Doug Tucker, AP
Kansas City, Mo. Paul Splitorff, el pitcher más ganador en la historia de los Reales de Kansas City y un respetado narrador de los juegos del equipo, falleció este miércoles 25 de mayo de 2011, 10 días después que su familia informó que batallaba contra el cáncer oral y melanoma.
Los Reales dijeron que Splitorff murió en su hogar del suburbio de Kansas City, Blue Springs, Mo., de complicaciones con cáncer de piel.
Los aficionados notaron por primera vez que su voz se había vuelto pastosa en el juego inaugural de 2009. Había mantenido estrictamente en privado sus asuntos de salud, hasta que el columnista Greg Hall reportó su drama en la página web “KC Confidential”.
“No quería que nadie sintiera pena por él”, dijo el comentarista de los Reales Ryan Lefebvre.
Escogido por el equipo de expansión Reales de Kansas City en la vuelta 25 del draft de 1968, Splitorff pasó toda su carrera de 15 años en Kansas City. Un zurdo grande, rubio, que usaba anteojos, con una patada alta en su wind up, a menudo parecía acertar la mascota del catcher aunque tuviera problemas para ver las señas. Esto a veces desconcertaba a los bateadores quienes se preguntaban si deberían prepararse para lanzarse al piso si la pelota venía en dirección a sus cabezas.
Se retiró durante la temporada de 1984 con una marca para el equipo de 166 victorias.
“Cuando has conocido a alguien por tanto tiempo y ha sido una parte importante de tu vida, nunca es fácil decir adios”, dijo a la AP., Frank White, el segunda base de los Reales 8 veces ganador del guante de oro. “Nuestros hijos iban a las mismas escuelas y crecieron juntos. Tengo muchos recuerdos de Paul”.
El inquilino del salón de la fama George Brett calificó la muerte de Splitorff como una tremenda pérdida para la comunidad y el equipo.
“Él ayudó a poner a los Reales de Kansas City en el mapa, fue una gran pelotero por muchos años”, dijo Brett a la estación de radio KMBZ. “No era un tipo que hacía mucho ruido en el clubhouse. Se concentraba en su trabajo con tranquilidad y dejaba que alguien más se llevara los titulares”.
Después de debutar en Grandes Ligas el 23 de septiembre de 1970, Splitorff se convirtió en uno de los integrantes principales de la rotación. Su mejor año fue 1973 cuando dejó marca de 20-11, el primer ganador de 20 de los Reales.
Splitorff no era un lanzador de fuerza pero dominaba varios pitcheos y siempre se preparaba cuidadosamente para cada apertura.
“Era un pitcher muy hábil”, dijo Denny Matthews, el locutor de las transmisiones radiales de los Reales e inquilino del Salón de la Fama quién narró cada juego de Grandes Ligas lanzado por Splitorff y se convirtió en su amigo íntimo.
En 15 temporadas, Splitorff tuvo marca de 166-143 con 3.81 de efectividad. Tambien tiene el record de más aperturas de los Reales (392) y de innings lanzados (2554.2)
Él fue particularmente efectivo en aquellas batallas memorables de los Reales con los Yanquis en los años ’70 y ’80. Contra una alineación de los Yanquis cargada de bateadores zurdos, tuvo marca de 2-0 con efectividad de 2.79.
También era objeto de bromas de parte de sus compañeros por haber permitido el jonrón más largo bateado en la historia del Kauffman Stadium. Un batazo conectado por el toletero de los Medias Blancas de Chicago, Dick Allen. Llegó casi a la cima de la montaña detrás del jardín izquierdo.
“Algunas personas dicen que Bo Jackson bateó uno más largo”, dijo White con una sonrisa. “El de Bo fue más alto, pero el de Dick Allen llegó hasta la parte de atrás de la montaña. Paul también se reía de eso”.
Splitorff carecía del talento natural de muchos de los mejores pitchers en la historia de los Reales, tales como Steve Busby y los ganadores del Cy Young, Dave Cone y Brett Saberhagen. Pero el hecho de que se retirara con el mayor número de victorias vestido con el uniforme de Kansas City que cualquiera de los otros, es un testamento de la ética de trabajo labrada en hierro que caracterizó sus carreras como pelotero y comentarista.
“Paul no tenía esa slider eléctrica o una curva devastadora”, dijo White. “Pero siempre se mantenía estable y siempre estudiaba, siempre trabajaba duro para dar lo mejor. Por eso fue tan exitoso dentro y fuera del campo”.
Aún antes de retirarse, Splitorff se preparaba para su carrera como comentarista, transmitía los juegos de secundaria de futbol americano y baloncesto para una estación local de radio. Fue una estrella en béisbol y baloncesto en Morningside College en Iowa, tambien fue un respetado narrador del baloncesto universitario.
Al momento de su muerte, estaba en su temporada 24 como analista de televisión para Fox Sports Kansas City a pesar de los problemas para hablar que se manifestaron hace dos años. White lo suplantó a tiempo completo después del juego inaugural de 2009.
“Me enseñó a prepararme para los juegos. Me mostró que revistas leer, como estar listo”, dijo White. “Hicimos dos juegos juntos. En ese par de transmisiones, disfrutamos mucho. Nunca olvidaré esas dos transmisiones. Fueron muy significativas”.
Aunque hacía la antesala y los comentarios finales del juego, Splitorff no fue capaz de recuperar la voz clara y distinguida con la que lo conocieron los aficionados por más de dos décadas.
Pero nunca dejó de tratar.
“No hubo un juego en que trabajara con él donde sintiera que él estuviera dando un menor esfuerzo hoy que el que había dado ayer, sea en investigación o hablando a un pelotero de un coach al cual él no conocía mucho”, dijo Lefebvre. “No hubo nunca un día donde dejara de ser Paul Splitorff”.
Splitorff dijo una emotiva eulogía para Dick Howser cuando el antíguo manager de los Reales falleció de un tumor cerebral en 1987. Ahora, para una legión de amigos y aficionados, su último comentario puede parecer especialmente afectuoso.
“Él ha completado su viaje”, dijo el pitcher más ganador de los Reales. “Nuestro manager está seguro en el hogar”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 25 de mayo de 2011
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