jueves, 21 de julio de 2016
Jim Neidlinger, Saboreando los minutos . 412
The Greatest 21 Days. Abril 2011.
Jim Neidingler estaba haciendo su segunda apertura de Grandes Ligas el 7 de agosto de 1990, fue llamado al equipo AAA de los Dodgers en Albuquerque. En Cincinnati, Neidlinger lanzó una gema, 7.2 innings, permitió una carrera sucia.
En Albuquerque su esposa Ann veía el juego en un bar deportivo, Allí veían el juego por satélite, escribió The Los Angeles Times. De pronto el bar entero celebraba a Neidlinger, escribió The Times.
“Cada minuto que estoy aquí, lo saboreo”, le dijo Neidingler a The Times.
Neidingler espero ocho temporadas por esos minutos, pasó seis de esas campañas en la organización de los Piratas, las otras dos con los Dodgers.
Pero la carrera de Grandes Ligas de Neidingler podría muy bien haber sido descrita en minutos. Tuvo 12 aperturas ese año en agosto y septiembre, las únicas apariciones de su carrera de ligas mayores.
La carrera de Neidingler empezó en 1984, firmado por los Piratas como un agente libre de 19 años de edad, luego de jugar en Napa High en California, Ese año jugó en el Macon A, tuvo marca de 9-8 con 2.77 de efectividad.
Estuvo con el Nashua AA en 1986, y luego brevemente con el Hawaii AAA. En Nashua, Neidingler tuvo marca de 12-7 con 2.42 de efectividad. Lanzó seis innings de pelota de cinco imparables en una victoria de agosto. Ese mes ganó los honores del jugador de la semana en la Eastern League por tercera vez en la temporada, de acuerdo a The Nashua Telegraph.
El mes anterior, el lanzó un juego sin hits ni carreras contra Glens Falls, ponchó seis y caminó dos. Luego dispuso de los Yankees de Albany más adelante ese mes.
“Él ha sido más cortante”, le dijo el manager Dennis Rogers a The Schenectady Gazette de Neidingler, “ha crecido en el montículo. Es mejor bajo presión y tiene presencia”.
A pesar de su éxito, Neidingler permaneció en AA durante 1987. Dejó marca de 11-8 con efectividad de 3.98 para el Harrisburg en 1987 y 5-8 con 2.93 de efectividad en 1988.
Fue en octubre de ese año que los Piratas enviaron a Neidingler a los Dodgers, lo cambiaron por Bill Krueger. Con los Dodgers, Neidingler dio el salto desde AAA.
Jugó en Albuquerque en 1989, y tuvo efectividad de 4.06 como abridor y relevista.
Para 1990, tuvo efectividad de 4.28, principalmente como abridor. Fue el 1 de agosto cuando hizo su debut en Grandes Ligas. Lanzó seis innings contra los gigantes en Dodger Stadium, permitió siete imparables y solo una carrera limpia. En esa segunda apertura, la gema, Neidingler cargó con la derrota, La carrera sucia que permitió resultó ser la única del juego.
En su tercera apertura, Neidingler obtuvo su primer triunfo. En siete innings, permitió siete imparables, permitió un jonrón de dos carreras. Los Dodgers ganaron 7-3.
Acerca del triunfo, Neidingler le dijo después a los reporteros, “He estado soñando con esto desde que tenía 8 años de edad”.
De las primeras 10 aperturas de Neidingler, los Dodgers ganaron ocho, escribió The Times ese septiembre, incluyendo una actuación de cuatro imparables el 18 de septiembre.
“Veo en eso la oportunidad de hacer algunas cosas”, le dijo Neidingler a The Times. “Me gusta la presión. Pienso que eso saca lo mejor de mi. Me gusta estar en esas situaciones”.
Neidingler tuvo marca de 5-3 con 3.28 de efectividad en 12 aperturas con los Dodgers ese año. Pero no regresaría. Regresó a Albuquerque para 1991 y 1992, su efectividad llegó hasta 4. Neidingler pasó al sistema de los Mellizos, al jugar para el Portland AA, su efectividad llegó hasta 5.
Entonces, en 1994, Neidingler lo intentó en el sistema de los Cardenales con resultados similares. En siete aperturas con el Louisville, dejó una efectividad de 6.21, en lo que fue su año final en el beisbol profesional. Por estos días, Neidingler trabaja como entrenador asistente de beisbol en Middlebury College en Vermont. También tiene su propia academia de beisbol.
En 2009, el viejo entrenador de Neidingler en Napa High, Clint Smith, falleció. Neidingler le dio crédito a Smith por ayudarlo a convertirse en profesional.
“Pienso que me ayudó a no mostrar emociones en el montículo cuando las cosas estaban bien o mal”, le dijo Neidingler a The Napa Valley Register. “Eso me ayudó mucho, para recuperarme desde las situaciones duras, porque viajar en tren, avión y autobuses, y tratar de competir para llegar a las Grandes Ligas no es fácil, especialmente cuando envejeces”.
“El entrenador me ayudó a tratar de entender que significaba ser un profesional”, le dijo Neidingler a The Register. “Me llevó un tiempo entender eso”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Nota del Traductor: Números de Jim Neidingler con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1986-87: 6 J, 6 I, 1 C, 1 G, 4 P, 37.2 IP, 48 HP, 18 CL, 28 K, 7 BB, 4.30 ERA.
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