Sandy Burgin. MLB.com. 15-01-2002
Él jugó en uno de los no-hitters más famosos, algunos dicen infames, en la historia del béisbol. Puede haber sido el pelotero latinoamericano más joven en jugar en las Grandes Ligas, dependiendo del certificado de nacimiento que se tome en cuenta.
Fue uno de los primeros jugadores que formó parte de dos equipos de expansión. Fue un boxeador amateur invicto, quién además pudo jugar futbol profesional. Tiene un hijo y una hija que juegan voleibol de playa profesional.
Y a la edad de 56 o 58 años todavía tiene que ver con el juego que le apasiona, béisbol.
Iván Murrell, un miembro de los Padres de San Diego originales de 1969, tiene un cúmulo de memorias de una carrera de 10 años en las Grandes Ligas y toda una vida dentro y alrededor del béisbol.
Murrell, quién comenzó su carrera con el equipo de expansión Col 45’s de Houston en 1963, jugó para cuatro equipos, incluyendo a los Astros de Houston, los Padres y los Bravos de Atlanta, con quienes terminó su carrera en Grandes Ligas en 1974.
Murrell, un jugador del cuadro y jardinero, jugó cinco temporadas completas con los Padres, empezando por su año inaugural de 1969. Participó en un juego del 12 de junio de 1970 que es parte del folklore del béisbol y extrañamente ligado a los Padres del presente y el pasado.
En aquella fecha, el pitcher de los Piratas, Dock Ellis, lanzó sin hits ni carreras, para igualar una marca de Grandes Ligas al conceder 8 boletos. Golpeó dos bateadores, incluyendo a Murrell, y llenó las bases dos veces en una victoria 2-0, era el primer juego de una doble cartelera nocturna en Jack Murphy Stadium. Fue el primero y único no-hitter lanzado en San Diego hasta el 12 de mayo de 2001 cuando A. J. Burnett de los Marlins dejó sin hits ni carreras a los Padres, caminó a 9, un record de Grandes Ligas y le rompió la mano a Damian Jackson con un pitcheo en una victoria 3-0 en Qualcomm Stadium.
Lo que hizo más resaltante el no-hitter de Ellis fue el hecho de que lo hizo bajo la influencia de drogas alucinógenas suministradas (de acuerdo a Terry Cannon de The Baseball Reliquary) por el Dr. Timothy Leary.
“Yo conocía muy bien a Dock Ellis”, dijo Murrell desde su hogar en Port St. Lucie, Fla. “Él era un tipo muy intenso y competitivo lo que llamaríamos en el mejor de los sentidos uno de esos ‘locos’. Ciertamente ese fue un juego extraño, pero no pienso que alguno de nosotros pensara así de extraño sobre eso”.
“Lo que recuerdo más de todo eso fue haber visto a Dock dos días después caminando a través del campo desde el dugout de Pittsburgh hacia el bullpen”, recordó Murrell. “Se volteó hacia mí y gritó ‘epa Murrell, Murrell, mira esto’ Miré su cabello, tenía un afro en aquellos días, tenía unos rizos rosados”.
“Ese día tambien tenía puesta una chaqueta que decía: ‘Mr. No-No’ Definitivamente era alguien de quién no podías saber de donde venía o hacia donde iba. Siempre te sorprendía con algo inesperado”.
Murrell está bien consciente de donde viene y hacia donde va.
Ahora entrena jugadores de secundaria y la universidad, de manera individual.
“He estado tratando de establecer mi propia academia de beisbol para retribuirle a los muchachos”, dijo Murrell. “He ayudado a unos cuantos muchachos de secundaria para avanzar a la universidad y a varios universitarios para saltar al profesional.
“Ahorita tengo que usar muchos campos del condado y de las secundarias porque no tengo terreno propio”, dijo Murrell. “Desafortunadamente cuando jugábamos, yo no ganaba el dinero que pagan hoy. Mi primer cheque fue de 5500 dólares y el último con los Bravos fue de 34000 dólares.
“Lo que me gustaría hacer algún día es comprar un pedazo de terreno y construir mi propio estadio. Hace unos años estaba entrenando tres equipos de diferentes grupos de edades. Los llevábamos por todo el estado de Florida, Puerto Rico y Santo Domingo. Era difícil conseguir patrocinantes, por eso ahora entreno de manera individual”.
Aún cuando su carrera en las Grandes Ligas terminó en 1974, la carrera profesional de Murrell continuó por varios años en la Liga Mexicana.
“Jugué hasta 1984”, dijo Murrell, “Quería jugar hasta los 50. Estaba en buena forma, pero los sueldos en México no eran tan buenos. Lideré la liga en jonrones y carreras empujadas por dos temporadas. Sentí que no había mucho más que probar”.
Murrell dejó el béisbol y se mudó a Brooklyn, N.Y., donde él y un amigo establecieron un club nocturno de 1989 a 1990.
“Hubo muchas drogas, muchas peleas, un tiroteo, no nos fue bien”, dijo Murrell. “Después de eso me mudé a Stuart, Fla., y empecé a entrenar niños y a enseñar ESO (Education of Students of Other Languages). También participé en la Senior League, de corta vida, para jugadores mayores de 35 años”.
Murrell siempre ha tenido la voluntad para desenvolverse en varias actividades. Creció en Costa Rica, allí jugaba futbol y estudiaba mecánica de aviación. Luego que sus padres se divorciaron, él regresó a Panamá con su madre y comenzó a boxear. Se mantuvo invicto como púgil amateur del peso medio y recibió ofertas para hacerse profesional.
Fue seleccionado para jugar con el equipo de futbol de Panamá en los Juegos Panamericanos de 1963, pero terminó firmando un contrato de béisbol de Grandes Ligas con los Colt 45’s de Houston.
“Nunca jugué béisbol organizado hasta que cumplí 17 años”, dijo Murrell. “Afortunadamente para mí, me di cuenta que mi mejor oportunidad de venir a los Estados Unidos era como beisbolista. Cuando regresé a Panamá dos años después de jugar en las Grandes Ligas en 1964, la gente me preguntaba: “¿Cómo carrizo lo pudiste lograr tan rápido?” Les dije que lo deseaba con todo mi corazón”.
Murrell pudo o no haber sido el jugador latino más joven en las Grandes Ligas.
“Mi edad beisbolera hoy es 56, aunque en realidad tengo 58”, dijo Murrell. “En aquellos días y aún ahora, algunos de los jugadores latinos se quitaban uno o dos años de edad. Eso ayudaba para conseguir 1500 dólares adicionales por clasificar para Clase A, 2500 para AA y 5000 para AAA. Ahora, por supuesto puedes ganar millones adicionales si ellos piensan que eres uno o dos años más joven. Cuando me hice profesional supuestamente tenía 18 años, pero en realidad tenía 20.
Murrell experimentó algunos momentos memorables con los Padres en la temporada de 1970. Bateó un jonrón inmenso al segundo piso del Jack Murphy Stadium contra los viejos Pilotos de Seattle. Fue uno de cuatro Padres en batear un jonrón en el noveno inning (junto a Ed Spiezio, Dave Campbell y Cito Gaston) contra los Dodgers el 12 de julio de 1970. También bateó un vuelacercas para vencer a Atlanta en el duelo de los hermanos Niekro, Joe por los Padres y Phil por Atlanta. Murrell dice que se mantiene en contacto con Gaston, Spiezio y Al Santorini, otro Padre original, algunas veces en los torneos de golf de las celebridades.
A nivel personal, Murrell y su esposa Gail, de quién está divorciado, tienen tres hijos. Su hija Jen se casó con Dexter Holdren, afamado voleibolista de playa profesional. Jen y Dexter viven en Santa Barbara y ambos juegan en el circuito de voleibol de playa profesional. El hijo de Murrell, Jeffrey, vive en Los Ángeles y tambien juega voleibol profesional de playa. Su otra hija, Lourdes, vive en Canadá.
Mientras Murrell disfruta entrenando jóvenes, también se preocupa por los jóvenes estadounidenses y su amor por el béisbol.
“Hay mucho más por hacer con los jóvenes aquí en Estados Unidos”, dijo Murrell. “Ellos pueden jugar Nintendo y juegos de computadora. Hay patines, patinetas, muchachas y carros. Los niños no tienen la suficiente atracción por el béisbol, hay muchas cosas que los distraen de jugar pelota. Quien sabe cuantos estadounidenses estarán jugando en Grandes Ligas de aquí a 10 o 15 años”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Ivan Murrell falleció el 08 de octubre de 2006 en Stuart, Florida. USA. Jugó en la LVBP con Cardenales de Lara (1969-70), Navegantes del Magallanes (1971-72, 1973-74) y Tiburones de La Guaira (1972-73).
martes, 30 de agosto de 2011
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