Ed Eagle. MLB.com 09-07-2002.
Pittsburgh. Ocasionalmente se oye el término “vividor” en las Grandes Ligas. Se refiere a los hombres que han pasado la mayor parte de su vida adulta dedicados al juego de béisbol. Si los Piratas de Pittsburgh tienen su propia versión de un vividor del béisbol, es el antíguo pitcher y actual comentarista radial Steve Blass.
La relación de Blass con los Piratas se remonta a 1960. Los Indios de Cleveland, su equipo favorito de la infancia le ofrecieron un contrato tan pronto salió de la secundaria en su Connecticut nativo. Pero los Indios querían que se esperara sin jugar hasta el siguiente entrenamiento primaveral. Cuando los Piratas se aparecieron con un contrato que le daría 1500 dólares más que el de los Indios y la oportunidad de lanzar en las ligas menores de inmediato, Blass aprovechó la oportunidad.
Blass hizo su debut en las Grandes Ligas en 1964. En 1966 tuvo marca de 18-6 con 2.12 de efectividad. Las próximas cinco temporadas ganaría 78 juego y fue claramente considerado el as de los Piratas, una distinción que le agradaba.
“Te gusta tener esa responsabilidad, aunque no pensaba mucho en eso”, dijo Blass. “Sólo sabía que estaba ganando un montón de juegos y era feliz de salir a lanzar”.
“Era un empleo maravilloso. Tuve un período de cinco años donde lancé tan bien como pude haber imaginado. Fue divertido”.
El manager de los Piratas, Danny Murtaugh demostró la confianza que tenía en Blass en la Serie Mundial de 1971. Antes del sexto juego, con Pittsburgh dominando a los Orioles tres juegos a dos, el dirigente de los bucaneros le informó a Blass que él abriría el decisivo séptimo juego si era necesario.
“No había nadie aupando a Bob Moose (el pitcher de los Piratas) en el sexto juego más que yo”, dijo Blass. “Ya había tenido mi día esplendoroso en Three Rivers Stadium. Mi sueño de ganar un juego de Serie Mundial se hizo realidad en el tercer juego”.
Los Piratas perdieron el sexto juego en extrainnings, y pusieron la carga sobre los hombros del as de 29 años. No fue una responsabilidad que tomó a la ligera. “No dormí muy bien esa noche”, dijo Blass. “La mañana siguiente sólo quería que empezara el juego. Los minutos parecían semanas. La mejor parte del séptimo juego fue esperar que empezara”.
Blass batalló con algunas dificultades tempraneras camino a lanzar un juego completo de 4 imparables y lideró a los Piratas a su primera Serie Mundial en 11 años. Después del último out, Blass saltó tan alto como pudo hacia los brazos del inicialista Bob Robertson. Es un momento que ha quedado cincelado en la mentes de todos los fanáticos de los Piratas con suficiente edad para recordarlo.
“Me volví eufórico”, dijo. “Busqué al tipo más grande sobre el que pudiera saltar y ese era Robertson. En la actualidad él no podría agarrarme y cargarme en el aire. Pero entonces, yo sólo pesaba 90 kilos, eso era fácil para él”.
Blass continuó como el as de los Piratas en 1972, se apuntó 19 victorias y fue seleccionado al Juego de Estrellas. Luego inexplicablemente, Blass perdió su habilidad de lanzar la pelota sobre el plato. Dejó marca de 3-9 y 9.85 de efectividad en 23 juegos en 1973. Después de aparecer en sólo un juego en 1974, Blass estaba fuera del juego en 1975.
La carrera de Blass fue misteriosamente recortada en el momento cuando debió haber estado en el tope de sus habilidades. Fue el punto más bajo de su vida. Él agradece a su familia, amigos y compañeros de equipo por apoyarlo.
“Créeme”, dijo. “Hubo momentos difíciles y solitarios y otros cuando me encontraba en el patio de la casa a las cuatro de la madrugada preguntándome. ¿Qué es esto? ¿Por qué pasó esto? ¿Qué va a ser de mí?”
“Mi familia, mis amigos, mis compañeros, estuvieron conmigo. Es algo que no olvidaré por el resto de mi vida. Significa el mundo para mí porque no se está seguro de lo que está pasando. No pienso que pude haber tenido un mejor grupo de apoyo. Me ayudaron inmensamente”.
Blass se mantuvo involucrado con la organización realizando servicio comunitario para el equipo. En 1983, se unió al legendario Bob Prince en la caseta de transmisión de televisión por cable. Integró el equipo de transmisión radial de los Piratas en 1986 y desde entonces ha realizado ambos trabajos.
“Siempre quise ser narrador”, dijo Blass. “Siempre pensé que sería divertido”.
“Sé cuan divertido puede ser el béisbol. Si puedo proyectar eso un poco y conectar a las personas que disfrutan de una cerveza en su patio, ese es el nombre del juego”.
Aunque aún le gusta la oportunidad de venir al estadio todos los días para ver béisbol de Grandes Ligas, Blass admite que la rutina de cuatro décadas en habitaciones de hotel en distintas ciudades a través del país ha empezado a pasar la cuenta.
“He viajado mucho y acabo de cumplir 60 años”, dijo Blass. “Empiezas a mirar hacia el dia cuando termina la temporada y a contar los días. Y empiezas a contar los días que pasas en una habitación de hotel de una ciudad distinta. Empieza a pensar en reducirlos.
“Todavía me gusta esto. Todavía lo disfruto. Podría hacerlo hasta los 90 o por otro año o dos”.
Sin tomar en cuenta cuando decida empezar su jubilación., Blass sabe que ha vivido un sueño.
“He estado involucrado con el mismo equipo por 42 años”, dijo Blass. “No pienso que pueda haber algo mejor que eso”
“He tenido los dos mejores trabajos del béisbol, pitcher abridor, y comentarista. ¿Cuan bueno es eso?
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
jueves, 8 de septiembre de 2011
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