jueves, 4 de febrero de 2016
Recordando al antiguo manager de los Mets, George Bamberger
Brian Joura. Mets360.com. 24-11-2010.
Mucho se ha dicho de Terry Collins y su conducta “feroz”. Es un cambio marcado con su predecesor, Jerry Manuel, y una diferencia de lo que los Mets tienen usualmente como manager. De hecho, ¿quién fue el último manager de los Mets que pudiera ser descrito de esta manera? Quizás Dallas Green. Revisemos los managers recientes de los Mets y busquemos una palabra para describirlos.
Manuel – flácido
Willie Randolph – paranoíco
Art Howe – torpe
Bobby Valentine – egomaniaco
Green –dinosaurio
Jeff Torborg – despistado
Mike Cubbage – ¿Estuvo lo suficiente en el cargo para conseguir una palabra?
Bud Harrelson – asustado
Davey Johnson – ganador
Frank Howard – alto
George Bamberger – desinteresado
Todas las descripciones previas de alguna manera u otra tienen sentido para un manager de Grandes Ligas, pero desinteresado parece una de las últimas palabras que uno usaría para describir a un hombre empleado para dirigir un equipo en Nueva York. ¿Dónde estaba la diligencia de Sandy Alderson cuando Bamberger fue contratado?
Bamberger se hizo cargo de los Mets para la temporada de 1982 y fue una contratación celebrada para ese momento. Él no jugó mucho en Grandes Ligas, pero Bamberger se mantuvo lo suficiente en las menores para ganar 213 juegos y tuvo mucho éxito luego de retirarse como jugador activo.
Él debutó en Grandes Ligas con los Gigantes de Nueva York en 1951 y apareció en siete juegos entre el ’51 y el ’52 con el equipo que creció aupando como niño en Staten Island. Bamberger terminó su carrera de Grandes Ligas en 1959 con los Orioles y se quedó en la organización como coach.
Bamberger se hizo famoso como coach de pitcheo de los Orioles, un trabajo que mantuvo de 1968 hasta 1977. En ese período, él entrenó a 18 ganadores de 20 juegos, incluyendo al famoso grupo de 1971 el caul incluyó a cuatro pitchers que ganaron 20 juegos (Jim Palmer, Mike Cuellar, Dave McNally y Pat Dobson). Los Orioles fueron tres veces a la Serie Mundial durante la gestión de Bamberger.
Los Cerveceros escogieron a Bamberger como su manager para la temporada de 1978. El año previo, Milwauke tuvo marca de 67-95. En su primera temporada con Bamberger, los Cerveceros dejaron marca de 93-69, lo cual mejoró la previa mejor marca de la franquicia de 76 triunfos. Bamberger fue seleccionado Manager del Año por The Sporting News por su trabajo en su temporada de novato como dirigente.
En 1979 repitió el desempeño, los Cerveceros ganaron 95 juegos. Sin embargo, las cosas se descarrilaron la temporada siguiente, cuando Bamberger afrontó una cirugía de bypass quíntuple. Renunció durante la temporada, pensaba que su carrera en el beisbol había terminado.
Sin embargo, el gerente general de los Mets, Frank Cashen, recordaba a Bamberger con agrado por sus días con los Orioles y buscó a su amigo para que regresara al terreno. Bamberger estaba dudoso, pero un contrato de 250.000 $ le dio todas las razones que necesitaba para regresar. Además, los Mets tenían su entrenamiento primaveral cerca de su casa de Florida y Bamberger aún tenía familiares viviendo en Staten Island, así que eso parecía una buena opción para él.
Los Mets parecían venir en ascenso luego de sufrir años difíciles de beisbol después del cambio de Tom Seaver a mediados de 1977. Se vieron fuertes en una breve carrera de la segunda mitad por la corona del este de la Liga Nacional, la cual fue la solución de cómo manejar la pérdida de más de seis semanas de la temporada de 1981 debido a la huelga de peloteros.
Adicionalmente, los Mets llevaron una pizarra de última generación para la temporada de 1982. Y el equipo estaba emocionado con la llegada de George Foster desde los Rojos. Foster venía de una temporada de 150 de OPS+ y era visto como un pilar ofensivo. El duo de Foster y Kingman le iba a dar a los Mets una de las ofensivas más temidas de la Liga Nacional.
Aún así, el pitcheo dejaba mucho que desear, lo cual hizo más impresionante la contratación de Bamberger.
Sin embargo, ni un mago podía producir ensalada de pollo de las versiones de 1982 de Pete Falcone, Charlie Puleo, Craig Swan, Mike Scott y Randy Jones.
Para crédito de Bamberger, los Mets tuvieron una arrancada decente. Tuvieron marca de 10-10 en abril y luego de un fuerte mayo en el cual marcaron 17-10, estuvieron solo 3.5 juegos detrás de los líderes divisionales, los Cardenales, para el 1 de junio.
Pero todo se desplomó de manera espectacular desde ahí en adelante. Los Mets jugaron pelota de .333 en los últimos 114 juegos de la temporada, incluyendo un agosto de 5-24 el cual fue peor que cualquier mes de los Mets de 1962 y estuvo entre los peores de la historia del equipo, si no es por el julio de 4-25 del equipo de 1963.
Los Mets de 1982 fueron un equipo extremadamente decepcionante en la mayoría de los frentes. Craig Swan tuvo marca de 11-7 y efectividad de 3.53 pero el cuerpo de pitcheo fue un desastre. Nueve lanzadores hicieron al menos cinco aperturas para el equipo, y cada uno de ellos también lanzaron desde el bullpen, hasta Swan hizo 16 apariciones en relevo, mientras Bamberger ensayaba constantemente con la rotación.
Los Mets terminaron undécimos en efectividad en una Liga nacional de doce equipos pero hasta esa actuación fue mejor que lo que hicieron los bateadores esa temporada. Los Mets terminaron empatados en el último lugar con un OPS+ de 84. Mientras Kingman lideró la liga con 37 jonrones, Foster fue una decepción colosal, al batear .247 con 13 jonrones y 70 carreras empujadas en 151 juegos.
Bamberger regresó para la temporada de 1983, pero renunció luego que el equipo abrió la temporada con marca de 16-30 y perdió nueve de sus últimos 10 juegos. Él dijo de su renuncia. “Probablemente sufrí demasiado”.
Una de las muchas razones del pobre inicio de los Mets en el ’83 fue la decisión de Bamberger en segunda base. En el ’82 un Wally Backman de 22 años llegó y tuvo un OBP de .387 en 96 juegos. Backman solo empezó tres juegos antes de ser enviado a las menores a mediados de mayo. En su lugar, Bamberger colocó a Brian Giles, quien tuvo .308 de OBP y .298 de SLG.
Bamberger terminó su carrera con los Mets con marca de 81-127. Su .389 de porcentaje de victorias fue aun peor que la marca de .405 de Joe Torre en 706 juegos.
Los aciertos del régimen de Bamberger son pocos y de lejos intermedios. Elevó a cerrador a Jesse Orosco y le enseñó a Carlos Díaz su famosa “Staten Island sinker”. Días fue luego el anzuelo principal que trajo a los Mets a Sid Fernandez.
Él también fue el primer manager de los Mets que escribió el nombre de Darryl Strawberry en la alineación, pero eso fue más debido a las circunstancias que a cualquier otra cosa, los Mets promovieron a Strawberry más como un movimiento de relaciones públicas que cualquier manejo de Bamberger para llevarlo al equipo.
Cuando Bamberger llegó a la escena, rápidamente estableció reglas para hacer de los Mets un equipo más profesional. Una de las críticas a Torre era que él no mantenía un barco disciplinado y Bamberger fue traído para restaurar el orden. Entre otras cosas, él implantó políticas que eliminaron los perros y los niños del clubhouse y requirió que los peloteros usaran saco y corbata.
Nada de eso ayudó a los Mets a jugar mejor beisbol. Se espera que cuando Collins traiga su enfoque profesional a los Mets, obtenga mejores resultados que Bamberger.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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