domingo, 2 de marzo de 2008

Víctor Martínez: Más que un gran bateador.

Pasaron 35 años para que un pitcher de los Indios de Cleveland ganara el segundo Cy Young en la historia del equipo. C.C. Sabbathia lo hizo el año pasado y dice que gran parte del premio pertenece a Víctor Martínez.
¿Cómo?
A Martínez le pagan por batear. Y lo hace bien. El año pasado terminó séptimo en la votación del Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Batear .301, con 40 dobles, 25 jonrones y114 empujadas es impresionante. Un bate no aporta nada en un premio Cy Young.
Sabbathia no hablaba de bateo en lo absoluto. Hablaba de la habilidad de Martínez para recibir y llamar un juego de pelota. Mientras su dedicación detrás del plato ha sido a tiempo completo, para muchos parecía que Martínez sólo permanecía enfocado en sus 4 o 5 turnos al bate por juego.
Si alguién llega a decir esto en el dugout de los Indios se puede ver en aprietos.
“Sin duda, Victor es responsable de una parte apreciable del Cy Young”, dijo Sabbathia. “No me averguenza decirlo. Sé que no lo hubiese ganado sin él”.
Cuando Sabbathia lanzó su primera sesión de bull pen esta primavera, sintió como si Martínez tuviera conexión con su mente.
“Cada vez que Víctor hacía una seña, yo pensaba la misma cosa”, dijo Sabbathia. “Durante la temporada regular sólo lo crucé una vez por juego. Siempre estamos en sintonía”.
Si Sabbathia compartiera el Cy Young y le entregara la mitad a Martínez, este lo rechazaría.
“C.C. lanza las pelotas”, dijo Martínez, quién recibió a Sabbathia en su primera aparición en la Liga de la Toronja este sábado 01 de marzo. “Estaba muy contento cuando supe que había ganado. De veras lo merecía”.
El año pasado la rotación de abridores de los Indios tuvo la efectividad más baja de la Liga Americana. En las últimas tres temporadas esa rotación ha sido de las mejores de las Grandes Ligas.
En 2005 Scott Elarton fue parte de esa rotación. Él está en el campamento este año con un contrato de Liga Menor. Ha lanzado sólo un inning a Martínez, pero puede ver la diferencia.
“Él es muy asertivo”, dijo Elarton. “Está siempre presente, analizando el juego contigo. Y también se hace respetar con su brazo”.
El año pasado Martínez retiró al 30 % (30 de 100) de los corredores que intentaron robarle alguna base. Fue el tercer mejor registro para receptores regulares de la Liga Americana y un gran avance en relación a la campaña de 2006 cuando sólo sacó al 14 % de los corredores (16 de 116).
Esto ha sido el fruto de un largo proceso. Los Indios lo firmaron como campocorto en Venezuela y de inmediato lo convirtieron en catcher. Había mucho que aprender, comenzando por el idioma inglés.
“Cuando llegué aquí, ni siquiera podía pronunciar la palabra ‘that’”, dijo Martínez.
Mucho menos sabía quetchear, lanzar a las bases o manejar un cuerpo de pitcheo.
“Él es tan buen bateador que podría pasar desapercibido como receptor”, dijo Sabbathia.
Martínez no se da por enterado.
“Tenemos uno de los mejores cuerpos de lanzadores de las Grandes Ligas. Me tengo que asegurar de aportar lo mejor para todos ellos”.
Su manager Eric Wedge no aceptaría o esperaría una actuación intermedia de Martínez. Wedge es un antíguo catcher.
“Víctor comprende muy bien lo que hace detrás del plato, eso sobrepasa por mucho, lo que puede hacer ofensivamente por este equipo”, dijo Wedge.
Wedge sabe que su afirmación no es fantasía.
“Estamos hablando de manejar entre 120 a 130 envíos por juego comparados con 4 o 5 turnos al bate. Tampoco puedes decir que todo comienza con el pitcher y el catcher no tiene nada que ver”.

Alfonso L. Tusa C.

No hay comentarios: