Cada foul capturado en extremo por Fisk en las tribunas era replicado por los disparos rápidos y precisos de Munson para retirar corredores en las bases. Si Munson fue el Novato del año de la Liga Americana en 1970, Fisk lo fue en 1972. Si Fisk conectó el dramático jonrón del sexto juego de la Serie Mundial de 1975, Munson fue el Jugador más Valioso de la Liga Americana en 1976. Si Fisk fue lider en outs en 1972 (846) y 1973 (739), Munson comandó la liga en asistencias en 1970 (80), 1973 (80) y 1974 (75). Si Munson lograba sacar los mejores envíos de Jim Catfish Hunter, Fisk hacía lo propio con Bill Lee.
Quizás la muestra más gráfica de la intensidad con que jugaban estos peloteros quedó registrada la tarde del 01 de agosto de 1973 en Fenway Park. El juego llegó igualado a 2 carreras al noveno inning. Munson abrió la entrada con doble a la izquierda ante John Curtis. Graig Nettles salió de segunda a primera. Munson pasó a tercera. Felipe Alou fue pasado intencionalmente. Ante un intento fallido de squeeze play de Gene Michael, Munson se vino al plato, impactó de llenó a Fisk para tumbarle la pelota pero este la mantuvo aún en medio de los empujones y los puños que se lanzaron. Ambos fueron expulsados del juego. Alou pasó a segunda. Bob Montgomery reemplazó a Fisk. Michael salió de short a primera. Boston ganó el juego en el cierre del noveno con sencillo impulsor de Mario Guerrero.
Fisk resultó el mejor catcher de la Liga Americana en 1977 y acudió al Juego de Estrellas en 1977 y 1978, Munson replicó ganando las Series Mundiales de 1977 y 1978. En el juego de desempate de 1978, Munson empujó una de las carreras con que los Yanquis derrotaron a los Medias Rojas, Fisk jugaba con una costilla lesionada desde agosto y siguió dando lo mejor de sí.
En 2000 Fisk fue elegido al Salón de la Fama de Cooperstown, lo más probable es que Munson tambien estuviera allí de no haber fallecido el 02 de agosto de 1979 cuando todavía le quedaban al menos 5 años más en Grandes Ligas. Sin embargo Munson también replicó a esto a través de un libro que acaba de publicar Marty Appel sobre el lado humano desconocido del receptor: “Munson. La vida y la época de un capitán yanqui”. “Leí el libro cuatro veces hasta que estuve listo para publicar”, dijo Appel. “Hubo ciertas partes donde, los ojos se me anegaban de lágrimas. Por una parte parece que todo ocurrió hace una eternidad. Por la otra, parece que fue ayer. Su muerte se quedó ahí”.
Alfonso L. Tusa C.
lunes, 20 de julio de 2009
Para un niño de Greenland, la leyenda de los Medias Rojas, Jim Rice, fue un salvavidas.
Ken Stejbach
Stratham. Jonathan Keane dijo que su jugador favorito de béisbol siempre ha sido Jim Rice.
El próximo domingo, Rice será inducido al Salón de la Fama en Cooperstown, N.Y., y Keane y su familia están muy emocionados por Rice.
Rice tuvo muchos momentos especiales durante su carrera con los Medias Rojas (1974-1989), pero ninguno más especial que el que involucró a Jonathan.
Jonathan era un niño de 4 años de Greenland sentado en la tribuna con su padre, Tom, y su hermano menor Matthew en Fenway Park cerca del dugout de los Medias Rojas, el 07 de agosto de 1982. Los Medias Rojas jugaban contra los Medias Blancas de Chicago en un juego diurno transmitido a todo el país por NBC. En el cuarto inning, Dave Stapleton de los Medias Rojas bateó un foul hacia la tribuna. Rice estaba cerca del dugout.
Tom Keane, un abogado que ahora vive en Stratham, dijo que escuhó un ruido terrible. Pensó que la pelota había chocado en algún lado del dugout, pero cuando miró a Jonathan, lo que vio fue la cabeza de Jon abierta por la mitad, llena de sangre.
Lo que más recuerda de ese día es aquella horrible imagen de su hijo a su lado con la cabeza sangrándole profusamente.
“Lo próximo que supe, fue que Jim Rice llegó lo tomó en brazos y lo sacó de la tribuna”, dijo Keane.
Keane recuerda que el y Matthew, su hijo menor, corrieron detrás de ellos a través de la puerta que da al terreno, hacia el dugout y hacia el tunel del club house. El doctor Arthur Pappas, el médico del equipo, de inmediato le dio a Jonathan primeros auxilios y llamó al Children’s Hospital para que tuvieran lista la sala de emergencias para una operación.
“En cuestión de minutos él estaba en la mesa de operaciones practicando una intervención para aliviar la presión causada por el sangrado en el cerebro”, dijo Keane.
“En principio, estaban preocupados de que el cráneo se hubiera hundido sobre el cerebro”.
Afortunadamente eso no ocurrió. Fue diagnosticado como una fractura de cráneo y lesión en el lóbulo frontal del cerebro. Dos años después, la tomografía mostró que Jonathan estaba “sano y en buen estado, un muchacho maravilloso”, dijo Tom Keane.
Jonathan pudo haber sido muy pequeño para recordar aquel día de 1982, pero recuerda la historia de lo que ocurrió”.
“Gracias a Dios que la pelota no me golpeó en la sien”, dijo Jonathan.
Jonathan , quién estaba en condición crítica, pasó los próximos 4 o 5 días en el Children´s Hospital.
En el presente Jonathan tiene 31 años, vive en Raleigh, N.C., y trabaja para CanvasonDemand.com, una compañía que convierte fotografías en lienzos artísticos. Está comprometido para casarse.
“Rice hizo un esfuerzo heroíco”, dijo Tom Keane. “Reaccionó de inmediato, por eso se salvó la vida de Jonathan”.
Había 30.000 personas en el estadio ese día, pero Rice fue el primero que reaccionó.
“Sólo una persona especial actúa en una situación crítica”, dijo Tom Keane.
En la habitación del hospital, a mitad de la noche, Jonathan estaba con su padre y su madre, Carol Johnson-Haywood, cuando recibieron una llamada de la leyenda del béisbol Hank Aaron. Aaron dijo que el estaba viendo el juego, que era “El Juego de la Semana”, por televisión ese día, y no pudo dormir hasta que supo como estaba Jonathan.
Varios integrantes de los Medias Rojas y los Medias Blancas visitaron a Jonathan en el hospital.
“Estamos asombrados de que no hubiese lesión permanente”, dijo Tom.
La próxima temporada Jonathan lanzó la primera bola el día inaugural con el padre de Carl Yastrzemski.
La organización de los Medias Rojas siempre ha seguido el progreso de Jonathan y cuando Tom Keane se ha encontrado con Jim Rice este siempre le ha preguntado por Jonathan.
Jonathan creció en Greenland y jugó béisbol de pequeñas ligas en lo que para el momento era una liga Stratham-Greenland. Cuando estudiaba en Profile School también jugó béisbol. Era un segunda base.
El béisbol fue su deporte favorito hasta que se dedicó al golf.
Jonathan estudió en North Carolina State University y se graduó en empresas, mercadeo y finanzas. Jonathan dijo que le envió una carta a Rice después que se graduó, diciendole que le iba bien y que lo apreciaba por el tipo de persona que era y por “haber salvado mi vida”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Stratham. Jonathan Keane dijo que su jugador favorito de béisbol siempre ha sido Jim Rice.
El próximo domingo, Rice será inducido al Salón de la Fama en Cooperstown, N.Y., y Keane y su familia están muy emocionados por Rice.
Rice tuvo muchos momentos especiales durante su carrera con los Medias Rojas (1974-1989), pero ninguno más especial que el que involucró a Jonathan.
Jonathan era un niño de 4 años de Greenland sentado en la tribuna con su padre, Tom, y su hermano menor Matthew en Fenway Park cerca del dugout de los Medias Rojas, el 07 de agosto de 1982. Los Medias Rojas jugaban contra los Medias Blancas de Chicago en un juego diurno transmitido a todo el país por NBC. En el cuarto inning, Dave Stapleton de los Medias Rojas bateó un foul hacia la tribuna. Rice estaba cerca del dugout.
Tom Keane, un abogado que ahora vive en Stratham, dijo que escuhó un ruido terrible. Pensó que la pelota había chocado en algún lado del dugout, pero cuando miró a Jonathan, lo que vio fue la cabeza de Jon abierta por la mitad, llena de sangre.
Lo que más recuerda de ese día es aquella horrible imagen de su hijo a su lado con la cabeza sangrándole profusamente.
“Lo próximo que supe, fue que Jim Rice llegó lo tomó en brazos y lo sacó de la tribuna”, dijo Keane.
Keane recuerda que el y Matthew, su hijo menor, corrieron detrás de ellos a través de la puerta que da al terreno, hacia el dugout y hacia el tunel del club house. El doctor Arthur Pappas, el médico del equipo, de inmediato le dio a Jonathan primeros auxilios y llamó al Children’s Hospital para que tuvieran lista la sala de emergencias para una operación.
“En cuestión de minutos él estaba en la mesa de operaciones practicando una intervención para aliviar la presión causada por el sangrado en el cerebro”, dijo Keane.
“En principio, estaban preocupados de que el cráneo se hubiera hundido sobre el cerebro”.
Afortunadamente eso no ocurrió. Fue diagnosticado como una fractura de cráneo y lesión en el lóbulo frontal del cerebro. Dos años después, la tomografía mostró que Jonathan estaba “sano y en buen estado, un muchacho maravilloso”, dijo Tom Keane.
Jonathan pudo haber sido muy pequeño para recordar aquel día de 1982, pero recuerda la historia de lo que ocurrió”.
“Gracias a Dios que la pelota no me golpeó en la sien”, dijo Jonathan.
Jonathan , quién estaba en condición crítica, pasó los próximos 4 o 5 días en el Children´s Hospital.
En el presente Jonathan tiene 31 años, vive en Raleigh, N.C., y trabaja para CanvasonDemand.com, una compañía que convierte fotografías en lienzos artísticos. Está comprometido para casarse.
“Rice hizo un esfuerzo heroíco”, dijo Tom Keane. “Reaccionó de inmediato, por eso se salvó la vida de Jonathan”.
Había 30.000 personas en el estadio ese día, pero Rice fue el primero que reaccionó.
“Sólo una persona especial actúa en una situación crítica”, dijo Tom Keane.
En la habitación del hospital, a mitad de la noche, Jonathan estaba con su padre y su madre, Carol Johnson-Haywood, cuando recibieron una llamada de la leyenda del béisbol Hank Aaron. Aaron dijo que el estaba viendo el juego, que era “El Juego de la Semana”, por televisión ese día, y no pudo dormir hasta que supo como estaba Jonathan.
Varios integrantes de los Medias Rojas y los Medias Blancas visitaron a Jonathan en el hospital.
“Estamos asombrados de que no hubiese lesión permanente”, dijo Tom.
La próxima temporada Jonathan lanzó la primera bola el día inaugural con el padre de Carl Yastrzemski.
La organización de los Medias Rojas siempre ha seguido el progreso de Jonathan y cuando Tom Keane se ha encontrado con Jim Rice este siempre le ha preguntado por Jonathan.
Jonathan creció en Greenland y jugó béisbol de pequeñas ligas en lo que para el momento era una liga Stratham-Greenland. Cuando estudiaba en Profile School también jugó béisbol. Era un segunda base.
El béisbol fue su deporte favorito hasta que se dedicó al golf.
Jonathan estudió en North Carolina State University y se graduó en empresas, mercadeo y finanzas. Jonathan dijo que le envió una carta a Rice después que se graduó, diciendole que le iba bien y que lo apreciaba por el tipo de persona que era y por “haber salvado mi vida”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Morton y los Piratas vencen a los Gigantes 2-0
Pittsburgh. (AP). Parece que todo lo que Charlie Morton necesita para tener una buena apertura es un poco de lluvia.
Por segunda vez en tres salidas, Morton no permitió carreras en una noche lluviosa. La alicaída ofensiva de los Gigantes de San Francisco sólo pudo conectar 3 imparables en 7 innings durante la victoria de los Piratas sobre los Gigantes la noche del sábado 19 de julio de 2009.
Morton (2-2) ponchó 6 después que el comienzo del juego se retrasó 11 minutos y estuvo sentado por 13 minutos a causa de la lluvia en el sexto inning. En su única otra victoria, el 03 de julio en Florida, Morton lanzó 6 innings donde sólo permitió un hit, y debió soportar 84 minutos de retrasos por lluvia.
“Él tiene un gran repertorio. Es una lástima que se haya visto afectado por tantos retrasos por lluvia… y no haya desarrollado una buena rutina”, dijo el manager de los Piratas John Russell. “Pienso que la forma como lanzó los últimos 3 innings nos mostró de lo que es capaz”.
Adquirido de los Bravos de Atlanta en el cambio de Nate McLouth el mes pasado, Morton sólo permitió que un bateador le pasara de primera base. Sólo había pitcheado 7 innings en dos oportunidades en sus 20 aperturas en Grandes Ligas.
“Pienso que es un asunto de ser consistente, mantener el paso y creer en mi repertorio y tratar de mantener la pelota baja en la zona”, dijo Morton. “Se trata de confiar en los pitcheos que hago”.
John Grabow lanzó perfecto el octavo inning y Matt Capps salió de un lio de dos en base sin outs en el noveno para acreditarse su salvado 20.
“Morton lanzó magnífico, nos mantuvo en el juego”, dijo el campocorto de los Piratas Jack Wilson. “Fue una gran demostración de pitcheo para ambos lanzadores. Necesitamos hacer mejores swings para anotar más carreras para que nuestros lanzadores no tengan que lanzar blanqueos”.
Morton lanzó un blanqueo con el Gwinett AAA de la organización de los Bravos al principio de esta temporada y comandaba la Liga Internacional en juegos ganados al momento de su cambio a los Piratas.
El sábado ponchó al menos un bateador en 5 de sus innings, pero también dijo que lanzó para que los bateadores hicieran contacto y dejó que los Piratas hicieran grandes jugadas defensivas detrás de él.
Edgar Rentería bateó 2 hits por San Francisco, que no tenían extrabases y sólo han anotado una carrera sucia en los 23 innings de los dos primeros juegos de la serie. Los Piratas ganaron 2-1 el viernes en 14 innings.
“Ha sido un duro comienzo aquí, pero son dos juegos”, dijo el manager de los Gigantes Bruce Bochy. “Recuperaremos el ritmo”.
Andrew McCutchen bateó dos imparables y Ryan Doumit anotó una carrera y empujó otra para Pittsburgh, que ha ganado los primeros dos juegos después del Juego de las Estrellas después de llegar a este con 7 derrotas en los últimos 8 juegos.
Barry Zito (5-10) casi emuló a Morton al permitir 2 carreras y 6 hits sin boletos. Ponchó 4 en 6.1 innings.
Pittsburgh anotó la única carrera que necesitaría en el primer inning. McCutchen abrió con sencillo al centro, después que Freddy Sánchez bateó un rolling para jugada de selección y que Garrett Jones sonara doblete, Doumit elevó de sacrificio a la izquierda.
Los Gigantes, decimoterceros en la liga en carreras anotadas, sólo tienen un extrabases en la serie. Su carrera del viernes fue anotada por un error y un wild pitch.
“Buscas turnos de calidad, los necesitas a lo largo de la alineación”, dijo Bochy. “En este momento estamos fríos”.
Incluyendo el elevado de sacrificio de Doumit, Zito retiró a 15 en fila hasta el sexto. Los Piratas no lo descifraron hasta el séptimo, cuando sencillos de Doumit, Delwyn Young y Andy LaRoche pusieron el marcador 2-0.
“El primer inning fue difícil, pero después me sentí muy bien”, dijo Zito.
“El pitcheo lo está haciendo bien”, dijo Bochy. “Se puede decir lo mismo del otro equipo…pero ellos están haciendo las carreras para vencernos”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Por segunda vez en tres salidas, Morton no permitió carreras en una noche lluviosa. La alicaída ofensiva de los Gigantes de San Francisco sólo pudo conectar 3 imparables en 7 innings durante la victoria de los Piratas sobre los Gigantes la noche del sábado 19 de julio de 2009.
Morton (2-2) ponchó 6 después que el comienzo del juego se retrasó 11 minutos y estuvo sentado por 13 minutos a causa de la lluvia en el sexto inning. En su única otra victoria, el 03 de julio en Florida, Morton lanzó 6 innings donde sólo permitió un hit, y debió soportar 84 minutos de retrasos por lluvia.
“Él tiene un gran repertorio. Es una lástima que se haya visto afectado por tantos retrasos por lluvia… y no haya desarrollado una buena rutina”, dijo el manager de los Piratas John Russell. “Pienso que la forma como lanzó los últimos 3 innings nos mostró de lo que es capaz”.
Adquirido de los Bravos de Atlanta en el cambio de Nate McLouth el mes pasado, Morton sólo permitió que un bateador le pasara de primera base. Sólo había pitcheado 7 innings en dos oportunidades en sus 20 aperturas en Grandes Ligas.
“Pienso que es un asunto de ser consistente, mantener el paso y creer en mi repertorio y tratar de mantener la pelota baja en la zona”, dijo Morton. “Se trata de confiar en los pitcheos que hago”.
John Grabow lanzó perfecto el octavo inning y Matt Capps salió de un lio de dos en base sin outs en el noveno para acreditarse su salvado 20.
“Morton lanzó magnífico, nos mantuvo en el juego”, dijo el campocorto de los Piratas Jack Wilson. “Fue una gran demostración de pitcheo para ambos lanzadores. Necesitamos hacer mejores swings para anotar más carreras para que nuestros lanzadores no tengan que lanzar blanqueos”.
Morton lanzó un blanqueo con el Gwinett AAA de la organización de los Bravos al principio de esta temporada y comandaba la Liga Internacional en juegos ganados al momento de su cambio a los Piratas.
El sábado ponchó al menos un bateador en 5 de sus innings, pero también dijo que lanzó para que los bateadores hicieran contacto y dejó que los Piratas hicieran grandes jugadas defensivas detrás de él.
Edgar Rentería bateó 2 hits por San Francisco, que no tenían extrabases y sólo han anotado una carrera sucia en los 23 innings de los dos primeros juegos de la serie. Los Piratas ganaron 2-1 el viernes en 14 innings.
“Ha sido un duro comienzo aquí, pero son dos juegos”, dijo el manager de los Gigantes Bruce Bochy. “Recuperaremos el ritmo”.
Andrew McCutchen bateó dos imparables y Ryan Doumit anotó una carrera y empujó otra para Pittsburgh, que ha ganado los primeros dos juegos después del Juego de las Estrellas después de llegar a este con 7 derrotas en los últimos 8 juegos.
Barry Zito (5-10) casi emuló a Morton al permitir 2 carreras y 6 hits sin boletos. Ponchó 4 en 6.1 innings.
Pittsburgh anotó la única carrera que necesitaría en el primer inning. McCutchen abrió con sencillo al centro, después que Freddy Sánchez bateó un rolling para jugada de selección y que Garrett Jones sonara doblete, Doumit elevó de sacrificio a la izquierda.
Los Gigantes, decimoterceros en la liga en carreras anotadas, sólo tienen un extrabases en la serie. Su carrera del viernes fue anotada por un error y un wild pitch.
“Buscas turnos de calidad, los necesitas a lo largo de la alineación”, dijo Bochy. “En este momento estamos fríos”.
Incluyendo el elevado de sacrificio de Doumit, Zito retiró a 15 en fila hasta el sexto. Los Piratas no lo descifraron hasta el séptimo, cuando sencillos de Doumit, Delwyn Young y Andy LaRoche pusieron el marcador 2-0.
“El primer inning fue difícil, pero después me sentí muy bien”, dijo Zito.
“El pitcheo lo está haciendo bien”, dijo Bochy. “Se puede decir lo mismo del otro equipo…pero ellos están haciendo las carreras para vencernos”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
El segundo jonrón de Garrett Jones hace ganar a los Piratas 2-1 ante los Gigantes
ALAN ROBINSON, AP Sports Writer
Pittsburgh. Garrett Jones esperó 1038 juegos de liga menor para tener la oportunidad de triunfar en las Grandes Ligas. Esperar el inning 14 para darle la victoria a los Piratas fue algo normal.
Jones jonroneó en el primer y el último inning, lo cual le da 5 jonrones en 4 juegos, y los Piratas terminaron con una seguidilla de cuatro derrotas, al vencer a San Francisco 2-1 en 14 innings este viernes 17 de julio de 2009 por la noche.
Los Piratas no habían anotado desde el jonrón con dos outs de Jones en el primer inning ante Tim Lincecum, hasta que el jardinero novato de 28 años quién pasó una buena parte de su carrera en el sistema de granjas de los Mellizos de Minnesota, envió el segundo pitcheo de Bob Howry en el inning 14, sobre la cerca del right field. Jones tiene 7 jonrones, 10 extrabases en 12 juegos y promedio de .313 desde que fue llamado de las ligas menores.
“Sé que mucha gente está esperando que él falle, pero pienso que tenemos algo importante en curso”, dijo el manager de los Piratas John Russell. “Nos gustó lo que vimos de él en el entrenamiento primaveral y ahora está haciendo las mismas cosas. Está siguiendo bien la pelota y tiene una buena racha de poder”.
Jones, cuya única otra experiencia en Grandes Ligas fue una estadía de 31 juegos con los Mellizos en 2007, ha estado bateando jonrones ante rectas pero contra Howry conectó un cambio para ganar el juego.
“Trataba de mantenerme alerta con la recta y ajustarme para un lanzamiento quebrado, entonces vino el cambio”, dijo Jones. “Se quedó colgado lo suficiente para batearlo”.
Howry dijo que la pelota no se hundió, era baja pero “creo que se quedó en su zona de poder”.
Él adivinaba porque ni Howry (0-5) ni Lincecum tenían reporte de escauteo de Jones, quién largó 12 cuadrangulares en 72 juegos para el Indianápolis AAA antes de unirse a los Piratas el 30 de junio.
“No sabía mucho de él, era la primera vez que lo enfrentaba”, dijo Lincecum. “Obviamente tiene un tremendo swing”.
Evan Meek (1-0), lanzó el inning 14 y logró su primera victoria en Grandes Ligas en 38 apariciones y solo el cuarto triunfo de los Piratas en 15 juegos. Seis relevistas de los Piratas mantuvieron a los Gigantes en 4 hits por 6 innings.
Lincecum, el abridor de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas hace tres noches, permitió 4 hits en 7 innings, pero ninguna carrera más luego del jonrón de Jones en el primer inning. Lincecum sólo ha permitido 2 carreras en sus últimos 37 innings, ponchó 10 y caminó 1 en 7 innings, la quinta vez esta temporada que ha ponchado al menos 10.
“No pudimos hacer mucho contra él”, dijo Jones. “¿Él lanza 35 pitcheos en el Juego de Estrellas y viene aquí y lanza 118? Tiene un brazo increíble. Será un pitcher asombroso en los próximos años”.
Lincecum quién enfrentó a los Piratas por sólo la segunda vez en su carrera, tiene marca de 8-0 con 1.89 de efectividad en 12 juegos nocturnos pero no ganó por primera vez en los últimas 5 aperturas.
“Tuve dificultades para encontrar mi ritmo, pero me sentí mejor a medida que el juego avanzó, especialmente en los innings finales”, dijo Lincecum.
Lincecum no es superado muy a menudo, pero casi ocurrió contra Paul Maholm, por lo menos hasta que dos errores de los Piratas permitieron que los Gigantes empataran a 1 después que fueron reducidos a sólo el sencillo de Juan Uribe en el segundo durante los primeros 6 episodios.
Randy Winn y Pablo Sandoval batearon sencillos para iniciar el séptimo inning antes de que Maholm retirara a los dos próximos bateadores. Winn robó tercera, una jugada bien justificada cuando Maholm lanzó una pelota contra el suelo mientras bateaba Uribe. El disparo del catcher Ryan Doumit a segunda fue delante del corredor, pero el camarero Freddy Sánchez no pudo manejarlo y Winn anotó.
Los Piratas tuvieron la oportunidad de retomar la ventaja en su mitad del séptimo, pero el jardinero derecho Winn sacó out en la goma a Brandon Moss con el sencillo de Jack Wilson luego de 2 outs. Luego de eso, sólo un corredor por ambos equipos llegó tan lejos como tercera base hasta el segundo jonrón de Jones.
Maholm limitó a los Gigantes a la carrera inmerecida y 4 hits en 8 episodios, ponchó 7, sin boletos. El zurdo tiene efectividad de 2.52 en 8 inicios en casa.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Pittsburgh. Garrett Jones esperó 1038 juegos de liga menor para tener la oportunidad de triunfar en las Grandes Ligas. Esperar el inning 14 para darle la victoria a los Piratas fue algo normal.
Jones jonroneó en el primer y el último inning, lo cual le da 5 jonrones en 4 juegos, y los Piratas terminaron con una seguidilla de cuatro derrotas, al vencer a San Francisco 2-1 en 14 innings este viernes 17 de julio de 2009 por la noche.
Los Piratas no habían anotado desde el jonrón con dos outs de Jones en el primer inning ante Tim Lincecum, hasta que el jardinero novato de 28 años quién pasó una buena parte de su carrera en el sistema de granjas de los Mellizos de Minnesota, envió el segundo pitcheo de Bob Howry en el inning 14, sobre la cerca del right field. Jones tiene 7 jonrones, 10 extrabases en 12 juegos y promedio de .313 desde que fue llamado de las ligas menores.
“Sé que mucha gente está esperando que él falle, pero pienso que tenemos algo importante en curso”, dijo el manager de los Piratas John Russell. “Nos gustó lo que vimos de él en el entrenamiento primaveral y ahora está haciendo las mismas cosas. Está siguiendo bien la pelota y tiene una buena racha de poder”.
Jones, cuya única otra experiencia en Grandes Ligas fue una estadía de 31 juegos con los Mellizos en 2007, ha estado bateando jonrones ante rectas pero contra Howry conectó un cambio para ganar el juego.
“Trataba de mantenerme alerta con la recta y ajustarme para un lanzamiento quebrado, entonces vino el cambio”, dijo Jones. “Se quedó colgado lo suficiente para batearlo”.
Howry dijo que la pelota no se hundió, era baja pero “creo que se quedó en su zona de poder”.
Él adivinaba porque ni Howry (0-5) ni Lincecum tenían reporte de escauteo de Jones, quién largó 12 cuadrangulares en 72 juegos para el Indianápolis AAA antes de unirse a los Piratas el 30 de junio.
“No sabía mucho de él, era la primera vez que lo enfrentaba”, dijo Lincecum. “Obviamente tiene un tremendo swing”.
Evan Meek (1-0), lanzó el inning 14 y logró su primera victoria en Grandes Ligas en 38 apariciones y solo el cuarto triunfo de los Piratas en 15 juegos. Seis relevistas de los Piratas mantuvieron a los Gigantes en 4 hits por 6 innings.
Lincecum, el abridor de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas hace tres noches, permitió 4 hits en 7 innings, pero ninguna carrera más luego del jonrón de Jones en el primer inning. Lincecum sólo ha permitido 2 carreras en sus últimos 37 innings, ponchó 10 y caminó 1 en 7 innings, la quinta vez esta temporada que ha ponchado al menos 10.
“No pudimos hacer mucho contra él”, dijo Jones. “¿Él lanza 35 pitcheos en el Juego de Estrellas y viene aquí y lanza 118? Tiene un brazo increíble. Será un pitcher asombroso en los próximos años”.
Lincecum quién enfrentó a los Piratas por sólo la segunda vez en su carrera, tiene marca de 8-0 con 1.89 de efectividad en 12 juegos nocturnos pero no ganó por primera vez en los últimas 5 aperturas.
“Tuve dificultades para encontrar mi ritmo, pero me sentí mejor a medida que el juego avanzó, especialmente en los innings finales”, dijo Lincecum.
Lincecum no es superado muy a menudo, pero casi ocurrió contra Paul Maholm, por lo menos hasta que dos errores de los Piratas permitieron que los Gigantes empataran a 1 después que fueron reducidos a sólo el sencillo de Juan Uribe en el segundo durante los primeros 6 episodios.
Randy Winn y Pablo Sandoval batearon sencillos para iniciar el séptimo inning antes de que Maholm retirara a los dos próximos bateadores. Winn robó tercera, una jugada bien justificada cuando Maholm lanzó una pelota contra el suelo mientras bateaba Uribe. El disparo del catcher Ryan Doumit a segunda fue delante del corredor, pero el camarero Freddy Sánchez no pudo manejarlo y Winn anotó.
Los Piratas tuvieron la oportunidad de retomar la ventaja en su mitad del séptimo, pero el jardinero derecho Winn sacó out en la goma a Brandon Moss con el sencillo de Jack Wilson luego de 2 outs. Luego de eso, sólo un corredor por ambos equipos llegó tan lejos como tercera base hasta el segundo jonrón de Jones.
Maholm limitó a los Gigantes a la carrera inmerecida y 4 hits en 8 episodios, ponchó 7, sin boletos. El zurdo tiene efectividad de 2.52 en 8 inicios en casa.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
sábado, 18 de julio de 2009
Un libro revela una faceta diferente del antíguo Yanqui, Thurman Munson
Jeff Pearlman
Por casi 30 años las cintas permanecieron en su gaveta, la segunda de abajo a la derecha. Cada cierto tiempo Marty Appel pensaba en escucharlas, sobre revisitar el encanto y la tensión y lo extraordinario y la seriedad pero más que todo el dolor. “Pienso que hace años escuché una, por sólo unos segundos”, dijo Appel. “Pero eso fue todo”.
En 1977, Appel empezó a trabajar en un proyecto literario llamado: Munson, la autobiografía de Thurman Munson, el catcher Yanqui. Appel tenía 9 años como director de relaciones públicas del equipo. Tenía 29 años y empezaba en el oficio de escribir libros. Cuando se le acercó al rudo receptor con la idea de una actividad literaria, Munson estuvo de acuerdo, pero con la condición de que se dijeran muy pocas cosas de su vida.
“Fue difícil”, dijo Appel. “Thurman era un gran tipo, pero no quería ninguna controversia, no quería dar detalles de su procedencia ni de su juventud. Por un lado estaba feliz de publicar el libro, por el otro había serias debilidades”.
Cuando Munson falleció en un accidente aereo, a los 32 años el 02 de agosto de 1979, Appel junto a toda la ciudad de Nueva York estaba alterado, paralizado. Al llegar al funeral en Canton, Ohio, fue abrazado con mucho sentimiento por la viuda de Thurman, Diana. “Quiero que sepas lo mucho que significa para nosotros ese libro que hiciste con Thurman”, le dijo ella. “Siempre lo tendremos”.
Treinta años.
El funeral empezó y terminó.
Treinta años.
Los Yanquis tuvieron nuevos catchers, Brad Gulden, Rick Cerone, Butch Wynagar, Joel Skinner, Mike Figga, Joe Girardi, Jorge Posada ....
Jimmy Carter era presidente. Luego Ronald Reagan. Luego George H.W. Bush. Luego Bill Clinton. Luego George W. Bush. Luego Barack Obama...
Los compañeros de Munson envejecieron, encanecieron y se arrugaron. El jugador más íntimo de Munson, Bobby Murcer, falleció el verano pasado.
Las cintas esperaban. Esperaban. Esperaban.
Un día, hace dos años, Appel decidió que había llegado el momento. Abrió la segunda gaveta de la derecha y sacó las cintas, 12 en total. El sonido de la voz de Munson, vibrante, joven, viva, lo impresionó. Para los medios de Nueva York que cubrían el Zoológico del Bronx a finales de los años 70, Munson era a menudo un tipo irritable y difícil. Podía ser rudo, indiferente y combativo. Una vez al recibir un par de muñequeras de un aficionado, Munson se volteó hacia los que lo rodeaban y gritó: “¿Para que carajo necesito esto?”
Appel siempre ha reconocido la inseguridad escondida tras los arranques emocionales. En aquellos tiempos, los Yanquis eran un territorio de insanidad, Reggie Jackson peleando con Billy Martin, George Steinbrenner amenazando con despedir a todo el mundo. “Thurman nunca se sintió a gusto con eso”, dijo Appel. “Él era el capitán, pero todo lo que quería era ser un jugador, no alguien a quién le pidieran comentar sobre cada detalle de lo que ocurría en el dugout o el terreno. Él se sentía incómodo ante los medios. Pero no era un mal hombre”.
Esto queda bien claro en el último libro de Appel: “Munson. La vida y la época de un Capitán Yanqui”. Un trabajo más significativo, completo y mejor escrito que el original, Munson debe calificar como el mejor libro de béisbol de este verano. En contraposición al nivel superficial del original, este Munson lleva al lector hasta la difícil juventud de Munson en Canton, donde fue criado por un padre indiferente e imposible de complacer quién se burlaba de los logros beisboleros de su hijo y sentía un placer perverso al señalar sus debilidades. “Thurman no quería hablar de esas cosas”, dijo Appel. “Lo entendí. Pero el tiempo ha pasado”.
Debido a que fue un testigo de primera fila en la carrera de Grandes Ligas de Munson, Appel se incluye ocasionalmente en la narrativa y funciona de maravillas. Aunque puede carecer de la calidad literaria de Mark Kriegel, Leigh Montville o Jonathan Eig, tres de los grandes biografos deportivos de esta era, Appel, como una vez lo hizo Munson, compensa cualquier debilidad con tenacidad e intensidad. Entrevistó a mas de 150 personas para el libro, encontró miembros de la familia difíciles de hallar, amigos de la niñez y compañeros olvidados (¿Qué es de tu vida Tippy Martínez?)
Para llegar a las fibras más sensibles, Appel recrea una mirada paso a paso, momento a momento de los minutos finales de Munson, cuando la Cessna Citation que pilotaba (Munson tenía licencia de piloto) se estrelló en el aeropuerto regional de Akron-Canton. El lector llega a la dolorosa conclusión de que el accidente fue responsabilidad de Munson, pero también al conocimiento de que un hombre murió haciendo lo que más le gustaba. “Leí el libro cuatro veces hasta que estuve listo para publicar”, dijo Appel. “Hubo ciertas partes donde, los ojos se me anegaban de lágrimas. Por una parte parece que todo ocurrió hace una eternidad. Por la otra, parece que fue ayer. Su muerte se quedó ahí”.
En esta era moderna de las Grandes Ligas, con drogas de alto rendimiento, y logotipos corporativos y piscinas en el outfield, es fácil olvidar que los Yanquis una vez tuvieron al anti-Jeter como capitán. Esa imagen de hace tanto tiempo significa muy poco. Algunas veces es bueno recordar.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Por casi 30 años las cintas permanecieron en su gaveta, la segunda de abajo a la derecha. Cada cierto tiempo Marty Appel pensaba en escucharlas, sobre revisitar el encanto y la tensión y lo extraordinario y la seriedad pero más que todo el dolor. “Pienso que hace años escuché una, por sólo unos segundos”, dijo Appel. “Pero eso fue todo”.
En 1977, Appel empezó a trabajar en un proyecto literario llamado: Munson, la autobiografía de Thurman Munson, el catcher Yanqui. Appel tenía 9 años como director de relaciones públicas del equipo. Tenía 29 años y empezaba en el oficio de escribir libros. Cuando se le acercó al rudo receptor con la idea de una actividad literaria, Munson estuvo de acuerdo, pero con la condición de que se dijeran muy pocas cosas de su vida.
“Fue difícil”, dijo Appel. “Thurman era un gran tipo, pero no quería ninguna controversia, no quería dar detalles de su procedencia ni de su juventud. Por un lado estaba feliz de publicar el libro, por el otro había serias debilidades”.
Cuando Munson falleció en un accidente aereo, a los 32 años el 02 de agosto de 1979, Appel junto a toda la ciudad de Nueva York estaba alterado, paralizado. Al llegar al funeral en Canton, Ohio, fue abrazado con mucho sentimiento por la viuda de Thurman, Diana. “Quiero que sepas lo mucho que significa para nosotros ese libro que hiciste con Thurman”, le dijo ella. “Siempre lo tendremos”.
Treinta años.
El funeral empezó y terminó.
Treinta años.
Los Yanquis tuvieron nuevos catchers, Brad Gulden, Rick Cerone, Butch Wynagar, Joel Skinner, Mike Figga, Joe Girardi, Jorge Posada ....
Jimmy Carter era presidente. Luego Ronald Reagan. Luego George H.W. Bush. Luego Bill Clinton. Luego George W. Bush. Luego Barack Obama...
Los compañeros de Munson envejecieron, encanecieron y se arrugaron. El jugador más íntimo de Munson, Bobby Murcer, falleció el verano pasado.
Las cintas esperaban. Esperaban. Esperaban.
Un día, hace dos años, Appel decidió que había llegado el momento. Abrió la segunda gaveta de la derecha y sacó las cintas, 12 en total. El sonido de la voz de Munson, vibrante, joven, viva, lo impresionó. Para los medios de Nueva York que cubrían el Zoológico del Bronx a finales de los años 70, Munson era a menudo un tipo irritable y difícil. Podía ser rudo, indiferente y combativo. Una vez al recibir un par de muñequeras de un aficionado, Munson se volteó hacia los que lo rodeaban y gritó: “¿Para que carajo necesito esto?”
Appel siempre ha reconocido la inseguridad escondida tras los arranques emocionales. En aquellos tiempos, los Yanquis eran un territorio de insanidad, Reggie Jackson peleando con Billy Martin, George Steinbrenner amenazando con despedir a todo el mundo. “Thurman nunca se sintió a gusto con eso”, dijo Appel. “Él era el capitán, pero todo lo que quería era ser un jugador, no alguien a quién le pidieran comentar sobre cada detalle de lo que ocurría en el dugout o el terreno. Él se sentía incómodo ante los medios. Pero no era un mal hombre”.
Esto queda bien claro en el último libro de Appel: “Munson. La vida y la época de un Capitán Yanqui”. Un trabajo más significativo, completo y mejor escrito que el original, Munson debe calificar como el mejor libro de béisbol de este verano. En contraposición al nivel superficial del original, este Munson lleva al lector hasta la difícil juventud de Munson en Canton, donde fue criado por un padre indiferente e imposible de complacer quién se burlaba de los logros beisboleros de su hijo y sentía un placer perverso al señalar sus debilidades. “Thurman no quería hablar de esas cosas”, dijo Appel. “Lo entendí. Pero el tiempo ha pasado”.
Debido a que fue un testigo de primera fila en la carrera de Grandes Ligas de Munson, Appel se incluye ocasionalmente en la narrativa y funciona de maravillas. Aunque puede carecer de la calidad literaria de Mark Kriegel, Leigh Montville o Jonathan Eig, tres de los grandes biografos deportivos de esta era, Appel, como una vez lo hizo Munson, compensa cualquier debilidad con tenacidad e intensidad. Entrevistó a mas de 150 personas para el libro, encontró miembros de la familia difíciles de hallar, amigos de la niñez y compañeros olvidados (¿Qué es de tu vida Tippy Martínez?)
Para llegar a las fibras más sensibles, Appel recrea una mirada paso a paso, momento a momento de los minutos finales de Munson, cuando la Cessna Citation que pilotaba (Munson tenía licencia de piloto) se estrelló en el aeropuerto regional de Akron-Canton. El lector llega a la dolorosa conclusión de que el accidente fue responsabilidad de Munson, pero también al conocimiento de que un hombre murió haciendo lo que más le gustaba. “Leí el libro cuatro veces hasta que estuve listo para publicar”, dijo Appel. “Hubo ciertas partes donde, los ojos se me anegaban de lágrimas. Por una parte parece que todo ocurrió hace una eternidad. Por la otra, parece que fue ayer. Su muerte se quedó ahí”.
En esta era moderna de las Grandes Ligas, con drogas de alto rendimiento, y logotipos corporativos y piscinas en el outfield, es fácil olvidar que los Yanquis una vez tuvieron al anti-Jeter como capitán. Esa imagen de hace tanto tiempo significa muy poco. Algunas veces es bueno recordar.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
viernes, 17 de julio de 2009
Los Bravos de Atlanta retirarán el número de Greg Maddux este viernes
Uno de los grandes lanzadores de todos los tiempos será inmortalizado.
Mark Bowman / MLB.com
Atlanta. Durante los seis años que han transcurrido desde la última vez que Maddux hiciera un pitcheo con los Bravos, su leyenda ha continuado creciendo con los cuentos de cómo su gran intelecto lo ayudó a convertirse en uno de los pitchers más grandes que alguna vez agraciara al juego de béisbol.
“No existió un mejor estudiante del juego”, dijo el coach de bateo de los Bravos Terry Pendleton, quién jugó con Maddux en Atlanta entre 1993 y 1994 además de una fracción de la temporada de 1996.
Pendleton será uno de los presentes en el Atlanta's Omni Hotel de CNN Center, la tarde de este viernes 17 de julio de 2009 para celebrar la inducción de Maddux al Salón de la Fama de los Bravos de Atlanta. Durante una ceremonia previa al juego programada en Turner Field, el cerebral lanzador será inmortalizado cuando los Bravos le rindan homenaje al retirar la camiseta con su número 31.
Ambas ceremonias serán transmitidas por Braves.com.
“Será un gran día”, dijo el manager de los Bravos, Bobby Cox. “Lo estoy esperando”.
Mientras Maddux lanzó en Atlanta ente 1993 y 2003, cada quinto día tenía altas probabilidades de ser un momento número uno para los Bravos. En ese período logró 3 de sus 4 premios Cy Young en la Liga Nacional y estableció marcas vitalicias para el equipo en efectividad (2.63) y porcentaje de juegos ganados (.688).
“Especialmente, con todo lo que ha pasado con el escándalo de los esteroides, el fue el mejor pitcher de nuestra era”, dijo John Smoltz cuando Maddux finalizó su carrera de 355 victorias con su retiro en diciembre. “Él ejemplificó todo lo que está bien respecto al pitcheo”.
Con Smoltz todavía lanzando con los Medias Rojas y Tom Glavine considerando aún la posibilidad de regresar al montículo el año entrante, Maddux se convierte en el primero de los grandes peloteros de Atlanta en los años 90 en ser homenajeado con la inmortalidad.
Él se unirá a Hank Aaron, Warren Spahn, Eddie Matthews, Phil Niekro y Dale Murphy como los únicos Bravos que tienen su número retirado.
En 363 aperturas con los Bravos, Maddux dejó record de 194-88 con efectividad de 2.63 y 61 juegos completos. Durante ese período de 11 temporadas agenció 3 victorias más y alcanzó 116 innings más (Glavine quedó segundo) que cualquier otro pitcher de las Grandes Ligas. Su efectividad quedó solo .03 puntos por detrás de Pedro Martínez, quién lanzó 455,2 innings menos en ese lapso.
En los 89 inicios que hizo en sus primeros 3 años con Atlanta, Maddux dejó marca de 55-18 con 1.90 de efectividad.
“Muchos árbitros me han preguntado, ‘¿Él lanzó un no hit no run alguna vez? ¿Él hizo esto?’ O sólo dicen: ‘Guao. Es increíble’”, dijo el coach de bull pen de los Bravos Eduardo Pérez. “Muchos árbitros novatos estaban muy emocionados de estar detrás del plato cuando él lanzaba”.
Distinguido con el honor de haber recibido más juegos a Maddux (121) que cualquier otro receptor, Pérez aprendió de inmediato que el hecho de servir como su catcher preferido no se limitaba al hecho de proveer la capacidad de recibirlo cada cinco días.
El deseo constante de Maddux de prepararse y analizar a los oponentes permitió a los catchers de respaldo como Pérez, Henry Blanco y Paul Bako tener la oportunidad d e servir como sus catchers específicos por largos períodos.
“Le recibí por 2 años, por dos años tuve que recibir cada apertura de él”, dijo Bako quién jugó en Atlanta en 2000 y 2001. “Fue muy especial”.
En vez de tener el bate de Javy López en la alineación mientras él estaba lanzando, Maddux se sentía más confortable lanzándole a un catcher que había pasado los cuatro días previos analizando con él las fortalezas, debilidades y tendencias de los rivales.
“Quería que sus catchers estuvieran en la misma página que él”, dijo Pérez. “Para hacer eso tenías que estar con él en el dugout, viendo los bateadores, observando a los otros pitchers lanzar y todos esos detalles. Siempre quería saber que estaba pensando en ciertas situaciones”.
“Me preguntaba como le quería lanzar a determinado bateador, cuando le respondía, decía, ‘No, vamos a lanzarle de esta forma, por esto, esto y esto’. Hacía preguntas sobre como le íbamos a lanzar a este tipo si ese otro tipo estaba embasado, o como le lanzaríamos en los innings finales”.
Apoyando la tesis de Chipper Jones de que el analítico Maddux disfrutaría debatiendo si el cielo estaba completamente azul, Pérez agregó, “Siempre esperaba que dijera algo diferente de lo que yo decía. Si yo quería decir algo de algún bateador, siempre me preparaba para una respuesta contraria de su parte”.
El antíguo coach de pitcheo de los Bravos, Leo Mazzone, siempre hablaba del día que Maddux le refirió de su teoría relacionada a que cualquier elevado que permaneciera en el aire por más de 7 segundos debía ser capturado por un jardinero.
Esa era sólo una de muchas historias que ilustraba al proceso de pensamiento de Maddux como algo completamente distinto al de cualquier otro pitcher. Pendleton recuerda un juego en Cincinnati, en el cual se acercó al montículo, porque Maddux insistía en lanzarle sliders a Aaron Boone y este se mantenía con vida dándole fouls.
“Fui al montículo y le dije, ‘Doggie, tú sabes que lo puedes dominar si le lanzas la sinker abajo y adentro”, dijo Pendleton. “Me respondió, ‘TP, si eso lo sé, pero estoy guardando ese recurso para cuando de verdad necesite sacarlo out con algunos corredores en base’”.
“Siempre estaba 2 o 3 lanzamientos adelantado”, dijo Pendleton. “Era diferente en la forma como asumía su trabajo. Eso era parte de la razón por la cual era tan exitoso. La otra razón era que podía lanzar una recta dondequiera que la necesitaba”.
Con la octava mejor marca de juegos ganados en la historia de las Grandes Ligas, Maddux siempre será recordado al lado de los otros grandes pitchers del juego. Pero aquellos que tuvieron el gran placer de jugar detrás de él y beneficiarse del gran conocimiento que él poseía en referencia a las tendencias de los pitchers rivales, siempre reconocerán que su grandeza también incluía su rol como compañero.
“Él hizo el juego más fácil para muchos de nosotros”, dijo Pendleton.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Mark Bowman / MLB.com
Atlanta. Durante los seis años que han transcurrido desde la última vez que Maddux hiciera un pitcheo con los Bravos, su leyenda ha continuado creciendo con los cuentos de cómo su gran intelecto lo ayudó a convertirse en uno de los pitchers más grandes que alguna vez agraciara al juego de béisbol.
“No existió un mejor estudiante del juego”, dijo el coach de bateo de los Bravos Terry Pendleton, quién jugó con Maddux en Atlanta entre 1993 y 1994 además de una fracción de la temporada de 1996.
Pendleton será uno de los presentes en el Atlanta's Omni Hotel de CNN Center, la tarde de este viernes 17 de julio de 2009 para celebrar la inducción de Maddux al Salón de la Fama de los Bravos de Atlanta. Durante una ceremonia previa al juego programada en Turner Field, el cerebral lanzador será inmortalizado cuando los Bravos le rindan homenaje al retirar la camiseta con su número 31.
Ambas ceremonias serán transmitidas por Braves.com.
“Será un gran día”, dijo el manager de los Bravos, Bobby Cox. “Lo estoy esperando”.
Mientras Maddux lanzó en Atlanta ente 1993 y 2003, cada quinto día tenía altas probabilidades de ser un momento número uno para los Bravos. En ese período logró 3 de sus 4 premios Cy Young en la Liga Nacional y estableció marcas vitalicias para el equipo en efectividad (2.63) y porcentaje de juegos ganados (.688).
“Especialmente, con todo lo que ha pasado con el escándalo de los esteroides, el fue el mejor pitcher de nuestra era”, dijo John Smoltz cuando Maddux finalizó su carrera de 355 victorias con su retiro en diciembre. “Él ejemplificó todo lo que está bien respecto al pitcheo”.
Con Smoltz todavía lanzando con los Medias Rojas y Tom Glavine considerando aún la posibilidad de regresar al montículo el año entrante, Maddux se convierte en el primero de los grandes peloteros de Atlanta en los años 90 en ser homenajeado con la inmortalidad.
Él se unirá a Hank Aaron, Warren Spahn, Eddie Matthews, Phil Niekro y Dale Murphy como los únicos Bravos que tienen su número retirado.
En 363 aperturas con los Bravos, Maddux dejó record de 194-88 con efectividad de 2.63 y 61 juegos completos. Durante ese período de 11 temporadas agenció 3 victorias más y alcanzó 116 innings más (Glavine quedó segundo) que cualquier otro pitcher de las Grandes Ligas. Su efectividad quedó solo .03 puntos por detrás de Pedro Martínez, quién lanzó 455,2 innings menos en ese lapso.
En los 89 inicios que hizo en sus primeros 3 años con Atlanta, Maddux dejó marca de 55-18 con 1.90 de efectividad.
“Muchos árbitros me han preguntado, ‘¿Él lanzó un no hit no run alguna vez? ¿Él hizo esto?’ O sólo dicen: ‘Guao. Es increíble’”, dijo el coach de bull pen de los Bravos Eduardo Pérez. “Muchos árbitros novatos estaban muy emocionados de estar detrás del plato cuando él lanzaba”.
Distinguido con el honor de haber recibido más juegos a Maddux (121) que cualquier otro receptor, Pérez aprendió de inmediato que el hecho de servir como su catcher preferido no se limitaba al hecho de proveer la capacidad de recibirlo cada cinco días.
El deseo constante de Maddux de prepararse y analizar a los oponentes permitió a los catchers de respaldo como Pérez, Henry Blanco y Paul Bako tener la oportunidad d e servir como sus catchers específicos por largos períodos.
“Le recibí por 2 años, por dos años tuve que recibir cada apertura de él”, dijo Bako quién jugó en Atlanta en 2000 y 2001. “Fue muy especial”.
En vez de tener el bate de Javy López en la alineación mientras él estaba lanzando, Maddux se sentía más confortable lanzándole a un catcher que había pasado los cuatro días previos analizando con él las fortalezas, debilidades y tendencias de los rivales.
“Quería que sus catchers estuvieran en la misma página que él”, dijo Pérez. “Para hacer eso tenías que estar con él en el dugout, viendo los bateadores, observando a los otros pitchers lanzar y todos esos detalles. Siempre quería saber que estaba pensando en ciertas situaciones”.
“Me preguntaba como le quería lanzar a determinado bateador, cuando le respondía, decía, ‘No, vamos a lanzarle de esta forma, por esto, esto y esto’. Hacía preguntas sobre como le íbamos a lanzar a este tipo si ese otro tipo estaba embasado, o como le lanzaríamos en los innings finales”.
Apoyando la tesis de Chipper Jones de que el analítico Maddux disfrutaría debatiendo si el cielo estaba completamente azul, Pérez agregó, “Siempre esperaba que dijera algo diferente de lo que yo decía. Si yo quería decir algo de algún bateador, siempre me preparaba para una respuesta contraria de su parte”.
El antíguo coach de pitcheo de los Bravos, Leo Mazzone, siempre hablaba del día que Maddux le refirió de su teoría relacionada a que cualquier elevado que permaneciera en el aire por más de 7 segundos debía ser capturado por un jardinero.
Esa era sólo una de muchas historias que ilustraba al proceso de pensamiento de Maddux como algo completamente distinto al de cualquier otro pitcher. Pendleton recuerda un juego en Cincinnati, en el cual se acercó al montículo, porque Maddux insistía en lanzarle sliders a Aaron Boone y este se mantenía con vida dándole fouls.
“Fui al montículo y le dije, ‘Doggie, tú sabes que lo puedes dominar si le lanzas la sinker abajo y adentro”, dijo Pendleton. “Me respondió, ‘TP, si eso lo sé, pero estoy guardando ese recurso para cuando de verdad necesite sacarlo out con algunos corredores en base’”.
“Siempre estaba 2 o 3 lanzamientos adelantado”, dijo Pendleton. “Era diferente en la forma como asumía su trabajo. Eso era parte de la razón por la cual era tan exitoso. La otra razón era que podía lanzar una recta dondequiera que la necesitaba”.
Con la octava mejor marca de juegos ganados en la historia de las Grandes Ligas, Maddux siempre será recordado al lado de los otros grandes pitchers del juego. Pero aquellos que tuvieron el gran placer de jugar detrás de él y beneficiarse del gran conocimiento que él poseía en referencia a las tendencias de los pitchers rivales, siempre reconocerán que su grandeza también incluía su rol como compañero.
“Él hizo el juego más fácil para muchos de nosotros”, dijo Pendleton.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
jueves, 16 de julio de 2009
Preguntas y respuestas con John Smoltz
David Laurila.
John Smoltz ha regresado al montículo con los Medias Rojas de Boston, sus primeras dos aperturas lo mostraron algo fuera de forma. En la tercera sólo permitió una carrera en 5 episodios. Es una etapa más en la ilustre carrera del veterano derecho que algún día ingresará al Salón de la Fama de Cooperstown. Con 42 años a cuestas y 20 temporadas en Grandes Ligas (todas con los Bravos de Atlanta) Smoltz tiene 3011 ponches de por vida y es el único pitcher de la Gran Carpa con más de 200 victorias y 150 juegos salvados. Con 8 asistencias al Juego de Estrellas y un premio Cy Young logrado en 1996, tiene un impresionante record de 15-4 en post-temporada. Después que Smoltz firmara un contrato como agente libre con los Medias Rojas en enero de 2009, concedió algo de su tiempo para realizar esta entrevista, durante el spring training.
David Laurila: Fuiste drafteado por los Tigres originalmente. ¿Qué significó eso para tí, siendo nativo de Detroit?
John Smoltz: Fue un sueño hecho realidad, porque había crecido ahí. Mi abuelo trabajó en las cuadrillas que mantenían el terreno de juego del Tiger Stadium por 30 años. Recuerdo haber ido a verlos jugar en la Serie Mundial. Ser drafteado por ellos fue… no puedo pensar en algo mejor. Me gustaba mucho el Tiger Stadium. A menos que te sentaras detrás de un pilar, siempre tenía una vista inmejorable. Tuve la oportunidad de jugar en un Juego de Estrellas allí mientras jugaba pelota amateur. Fue una experiencia única. Fue muy agradable estar ahí, y soñar con jugar en las Grandes Ligas.
DL: ¿Alguna ves te has preguntado que hubiera sido de tu carrera si te hubieras quedado en Detroit?
JS: Claro. Obviamente, no sé si hubiera tenido la oportunidad de asistir por 14 años seguidos a los play offs. Mi carrera hubiera sido retardada, probablemente no me hubiesen llamado al equipo grande tan pronto. La organización de los Tigres iba en una dirección diferente de la de los Bravos en aquel momento:
DL: Fuiste a Atlanta en un cambio por Doyle Alexander. ¿Cómo ves ese cambio ahora, 22 años después?
JS: Bien, fue lo mejor que me pudo haber pasado. Tuve la oportunidad de lanzar en las Grandes Ligas a temprana edad; tuve la oportunidad de mojarme la espalda. Luego jugué todos esos años con Atlanta, eso preparó el camino de lo que creo ha sido una carrera mágica.
DL: El trío Smoltz/Maddux/Glavine es una gran parte de la tradición de los Bravos. Pero poco se menciona el nombre de Steve Avery. ¿Cuan bueno era Avery?
JS: Steve…si no hubiese sido por las lesiones, el hubiera sido uno de los mejores zurdos que hubiésemos visto en mucho tiempo. Tenía una presencia dinámica en el montículo, y su habilidad para lanzar bajo presión era increíble. Lanzó dos de los más grandes juegos de post-temporada en una serie. Es una pena que no se hubiera mantenido sano.
DL: ¿Qué impacto tuvo Leo Mazzone en tu carrera?
JS: Me lo hizo todo más simple. En Detroit trataban de cambiarme la mecánica, tuve problemas con eso. Cuando llegué a Atlanta, había más coaches de pitcheo disponibles que en Detroit, Leo fue el que me dijo “Lanza una pelota. Ok, me parece bien. Ahora vamos a trabajar con tus pitcheos”. Él me ayudo a enfocarme en mis pitcheos, por eso me convertí en un mejor pitcher, porque no tuve que preocuparme por el asunto de la mecánica.
DL: ¿Cómo describirías la filosofía de pitcheo de Mazzone?
JS: Su filosofía es controlar el strike abajo y afuera, si lo haces serás capaz de lanzar en esta liga por un buen tiempo. Tienes que tener ese pitcheo para ser exitoso. La filosofía de Leo también era lanzar con menos esfuerzo, lanzar más a menudo, pero no tan fuerte. Él quería que mantuvieras el brazo fresco.
DL: ¿Cómo describirías tu evolución como pitcher a través de los años?
JS: Lo que es interesante es que siempre pensé en mí como un pitcher, pero nadie lo veía así. Ellos siempre pensaron en mí como un tipo con repertorio. Pero pasar por lo que he experimentado, he lanzado todo tipo de lanzamiento desde cualquier ángulo. He vivido muchas cosas. Cuando miro mi evolución, he mantenido mi repertorio y la velocidad, pero también he sido capaz de lanzar bajo algunas circunstancias increíbles.
DL: ¿Quién facilitó tu conversión al rol de cerrador?
JS: Esa es una historia interesante. Nadie lo facilitó. Alguien me dijo que esa era la única forma de mantenerme con un uniforme de los Bravos. Ellos querían que cerrara los juegos, nunca me dijeron que hiciera eso. Tuve que tomar esa decisión, el único lugar donde hubiera considerado cerrar juegos fue Atlanta.
DL: Obviamente hubo un aprendizaje para lanzar la curva. ¿Quién te ayudó en ese respecto?
JS: Teníamos una situación afortunada en nuestro bull pen, con algunos cerradores antíguos como Steve Reed y Darren Holmes. Teníamos a Mike Remlinger y a Chris Hammond. Teníamos a varios tipos con experiencia en el rol de cerrador, eso me ayudó a transitar el proceso de conversión de una manera mágica.
DL: ¿Cómo comparas el valor relativo de un abridor versus un relevista del inning final?
JS: Bien, es como el huevo y la gallina. Me refiero a que necesitas un buen cerrador para ir a los play offs, y necesitas un buen cerrador para ganar en los play offs, pero sin grandes lanzadores abridores, un cerrador no significa nada porque no puedes llegar en ventaja al momento cuando él hace falta. Tenemos lo mejor de ambas ramas aquí en Boston, lo cual le permite a Papelbon hacer su trabajo.
DL: ¿Cuál consideras que es tu mejor temporada en las Grandes Ligas?
JS: Desde un punto de vista personal, probablemente sería la de 1998, cuando tuve marca de 17-3. Tenía molestias en el hombro y tuve que aprender a lanzar de otra forma. Tuve que lanzar por el lado del brazo y dejé marca de 12-1 en la segunda mitad. Nadie podía imaginar que tendría ese tipo de temporada. Terminé segundo en efectividad, tercero en el Cy Young, fue como si estuviera volando justo por debajo del radar. Esa temporada, fui capaz de hacer una transformación a mitad de camino, en una sesión de bull pen, de lanzar por encima del brazo a lanzar por el lado.
DL: ¿Sientes que tu temporada de 2003 también fue subestimada?
JS: Bien, sin querer hacerlo parecer así…hay muchas temporadas que pueden pasar desapercibidas cuando la gente piensa que debes ganar 24 juegos cada año o salvar todos los juegos, sólo porque tienes repertorio. Otro año asombroso fue cuando regresé como abridor luego de trabajar como cerrador, y lance 233 innings después de pasar 5 o 6 años sin abrir un juego. Pienso que eso fue subestimado, porque todo el mundo hablaba de lo tonto que yo era, y de lo estúpido que era al regresar como abridor. Pensaban que iba a terminar con mi carrera. Los oí y los enfrenté.
DL: ¿Qué tanto has utilizado los reportes de los scouts a lo largo de tu carrera?
JS: No soy bueno en eso. Trato de conocer las tendencias del bateador, basado en cuan agresivo es. Mi ventaja es que ellos no quieren extenderse mucho en la cuenta, por lo que serán más agresivos conmigo. Tengo que tener una mejor ejecución inteligente desde el principio. Ellos a menudo no quieren ponerse en cuenta de 2 strikes, puedo usar eso para mi beneficio.
DL: ¿Cuan similares eran Eric Davis y Sammy Sosa como bateadores?
JS: A ambos les gustaba batear jonrones. Eric Davis tenía la capacidad de dispersar sus batazos en todas direcciones, bateaba más líneas, pero aún desarrollaba mucho poder. Sammy usualmente se enfocaba en batear desde el center hasta la línea del left field. Tuve algunas dificultades con Eric Davis. Le temía a Sammy, pero no tuve problemas con él, las estadísticas lo dicen. Pienso que Eric Davis bateó 7 imparables en sus primeros 10 turnos contra mí, nunca pude descifrar como sacarlo out.
DL: La razón por la que te pregunté por ellos es que Davis bateó de 34-14 con 4 jonrones contra ti, mientras que Sosa se fue de 38-4 sin jonrones ¿Puedes dar una razón específica por la cual tuviste éxito contra uno y dificultades ante el otro?
JS: Pienso que todo depende del juego de los números, donde no siempre puedes hacerlos out. Algunas personas tienen éxito, pero creo que si enfrentas a un bateador en muchas oportunidades, llegará un momento en que las cosas se nivelarán. Cuando me hice mejor pitcher, Eric Davis se había retirado y Sammy todavía estaba jugando. Así que parte de eso, tiene que ver con la madurez y conmigo siendo mejor pitcher. Enfrenté a Eric Davis en mi primer año, cuando tuve marca de 2-7. Mis primeros dos años no tuve exactamente el mismo control, ni el repertorio que necesitaba, pero él todavía era un gran jugador. Simplemente sacó ventaja de eso.
DL: ¿Cuánto ha cambiado el juego del béisbol desde que hiciste tu primer lanzamiento?
JS: Hay tantas cosas que puedes escribir un libro de eso. Esta la zona de strike, los estadios, los jugadores, las mentalidades, El pitcheo abridor ya no es visto de la misma manera. Antes querías ser un as, un caballo de batalla quién quería asumir retos. El juego se ha hecho más especializado. Pienso que se cuida más a los jugadores, debido a esto los managers están a la merced de jugar este juego, dirigir este juego, en una versión recortada y condensada donde más jugadores son usados más a menudo. Los abridores solo duran 5, 6, 7 innings, cuando antes solían completar juegos.
DL: Además del uso de los pitchers, ¿ha perdido el juego algo en los últimos 20 años?
JS: Pienso que ha perdido la habilidad de cuidarse a sí mismo. El béisbol de Grandes Ligas, o los seres humanos, tratan de ajustar todo, o de encontrar maneras de hacerlo mejor. Ellos piensan que conocen los gustos del público. Pero el juego siempre se cuida a sí mismo, desde las interioridades hasta las exterioridades. La gente saca conclusiones muy rápido. Las tendencias en este juego son cíclicas. En 7, 8 o 9 años podríamos tener una era de bateadores y luego pasar a una de dominio de los pìtchers. Las medidas que se están tomando para agilizar los juegos le están dando a los árbitros la potestad de dirigir el juego de la forma que mejor les parece. Para mí eso necesita ser rectificado, para no tener que ver una cantidad de juegos de 14-10 o de 10-8. Pienso que lo que ha cambiado es que los aficionados no aprecian un buen duelo de lanzadores de vez en cuando. Sólo quieren ver jonrones, jonrones y más jonrones. El béisbol es más que sólo jonrones.
DL: ¿Cómo definirías la era en que has jugado?
JS: Ahora mismo podría llamarse la era nubosa. Hay muchas cosas colgando sobre nuestras cabezas que necesitan ser cambiadas, y están las determinaciones que deben tomarse para solventarlas. En el medio de todo esto, hay una gran era. Ha habido algunos grandes records, algunas grandes persecuciones, algunas grandes luchas, y entonces, de repente las noticias extraterreno empañan todas las cosas que pueden ser buenas. Sobreviví esta era de manera limpia, mantuve mi cabeza fuera del agua. He sido muy exitoso en una época cuando las estadísticas están probablemente más infladas que nunca, y hacer algo de la manera correcta será apreciado más que nunca antes.
DL: ¿Algún pensamiento final?
JS: En este juego hay muy pocas cosas que puedes controlar. Siempre pensé que se podía controlar mucho más de lo que ocurre, pero las estadísticas y los resultados pueden ser afectados por muchas variables, desde los anotadores oficiales… pienso que los anotadores oficiales deberían ser exjugadores de béisbol. La razón por la que digo esto no es por que no haya anotadores oficiales competentes. Es sólo porque el juego se desarrolla, se decide, mediante diferentes reglas y el comportamiento de muchas personas se ve afectado de una manera o de otra por el resultado de una decisión.
DL. Una última pregunta ¿Qué tan importantes son los números en el béisbol?
JS: Es interesante, porque ciertas personas le dan importancia a cosas que yo nunca consideraría. Pero se puede justificar todo lo que se quiera. Si un tipo gana muchos juegos pero tiene una efectividad alta, se puede decir, bien, las victorias son lo más importante. Si un tipo tiene una efectividad baja pero muchos salvados desperdiciados, y no tiene muchas victorias, ciertamente va a parecer como si no tuvo un buen año. Esas son variables que influyen en que algunas personas te digan ‘Mira tus números. Esos no son buenos años’. Pero yo estoy en desacuerdo porque hubo factores que produjeron esos números. Una decisión arbitral que fue la diferencia entre un out y una carrera a lo largo de una temporada, eso puede alterar tu efectividad. Eso es lo que hace al juego único. No es perfecto. A menudo se piensa que las cosas salen por sí solas, pero pienso que más gente ligada al béisbol debería tomar esas decisiones. Eso ayudaría a darle más propiedad a los números con que se trabaja.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
John Smoltz ha regresado al montículo con los Medias Rojas de Boston, sus primeras dos aperturas lo mostraron algo fuera de forma. En la tercera sólo permitió una carrera en 5 episodios. Es una etapa más en la ilustre carrera del veterano derecho que algún día ingresará al Salón de la Fama de Cooperstown. Con 42 años a cuestas y 20 temporadas en Grandes Ligas (todas con los Bravos de Atlanta) Smoltz tiene 3011 ponches de por vida y es el único pitcher de la Gran Carpa con más de 200 victorias y 150 juegos salvados. Con 8 asistencias al Juego de Estrellas y un premio Cy Young logrado en 1996, tiene un impresionante record de 15-4 en post-temporada. Después que Smoltz firmara un contrato como agente libre con los Medias Rojas en enero de 2009, concedió algo de su tiempo para realizar esta entrevista, durante el spring training.
David Laurila: Fuiste drafteado por los Tigres originalmente. ¿Qué significó eso para tí, siendo nativo de Detroit?
John Smoltz: Fue un sueño hecho realidad, porque había crecido ahí. Mi abuelo trabajó en las cuadrillas que mantenían el terreno de juego del Tiger Stadium por 30 años. Recuerdo haber ido a verlos jugar en la Serie Mundial. Ser drafteado por ellos fue… no puedo pensar en algo mejor. Me gustaba mucho el Tiger Stadium. A menos que te sentaras detrás de un pilar, siempre tenía una vista inmejorable. Tuve la oportunidad de jugar en un Juego de Estrellas allí mientras jugaba pelota amateur. Fue una experiencia única. Fue muy agradable estar ahí, y soñar con jugar en las Grandes Ligas.
DL: ¿Alguna ves te has preguntado que hubiera sido de tu carrera si te hubieras quedado en Detroit?
JS: Claro. Obviamente, no sé si hubiera tenido la oportunidad de asistir por 14 años seguidos a los play offs. Mi carrera hubiera sido retardada, probablemente no me hubiesen llamado al equipo grande tan pronto. La organización de los Tigres iba en una dirección diferente de la de los Bravos en aquel momento:
DL: Fuiste a Atlanta en un cambio por Doyle Alexander. ¿Cómo ves ese cambio ahora, 22 años después?
JS: Bien, fue lo mejor que me pudo haber pasado. Tuve la oportunidad de lanzar en las Grandes Ligas a temprana edad; tuve la oportunidad de mojarme la espalda. Luego jugué todos esos años con Atlanta, eso preparó el camino de lo que creo ha sido una carrera mágica.
DL: El trío Smoltz/Maddux/Glavine es una gran parte de la tradición de los Bravos. Pero poco se menciona el nombre de Steve Avery. ¿Cuan bueno era Avery?
JS: Steve…si no hubiese sido por las lesiones, el hubiera sido uno de los mejores zurdos que hubiésemos visto en mucho tiempo. Tenía una presencia dinámica en el montículo, y su habilidad para lanzar bajo presión era increíble. Lanzó dos de los más grandes juegos de post-temporada en una serie. Es una pena que no se hubiera mantenido sano.
DL: ¿Qué impacto tuvo Leo Mazzone en tu carrera?
JS: Me lo hizo todo más simple. En Detroit trataban de cambiarme la mecánica, tuve problemas con eso. Cuando llegué a Atlanta, había más coaches de pitcheo disponibles que en Detroit, Leo fue el que me dijo “Lanza una pelota. Ok, me parece bien. Ahora vamos a trabajar con tus pitcheos”. Él me ayudo a enfocarme en mis pitcheos, por eso me convertí en un mejor pitcher, porque no tuve que preocuparme por el asunto de la mecánica.
DL: ¿Cómo describirías la filosofía de pitcheo de Mazzone?
JS: Su filosofía es controlar el strike abajo y afuera, si lo haces serás capaz de lanzar en esta liga por un buen tiempo. Tienes que tener ese pitcheo para ser exitoso. La filosofía de Leo también era lanzar con menos esfuerzo, lanzar más a menudo, pero no tan fuerte. Él quería que mantuvieras el brazo fresco.
DL: ¿Cómo describirías tu evolución como pitcher a través de los años?
JS: Lo que es interesante es que siempre pensé en mí como un pitcher, pero nadie lo veía así. Ellos siempre pensaron en mí como un tipo con repertorio. Pero pasar por lo que he experimentado, he lanzado todo tipo de lanzamiento desde cualquier ángulo. He vivido muchas cosas. Cuando miro mi evolución, he mantenido mi repertorio y la velocidad, pero también he sido capaz de lanzar bajo algunas circunstancias increíbles.
DL: ¿Quién facilitó tu conversión al rol de cerrador?
JS: Esa es una historia interesante. Nadie lo facilitó. Alguien me dijo que esa era la única forma de mantenerme con un uniforme de los Bravos. Ellos querían que cerrara los juegos, nunca me dijeron que hiciera eso. Tuve que tomar esa decisión, el único lugar donde hubiera considerado cerrar juegos fue Atlanta.
DL: Obviamente hubo un aprendizaje para lanzar la curva. ¿Quién te ayudó en ese respecto?
JS: Teníamos una situación afortunada en nuestro bull pen, con algunos cerradores antíguos como Steve Reed y Darren Holmes. Teníamos a Mike Remlinger y a Chris Hammond. Teníamos a varios tipos con experiencia en el rol de cerrador, eso me ayudó a transitar el proceso de conversión de una manera mágica.
DL: ¿Cómo comparas el valor relativo de un abridor versus un relevista del inning final?
JS: Bien, es como el huevo y la gallina. Me refiero a que necesitas un buen cerrador para ir a los play offs, y necesitas un buen cerrador para ganar en los play offs, pero sin grandes lanzadores abridores, un cerrador no significa nada porque no puedes llegar en ventaja al momento cuando él hace falta. Tenemos lo mejor de ambas ramas aquí en Boston, lo cual le permite a Papelbon hacer su trabajo.
DL: ¿Cuál consideras que es tu mejor temporada en las Grandes Ligas?
JS: Desde un punto de vista personal, probablemente sería la de 1998, cuando tuve marca de 17-3. Tenía molestias en el hombro y tuve que aprender a lanzar de otra forma. Tuve que lanzar por el lado del brazo y dejé marca de 12-1 en la segunda mitad. Nadie podía imaginar que tendría ese tipo de temporada. Terminé segundo en efectividad, tercero en el Cy Young, fue como si estuviera volando justo por debajo del radar. Esa temporada, fui capaz de hacer una transformación a mitad de camino, en una sesión de bull pen, de lanzar por encima del brazo a lanzar por el lado.
DL: ¿Sientes que tu temporada de 2003 también fue subestimada?
JS: Bien, sin querer hacerlo parecer así…hay muchas temporadas que pueden pasar desapercibidas cuando la gente piensa que debes ganar 24 juegos cada año o salvar todos los juegos, sólo porque tienes repertorio. Otro año asombroso fue cuando regresé como abridor luego de trabajar como cerrador, y lance 233 innings después de pasar 5 o 6 años sin abrir un juego. Pienso que eso fue subestimado, porque todo el mundo hablaba de lo tonto que yo era, y de lo estúpido que era al regresar como abridor. Pensaban que iba a terminar con mi carrera. Los oí y los enfrenté.
DL: ¿Qué tanto has utilizado los reportes de los scouts a lo largo de tu carrera?
JS: No soy bueno en eso. Trato de conocer las tendencias del bateador, basado en cuan agresivo es. Mi ventaja es que ellos no quieren extenderse mucho en la cuenta, por lo que serán más agresivos conmigo. Tengo que tener una mejor ejecución inteligente desde el principio. Ellos a menudo no quieren ponerse en cuenta de 2 strikes, puedo usar eso para mi beneficio.
DL: ¿Cuan similares eran Eric Davis y Sammy Sosa como bateadores?
JS: A ambos les gustaba batear jonrones. Eric Davis tenía la capacidad de dispersar sus batazos en todas direcciones, bateaba más líneas, pero aún desarrollaba mucho poder. Sammy usualmente se enfocaba en batear desde el center hasta la línea del left field. Tuve algunas dificultades con Eric Davis. Le temía a Sammy, pero no tuve problemas con él, las estadísticas lo dicen. Pienso que Eric Davis bateó 7 imparables en sus primeros 10 turnos contra mí, nunca pude descifrar como sacarlo out.
DL: La razón por la que te pregunté por ellos es que Davis bateó de 34-14 con 4 jonrones contra ti, mientras que Sosa se fue de 38-4 sin jonrones ¿Puedes dar una razón específica por la cual tuviste éxito contra uno y dificultades ante el otro?
JS: Pienso que todo depende del juego de los números, donde no siempre puedes hacerlos out. Algunas personas tienen éxito, pero creo que si enfrentas a un bateador en muchas oportunidades, llegará un momento en que las cosas se nivelarán. Cuando me hice mejor pitcher, Eric Davis se había retirado y Sammy todavía estaba jugando. Así que parte de eso, tiene que ver con la madurez y conmigo siendo mejor pitcher. Enfrenté a Eric Davis en mi primer año, cuando tuve marca de 2-7. Mis primeros dos años no tuve exactamente el mismo control, ni el repertorio que necesitaba, pero él todavía era un gran jugador. Simplemente sacó ventaja de eso.
DL: ¿Cuánto ha cambiado el juego del béisbol desde que hiciste tu primer lanzamiento?
JS: Hay tantas cosas que puedes escribir un libro de eso. Esta la zona de strike, los estadios, los jugadores, las mentalidades, El pitcheo abridor ya no es visto de la misma manera. Antes querías ser un as, un caballo de batalla quién quería asumir retos. El juego se ha hecho más especializado. Pienso que se cuida más a los jugadores, debido a esto los managers están a la merced de jugar este juego, dirigir este juego, en una versión recortada y condensada donde más jugadores son usados más a menudo. Los abridores solo duran 5, 6, 7 innings, cuando antes solían completar juegos.
DL: Además del uso de los pitchers, ¿ha perdido el juego algo en los últimos 20 años?
JS: Pienso que ha perdido la habilidad de cuidarse a sí mismo. El béisbol de Grandes Ligas, o los seres humanos, tratan de ajustar todo, o de encontrar maneras de hacerlo mejor. Ellos piensan que conocen los gustos del público. Pero el juego siempre se cuida a sí mismo, desde las interioridades hasta las exterioridades. La gente saca conclusiones muy rápido. Las tendencias en este juego son cíclicas. En 7, 8 o 9 años podríamos tener una era de bateadores y luego pasar a una de dominio de los pìtchers. Las medidas que se están tomando para agilizar los juegos le están dando a los árbitros la potestad de dirigir el juego de la forma que mejor les parece. Para mí eso necesita ser rectificado, para no tener que ver una cantidad de juegos de 14-10 o de 10-8. Pienso que lo que ha cambiado es que los aficionados no aprecian un buen duelo de lanzadores de vez en cuando. Sólo quieren ver jonrones, jonrones y más jonrones. El béisbol es más que sólo jonrones.
DL: ¿Cómo definirías la era en que has jugado?
JS: Ahora mismo podría llamarse la era nubosa. Hay muchas cosas colgando sobre nuestras cabezas que necesitan ser cambiadas, y están las determinaciones que deben tomarse para solventarlas. En el medio de todo esto, hay una gran era. Ha habido algunos grandes records, algunas grandes persecuciones, algunas grandes luchas, y entonces, de repente las noticias extraterreno empañan todas las cosas que pueden ser buenas. Sobreviví esta era de manera limpia, mantuve mi cabeza fuera del agua. He sido muy exitoso en una época cuando las estadísticas están probablemente más infladas que nunca, y hacer algo de la manera correcta será apreciado más que nunca antes.
DL: ¿Algún pensamiento final?
JS: En este juego hay muy pocas cosas que puedes controlar. Siempre pensé que se podía controlar mucho más de lo que ocurre, pero las estadísticas y los resultados pueden ser afectados por muchas variables, desde los anotadores oficiales… pienso que los anotadores oficiales deberían ser exjugadores de béisbol. La razón por la que digo esto no es por que no haya anotadores oficiales competentes. Es sólo porque el juego se desarrolla, se decide, mediante diferentes reglas y el comportamiento de muchas personas se ve afectado de una manera o de otra por el resultado de una decisión.
DL. Una última pregunta ¿Qué tan importantes son los números en el béisbol?
JS: Es interesante, porque ciertas personas le dan importancia a cosas que yo nunca consideraría. Pero se puede justificar todo lo que se quiera. Si un tipo gana muchos juegos pero tiene una efectividad alta, se puede decir, bien, las victorias son lo más importante. Si un tipo tiene una efectividad baja pero muchos salvados desperdiciados, y no tiene muchas victorias, ciertamente va a parecer como si no tuvo un buen año. Esas son variables que influyen en que algunas personas te digan ‘Mira tus números. Esos no son buenos años’. Pero yo estoy en desacuerdo porque hubo factores que produjeron esos números. Una decisión arbitral que fue la diferencia entre un out y una carrera a lo largo de una temporada, eso puede alterar tu efectividad. Eso es lo que hace al juego único. No es perfecto. A menudo se piensa que las cosas salen por sí solas, pero pienso que más gente ligada al béisbol debería tomar esas decisiones. Eso ayudaría a darle más propiedad a los números con que se trabaja.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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