miércoles, 22 de noviembre de 2017
Melvin Mora y su pundonor en el Paseo de la Fama de los Navegantes del Magallanes.
Tal vez uno de los peloteros más representativos de esa estirpe de entusiasmo y resiliencia que ha caracterizado a los equipos más épicos de la nave magallanera a lo largo de sus historia, el beisbolista de Agua Negra, Yaracuy, recibirá este diciembre uno de los reconocimientos que quizás esperaba con tanta o mas ansiedad que su llegada al Salón de la Fama de los Orioles de Baltimore.
Al mencionar el nombre de Mora de inmediato viene a la memoria el sexto juego de la primera serie final entre Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes. Aquella tarde-noche de enero de 1994, el juego permanecía en blanco en la apertura del sexto episodio cuando Omar Vizquel conectó una línea sólida que parecía remolcar la carrera de la ventaja en los spikes de Henry Blanco, entonces apareció la figura de Mora lanzándose sobre la grama del jardín central para atrapar la pelota justo antes de hacer contacto con la superficie.
En el séptimo juego de aquella final 1993-94, Melvin Mora anotó la carrera de igualar el marcador 3-3 en el cierre del quinto inning luego que los Leones se habían adelantado 3-0 en el tercero. Luis Raven se ponchó pero llegó a primera por wild pitch. Chris Hatcher descargó doble para remolcar a Raven. Eddy Díaz adelantó a Hatcher hasta la antesala con rodado a la intermedia. Mora bateó por tercera base pero Henry Blanco no pudo atrapar la pelota y Hatcher anotó la segunda carrera magallanera. Clemente Álvarez entregó el segundo out de tercera a primera, Entonces Tucupita Marcano la rodó por la antesala y ante el estupor de la multitud, la pelota se escurrió por debajo del guante de Blanco y Melvin Mora anotó el empate. Magallanes 10 – Caracas 3. Campeones luego de 15 años de sequía.
Mora también fue factor en la serie final 1995-96 ante Cardenales de Lara, con Magallanes abajo 1-0 en la serie y en el marcador del juego, Clemente Álvarez abrió el tercer episodio mediante imparable al centro. Eddy Díaz se sacrificó. Entonces Melvin Mora dejó caer una granada detrás del segunda base Alexis Infante y Álvarez anotó el empate. Luego Edgardo Alfonzo soltaría otro imparable para llevar a Mora hasta la antesala, desde donde llegó al plato amparado en elevado de Luis Raven a la izquierda. A partir de allí los Navegantes mantuvieron la delantera hasta el noveno inning, para adjudicarse la victoria 5-2.
Entonces llegó el séptimo juego de esa final y en el primer inning Mora se embasó con toque por la antesala. Edgardo Alfonzo se ponchó- Luis Raven soltó una bala fría sobre la raya de cal de la derecha y Mora anotó la primera carrera de los Navegantes. De inmediato Álvaro Espinoza la rechinó contra la cerca para poner la pizarra 2-0. Ese día los Navegantes ganaron 3-0 y alcanzaron su octavo título campeonil en LVBP.
El episodio que más recuerdo de Melvin Mora ocurrió en una serie semifinal todos contra todos a mediados de la década de 1990. Durante un juego Mora salió lesionado de su mano derecha y de acuerdo a los primeros partes médicos se temía por la continuidad del corajudo pelotero en el resto de la serie. El día siguiente, Mora estaba en la alineación inicial, en una entrevista radial declaró que su regreso inmediato a la acción se lo debía a su señora madre, quien pasó toda la noche masajeándole la mano hasta que se la dejó en inmejorables condiciones. Esa es una muestra muy representativa de lo que Mora fue y es como pelotero y ser humano.
Alfonso L. Tusa C. © 22 de noviembre de 2017.
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