El héroe de los Medias Rojas, Fred Lynn, pasa un día en The Pinehills
Plymouth.- Al mirar el jardín central de Fenway Park, es difícil decir si es 1975 o 2009. En cada ocasión hay un joven atlético y muy popular procedente de la costa oeste capaz de correr hasta la pared con oportunidad de capturar batazos difíciles.
“Hay algunas similitudes entre nosotros. Jacoby Ellsbury puede capturar cualquier tipo de batazo en los jardines, pero la gran diferencia entre nosotros es que él es más rápido de lo que yo fui. Es muy bueno embasándose y robando bases”, dijo Fred Lynn la antígua estrella de los Medias Rojas la mañana del viernes 19 de junio de 2009, antes de una ronda de golf en el Pinehills Golf Club. “Pienso que mi juego estaba más orientado hacia el poder y batear jonrones. Cuando no podíamos robar bases, tratábamos de ganar con batazos grandes”.
En 1975, Lynn impactó la escena deportiva de Boston con más fuerza que un uppercut de Marvin Hagler a la barbilla. En su primera temporada completa con los Medias Rojas, ganó los títulos de Novato del Año y Jugador Más Valioso de la Liga Americana. El ganador de 4 guantes de oro y 7 presencias en el Juego de Estrellas bateó para .331 aquella temporada, con 21 jonrones y 105 empujadas.
Lynn jugó para California, Detroit, Baltimore y San Diego en 17 años de carrera, pero siempre será recordado como miembro de uno de los jardines más grandes de todos los tiempos junto a sus compañeros de los Medias Rojas, Jim Rice y Dwight Evans.
Lynn estuvo en Plymouth para jugar una ronda de golf con Barry Chait quién ganó el honor en una subasta a beneficio de la Fundación Jett. La Fundación fue creada por Christine y Stephen McSherry de Pembroke, en homenaje a su hijo Jett, quién fue diagnosticado en 2001 con distrofia muscular Duchenne, un desorden genético infantil que afecta a 1 de cada 3500 nacimientos masculinos.
En siete años, el evento de golf de la Fundación Jett ha recaudado $500.000 para la causa. Chait, un residente de Milton, quién trabaja en Boston para Parent, McLaughlin and Nangle CPA, dijo que no podía perder la oportunidad de jugar una ronda de golf con una leyenda de los Medias Rojas.
“No tengo inconvenientes en apoyar a la Fundación Jett y el gran trabajo que hacen. La oportunidad de compartir la mañana con Fred Lynn es de un gran significado para mí. Era una situación donde nadie sería perdedor”, dijo Chait. “Antes tuve la oportunidad de compartir con Doug Flutie y Derek Sanderson, siempre ha sido un gran honor”.
Lynn, un nativo de California, estuvo la semana anterior en Boston como parte de una iniciativa de los Medias Rojas en la cual jugadores del pasado vienen de regreso en cada estadía del equipo en casa para encontrarse y saludar a los aficionados en el salón de las Leyendas. Lynn fue complementario a la iniciativa de los dueños actuales de hacerles bienvenidas a jugadores del pasado.
“En referencia a como eran las cosas antes, la diferencia es como entre manzanas y naranjas”, dijo Lynn. “Este grupo de dueños nos ha recibido de vuelta con los brazos abiertos, pienso que los aficionados han disfrutado viendo a los peloteros que vieron en el estadio mientras crecían”.
Mientras compartían con los aficionados, los peloteros tambien se pusieron al día con respecto a ellos entre sí. Lynn recordó la mejor marca de 68 puntos que su compañero novato de los Medias Rojas Jim Rice, implantara una vez en una ronda en Pinehills. (Lynn y Rice eran conocidos como los gemelos dorados en 1975, por sus grandes actuaciones como novatos. Lynn ganó los premios Novato del Año y Más Valioso, Rice terminó tercero en la elección del Más Valioso. Jugaron juntos hasta la temporada de 1980, luego de la cual los Medias Rojas cambiaron a Lynn a los Angelinos de California).
“Jim es un gran jugador, y este es su campo”, dijo Lynn. “El tipo de quién tenías que estar pendiente era Luis Tiant. No parecía ser un buen golfista con su teléfono celular y un tabaco en la boca, pero al final de la ronda, tenías que pagarle”.
Como la mayoría de los aficionados de los Medias Rojas, Lynn tiene grandes recuerdos del verano de 1975, cuando los Medias Rojas se fajaron hasta el séptimo juego de la Serie Mundial antes de perder frente a los Rojos de Cincinnati.
“Lo que más recuerdo es que perdimos”, Lynn bromeó. “Ese fue el primer juego de campeonato de cualquier nivel de béisbol que perdí. Todos pensamos que ibamos a tener otra oportunidad de ganar una Serie Mundial porque eramos un equipo joven, pero no hubo otra oportunidad”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
viernes, 26 de junio de 2009
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