martes, 30 de junio de 2009

La biblia de las barajitas de béisbol.

David Davis

Hace tiempo, cuando se les permitía a los niños alejarse de sus padres por más de 15 minutos, yo pasé mucho de mi tiempo libre coleccionando barajitas de béisbol.
Después de la escuela, mi amigo Adam Rogers y yo íbamos a la bodega y comprábamos varios sobres de barajitas. Nos sentábamos en un banco cerca de su apartamento, abríamos los paqueticos y discutíamos los méritos de cada pelotero hasta que oscurecía.
No nos preocupaba el estado de las barajitas o si podríamos completar la colección. Sólo disfrutábamos con tenerlas en las manos e idear juegos con ellas, mientras respirábamos el olor a goma de mascar al pasar a la próxima barajita. ¿Quién sería: Willie Mays (por favor, por favor) u otra repetida de Horace Clark?
Esa fue mi primera obsesión, sólo costaba una moneda de 10 centavos de dólar.
En 1973, cuando Adam y yo teníamos 11 años, Brendan Boyd y Fred Harris publicaron un libro muy particular titulado: “El Gran Libro de colección, cambio de barajitas de béisbol y goma de mascar”, ("The Great American Baseball Card Flipping, Trading and Bubble Gum Book"). Al instante, se convirtió en nuestro libro favorito.
Harris y Boyd eran analistas de béisbol en sus veintitantos años que trabajaban en una librería de Boston. La idea, Boyd recuerda hoy, apareció cuando un cliente preguntó por un libro de barajitas de béisbol y él y Harris se percataron que no había. Luego el gerente de la librería, Richard McDonough, se marchó para convertirse en editor de Little, Brown, y los contrató a los dos para escribir su libro de barajitas de béisbol.
Irreverente y nostálgico a la vez, “Great American” es un híbrido de “Los muchachos del verano” de Roger Kahn y la revista Mad. La primera sección está dedicada a las memorias de Boyd sobre el arte de coleccionar barajitas en los años cincuenta y sesenta, en “tiendas de esquina, que nunca estaban en esquinas. Tiendas de variedades completamente carentes de variedades. Generalmente estas tiendas les pertenecían a hombres de mediana edad con psoriasis, individuos barrigones de piel amarillo-grisácea y apariencia desagradable, que usaban camisas de lana a cuadros sin importar cuanto calor hiciera y pequeños sombreros de fieltro que habían sido pisoteados varias veces”.
Boyd hasta hace una peregrinación al edificio Topps Chewing Gum en Brooklyn para entrevistar a Sy Berger, el irreprimible presidente de la compañía, a fin de hacer una crónica de la evolución de las barajitas de béisbol.
La mayor parte del libro, sin embargo, está dedicada a las imágenes de las barajitas, unas 253 de ellas, acompañadas de textos reverenciales y sarcásticos de Boyd, aficionado de los Medias Rojas de Boston, y Harris, un nativo de Filadelfia.
Hay peloteros estrella en el libro, Don Drysdale y Minnie Miñoso entre ellos, y en una página se rinde homenaje póstumo a Jackie Robinson y Roberto Clemente (quienes habían fallecido recientemente). Pero los autores prefirieron hacer homenaje a lo oscuro, lo olvidado y lo absurdo. Allí hay peloteros memorables sólo por sus nombres irrepetibles, como Whammy Douglas y Choo Choo Coleman y Sibby Sisti y Clyde Kluttz.
Allí están los peloteros marginales que nunca llegaron al estrellato, como el relevista lanzallamas de los Angelinos Ryne Duren, quién “usaba lentes de cristales gruesos y coloreados y solía calentar antes de cada inning lanzando rectas por encima del brazo contra la tierra en frente del plato, sobre la cabeza del catcher, contra el backstop y hacia las tribunas”.
“Este puede haber sido el primer libro en celebrar a los tipos que solo eran un nombre en las barajitas de goma de mascar, no sobre los nombres familiares o las figuras míticas del juego”, dice Terry Cannon, Director Ejecutivo de el Relicario del Béisbol, ubicado en Pasadena. “Obviamente era fácil bromear a costa de estos tipos, como el pitcher Don Mossi y sus inmensas orejas y la oscura presencia de un nuevo muerto o resucitado. Pero pienso que los autores hicieron un gran esfuerzo en demostrar que estos eran los tipos que hacían grandioso al béisbol”.
De acuerdo a McDonough, un agente literario retirado quién ahora vive en Irvine, el libro tuvo éxito porque los autores eran muy distintos.
“Boyd era un experimentado profesional cuyo primer impulso era ser astuto”, dijo McDonough. “Harris tenía inclinación por la precisión. Era muy bueno con los hechos”.
En 1973, mi amigo Adam y yo no entendíamos ninguno de los chistes del libro. ¿Que significaba ser “un acólito envejecido en el altar de Stan Hack”? Pero podíamos sentir la pasión de cada barajita en cada página, y seguíamos diligentemente el consejo de los autores. Pedimos catálogos y compramos barajitas a los coleccionistas negociadores que se anunciaban en el Sporting News. Asistiamos a los shows de barajitas en el sótano de un hotel de Manhattan y comprábamos barajitas antíguas de Christy Mathewson de las que vendían con el tabaco, como por 7 $.
Eramos muy inexpertos para saber que presenciábamos un momento de época en la historia de las barajitas de béisbol. En los años siguientes a la publicación de “Great American”, así como “La Biblia de los coleccionistas deportivos”, el tomo enciclopédico de Bert Randolph Sugar publicado por primera vez en 1975, el arte de colleccionar barajistas (y memorabilia deportiva en general) cambió de un hobby de dinero sencillo a un gran negocio. Varios competidores retaron a Topps, y las tiendas de barajitas se convirtieron en pequeños centros comerciales.
En 1991, la llamada Mona Lisa de las barajitas, un cromo de Honus Wagner de 1910, fue comprada por más de 450.000 $ por el entonces dueño de los Kings de Los Angeles Bruce McNall y su jugador estrella, Wayne Gretzky. Hoy, vale millones.
Boyd contribuyó con el texto de “Dias de carrera” (“Racing Days”), un libro sobre las magníficas fotografías hípicas de Henry Horenstein. También escribió la novela “Blue Ruin” (“Ruina azul”), sobre el episodio del arreglo de la Serie Mundial de 1919. Fue columnista financiero y de música pop. Hoy trabaja en otra novela.
“Estoy orgulloso del libro de las barajitas de béisbol, pero se siente como si fue escrito por otra persona”, dijo Boyd. “Mucha gente pensó que estaba interesado en las barajitas de béisbol, pero realmente estaba interesado en las barajitas como una excusa para hablar de la niñez”.
Harris fue dueño de una tienda en Boston que llamó the Great American Baseball Card Company, hasta que dice él “las barajitas de béisbol dejaron de ser una diversión. El dinero por detrás de todo hizo las cosas repugnantes”. Ahora trabaja en análisis IT y escribe un blog.
El legado de ambos autores, y del Great American Baseball Card Flipping, Trading and Bubble Gum Book", está seguro. Su libro puede carecer de nuevas ediciones, pero es un clásico de culto, la pieza más astuta de escritura sobre barajitas de béisbol producida alguna vez. De acuerdo con Cannon, el libro permanece como uno de los títulos esenciales de la explosión de los años setenta de libros de béisbol, junto a “Los muchachos del verano”, “Bola cuatro”, de Jim Bouton y la antología “Béisbol te dí los mejores años de mi vida”, editada por Kevin Kerrane y Richard Grossinger.
De la misma manera, el mismo espíritu irreverente que Boyd y Harris trajeron al pasatiempo nacional , está presente en el Relicario del Béisbol, de Cannon, fundado en 1996, en la intersección entre el béisbol y el arte. Este verano, el Relicario presentará una exhibición para celebrar las barajitas de béisbol del pasado y el presente. Se exhibirán barajitas alteradas por el artista Paul Kuhrman, “Fetiche de cartón” será presentada en la biblioteca de Pasadera Central del 6 al 31 de julio.
Dejé de coleccionar barajitas en la adolescencia, cuando los precios rebasaron mi mesada, pero siempre disfrutaré mi pequeño tesoro, desde Willie Mays a Clyde Kluttz.
“¿A quién no le gustan las barajitas de béisbol?, pregunta Bert Sugar. “Es la memoria más remota de la juventud”.

Davis es colaborador en una revista de Los Angeles.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

sábado, 27 de junio de 2009

Tim Wakefield supera a Javier Vazques y los Medias Rojas de Boston vencen a los Bravos de Atlanta 1-0.

Atlanta (AP).- ¿Quién hubiera vaticinado esto: Tim Wakefield acompañando a Roger Clemens en el libro de records de los Medias Rojas?
El nudillista de 42 años lanzó seis entradas en blanco para derrotar a los Bravos 1-0 este sábado 27 de junio de 2007, una meritoria actuación que le permitió igualar a Clemens como el pitcher de los Medias Rojas con más juegos iniciados de por vida.
“Sólo ser mencionado junto a los nombres en cuestión, me hace sentir halagado”, dijo Wakefield, quien hizo su apertura 382 con Boston. “Estoy muy agradecido de haber permanecido aquí por tanto tiempo”.
Mark Kotsay empujó la única carrera del juego con un sencillo en el sexto inning ante Javier Vazquez, quién lanzó para ganar pero no tuvo respaldo de la ofensiva de Atlanta.
Los Bravos sólo han anotado una carrera en dos juegos ante Boston este fin de semana, lo cual ha extendido su seguidilla de derrotas a cuatro y han caído 6 juegos por debajo de .500 (34-40), su peor marca de la temporada.
Wakefield (10-3) se convirtió en el tercer ganador de 10 juegos de la Liga Americana, se unió a Kevin Slowey de los Mellizos de Minnesota y Roy Halladay de los Azulejos de Toronto. La bola de nudillo estuvo flotando en la zona de strike en un caluroso día en Turner Field. Al comienzo del juego la temperatura era de 35 º C.
Los Bravos sólo le batearon 3 imparables a Wakefield.
“Es muy satisfactorio tener 10 victorias antes del Juego de las Estrellas”, dijo Wakefield.
Manny Delcarmen retiró los 4 bateadores que enfrentó, Justin Masterson sorteó dificultades en el octavo y Jonathan Papelbon se sobrepuso a un doble de Garret Anderson en el noveno para completar el blanqueo de 4 hits, su salvado 18 en 19 oportunidades.
Pero Wakefield hizo el grueso del trabajo.
“Él continua haciendo el trabajo”, dijo el manager Terry Francona . “Este era un día difícil para cualquiera, pero él continúa saliendo a hacer lo que se espera de él. Estoy orgulloso de él”.
Los Bravos amenazaron ante Papelbon. Brian McCann la llevó a lo profundo del center field y Anderson conectó doblete con 2 outs, pero Casey Kotchman roleteó al cuadro para terminar el juego.
“Es muy frustrante”, dijo McCann. “Este equipo debería ganar más juegos con el tipo de pitcheo que tenemos”.
Los Bravos no lograron colocar un corredor más allá de segunda hasta el octavo inning. Y tuvieron que pujar para alcanzarlo. Matt Díaz caminó ante Masterson, pasó a segunda por wild pitch y a tercera mediante rolling al cuadro.
Boston sacó provecho ante una alineación debilitada por las lesiones de Nate McLouth y Yunel Escobar. Tres de los nueve bateadores de Atlanta llegaron al juego bateando por debajo de .200.
McCann y Gregor Blanco robaron segunda luego de embasarse ante Wakefield, sacaron ventaja de la lentitud de la bola de nudillo. De allí no pudieron avanzar. Blanco abrió el sexto con otro sencillo y pasó a segunda con toque de sacrificio de Martín Prado, pero el abridor bostoniano retiró a los bateadores más peligrosos de Atlanta: a Chipper Jones con línea a segunda base y a McCann con un manso rodado a primera.
Con eso, Wakefield concluyó su trabajo.
Vazquez (5-7) ponchó 8 para pasar a comandar la Liga nacional en ponches al rebasar a Tim Lincecum de los Gigantes de San Francisco (125 a 124), pero un parpadeo de control en el sexto resultó muy costoso.
Después de retirar los dos primeros bateadores, Vazquez caminó a Kevin Youkilis y a David Ortiz, el último después de tenerlo en 0-2 en la cuenta. Big Papi se mantuvo en el plato con un lanzamiento quebrado que apenas falló la zona de strike. Luego, aguantó el swing ante un lanzamiento en 3-2 que rompió hacia dentro y casi lo golpea.
Kotsay, un antíguo Bravo, que sustituía a Jason Bay, surgió con sencillo a la izquierda para remolcar a Youkilis con la única carrera del juego.
“Afortunadamente gané la batalla”, dijo Kotsay, quién estaba en la alineación para darle el día libre a Bay. “Vazquez también la pudo haber ganado fácilmente”.
El duelo de pitcheo fue un contraste de estilos: Las rectas de 90 millas de Vazquez y sus duros lanzamientos quebrados versus las lentas bolas de nudillo de Wakefield, usualmente alrededor de las 60 millas y una vez medida hasta 59 millas.
Vazquez lanzó 7.2 episodios, permitió 6 imparables y 3 boletos. Salió luego que Youkilis conectó triple a la pared de la derecha con 2 outs en el octavo, relevó el zurdo Eric O’Flaherty, quién caminó a Ortiz intencionalmente antes de retirar a Kotsay con manso elevado al centro.
“Tienes que mantenerte en la batalla”, dijo Vazquez.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

viernes, 26 de junio de 2009

Un viejo amigo regresa a Plymouth

El héroe de los Medias Rojas, Fred Lynn, pasa un día en The Pinehills

Plymouth.- Al mirar el jardín central de Fenway Park, es difícil decir si es 1975 o 2009. En cada ocasión hay un joven atlético y muy popular procedente de la costa oeste capaz de correr hasta la pared con oportunidad de capturar batazos difíciles.
“Hay algunas similitudes entre nosotros. Jacoby Ellsbury puede capturar cualquier tipo de batazo en los jardines, pero la gran diferencia entre nosotros es que él es más rápido de lo que yo fui. Es muy bueno embasándose y robando bases”, dijo Fred Lynn la antígua estrella de los Medias Rojas la mañana del viernes 19 de junio de 2009, antes de una ronda de golf en el Pinehills Golf Club. “Pienso que mi juego estaba más orientado hacia el poder y batear jonrones. Cuando no podíamos robar bases, tratábamos de ganar con batazos grandes”.
En 1975, Lynn impactó la escena deportiva de Boston con más fuerza que un uppercut de Marvin Hagler a la barbilla. En su primera temporada completa con los Medias Rojas, ganó los títulos de Novato del Año y Jugador Más Valioso de la Liga Americana. El ganador de 4 guantes de oro y 7 presencias en el Juego de Estrellas bateó para .331 aquella temporada, con 21 jonrones y 105 empujadas.
Lynn jugó para California, Detroit, Baltimore y San Diego en 17 años de carrera, pero siempre será recordado como miembro de uno de los jardines más grandes de todos los tiempos junto a sus compañeros de los Medias Rojas, Jim Rice y Dwight Evans.
Lynn estuvo en Plymouth para jugar una ronda de golf con Barry Chait quién ganó el honor en una subasta a beneficio de la Fundación Jett. La Fundación fue creada por Christine y Stephen McSherry de Pembroke, en homenaje a su hijo Jett, quién fue diagnosticado en 2001 con distrofia muscular Duchenne, un desorden genético infantil que afecta a 1 de cada 3500 nacimientos masculinos.
En siete años, el evento de golf de la Fundación Jett ha recaudado $500.000 para la causa. Chait, un residente de Milton, quién trabaja en Boston para Parent, McLaughlin and Nangle CPA, dijo que no podía perder la oportunidad de jugar una ronda de golf con una leyenda de los Medias Rojas.
“No tengo inconvenientes en apoyar a la Fundación Jett y el gran trabajo que hacen. La oportunidad de compartir la mañana con Fred Lynn es de un gran significado para mí. Era una situación donde nadie sería perdedor”, dijo Chait. “Antes tuve la oportunidad de compartir con Doug Flutie y Derek Sanderson, siempre ha sido un gran honor”.
Lynn, un nativo de California, estuvo la semana anterior en Boston como parte de una iniciativa de los Medias Rojas en la cual jugadores del pasado vienen de regreso en cada estadía del equipo en casa para encontrarse y saludar a los aficionados en el salón de las Leyendas. Lynn fue complementario a la iniciativa de los dueños actuales de hacerles bienvenidas a jugadores del pasado.
“En referencia a como eran las cosas antes, la diferencia es como entre manzanas y naranjas”, dijo Lynn. “Este grupo de dueños nos ha recibido de vuelta con los brazos abiertos, pienso que los aficionados han disfrutado viendo a los peloteros que vieron en el estadio mientras crecían”.
Mientras compartían con los aficionados, los peloteros tambien se pusieron al día con respecto a ellos entre sí. Lynn recordó la mejor marca de 68 puntos que su compañero novato de los Medias Rojas Jim Rice, implantara una vez en una ronda en Pinehills. (Lynn y Rice eran conocidos como los gemelos dorados en 1975, por sus grandes actuaciones como novatos. Lynn ganó los premios Novato del Año y Más Valioso, Rice terminó tercero en la elección del Más Valioso. Jugaron juntos hasta la temporada de 1980, luego de la cual los Medias Rojas cambiaron a Lynn a los Angelinos de California).
“Jim es un gran jugador, y este es su campo”, dijo Lynn. “El tipo de quién tenías que estar pendiente era Luis Tiant. No parecía ser un buen golfista con su teléfono celular y un tabaco en la boca, pero al final de la ronda, tenías que pagarle”.
Como la mayoría de los aficionados de los Medias Rojas, Lynn tiene grandes recuerdos del verano de 1975, cuando los Medias Rojas se fajaron hasta el séptimo juego de la Serie Mundial antes de perder frente a los Rojos de Cincinnati.
“Lo que más recuerdo es que perdimos”, Lynn bromeó. “Ese fue el primer juego de campeonato de cualquier nivel de béisbol que perdí. Todos pensamos que ibamos a tener otra oportunidad de ganar una Serie Mundial porque eramos un equipo joven, pero no hubo otra oportunidad”.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

sábado, 20 de junio de 2009

El antíguo Gigante de Nueva York, Dusty Rhodes fallece a los 82 años de un ataque cardíaco.

Las Vegas. Dusty Rhodes, quién ayudara a los Gigantes a ganar su última Serie Mundial en 1954, ha muerto a los 82 años.
Rhodes falleció este miércoles 17 de junio de 2009 a causa de un ataque cardiopulmonar en el Valley Hospital Medical Center de Las Vegas, informó la oficina del Condado de Clark este jueves. Vivía en Henderson.
Rhodes tenía complicaciones cardíacas e iba en camino a un chequeo médico, de acuerdo a Frank Turco, un primo de la esposa de Rhodes, Gloria.
James Lamar Rhodes nació en Matthews, Ala., y jugó con los Gigantes de Nueva York entre 1952 y 1957. En 1959 participó en 54 juegos con los Gigantes de San Francisco. Dejó promedio vitalicio de .253, 54 jonrones y 207 empujadas.
“Nunca desaprovechó las oportunidades que le dio la vida. Tuvo éxito. Le gustaba vivir”, dijo Turco. “Fue feliz hasta el último momento”.
Rhodes bateó de 6-4 con dos jonrones en la Serie Mundial de 1954, cuando los Gigantes barrieron a los Indios de Cleveland.
Rhodes salió de emergente por Monte Irvin en el décimo inning del primer juego, y le bateó un jonrón de 3 carreras a Bob Lemon para romper un empate y darle la victoria a los Gigantes 5-2 en Polo Grounds.
En el segundo juego salió de emergente por Irvin en el quinto inning y soltó imparable para igualar el marcador. En el séptimo abrió con cuadrangular ante Early Wynn para ponerle cifras definitivas a una victoria de 3-1.
Rhodes emergió otra vez por Irvin en el tercer inning del tercer juego en Cleveland y bateó sencillo remolcador de 2 rayitas contra Mike García para poner el marcador 3-0 en una victoria 6-2.
“Tuvo muchas historias”, dijo Turco. “Podía contar una anécdota mejor que cualquiera que conozco. Él pensaba que el mejor pitcher de todos los tiempos era Herb Score. Decía que no podía ver la pelota, sólo la oía pasar”.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 16 de junio de 2009

Alexander Torres (Rancho Cucamonga) nombrado pitcher de la semana (08-06-2009 : 14-06-2009) en la Liga California Clase A avanzada.

Dejó marca de 1-0, 0.60 de efectividad, 2 juegos, 2 juegos iniciados, 15 innings, 8 hits, 1 carrera limpia, 2 boletos, 13 ponches.
Alexander Torres lanzó 8 innings en blanco el 14 de junio, permitió sólo 4 imparables y 1 boleto y ponchó 8. En su salida anterior, Torres permitió 1 carrera y 4 imparables en 7 episodios, ponchó 5. Sus 74 ponches en 71.1 innings lideran la organización de los Angelinos. Con sus dos salidas sólidas de esta semana, la marca de Torres mejora a 4-2 y su efectividad baja a 3.03.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

lunes, 15 de junio de 2009

Todd Coffey ayuda a mantener viva la imagen del relevista pintoresco.

El lanzador a menudo se desvía del foco, no de la atención.

Adam McCalvy / MLB.com

Milwaukee..- El acto del relevista de los Cerveceros, Todd Coffey, es más carrera loca que “Húngaro loco”. Por estos días él realiza la entrada al juego más entretenida de las Grandes Ligas.
La carrera desbocada de Coffey desde el bull pen al montículo lo ha convertido en un favorito instantaneo en Miller Park, donde un reloj en la pizarra anuncia “Coffey time” (Un juego de palabras en inglés que traduce, “La hora del café” por el parecido del apellido del relevista con la palabra “coffee”). Los aficionados saltan en la punta de los pies cuando el derecho aparece en la puerta del bull pen.
“Aún cuando este juego es muy bonito, estaba sediento de cierto colorido”, dijo el narrador de los Cardenales de San Luis, Al Hrabosky, a quién apodaban el “Húngaro loco” por sus movimientos pintorescos en el montículo. Eso lo hizo muy popular entre los aficionados de San Luis, Kansas City y Atlanta hace tres décadas. “Siempre pensé que había que guardar un poco de energía, pero si eso es lo que hace a Coffey sentirse bien, entonces que lo haga”.
Coffey no es el primer relevista en llegar al juego con estilo. El propio Trevor Hoffman de los Cerveceros ha trotado hacia el montículo mientras suena “Hells Bells” de AC/DC, por más de una década, Mariano Rivera de los Yanquis hace una entrada similar con el tema de Metallica: “Enter Sandman”. John Rocker, el antíguo relevista de los Bravos de Atlanta, tuvo su propia carrera desde el bull pen, así como lo hacía el relevista zurdo Craig Lefferts.
El rey de los desplantes fue el antiguo relevista de los Cachorros, Mets y Filis, Turk Wendell, cuya rutina incluía hacer el ademán de una ola hacia el centerfielder y esperar la ola de vuelta antes de hacer el primer lanzamiento. Wendell fue conocido por cepillarse los dientes entre innings, saltar las líneas de foul camino del dugout y luego mascar tabaco negro al llegar allí.
Luego están los relevistas que dejaban su espectáculo para cuando llegaban al montículo. Los aficionados de Milwaukee recuerdan la manera como Mike Fetters miraba a los bateadores antes de cada pitcheo. Hoy, está el señalamiento hacia el cielo del relevista de los Mets, Francisco Rodríguez; el cruzado de brazos de Brian Wilson de los Gigantes cada vez que consigue un salvado, el baile y empuñado de la mano en ruta desde el bull pen hacia el montículo de José Valverde de los Astros y la invitación a dormir a los bateadores con giros antes de cada pitcheo de Mike González de los Bravos.
“Pienso que ahora los pitchers hacen más este tipo de cosas”, dijo Bob Uecker, la voz de la radio de los Cerveceros que está en el Salón de la Fama, de los desplantes. “En el pasado este tipo de cosas eran desaprobadas, había manera de controlarlas”.
Quizás eran desaprobadas, pero no ignoradas.
El habitante del Salón de la Fama Dennis Eckersley solía enfurecer a los bateadores al señalarlos después de un ponche, como si estuviera disparando una pistola. Pero el maestro de los actos del montículo era Hrabosky, quién desarrolló su alter ego durante sus días en el sistema de ligas menores de los Cardenales de San Luis. Allí nació el “Húngaro loco”.
Entre pitcheos, él se iba detrás del montículo, para lo que el periodista de MLB.com Dick Kaegel, quién ha cubierto tanto a los Cardenales como a los Reales, consideraba un acto de espiritismo. Hrabosky respiraba profundo, subía los brazos y luego golpeaba la pelota contra el centro de su guante como si fuese a romperla en mil pedazos. Cuando se volteaba para enfrentar al bateador, Hrabosky lo llevaba de vuelta a las ligas menores.
“Te hacía molestar”, dijo el manager de los Cerveceros Ken Macha, quién sencilleó y entregó un out con un roletazo en sus dos turnos ante Hrabosky. “Generalmente empezaba el swing antes de que él soltaba la pelota”.
Kaegel, quién hoy cubre a los Reales, recuerda el juego entre Cachorros y Cardenales cuando Bill Madlock tomó la iniciativa. Esperó a que Hrabosky estuviera en el medio de su rutina antes de salirse del cajón de bateo. Cuando Hrabosky volvió a empezar, Madlock se volvió a salir.
El árbitro le ordenó a Madlock que regresara a batear, como este se negara, el árbitro le ordenó a Hrabosky que lanzara y le cantó el primer strike. Eso originó una reclamación del manager de los Cachorros Jim Marshall y del bateador prevenido José Cardenal. En medio de la discusión, el árbitro le ordenó a Hrabosky que lanzara.
“Es la única vez que he visto a tres tipos lanzarse al piso con un pitcheo”, dijo Kaegel.
Hrabosky insiste en que su acto no era para hacer molestar a los bateadores.
“Temprano en mi carrera noté que cuando me molestaba conmigo, me hacía inútil”, dijo Hrabosky. “Me dí cuenta que esa energía iba en aumento y tenía que aprovecharla, por lo que traté de ubicarme en un estado de ánimo de “odio controlado”. Trabajé tanto en eso que pude usarlo para algo positivo”.
Aparentemente funcionó. Hrabosky comandó la Liga Nacional con 22 salvados en 1975 mientras tenía una efectividad de 1.66, y salvó 20 juegos para los Reales en 1978, un equipo que fue a la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
A Coffey, cuyo acto es menos confrontacional, le gustaría seguir el mismo camino. Los Cerveceros lo tomaron de la lista de waivers, después que los Rojos lo dejaran en libertad el pasado 09 de septiembre, cuando cumplía 28 años.
El movimiento le dio a un nuevo grupo de aficionados la oportunidad de aupar la entrada pintoresca de Coffey.
“Algunos caminan, otros trotan”, dijo Coffey. “Quiero hacerle saber a los bateadores que estoy listo para llegar al montículo y retarlos. Cuando lanzo, no garantizo éxito todo el tiempo, pero garantizo que voy a dar todo lo que tengo”.
Coffey quién mide más de 1,90 metros y pesa alrededor de 120 kilos, al menos ese es el peso reportado en la guía de medios, ha estado corriendo en sus presentaciones desde 2004. Luego que sus compañeros del Chatanooga AA ejecutaron un prolongado rally para tomar una gran ventaja, Coffey estaba tan agarrotado que corrió de manera espontanea.
“Me gustó la forma como me sentí”, dijo Coffey. “Siempre tienes ese aguijonazo de adrenalina cuando entras a un juego, pero sentí que consumí el mío con la carrera. Al momento en que llego al montículo me siento calmado y enfocado”.
Eso no es siempre cierto para el manager. Macha se sorprendió cuando llamó a Coffey por primera vez esta primavera y se preguntó si tendría que permanecer en el montículo hasta que el derecho recuperara el aliento. El coach de bull pen de los Cerveceros Stan Kyles llama a la carrera de Coffey su “salto de partida”.
“Algunos managers tienen ideas negativas. Piensan que no vas a ser capaz de controlar la carrera”.
A menos que se lesione una pantorrilla, los Cerveceros tienen la intención de dejar seguir corriendo a Coffey. Ha estado excelente compartiendo el rol de set up con Carlos Villanueva para prepararle el camino al lider en salvados de todos los tiempos Trevor Hoffman. Los aficionados lo han disfrutado.
“Cuando los oigo gritando y vociferando, eso me hace correr más duro”, dijo Coffey.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

sábado, 13 de junio de 2009

La joya de pitcheo de Fernando Nieve le da a los Mets un respiro.

La excelente apertura del lanzador y las 3 empujadas de Santos derrotan a los Yanquis.

Anthony DiComo / MLB.com

New York. A consecuencia de un error cometido por el segunda base Luis Castillo la noche del viernes que determinó la derrota de su equipo y la respectiva resaca moral, los Mets debieron regresar al nuevo Yankee Stadium este sábado con ese fantasma en la mente.
Frente a Andy Pettite, uno de los mejores lanzadores zurdos de su generación, estaba un pitcher de ligas menores quién no había abierto un juego desde 2006.
“Ah ¿el muchacho venezolano?”, dijo Francisco Rodríguez de su paisano Fernando Nieve. “Estuvo magnífico”.
Claro que lo estuvo. Menos de un día después de una derrota desoladora, parecía poco probable que Nieve condujera a los Mets a una victoria. El pitcheo de Nieve fue la razón principal por la cual los Mets fueron capaces de vencer a los Yanquis 6-2 para igualar la serie de fin de semana del Subway. Y fue la principal razón para que los Mets enterraran en el pasado los recuerdos del error de Castillo.
“No me sentí nervioso”, dijo Nieve. “Esto es béisbol. Esto es mi trabajo”.
El trabajo de Nieve, hasta la semana pasada, era retirar bateadores de ligas menores y proveer profundidad a la organización. Pero la lesión de John Maine provocó que lo llamaran al equipo grande, por lo que Nieve se apareció en el Bronx para lanzar este sábado 13 de junio de 2009, contra los Yanquis.
Como si esa asignación no fuera difícil, Castillo socavó la moral del equipo al dejar caer un elevado de rutina el viernes 12 de junio que le costó el juego a su equipo. Los Mets sabían que la magnitud de esa derrota dependería de cómo respondieran ante ella. No tenían más alternativa que confiar en un pitcher de 26 años quién no había sido capaz de establecerse en Grandes Ligas.
Pero ahí estaba Nieve, ignorante o indiferente de la condición del Yankee Stadium de ser un parque muy favorable a los bateadores, lanzando rectas potentes en la esquina de adentro antes una poderosa ofensiva. Armado con un cambio que nunca usó prominentemente en su breve carrera con los Astros de Houston, Nieve dominó a 9 bateadores de los Yanquis que nunca lo habían visto.
Derek Jeter se fue de 3-0 ante Nieve. También Johnny Damon, También Mark Teixeira. También Jorge Posada. El único Yanqui que le hizo algún daño a Nieve fue Alex Rodríguez, quién apenas se llevó la cerca del left field para un jonrón que abrió el segundo inning.
Los Yanquis, quizás debido a su poco conocimiento de Nieve, nunca le batearon más de un hit en un inning hasta el séptimo. Para ese momento, su relevo estaba más que listo. Sean Green y Rodríguez, cerraron el juego, después que Nieve permitiera 2 carreras y 4 hits en 6.2 episodios.
“Muchas veces cuando juegas contra un equipo de veteranos como los Yanquis, si no te conocen, tienes ventaja”, dijo el manager de los Mets Jerry Manuel. “Pienso que mucho tuvo que ver con que no tenían ninguna referencia. Ël fue capaz de atravesar esa alineación sin ser castigado”.
Y los Mets, con su conocimiento de la historia de Pettite, no tuvieron problemas para batearle. Omir Santos bateó un jonrón de 2 carreras y un doble remolcador de otra. Gary Sheffield, rejuveneció después de dos días como bateador designado, bateó un jonrón y un sencillo remolcador. Los Mets batearon un total de 12 imparables ante Pettite, para sacarlo de la lomita luego de 5 innings.
“Eso demuestra que fuimos capaces de regresar a nuestro juego cuando más lo necesitábamos”, dijo Rodríguez. “El juego de hoy fue muy importante para nosotros, después de la derrota de anoche. Las cosas ocurren por alguna razón. Ese error abrió muchos ojos y reaccionamos positivamente”.
Los Mets salieron adelante temprano y se mantuvieron adelante hasta el final. Y eso fue crítico para Castillo, quién pudo haber sido abucheado de haber cometido otro error. Luego de trabajar todo el invierno para recuperar la confianza de los fanáticos de los Mets, el progreso de Castillo se evaporó con el error que les costó a los Mets el juego del viernes en la noche.
Pero los Mets se relajaron el sábado. Castillo llegó temprano al estadio, conectó sencillo en su segundo turno y jugó la excelente defensa por la cual ha sido conocido.
“Ahora me siento bien. Me siento feliz, mucho mejor”, dijo Castillo. “Ayer, las cosas estuvieron negras para mí y para el equipo. Hoy fue un gran juego para nosotros, un gran triunfo”.
Ahora están jugando tranquilos de nuevo, saben que Johan Santana abrirá el juego de la tarde del domingo. En vez de ver a Santana tratando de evitar una barrida de los Yanquis en la serie del Subway, los Mets buscarán la posibilidad de llevarse la serie.
Y Castillo, quién casi no durmió después de su error del viernes en la noche, estará descansado y listo para jugar.
“Dormiré mejor”, dijo Castillo. También lo harán los Mets.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

jueves, 11 de junio de 2009

Los Medias Rojas de Boston escogen a jardinero puertorriqueño en la primera ronda del draft.

DAN BARBARISI Journal Sports Writer

Boston.- Con la escogencia 28 de la primera ronda del draft de las Grandes Ligas de Béisbol, los patirrojos optaron por el veloz centerfielder Reymond Fuentes de la secundaria Fernando Callejo en Puerto Rico.
El primo de Carlos Beltran, Fuentes es un jugador rápido de contextura delgada y un swing agresivo. Fue una escogencia sorpresiva porque muchos expertos esperaban que los Medias Rojas se inclinaran por el receptor Max Stassi. El propio Fuentes estaba sorprendido, porque tenía muy poco contacto con los scouts de Boston.
“Me sorprendí mucho. No sabía que Boston me iba a seleccionar, pero estoy muy contento”, dijo Fuentes.
El primer día del draft terminó para los Medias Rojas con las escogencias del lanzador Alex Wilson en la segunda ronda y el short stop-pitcher David Renfroe en la tercera.
Fuentes es un zurdo de 18 años que basa su juego en la velocidad y eso le ha ganado una reputación de centerfielder fluido, de gran alcance. De muñecas rápidas, pero con algunos problemas de disciplina en el plato, Fuente podría convertirse en un bateador al estilo de Alfonso Soriano, bateando en todas las direcciones del campo con poder razonable.
“Soy delgado, pero fuerte. Tengo un poder que pasa desapercibido. Pero mi trabajo es poner la pelota en juego y arrancar a correr”, dijo Fuentes.
Los directivos de los Medias Rojas dijeron que habían observado a Fuentes por algún tiempo, al escautearlo por 2 años. En los meses recientes ha crecido y aumentado su poder, esos atributos deben ayudar a suplementar su velocidad natural y su destreza defensiva.
“Se convirtió en uno de los muchachos que esperábamos encontrar disponible para seleccionarlo”, dijo el director de scouts Jason Mcleod. “La velocidad será parte de su juego, es un excelente corredor, es campeón de velocidad en la isla. Pensamos que tiene una buena oportunidad de convertirse en un buen abridor de la alineación que nos pueda dar buena defensa en el centerfield y también que corra mucho en las bases”.
Hay muchos jugadores en el draft con ese tipo de destreza, pero el Gerente General Theo Epstein dijo que lo que diferencia con este es el potencial de su bate.
“Lo que nos gustó de Reymond que lo distingue del típico jugador rápido, con excelente defensiva en el centerfield, es que este muchacho también puede batear”, dijo Epstein.
Su contextura delgada de 1,80 metros y 80 kg , muestra mucho potencial. Y su velocidad será impactante en Grandes Ligas. Su brazo necesita entrenamiento. Pero Fuentes dice que es un asunto de mecánica que puede trabajarse.
“Mi fuerza está en mis piernas. Soy muy rápido. Lo único con lo que tengo problemas es con mi mecánica de lanzamiento”, dijo Fuentes.
Fuentes dijo que él y su famoso primo son muy allegados, y que tienen la misma actitud de estar enfocados en el juego. Beltran llamó a Fuentes anoche para felicitarlo por ser seleccionado en la primera ronda.
“No le presto atención a nada que ocurra fuera del juego. Sólo juego pelota. Me considero muy similar a Carlos, porque cuando él juega, sólo se dedica a eso y nada más”, dijo Fuentes.
Fuentes fue escauteado por Arizona, Texas y Detroit, pero no se reunió con ningún scout de los Medias Rojas antes de ser seleccionado, dijo.
Fuentes nació en Florida, pero se crió en Marita, Puerto Rico, una ciudad de la costa norte de la isla, conocida por su producción de piñas. De su secundaria, Francisco Callejo, también salieron Beltran, los hermanos Javier y José Valentín y el infielder Ramón Avilés.
Los Medias Rojas escogieron un centerfielder en la primera ronda del draft de 2006, cuando seleccionaron a Jason Place, quién en la actualidad juega en categoría Clase A. El año anterior seleccionaron a Jacoby Ellsbury quién cubre el centerfield en Fenway Park en la actualidad. Epstein dice que el equipo escoge basado en los mejores peloteros disponibles en el draft, y no en los peloteros que puedan tener en lista para el momento.
Además, el lugar donde se debe tener la mayor cantidad de peloteros es la línea central: centerfield, short stop, segunda base, catcher. Porque el atleticismo de estos jugadores les permitirá moverse a otra posición si es necesario.
La segunda escogencia de los Medias Rojas, 77 en general, fue usada para seleccionar a William Alexander Wilson un relevista de último año en Texas A&M. El derecho de 22 años tuvo una operación de Tommy John al comienzo de su carrera en la universidad, pero regresó fuerte de la operación y ha lanzado bien desde entonces.
“Las historias de éxito son numerosas y nuestro cuerpo médico dijo que en este caso no había problema alguno”, dijo Mcleod.
Wilson ha sido un relevista en la universidad, pero Boston lo preparará como abridor. Agregará un cambio de velocidad como tercer pitcheo mientras hace el ajuste.
“Tiene una combinación poderosa de recta y curva. Es un fajador en el montículo. Nos gusta mucho su repertorio”, dijo Mcleod.
La tercera ronda trajo a David Renfroe un joven de 18 años, 1,87 metros y 100 kilos, procedente de la secundaria South Panola, Mississippi. El campocorto-lanzador tiene potencial tanto en la caja de bateo como en el montículo, pero el equipo ve su futuro como bateador.
Al momento, Epstein dijo: “Su techo más alto es como jugador de posición. Un potencial bate de impacto. Pero también hay mucho que apreciarle como pitcher”.


Traducción: Alfonso L. Tusa C.

miércoles, 10 de junio de 2009

Herman Franks, antíguo manager de Grandes Ligas, fallece.

Dirigió a los Gigantes de San Francisco en los años sesenta y a los Cachorros de Chicago en los años setenta.

Doug Miller / MLB.com

El antíguo manager de los Gigantes de San Francisco y los Cachorros de Chicago falleció este lunes 30 de marzo de 2009 en su hogar de Salt Lake City, de acuerdo al San Francisco Chronicle. Tenía 95 años.
Franks estuvo al frente de los Gigantes desde 1965 hasta 1968 , llevó al equipo a 4 segundos lugares seguidos, y dirigió a los Cachorros entre 1977 y 1979.
Franks murió a causa de una falla congestiva en compañía de su familia, de acuerdo al Chronicle que habló con Dan, el hijo de Franks.
“Él comenzó a jugar béisbol profesional cuando tenía 17 o 18 años y aún asistía a reuniones hace pocos años”, declaró Dan Franks al periódico. “Cada día era una aventura para él. Lo disfrutaba todo. Vivió para el momento, y todos tratamos de seguir algo de las páginas de ese libro”.
Franks nació en 1914 en Price, Utah, y actuó como receptor en partes de seis temporadas de Grandes Ligas. Bateó para .199 en 188 juegos.
Fue coach de los Gigantes de Nueva York a las ordenes de Leo Durocher, y de acuerdo a un libro de 2006, estuvo involucrado en el robo de las señas del catcher de los Dodgers de Brooklyn usando un telescopio desde una ventana del outfield durante el famoso juego de 1951 que decidió el banderín de la Liga Nacional cuando Bobby Thomson conecto “El batazo que se oyó alrededor del mundo” ante Ralph B ranca.
“Este tipo era un Gigante”, le dijo al periódico el antíguo jugador de los Gigantes y actual asistente especial de los jugadores de ligas menores de los Gigantes, Joey Amalfitano. “Algunos son Dodgers, otros son Cachorros, como Ernie Banks. Este muchacho era un Gigante”.
“Fue como un segundo padre para mí, un mentor. Fue un pilar en mi vida. Su filosofía era no atravesarse en medio de los peloteros. Había que relajarlos. Era muy bueno poniendo el brazo sobre el hombro y también dando nalgadas”.
Franks tuvo el mejor record general en las Grandes Ligas en los 4 años que dirigió a los Gigantes. Dirigió equipos donde destacaban Willie Mays, Willie McCovey, Juan Marichal, Gaylord Perry y Orlando Cepeda, quienes ahora habitan en el Salón de la Fama.
Franks dirigió a los venezolanos César Gutiérrez e Isaías “Látigo” Chávez en los Gigantes y a Jesús Marcano Trillo en los Cachorros.
Dirigió a los Navegantes del Magallanes durante una parte de la temporada 1953-54. Luego fue sustituido por Lázaro Salazar.
A Mr. Franks le sobreviven su esposa Ami, 3 hijos (Dan, Herman Jr. y Cyndi Wright) y 7 nietos.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

Antíguo primera base de los Medias Rojas de Boston inicia carrea como manager en la Liga Can-Am.

Jim Fenton

Él estuvo en 8 equipos distintos de liga menor por un período de 9 años después de ser drafteado por los Mets de Nueva York en 1990.
Brian Daubach tomó el camino largo hacia las Grandes Ligas, para finalmente llegar al nivel máximo en septiembre de 1998 con la expansión a 40 del roster de los Marlins de Florida.
El largo viaje que Daubach, un antíguo inicialista y bateador designado de los Medias Rojas, tuvo que experimentar se hará latente ahora que comenzará una nueva carrera.
Daubach, quién bateó para .265 y participó en 541 juegos durante 5 temporadas, está en su primera temporada como manager de los American Defenders de New Hampshire en la Liga Can-Am.
A los 37 años y fuera de las Grandes Ligas desde una breve estadía con los Mets en 2005, Daubach está listo para comenzar su formación como manager, dirigiendo en una Liga Independiente de 6 equipos.
“Pienso que este es el primer paso”, dijo Daubach antes de enfrentar a los Rox de Brockton en Campanelli Stadium este martes 02 de junio por la noche. “Es como les digo a mis jugadores: Estamos en una Liga Independiente y nuestro principal objetivo es llegar a las Garndes Ligas”.
“Eso no va a ser posible para muchas personas aquí, pero tienes que salir al campo con esa meta en la mente. Regresas al béisbol afiliado y desde ahí tratas de regresar a las Grandes Ligas”.
“Cuando yo jugaba, también comencé desde abajo. Obviamente, como manager estoy comenzando desde abajo otra vez. No es diferente”.
Daubach, quién jugara para los Medias Rojas entre 1999 y 2002 y de nuevo en 2004, maneja autobuses desde Nashua N.H hasta Brockton, New Jersey, Worcester y Québec, algo muy distinto de los viajes en primera clase y los hoteles 5 estrellas que frecuentaba en sus 7 años de carrera en las Grandes Ligas.
La manera como Daubach, una escogencia de la ronda 17 de los Mets en la escuela secundaria, batalló en las ligas menores por casi una década, es algo que ahora puede usar como una herramienta de aprendizaje.
“Pienso que sí, especialmente en la forma como le puedo contar eso a los muchachos del equipo”, dijo Daubach. “Muchos jugadores de Grandes Ligas, sólo pasan brevemente por las liga menores. Después de dos o tres años ya están en las Grandes Ligas, para llegar allí me tuve que ganar mi oportunidad”.
“He pasado por muchas situaciones de las que se pueden vivir, desde tener alguno años malos, o perder un año por una lesión, o ser despedido algunas veces”.
“Pasé de ser despedido durante un invierno (por los Marlins en 1998) a ser el tercer bate de los Medias Rojas contra los Yanquis en la Serie de Campeonato de la Liga Americana al año siguiente. Me he comido las verdes y las maduras y casi todo lo que estos muchachos vivirán, pienso que eso me ayudará a relacionarme con ellos”.
Daubach dijo que aprendió algo de todos los managers para los que jugó en las mayores, comenzando con Jim Leyland en Florida. “Era muy agresivo. Un tipo que te lo decía todo en la cara”, hasta Terry Francona con los Medias Rojas en 2004.
“Lo más grande de Francona es que considera a la comunicación como la base de toda relación, especialmente en la temporada de béisbol”, dijo Daubach quién ganó el anillo de Serie Mundial en 2004 pero no estuvo en el roster de post-temporada. “En esta liga tenemos 94 juegos con 8 días libres. Los muchachos tienen que saber lo que están haciendo, sea bueno o malo. Como jugador eso es todo lo que se pregunta y eso es lo que trato de comunicarle a mis jugadores”.
Daubach, quién fue el coach de bateo de los Pride de Nashua en la Liga Can-Am durante la segunda mitad de la temporada pasada, está feliz de empezar una carrera como manager en Nueva Inglaterra, donde ocurrieron los mejores días de su carrera como jugador.
El nativo de Illinois ha realizado algún trabajo con la emisora de radio WEEI y con NESN durante el año pasado y se ha mantenido en contacto con la escena del béisbol en la zona.
Ahora está dando el salto hacia otro aspecto del juego, tratando de formarse como manager.
“Empecé a pensar en esto durante mis últimos 2 años como jugador, cuando subía y bajaba entre las mayores y las menores al tiempo que era entre 8 y 10 años más viejo que mis compañeros”, dijo Daubach.
“Ser coach de bateo la segunda mitad de la temporada pasada, me ayudó a ordenar los pensamientos sobre lo que deseaba hacer. Es un gran cambio desde las Grandes Ligas hasta aquí. Pero ¿sabes qué? Pasé mucho tiempo en las menores antes de llegar a las Grandes Ligas. En cualquier lugar que estés el béisbol es el béisbol”.
“No jugamos en los mismos estadios. No llegamos a los mismos hoteles. Pero una vez que el juego comienza, es el mismo juego en todas partes. Un equipo contra otro, y juegas 9 innings”.
En Venezuela, Daubach jugó con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1996-97. 37 juegos, 114 turnos al bate, 10 anotadas, 33 hits, 12 empujadas, .289 promedio ofensivo.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 9 de junio de 2009

Preguntas y respuestas con Ted Kubiak.

David Laurila.

Ted Kubiak pasó 10 temporadas como el clásico infielder de Grandes Ligas de quién se dice “buen guante, nulo al bate”. Ganó 3 anillos de Serie Mundial con los Atléticos de Oakland entre 1972 y 1974. Ahora ayuda a jóvenes infielders a mejorar su juego defensivo. El coordinador de juego defensivo de los Indios de Cleveland en las ligas menores desde 2004, Kubiak dirigió en las organizaciones de Oakland y Cleveland por 15 años antes de llegar a su cargo actual.

David Laurila habló con Kubiak sobre la enseñanza de mecánicas defensivas apropiadas, medida del alcance, y que determina un cambio de posición defensiva en un jugador.

David Laurila: Cuando miras las estadísticas defensivas de un jugador ¿Qué te dicen?
Ted Kubiak: Los números defensivos te dan alguna información, pero primero observo el número de errores cometidos en la temporada en curso. Eso es más indicativo para mí. En cada posición existe un mínimo de errores para ser considerado un buen jugador defensivo. Entonces tienes que estudiar su juego para determinar lo que hacen o dejan de hacer para cometer los errores. El alcance puede ser bueno, pero si no pueden terminar las jugadas…O tienen buenas manos y poco alcance. Ser agresivos o no puede ser la diferencia entre un out y un error. Pueden tener dificultades con una jugada, por ejemplo los rollings lentos, y eso disminuye su valor a pesar de un promedio de fildeo decente. Hay una cantidad de pequeños aspectos a ser considerados que son afectados por las diferencias en agilidad, rapidez y fuerza en el brazo.
DL: ¿Has seguido las estadísticas defensivas más nuevas como Zone Ratings?
TK: No mucho. Se puede determinar cuanto terreno cubre un pelotero al verlo jugar. Imagino que algún día alguien creará una fórmula matemática o científica para determinar el juego defensivo de cada quién, pero en mi mente la acción humana siempre será más importante que los números. Esa por lo menos sería una medida promedio. Yo tengo una visión subjetiva de cómo pienso que cada jugador debe manejar la posición donde juega, pero cada habilidad individual definirá su alcance específico. Luego haces un estimado de la consistencia con que ellos pueden cubrir la posición, que jugadas pueden hacer, cuales no pueden hacer. Yo trato, como instructor trato de llevar a los jugadores hasta un límite donde piensen que no pueden dar más, eso lo aplico con todos los que trabajo. La mayoría de los jugadores no saben alcanzar sus límites.
DL: Omar Vizquel es un gran short stop defensivo.¿Qué ves cuando observas su juego?
TK: Vizquel es el infielder consumado de estos tiempos, con grandes condiciones y en constante control de sí mismo. Su balance, tiempo y ritmo están coordinados mediante una gran habilidad para manejar cada pelota que fildea. Le digo a los infielders que no hay malos botes, son ellos los que los permiten. Omar tiene un gran instinto para leer las pelotas, rara vez se le ve lidiando con un mal bote.
No tiene un gran brazo, pero tiene la gran habilidad de usarlo al máximo cuando es necesario. Sus instintos son tremendos, esas cualidades intrínsecas son difíciles de enseñar. El control que tiene en sus manos es increíble y está coordinado con su extraordinario juego de pies. Es un gran campocorto. Omar usa el guante como si fuera parte de su mano, mientras la mayoría de los jugadores lo usa como si fuese una red.
DL: A menudo se escucha que un infielder tiene manos suaves ¿Eso es algo que se puede enseñar?
TK: Las piernas y los piés apropiadamente condicionados y bien usados producen manos suaves. Un infielder puede aprender como “suavizar” sus manos una vez que conoce los fundamentos principales de cómo atacar un roletazo. Los controles de fuerza de las piernas, lo que hace la parte superior del cuerpo, brazos y manos, es toda una combinación de “técnicas” que se deben manejar para ayudar a aquellos que tienen las manos torpes.
DL: ¿Puedes profundizar sobre la importancia de las piernas y los pies?
TK: Convertirse en un buen infielder depende de la fuerza que se tenga y el uso apropiado de las piernas. Las piernas determinan como el resto del cuerpo se posiciona para atrapar un roletazo. Ellas alinean la ubicación de la parte superior del cuerpo, los brazos, las manos y la cabeza, todas ellas tienes posiciones específicas. Rapidez, ángulo apropiado de lanzamiento, o de inicio del lanzamiento, o salto, cualquier término que se desee usar, manos suaves, alcance, agilidad y fuerza en el brazo, son todos resultados de un buen acondicionamiento de piernas, porque ellas controlan el movimiento del cuerpo como un todo.
DL: ¿Cómo se debería posicionar el cuerpo de un infielder?
TK: Con un uso apropiado de las piernas, la espalda debería estar siempre en paralelo al suelo, la cabeza debería apuntar al home plate y las rodillas flexionadas de manera que las manos puedan alcanzar la pelota con facilidad. Los brazos deberían estar relajados, doblados naturalmente en los codos y extendidos como mejor le sienta al individuo sin forzarlos en ninguna dirección, no deben estar rectos o tiesos. Los brazos y la parte superior del cuerpo deben permanecer relajados todo el tiempo. Las piernas controlan el descenso de las nalgas y la parte superior del cuerpo para alcanzar la posición adecuada en el preciso momento de tomar el rolling. Nos gusta imaginar un triángulo formado por los pies y ambas manos en el punto de contacto con un roletazo. Este triángulo es diferente para cada pelotero pero es importante que cada quién aprenda a hacerlo. Es ajustado de acuerdo al atleticismo y la fexibilidad de cada quién. El atleticismo es determinante en como la posición de fildeo de cada infielder es definida. Todos los triangulos parecen similares pero hay grandes diferencias que afectan el juego de cada cual.
DL: ¿Cómo se diferencian las destrezas básicas de un short stop de las de un segunda base y cual es el factor determinante para saber si un pelotero está mejor capacitado para jugar una posición o la otra?
TK: El short stop debe ser más rápido, tener mejor brazo, mejor autocontrol, es más atlético y ágil en general. Estos son más o menos los principales factores determinantes de quién juega cual posición. Ambos tienen que ser capaces de hacer el dobleplay en segunda base o su oportunidad se esfumará, porque si el short stop no lo puede hacer como un short stop y no puede ejecutar el pívot en segunda base, estará en problemas, más le vale ser un gran bateador. Ambos deben tener un gran alcance, ser capaces de sacar los outs con rollings lentos y jugar sin miedo de ser arrollados en segunda base. Los fundamentos básicos de fildeo permanecen iguales.
DL: ¿Dónde están los ojos de un infielder cuando el pitcher hace el lanzamiento?
TK: Muchos peloteros dicen que siguen el lanzamiento, pero eso es incorrecto. Seguir el envío como es lanzado, para mejorar el alcance de un infielder, es difícil de hacer. El foco debe estar en la zona de bateo, una vez que el lanzador comienza sus movimientos. Saber que pitcheo será utilizado, las tendencias del bateador con ese pitcheo, su ubicación en el plato, y la trayectoria del swing a través de la zona de bateo, son factores que le dan la oportunidad al infielder de inclinar su cuerpo hacia el lugar donde la pelota será bateada, mejorando así su “salto”. Si la lectura es correcta, la “inclinación” empieza antes del contacto.
DL: Te firmaron en 1961. ¿Cómo comparas el nivel de instrucción defensiva que recibiste con lo que ahora enseñas?
TK: Recibí una sugerencia, la cantidad más pequeña de instrucción, en mi primer entrenamiento primaveral, después de eso fui autodidacta. Para hacerme un mejor jugador defensivo, tuve que analizar lo que hacía y hacer cambios por mi cuenta. Tuve que determinar como aumentar mis talentos mientras juzgaba cuales eran. Los jugadores de hoy no son capaces de saber eso, tenemos que enseñarles todo. Es extraño cuando no tenemos que hacer nada para mejorar las destrezas defensivas de un jugador.
DL: B.J. Upton ha fallado defensivamente en el short stop. Tampa Bay ha tenido que rotarlo por varias posiciones ¿Qué piensas de eso?
TK: No lo he visto lo suficiente para ofrecer una opinión apropiada, aunque lo vi brevemente en Buffalo la temporada pasada cuando lo enviaron a las menores. Lo que recuerdo es que nuestro primer bateador conectó una línea dura de un bote a su izquierda con el primer pitcheo y Upton no pareció preparado para actuar. No quiero juzgar a nadie, pero cuando ves eso tienes que preguntarte si un jugador podría tener deficiencias en un área específica. Aunque puedo apreciar lo que ellos aprecian en él. Sobre cambiar de posición, sé por experiencia que no es fácil. Ignoro si eso es algo bueno para él o no, porque a menudo eso lleva a un jugador a no tener oportunidad de desarrollarse en una posición.
DL: Tú jugabas en Oakland cuando los Tigres cambiaron a Mickey Stanley del center field al short stop para la Serie Mundial de 1968 ¿Qué pensaste en ese momento?
TK: En cierto modo estaba asombrado, me preguntaba porque, pero también me decía que ellos debía saber lo que estaban haciendo. Debieron haber visto algo que les indicó que él podía hacerlo ¿Tal vez el acostumbraba a bromear en el infield en las prácticas y a ellos les gustó lo que vieron? Él no era un short stop natural pero hizo el trabajo. Hay que darles crédito por tener la voluntad de hacer el experimento.
DL: Los Indios trataron brevemente de mover a Trevor Crowe del center field a la segunda base la temporada pasada ¿Por qué eso no funcionó?
TK: Trevor demostró buena destreza y habilidad para tomar roletazos bateados hacia él con el fongo. Y manejó los roletazos muy bien en medio del juego. Pero una vez que tuvo que moverse y hacer jugadas en varias posiciones, las cosas se le hicieron difíciles. En sus palabras, no se había percatado de lo rápido que era el juego en el infield. Le hubiera tomado 2 años para adaptarse. Hizo el intento, pero llegó un momento en que se sintió frustrado. Eso afectó su bateo.
DL: ¿El primer paso de un infielder es diferente del de un outfielder?
TK: Creo que ambas posiciones se pueden ejecutar con los mismos movimientos. Los outfielders necesitan leer los swings y tambien la ubicación de los pitcheos, para poder salir a buscar la pelota una vez bateada. Los mismos fundamentos aplican para los infielders.
DL: ¿Qué hizo a Mark Belanger y a Brooks Robinson grandes jugadores defensivos?
TK: Ambos jugaron sus posiciones tan bien como cualquiera, y eran consistentes, lo cual es lo que realmente quieres de cualquier jugador. Belanger jugaba muy adelantado en el short stop, pero se ubicaba correctamente de acuerdo con el bateador. Brooks jugaba de acuerdo a sus limitaciones porque no era un buen corredor ni tenía buen brazo. Ambos tenían manos rápidas y se desprendían de la pelota con celeridad, ambos podían ejecutar todas la jugadas requeridas de sus posiciones individuales. Algo que Brooks hacia y los demás terceras bases no podían, era que mientras corría hacia delante para tomar un toque o un rolling lento, era capaz de lanzar a primera por encima del brazo y no por el lado o por debajo del brazo como lo hacían los demás. Eso me demostró que tenía un gran control sobre su cuerpo.
DL: ¿Cuál es el movimiento apropiado del brazo para un infielder?
TK: Es difícil de definir. Con un rolling de rutina, te gustaría que el jugador sea capaz de lanzar por encima del brazo en vez de por el lado, pero los infielders necesitan saber lanzar desde numerosos ángulos y posiciones. Se podría utilizar un muy buen movimiento del pitcher como ejemplo. La separación del guante y la pelota, la mano va abajo y arriba alrededor del hombro mientras el brazo viene por encima extendiéndose hacia delante y terminando abajo junto a la rodilla. De nuevo, como en cualquier acción atlética, cada individuo tiene sus propios grados de diferencia de la norma.
DL: Se han escuchado rumores de que los Indios podrían algún día mudar a Victor Martínez de catcher a primera base ¿Cuál sería el motivo de esa transición?
TK: Victor fue un short stop originalmente, fue convertido a receptor, por lo que tiene algúna capacidad innata de infielder. Está tratando, y los coaches están tratando de mejorar su disparo, lo cual es su única dificultad detrás del plato. Su bate es indispensable en la alineación, y por su habilidad para jugar primera base podría permanecer en la alineación, lo cual le daría un día de descanso de la exigente posición de receptor.
DL: Vamos a cambiar la cara de la pelota para la última pregunta. Tuviste un juego de 4 hits y 7 empujadas en Fenway Park en 1970.
TK: Ese fue mi mejor día en las Grandes Ligas. El total de empujadas permaneció como record por un momento en la organización de Milwaukee y podría aún estar igualado con uno o dos más. El grand slam, que cayó en el bull pen, un batazo largo para mí, se lo bateé a un pitcher joven a quién le había jonroneado previamente en Milwaukee. Al no batear muchos jonrones en mi carrera, los Medias Rojas decidieron que era suficiente, si yo le podía batear de esa manera, su carrera no duraría mucho. La mía si duró, pero no precisamente por aquel día en Boston. Mi carrera de diez años en Grandes Ligas se debió a mi guante y no a mi bate. En la vieja jerga de los scouts, fui etiquetado “buen guante, bate nulo”.

Traducción Alfonso L. Tusa C.

Ocho nuevos exaltados al Salón de la Fama del Beísbol Venezolano.

Oswaldo Olivares, el zurdito que inició su carrera como lanzador y luego fue un gran bateador, Luis Tiant lanzador cubano de gran trayectoria en Grandes Ligas y excepcionales actuaciones en el Béisbol Profesional venezolano, Aurelio Monteagudo, serpentinero de gran consistencia que jugó con el Caracas, Magallanes y La Guaira entre otros clubes venezolanos, Urbano Lugo lanzador de gran peso en aquellos equipos caraquistas de mediados y finales de los ochenta y comienzos de los noventa. A través del comité histórico fueron reconocidos el manager Regino Otero, el más ganador de la Liga Venezolana y Carlos Tovar Bracho excelso narrador de los juegos.
También resultaron elegidos el lanzador Luis “Mono” Zuloaga de presencia importante en los años iniciales de los Leones del Caracas y el inicialista Jesús Chucho Ramos de actuaciones importantes con el equipo venezolano de la Serie Mundial de 1941 y luego con Magallanes en la Liga Venezolana.
Olivares destacó en el béisbol menor desde la categoría Junior donde llegó a ponchar 26 bateadores en un juego el 05 de mayo de 1968 para su equipo del Banco Obrero en la Liga de los Criollitos. En juvenil lanzó un juego sin hits ni carreras el 05 de octubre de 1970 ante el equipo de Honduras en el Campeonato Mundial de Maracaibo. Siempre lideró al Magallanes desde el primer turno de la alineación. Participó en el subcampeonato de la temporada 1974-75 y en los campeonatos 1976-77 y 1978-79 cuando ganaron la Serie del Caribe. Olivares resultó clave en el segundo juego ante los dominicanos al realizar dos asistencias en el home con sendos disparos desde el jardín derecho. El juego se decidió en diez innings con hit de oro de Rafael Cariel. Olivares fue campeón de bateo con el Salem de la Liga Carolina (A) en 1977, con promedio de .370, ese año también fue líder en anotadas con 121 e imparables: 208. En 1985 resultó campeón de bateo con el Aguas Calientes/Campeche en la Liga Mexicana AAA con .397. Tambien lideró la liga con 175 hits.
Tiant tuvo actuaciones de altura con los Industriales del Valencia, Leones del Caracas y Tiburones de La Guaira. Además de jugar con los Cardenales de Lara en la Liga Occidental. Dos juegos ilustran su grandeza como lanzador. El séptimo juego de la final de la temporada 1963-64, entre Caracas y Valencia, allí se batió a sangre y fuego contra su compatriota Orlando Peña para terminar perdiendo el juego y el campeonato 2-1 en diez episodios ante los Leones. El no hit no run que le propinó a los Leones del Caracas el 14 de noviembre de 1971, para que los Tiburones de La Guaira ganaran 3-0.
Monteagudo resultó primordial para el título que ganó La Guaira en la temporada 1970-71. Además siempre tuvo un papel decisivo en los juegos de los equipos que defendía. Fue el pitcher ganador del juego decisivo de la Serie del Caribe de 1970
Urbano Lugo siempre es recordado por el no hit no run con que terminó la serie final de la temporada 1986-87. El 24 de enero de 1987 venció 4-0 a los Tiburones de La Guaira.
Otero ganó como manager de los Industriales del Valencia, las temporadas 1955-56, 1957-58 y 1958-59. Luego dirigiendo a los Leones del Caracas se tituló en las campañas 1961-62, 1963-64, 1966-67 y 1967-68. Dejó record vitalicio de 369-256 en 12 temporadas en LVBP.
Carlos Tovar Bracho destacó como uno de los narradores deportivos venezolanos más importantes por más de 30 años. En las temporadas de 1964-65 y 1965-66 fungió como gerente deportivo de los Navegantes del Magallanes. Su gran conocimiento de la gramática española y de las interioridades del béisbol le permitió hacer de cada juego una cátedra de narración, eran pinturas a voz alzada en emociones y reflexiones. Escribió una columna deportiva en el diario Meridiano por varios años. Creó junto a Héctor Cordido la empresa Numéritos Gerencia Deportiva y junto a esta los premios anuales a los peloteros de mejor actuación en la LVBP. Algunas de las expresiones de Tovar Bracho mientras narraba un juego de béisbol: “Hay juego legal”, cuando se completaba la primera mitad o el cierre del quinto inning. “Salud fanáticos”, al despedir la transmisión.

Alfonso L. Tusa C.

lunes, 8 de junio de 2009

Los Rojos de Cincinnati respaldan la magia de Matt Maloney con victoria de última hora.

El novato realiza una apertura de calidad.

Jeff Wallner / Special to MLB.com


Cincinnati. Matt Maloney vio el interior del Great American Ball Park por primera vez este viernes 05 de junio de 2009 en la tarde. Cuando el zurdo de 25 años subió al montículo la noche del sábado 06 de junio para su debut en la Gran Carpa, la atmósfera era completamente distinta.
Ante una formidable alineación de los Cachorros de Chicago y un estadio lleno con 40914 aficionados, Maloney mostró gran dominio de la escena y sólo permitió 2 carreras y 6 hits en 6 innings. Caminó 1, ponchó 4 y bateó el primer hit como grande liga.
Luego de que un rally de los Cachorros al final del juego le negó a Maloney la posibilidad de la primera victoria en Grandes Ligas, los Rojos ganaron en el inning 11 cuando Jay Bruce anotó la carrera decisiva desde tercera base en una jugada de fielder’s choice ocasionada por el emergente Adam Rosales para decretar el triunfo 4-3.
“Las palabras no pueden describir esto”, dijo Maloney. “Fue maravilloso. Nunca me sentí nervioso”.
Con Bruce en tercera con un out en el undécimo inning, el emergente Rosales bateó un rolling lento hacia el tercera base Mike Fontenot. Bruce, quién estaba corriendo con el batazo, anotó de pié justo antes que llegara el tiro alto de Fontenot.
Originalmente le cargaron error a Fontenot, pero la apreciación fue cambiada a fielder´s choice y Rosales recibió el crédito de la carrera empujada.
“Mientras la pelota esté en juego, tienes oportunidad”, dijo el manager de los Rojos Dusty Baker. “Sentí que íbamos a anotar esa carrera tarde o temprano”.
La noticia de la noche fue Maloney, un nativo de Sandusky, Ohio quién ha hecho 99 apariciones en las ligas menores.
Maloney empezó el juego permitiendo un doble a Alfonso Soriano, luego golpeó a Ryan Theriot en la mano con un pitcheo. Pero la tercera atrapada lanzándose de cabeza en el center field de Chris Dickerson en los últimos dos juegos ayudó a Maloney a salir ileso del inning. Más adelante Dickerson sacó out a Reed Jonson intentando avanzar a tercera base con un elevado al centro en el cuarto episodio.
“Estaba tratando de minimizar el daño y salir del primer inning”, dijo Maloney. “Dickerson hizo un gran juego al campo”.
Un doble de Dickerson hizo anotar desde primera base a Jerry Hairston Jr. Para poner a los Rojos adelante 1-0 en el cierre del primer inning.
Más adelante en el inning Ramón Hernández descargó cuadrangular de 2 carreras al pegar la pelota de la punta de la pared del right field.
Maloney se metió en problemas de nuevo en el segundo episodio cuando caminó a Fontenot para llenar las bases con un out. Pero ponchó a Soriano en conteo de 3 y 2 para acabar con la amenaza.
“Nunca sabes si está agitado o no”, Baker dijo de Maloney. “Esa es su personalidad. Lanzó muy bien. Tuvo un buen cambio. Para él fue ventajoso que ellos no lo conocieran”.
Los Cachorros tampoco le habían lanzado a Maloney quién bateaba .286 con un jonrón en el Louisville Triple A.
En su primer turno al bate en Grandes Ligas, en el segundo inning, Maloney bateó un sencillo para convertirse en el primer pitcher de los Rojos en acreditarse un hit en su primer turno al bate desde que Scott Randall lo hizo el 18 de septiembre de 2003 ante Kip Wells de Pittsburgh.
“Sólo fue un rolling débil por el medio del cuadro”, dijo Maloney, quién se quedó con la pelota como un recuerdo. “Pero un hit es un hit”.
Maloney retiró a los Cachorros en orden el tercer y el quinto innings. Pero 2 jonrones solitarios trajeron a los Cachorros de vuelta al juego.
El tercer vuelacercas de Bobby Scales llegó ante un envío de Maloney en cuenta de 1-0, para inaugurar las anotaciones de los Cachorros en el cuarto. Entonces Geovany Soto puso el juego 3-2 al abrir el séptimo episodio con un estacazo al poste de foul del left field.
“Ni siquiera lo ví. Sabía que era jonrón”, dijo Maloney.
Daniel Ray Herrera reemplazó a Maloney, quién salió en medio de una ruidosa ovación del público.
Los Cachorros evitaron la primera victoria de la carrera de Maloney al atacar en el octavo a David Weathers. Sencillos de Theriot y Derrek Lee y un elevado de sacrificio de Jake Fox, empataron el juego a 3.
Fue la segunda oportunidad de salvado desperdiciada por Weathers en la temporada.
El abridor de los Cachorros, Ryan Dempster, lanzó 6 innings, permitió 3 carreras, todas inmerecidas, y 6 imparables.
Luego Francisco Cordero y Nick Masset se combinaron durante 3 innings sin permitir hits, para mantener a los Rojos en el juego.
Los Rojos marcaron la carrera ganadora en el undécimo inning, cuando Bruce abrió con boleto y avanzó a segunda por wild pitch del lanzador de los Cachorros Sean Marshall. El toque de sacrificio de Alex González llevó a Bruce hasta tercera base.
Entonces Ryan Hanigan fue boleado intencionalmente y todo quedó listo para el fielder’s choice provocado por Rosales.
Masset (3-0) se apuntó la victoria. Marshall (3-5) salió derrotado. Los Rojos mejoraron su marca a 2-3 en extrainning.
“En general fue un buen día”, dijo Baker. “Fue un gran juego para ver, un gran juego para dirigir. Enviamos felices de vuelta a casa a toda esa multitud, eso es lo más importante”.
Maloney jugó con los Navegantes del Magallanes en la temporada 2008-2009. Participó en 6 juegos, 1 ganado, 4 perdidos, 3.42 de efectividad, 26.1 innings, 24 hits, 10 boletos, 17 ponches. Por lo menos 2 de esas derrotas se produjeron debido a un pobre respaldo defensivo.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

domingo, 7 de junio de 2009

Barry Zito sale de una seguidilla de 4 derrotas con ayuda de Pablo Sandoval.

Miami.- Zito no podía hacer otra cosa sino observar como el bull pen trataba de preservar su primera victoria en cinco salidas.
Pablo Sandoval bateó un jonrón de 2 carreras, Zito acabó con una seguidilla de 4 derrotas al hilo y los Gigantes de San Francisco vencieron 2-1 a los Marlins de Florida este viernes 05 de junio de 2009.
Zito (2-6) lanzó 5 episodios, permitió 1 carrera limpia con 4 hits para conseguir su primer triunfo desde el 08 de mayo en Los Ángeles.
Brandon Medders y Sergio Romo se combinaron para lanzar 3 entradas de relevo en blanco. Brian Wilson llenó las bases con 2 outs en el noveno inning, pero obligó a Jorge Cantú a entregar el último out con rodado al cuadro para su salvado 14 en 17 oportunidades.
Zito se quedó en el dugout hasta el último out.
“Es una experiencia que requiere de mucha estabilidad emocional. No me puedo imaginar lo que significa ser coach”, dijo Zito. “Lo primero de que la gente habla es de tu marca. Eso es la última cosa sobre la que tenemos control”.
Los Gigantes han ganado 8 de los últimos 10 juegos.
Sandoval jonroneó contra Chris Volstad en el cuarto para darle ventaja de 2-0 a los Gigantes. Bengie Molina abrió el inning con sencillo y Sandoval siguió con una línea por encima de la pared del right field, su cuarto vuelacercas de la temporada.
“Conseguí el pitcheo apropiado para batear, una recta adentro”, dijo Sandoval. “Normalmente soy un bateador de líneas y estaba tratando de poner la bola en juego”.
Aaron Rowand bateó 3 imparables para los Gigantes, para alargar a 15 su seguidilla de juegos bateando de hit, la racha activa más larga de la Liga Nacional.
Florida se acercó 2-1 en el sexto. Zito caminó a los dos primeros bateadores y fue reemplazado por Medders. Un sencillo con un out de Ronny Paulino llenó las bases. Alejandro De Aza bateó un elevado de sacrificio a la zona de foul del left field para remolcar a Cantú desde tercera base. Medders dominó al emergente Ross Gload para terminar el inning.
“Caminar a esos dos primeros bateadores me descontroló todo”, dijo Zito. “El bull pen me salvó”.
Volstad (4-5) trabajó 6 innings, permitió 2 carreras limpias y 8 hits.
“Siento que lancé bien, pero no era nuestra noche”, dijo Volstad. Ese pitcheo ante Sandoval, fue decisivo para mí. Él le hizo un buen swing a esa pelota”.
Los Marlins amenazaron en su mitad del cuarto episodio cuando llenaron las bases con 1 out, pero Zito ponchó a Brett Carroll y a Vosltad para cerrar el inning.
“Tuvimos algunas oportunidades pero no pudimos conseguir el batazo oportuno”, dijo el manager de los Marlins Fredi González. “Ellos tienen un tremendo cuerpo de lanzadores tanto en abridores como relevistas. Lo demostraron hoy y nosotros los confrontamos. Pero hicieron una carrera más que nosotros”.
La defensa de los Marlins, la segunda peor en porcentaje defensivo en las Grandes Ligas, hizo una jugada en el tercer inning cuando el right fielder Carroll sacó out en la goma a Rowand quién trataba de anotar con el sencillo de Randy Winn. Carroll es el autor de las únicas dos asistencias de outfield de los Marlins esta temporada.
El juego empezó con un retraso de 55 minutos debido a la lluvia.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

sábado, 6 de junio de 2009

Yorman Bazardo deja en 2 hits a los Zephyrs de New Orleáns.

El pitcher de las granjas de Houston poncha 6 en su quinto blanqueo en las menores.

Josh Jackson / Special to MLB.com

Yorman Bazardo pudo no haber estado imbateable este domingo 31 de mayo de 2009, pero definitivamente estuvo invencible.
El derecho de 24 años ponchó 6 y lanzó un juego de 2 hits para su primer blanqueo en casi 5 años mientras los Express de Round Rock vencían 3-0 a los Zephyrs.
“Ahorita me siento bien”, dijo Bazardo. “Estuve atacando la zona todo el juego y me funcionó. Todos mis lanzamientos fueron buenos”.
La salida magistral de Bazardo llegó 5 días después que mantuvo al Salt Lake en 3 hits durante 8 entradas de blanqueo. No ha permitido más de 2 carreras en 5 aperturas desde el 05 de mayo.
El primer hit que Bazardo permitió el domingo llegó temprano. Andy González hizo un swing completo pero la pelota se enterró en la grama del infield con 2 outs en el segundo inning. Bazardo dijo que se fajó con el batazo pero que el movimiento extraño de la pelota lo había burlado.
“Le llegué rápido a la pelota”, explicó Bazardo. “Pero no pude agarrarla y lanzar a primera”.
Después de caminar a Cameron Maybin con 1 out en el quinto inning, Bazardo golpeó a John Lindsey.
“Me sentía algo indispuesto en ese inning”, dijo el venezolano. “Me embasé en la primera mitad del inning, eso me dejó algo cansado”.
Bazardo salió de nuevo del problema, obligando a batear dos elevados. Allí empezó una seguidilla de 12 retirados. Maybin fue el único Zephyr en llegar a segunda base.
“Pude ajustarme después de golpear a Lindsey y recuperé el control”, dijo Bazardo. “Fui capaz de lanzar mi recta en strike en muchos primeros lanzamientos de este juego”.
“Fue un juego de 2-hits limpio”, dijo Burt Hooton el coach de pitcheo de los Express. “Él lanzó muy bien”.
Cuando Brad Davis le bateó una línea imparable con un out en el octavo inning, Bazardo dijo que no fue porque estaba cansado.
“Me sentía mucho mejor que en los primeros 3 innings”, dijo Bazardo. “Estaba adaptado al juego y mi recta caminaba muy bien.
Terminó el octavo induciendo otro elevado y ponchando a John Raynor, lanzó un noveno inning perfecto.
“Todo el juego fue como si lanzara strike 1 y strike 2 en sus dos primeros envíos. Cambiaba de velocidades muy bien”, dijo Hooton. “Colocaba sus envíos donde quería”.
De hecho, sacar a Bazardo nunca pasó por la mente del antíguo Grande Liga.
“Nunca hablamos de eso”, dijo Hooton. “No hubo necesidad”.
Con Bazardo lanzando a ritmo de 0.73 de efectividad en las últimas 5 salidas, una promoción podría venir pronto.
“Sólo necesita seguir lo que está haciendo”, dijo Hooton. “Es un gran competidor en todos los sentidos. Es bueno con el guante y en todo”.
“Quiero subir a las Grandes Ligas y seguir dando lo mejor”, dijo Bazardo quién tuvo 15 apariciones con los Marlins de Florida y los Tigres de Detroit entre 2005 y 2008.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

viernes, 5 de junio de 2009

Robinson Chirinos entra al libro de records a fuerza de jonrones.

El prospecto de la receptoría de los Cachorros de Chicago batea 2 grand slams.

Mason Kelley / Special to MLB.com

Robinson Chirinos llegó a la caja de bateo con las bases llenas en el séptimo episodio. Era una escena familiar porque el catcher de los Cubs de Daytona había bateado un grand slam hacía pocos innings.
La cuenta estaba en 3 y 1 y se aguantó ante un lanzamiento que consideraba bajo pero el árbitro cantó el strike y el turno continuó. Esa apreciación sirvió la mesa para un hecho que se ha cumplido cada cierto tiempo en la historia de la Liga del Estado de Florida.
Chirinos envió el próximo lanzamiento a los asientos del jardín izquierdo para propulsar a los Cubs a una victoria 11-3 sobre los Reds de Sarasota.
“Uno nunca sabe”, dijo el manager de los Cubs, Buddy Bailey, del strike en cuenta de 3 y 1. “Algunas veces es por tu bien, otras veces no. Hoy fue por su bien”.
Mientras Chirinos recorría las bases no pudo evitar las risas.
“Este es el momento más grande de mi carrera”, dijo. “Lo voy a disfrutar a plenitud ahora”.
El único otro jugador de la Liga del Estado de Florida en conectar 2 grand slams en el mismo juego es Charles Reidell, quién lo hizo el 14 de junio de 1959 con el St. Petersburg. Chirinos se une a Chris Richard del Durham, quién bateó 2 grand slams el 15 de mayo, como los únicos jugadores de ligas menores en hacer eso esta temporada.
“Como es la primera vez que esto ocurre en la Liga del Estado de Florida en 50 año, esto da una idea de lo raro del caso”, dijo Bailey. “Para las estadísticas ofensivas las personas siempre hablan de la escalera, pero los porcentajes de esta son muy distintos a los de batear 2 grand slams que además es más difícil de lograr. Mucho del crédito se le debe a los compañeros que se embasaron”.
Sin embargo, Chirinos estuvo a punto de no jugar el domingo 31 de mayo de 2009.
El 14 de mayo contra Clearwater, el jugador de 24 años recibió un pelotazo en la muñeca izquierda y los rayos X mostraron lo que parecía ser un hueso fracturado.
“Le pusieron un yeso y luego se percataron de que era una rotura vieja”, dijo Bailey.
Cuando salió al campo contra los Reds era apenas su cuarto juego desde que había salido de la lista de incapacitados.
Chirinos ha bateado hits en sus últimos 3 juegos y batea .347 con 5 jonrones y 21 empujadas en 21 juegos. Dijo que no había planeado batear ningún grand slam, menos 2. Sólo quería batear con fuerza.
“Fue un día muy bueno”, dijo Chirinos, quién firmó con los Cubs como agente libre no drafteado en 2000. “Estoy feliz de haber hecho eso. Es asombroso”.
Cuando le preguntaron que planeaba hacer para celebrar, respondió que deseaba llegar a su casa para llamar a su familia en Venezuela. Su gran día dejó al manager pensando en que hacer si alguno de sus peloteros vuelve a repetir este hecho.
Bailey prefiere un apretón de manos que chocar las palmas en alto. Pero el segundo apretón lo dejó adolorido.
“Voy a cambiar mi forma de felicitación. Tuve que ponerme hielo en la mano”.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

jueves, 4 de junio de 2009

A un paso de las 300 victorias, Randy Johnson mira hacia atrás.

La Gran Unidad reflexiona sobre su carrera

Ben Platt / MLB.com

A medida que se acerca a su mayor logro individual, que le ha costado dos décadas para alcanzarlo, Randy Johnson sigue siendo una fuerza única en el béisbol.
Johnson, quién alcanzó su triunfo 299 este miércoles 27 de mayo de 2009 contra los Bravos de Atlanta 6-3 en 6 innings de labor, podría ser el último de una camada de lanzadores que fueron capaces de dominar el juego durante un período significativo y alcanzar records beisboleros colectivos y personales que lo ubicarán como uno de los mejores pitchers de todos los tiempos.
A los 45 años, cuando la mayoría de los peloteros hace tiempo se han retirado, Johnson todavía da que hacer con los Gigantes de San Francisco y afronta el reto de hacer outs a los bateadores. En términos beisboleros, es un viejo participando en un juego de jóvenes.


Desde su juventud hasta ahora, el gigantón Johnson ha sido un pitcher que ha llamado la atención, primero por su velocidad y ahora por su tenacidad.
“Antes, yo estaba en la minoría”, dijo Johnson quién dominó el juego a finales de los noventa y comienzos de los 2000, al ganar el premio Cy Young en 1995, 1999, 2000 y 2002. “Tal vez un puñado de lanzadores lanzaba 95, 98 millas de manera consistente por 7 u 8 innings. Ahora lanzo entre 90 y 93 millas pero sé como pitchear y lo he sabido por mucho tiempo. Cuando lanzaba 98 millas ya sabía como pitchear, por eso fui tan exitoso”.
“Me tomó mucho tiempo aprender eso. Obviamente tuve buenos y malos días como todo el mundo. Ahora, al lanzar a 93 millas, estoy dentro de la mayoría otra vez. Porque la mayoría de los lanzadores de Grandes Ligas lanza a esa velocidad. Esto es tan reto ahora como lo que siempre ha sido, por mi edad y por como me recupero entre salidas. Tengo buenos y malos días”.
Pero a lo largo de sus 21 años de carrera ha habido muchos más buenos días, y Johnson está a punto de alcanzar un raro logro entre los pitchers, las prestigiosas 300 victorias de por vida.
“Esto significa algo grande”, dijo Johnson. “Significa que me he mantenido por un tiempo, significa que he permanecido sano la mayor parte de mi carrera y cuando no lo estaba me recuperaba muy rápido y regresaba a jugar. También significa que fui constante y gané juegos por un largo período de tiempo. Pienso que para ganar 300 juegos, debes ganar y ganar de manera consistente, pienso que he podido hacer eso gracias a mis compañeros de equipo”.
El manager de los Dodgers, Joe Torre, ahora un rival, pero fue su manager con los Yanquis en las temporadas 2005 y 2006, dice que se necesita más que la ayuda de los compañeros de equipo.
“Hay que tener suerte”, dijo Torre. “Muy pocas personas lanzan 9 innings por estos días, hay que asegurarse de que esas personas tengan la habilidad para ganar el juego. Es difícil encontrar peloteros capaces de permanecer a lo largo de un juego para hacer eso. Espero de corazón, que Randy celebre cuando logre esa victoria”.
Para la Gran Unidad, el Gran Número es parte de un largo viaje por varios equipos y ciudades, comenzando por los Expos, siguiendo con los primeros exítos en Seattle y luego Houston, Arizona dos veces, los Yanquis y ahora los Gigantes.
“Todos los sitios donde estuve fueron importantes”, recuerda Johnson. “Montreal fue el equipo que me drafteó en la Universidad. Ellos tuvieron la iniciativa de ver algo. Pensaron que mi repertorio tenía calibre de Grandes Ligas. Fue un largo proceso llegar allí con esa organización, pero ellos corrieron el riesgo”.
“Luego fui cambiado a Seattle. Ellos me dieron la oportunidad de lanzar cada 5 días independientemente de cómo había lanzado. Lo hicieron por 9 años y eso funcionó para ellos y para mí. Entonces me cambiaron a Houston. Esos fueron los mejores 2 meses de mi carrera, sin dudas. Nunca reproduje esos dos meses, en ninguna parte donde he estado desde entonces. Entonces me convertí en agente libre y firmé con Arizona. Ganamos un campeonato y logré algunos números individuales”.
Johnson suena modesto sobre sus logros en su primera estadía con los D-Backs, pero los números fueron impresionantes. Promedió 350 ponches y 20 victorias en las cuatro temporadas consecutivas en que ganó el premio Cy Young. La de 2002 fue su mejor temporada en estadísticas al dejar marca de 24-5 con 2.32 de efectividad. Pero 2001 fue la campaña cuando Johnson y Curt Schilling cincelaron sus nombres en la historia del béisbol y ayudaron a la entonces franquicia de 4 años a ganar su primer título de Serie Mundial.
“No sé si alguien había experimentado eso antes, tal vez Sandy Koufax y Don Drysdale”, dijo Bob Brenly quién dirigió al equipo en 2001. “Ellos fueron dos pitchers tremendamente competitivos que tenían grandes repertorios. Estaban en el tope de su juego, física y mentalmente. También lanzaron con un muy buen equipo detrás de ellos. Pienso que fue lo mejor que me pudo haber pasado como manager al tener todos esos fenómenos ocurriendo. Estaba seguro de que 2 días a la semana era el manager más inteligente de la Liga Nacional”.
Arizona enfrentó a un determinado equipo de los Yanquis, que junto al resto del país, estaba traumatizado por los sucesos del 09 de septiembre sólo un mes antes. Después que Johnson y Schilling ganaron los dos primeros juegos en Arizona, los Yanquis protagonizaron un destacado regreso en Nueva York, ganando lo tres juegos, los últimos dos de manera dramática. Por lo que Johnson y su equipo tenían la espalda contra la pared en el sexto juego en Arizona, pero la Gran Unidad dominó desde el montículo para ganar 15-2. El día siguiente Johnson relevó en el séptimo juego para ayudar a Arizona a venir de atrás para vencer a Nueva York 3-2, y ganar la Serie. Él, junto a Schilling fueron nombrados co-ganadores del premio al jugador más valioso de la Serie Mundial.
“Ocurrieron cosas mágicas”, recordó Johnson. “Fuimos de una emoción a la otra. Por un momento piensas que podrías perder y que gran temporada habíamos tenido, y de repente estábamos amontonados celebrando en el montículo que eramos campeones de la Serie Mundial. Considerando todo lo que pasó ese año en el país, el campeonato fue muy excitante para la franquicia de los D-Backs de Arizona”.
Brenly dijo: “Randy fue gran parte de eso. Era un tipo que había ganado casi cada premio individual que se podía ganar como pitcher, pero deseaba mucho, pero mucho levantar aquel trofeo de Serie Mundial. Pienso que más que la habilidad física fue la fortaleza mental y el deseo de ganar el campeonato lo que hizo que Randy y todo aquel equipo fuesen grandes”.
Ahora Johnson, quién es un estudiante del juego y su historia, está a punto de ingresar a una fraternidad exclusiva.
“Considerando que no hay muchas personas, 24, 25 en la historia del juego, que han ganado 300 juegos, esta no fue una meta que me fijé”, dijo Johnson. “Nunca consideré o pensé que llegaría siquiera cerca de esto”.
Pero ahora la historia del béisbol está de nuevo sobre Johnson y si él logra el mágico número de las 300 victorias de por vida, podría pasar un tiempo bien largo antes de que otro pitcher lo vuelva a lograr.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

miércoles, 3 de junio de 2009

Victor Martínez, ahora es mucho mejor

Jeff Passan. Yahoo Sports.

Martínez se sacó una férula plástica de la boca y la lanzó al suelo. Empezó a usarla en los entrenamientos primaverales, como muchos otros jugadores que encontraron mejor balance y un flujo sanguíneo superior con varios tipos de aceites de serpiente.
Sólo que Martínez no buscaba un remedio natural entre sus dientes. Necesitaba terminar con un mal hábito.
“Me muerdo las uñas cuando juego”, dijo Martínez. “Desde que era niño. No sé porqué. Quería dejar de hacer eso”.
Después de la temporada pasada, la peor y más llena de lesiones en la carrera de Martínez, él reflexionó sobre su vida. Martínez, 30, había participado en 2 juegos de estrellas y tenía un promedio vitalicio por encima de .300. También bateaba con poder y desde ambos lados del plato, esto lo colocaba entre los bateadores más temidos de su posición. Todavía faltaba algo, una actitud profesional y el deseo de mejorar como persona.
Así que Martínez se propuso que el primer paso era dejar atrás las uñas mordidas. Luego venía reducir los ponches y aumentar los boletos. Finalmente había que escapar de las lesiones.

Aquí está él, a una semana de junio, y tiene uñas para recibir una manicura, un radio de boletos a ponches como el de Albert Pujols y ningún dolor oseo en el cuerpo. Lo mejor de todo es que Martínez batea .391 y antes de irse de 4-0 este viernes 22 de mayo bateaba para .400.
“El último fue Ted Williams ¿cierto?”, preguntó Martínez, y está en lo correcto. Han pasado 68 años desde que Williams finalizó la temporada bateando para .406 y aunque George Brett, Tony Gwynn, Rod Carew, John Olerud y Nomar Garcíaparra coquetearon ese promedio por un buen rato, todos terminaron con un promedio de bateo que comenzaba con un 3, y no hay nada de inmortal en eso.
Por eso es que aún ahora, a poco más de cuatro meses para que termine la temporada, el número titila. Imagínese: si un bateador se va de 5-2 todos los días. Eso es .400. Pero si tiene un mal día, se va en blanco, o aún bateando de 5-1, ya no batea más para .400. Olvídese de una lucha por el título de jonrones. La perfección en el béisbol está en batear para .400.
Martínez no se frustra a sí mismo. Su promedio de bateo para pelotas en juego es un insostenible .404. Aún con sólo 16 ponches, la séptima marca más baja de la Liga Americana para jugadores regulares, Martínez abanica mucho para tener una oportunidad razonable de batear .400. Él sabe que es tan improbable que emule a Williams, como lo fue de ver a Lebron James, su hermano en el corazón partido de Cleveland, hacer aquella impresionante cesta para ganar el viernes 22.
“Todavía es temprano”, dice Martínez. “Entiendo que algo de esto tiene que ver con la suerte. Si no tienes suerte, no vas a ninguna parte”.
La suerte tuvo que ver con que Martínez este sano otra vez luego de un 2008 donde sólo fue medio hombre. La adolorida pantorrilla izquierda de Martínez hizo que la mitad inferior de su cuerpo permaneciera casi inútil, las calcificaciones en su codo derecho dejaron fatigado su brazo de lanzar y debilitaron su swing. La operación en el codo previno a Martínez de pasar mucho tiempo sin conectar jonrón, como le pasó en los primeros dos meses y medio de la temporada de 2008.
En septiembre, Martínez regresó con suficiente poder para mostrarle a los Indios de lo que se habían perdido. Y ahora está conectando líneas en el 25 % de sus pelotas bateadas, con el tipo de swing que deja a sus compañeros boquiabiertos y a los Indios preguntándose como es posible que sean el peor equipo de la Liga Americana.
“Él ha bateado con poder, ha bateado para hacer contacto, ante las distintas configuraciones defensivas que han ideado los contrarios, a ambos lados del plato”, dijo el utility de los Indios Mark DeRosa. “Verlo es presenciar una clínica de bateo. Yo sabía que era un buen bateador. Se ha ganado esa fama. Ignoraba que tan especial era”.
La semana pasada contra Tampa Bay, los Rayas emplearon una disposición defensiva diferente para tratar de contener la preferencia de Martínez para halar la pelota como bateador zurdo. Era similar a la que usan con David Ortiz, Jim Thome y Jason Giambi. El shortstop se mueve hacia el lado derecho del infield, sólo el antesalista Evan Longoria se quedó en su posición habitual. Martínez burló el ajuste y dirigió un sencillo hacia la banda contraria por el exacto lugar donde el campocorto Jason Bartlett juega normalmente.
“Eso no fue accidental”, dijo el manager Eric Wedge.
No hay fórmula para su seguidilla caliente de 7 semanas. Martínez dijo que sus ojos no son mejores. No está revisando más videos de los que ve normalmente. No ha encontrado una poción mágica ni una comida de la suerte. Y no es la férula.
Él se siente fresco. La transición gradual de Martínez de catcher a primera base se ha acelerado esta temporada. Ha compartido el tiempo, al ceder la mitad de sus deberes como receptor a Kelly Shoppach. El prospecto de los Indios, Carlos Santana, también es un bateador ambidiestro, que negocia muchos boletos, se poncha poco y es un catcher corpulento de mucho poder, de quién se espera sea el receptor titular en la alineación de 2011 por lo menos.
En teoría, el cambio a primera debería prolongar la carrera de Martínez. Donde ocurrirá eso, Martínez no lo sabe. Los Indios parecen no querer cambiarlo este año, una opción de contrato muy barata para 2010 lo hace muy apetecible, aunque más allá de eso a Martínez no le gusta especular.
Él prefiere saborear el momento actual.
“Estoy siguiendo muy bien la pelota”, dijo Martínez. “No puedo recordar un mejor momento que este. Hacer esto en las Grandes Ligas, no es fácil. Esto lleva mucho trabajo”.
“Te sientes bien, y sigues adelante”.
Lo que sea que le esté funcionando, Martínez está muy agradecido. Parece no estar dispuesto a salir de este momento en el futuro inmediato.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.