jueves, 27 de marzo de 2008

Antíguos Dodgers hablan del Coliseo de Los Ángeles.

Cada Dodger que jugó en el Coliseo tiene recuerdos especiales del lugar. Medio siglo después el pitcher derecho Carl Erskine todavía recuerda un momento que nunca ocurrió.

Era 1958. Erskine había iniciado y ganado el primer juego de los Dodgers en el Coliseo. Había regresado al montículo 5 días después y lanzaba en el noveno inning con su equipo ganádole 5-4 a los Cachorros de Chicago.

Chuck Tanner abrió el inning. "Le lancé una recta alta a la altura de las manos", recordó Erskine de 81 años quién aún vive en su pueblo natal de Anderson, Indiana. "Le dio con el mango del bate y la pelota salió directo a las gradas del left field. Los

Cachorros anotaron dos carreras más y ganaron 7-6.

"¿Has tenido alguna vez algo que hayas deseado haber hecho?", dijo Erskine "Cuando jugaba no me gustaba alardear. Era muy serio. Pero cuando el árbitro me lanzó una pelota nueva mientras Tanner recorría las bases, me quedé mirando esa pared del left field".

"Quería lanzar la pelota nueva sobre la pared para demostrar lo fácil que había sido conectar ese jonrón, quería mostrar que podía tirar la pelota a la misma distancia del jonrón. Si lo hubiese hecho, hubiera sido más famoso por eso que por lanzar el juego inaugural".

Cuando los Dodgers se fueron del Coliseo cuatro años después, una larga lista de pitchers frustrados se había unido a Erskine, cada uno con un cuento de desesperación al ver que elevados de rutina iban a caer en las manos de los aficionados en las gradas del jardín izquierdo, a solo 250 pies del plato.

Sacar la pelota del Coliseo, sin bate.

Don Zimmer tenía una oferta difícil de rechazar para su compañero Duke Snider. Zimmer había apostado a que Snider podía lanzar la pelota por encima de la cerca del left field y fuera del Coliseo. Si Snider tenía éxito su parte de ganancia sería $200.

"Mi primer tiro pasó por encima de la cerca y llegó hasta la última fila de asientos de las gradas", dijo Snider, también de 81 años y residente de Fallbrook, California, por 52 años. "El segundo tiro pegó del muro de concreto detrás de la útima fila de asientos. Le dije a Zimmer 'Este último disparo va a salir del Coliseo'"

"Pero cuando solté la pelota, esta se resbaló de mis dedos y escuché algo que hizo 'crac'. Me había dislocado el codo".

Snider perdió el juego de esa noche y recibió una multa de $200 del gerente general Buzzie Bavasi.

¿Entonces en vez de ganar $200, Snider los perdió?

No exactamente. Snider regresó a jugar la próxima noche. Esperó el último día de la temporada, lo intentó de nuevo y esta vez la pelota sobrevoló el muro de concreto.

Snider recuperó sus $200.

Después de la temporada Bavasi le regresó a Snider los $200 de la multa.

"Así que salí ganando $400 de la apuesta", dijo el outfielder de los Dodgers.

Snider dijo que él no fue el único en este concurso de habilidades. El pitcher Ed Roebuck una vez trató de batear pelotas sobre el pebetero Olímpico con un fongo.

Perdido

Los bateadores disfrutaban dirigiendo sus batazos hacia la cerca del jardín izquierdo, pero el entusiasmo decaía cuando debían cambiar el bate por el guante.

Los jardines podían convertirse en un lugar muy peligroso durante los juegos diurnos, como lo comprobó el centerfielder Don Demeter en la Serie Mundial de 1959 contra los Medias Blancas de Chicago.

En aquel entonces, antes que los fanáticos usaran ropas de colores, el blanco predominaba. La mayoría de los hombres usaban camisas blancas. Esto complicaba la situación para un outfielder tratando de capturar una pelota blanca con tal telón de fondo.

"A mí se me perdió una línea en el público", dijo Demeter quién ahora es un Pastor de 72 años en Oklahoma City. Había millones de personas viendo el juego por televisión, más de 92000 en el Coliseo, pero yo era el que jugaba al campo y no pude verla".

El instinto de conservación hizo acto de presencia.

"Puse el guante frente a mi cara", dijo Demeter. "La bola entró en el guante y ahí se quedó".

Perdido: La secuela.

El trasfondo de las tribunas no era lo único que afectaba a los jugadores. Los elementos atmosféricos también incidían, como lo descubrió Erskine un atardecer.

Con corredor en primera, Daryl Spencer, de los Gigantes bateó un flaicito en un intento de toque. "Cuando me moví a capturar la pelota", dijo Erskine. "El descenso del sol sobre el muro del tope del Coliseo, me encandiló. No podía ver nada, me tuve que agachar. El corredor de primera no sabía que hacer y se paró. Tome la pelota del suelo y comencé un dobleplay. Todos pensaron que lo había hecho a propósito".

Otro momento de brillantez involuntaria en el Coliseo.

Otras observaciones.

El pitcher Don Newcombe: "No era divertido lanzar en el Coliseo. Sentías que el leftfielder estaba a un paso".

Lo que si era divertido para Newcombe era ver el desfile de estrellas de Hollywood que iba al Coliseo, algo comparable a la cantidad de artistas que va a los juegos de los Lakers en la actualidad.

"Recuerdo que conocí a Dinah Shore", dijo Newcombe. "Mirabas fuera del dugout y allí estaban Bing Crosby, Humphrey Bogart, Nat King Cole.

El catcher Rube Walker luego de ser out con largos batazos al centerfield: "Ese anuncio que dice 400 pies debió quedar de una competencia de atletismo, porque debe haber fácil 600 pies por el centro".

El tercera base Randy Jackson: "Cuando vi la cerca del leftfield por primera vez, pedí un palo de golf".

Alfonso L. Tusa C.

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