miércoles, 16 de mayo de 2018

Bill Lee Recuerda a los Medias Rojas de Boston de 1975.

Herb Crehan. 23-05-2015 Cuarenta años despues el antíguo pitcher estrella Bill Lee, insiste en que los Medias Rojas de Boston debieron haber ganado la Serie Mundial de 1975 contra los Rojos de Cincinnati. “Fuimos mejor equipo que los Rojos, anotamos más carreras que ellos (30-29), y jugamos mejor que ellos”, dice Bill. “De hecho”, continúa él, “debimos haber ganado esa serie en seis juegos. ¿Puedes imaginarte la celebración si el jonrón de Fisk en el sexto juego hubiese sido para ganar la Serie Mundial?” Lee, quien fue inducido al Salón de la Fama de los Medias Rojas en 2008, agrega, “Ese equipo de los Medias Rojas de 1975 fue el mejor equipo en el que jugué. El equipo de 1975 tenía tanta profundidad que debimos haberlo ganado todo”, dijo Lee durante un entrevista en febrero desde su casa de invierno cerca de Fort Myers, Fla. Bill Lee ganó 17 juegos para los Medias Rojas de 1975, la tercera temporada seguida donde había alcanzado ese nivel. Y lanzó bien en el segundo y el séptimo juegos de la Serie Mundial, en ambos salió con los Medias Rojas ganando. Durante sus diez temporadas con el equipo, lanzó en más juegos (321) que cualquier otro zurdo de los Medias Rojas, y sus 94 triunfos en su carrera lo ubican tercero entre los zurdos. El Sueño de California. William Francis Lee III nació el 28 de diciembre de 1946, en Burbank, CA. Se graduó en Terra Linda High School, en Rafael, CA, donde jugó beisbol y baloncesto, en 1964. “Cuando yo era un bebé, me llenaban la cuna con piezas cuadradas y redondas. Yo botaba todas las cuadradas y me quedaba con las redondas”, dijo Lee. “Esa fue la primera señal de que mi vida giraría alrededor de un objeto redondo”. Lee dice que le debe su carrera como pitcher a su tía Annabel Lee, quien lanzara en la All-American Girls Professional Baseball League desde 1944 hasta 1950. “Ella era la única otra zurda en la familia así que aprendí a lanzar con ella. Me enseñó como lanzar mi gran curva y me enseñó como lanzar por encima del brazo”. “Yo lanzaba exactamente como ella. Hay un cierto código genético, eso es todo. Me enfoqué en ser beisbolista por ella. Y ella lanzaba más duro que yo cuando yo estaba en la secundaria”. Su próxima gran influencia fue el legendario entrenador de beisbol de USC, Lefty Dedeaux, quien entrenó a los Trojans por 45 temporadas. Lee, quien tuvo marca de 39-8 durante sus cuatro temporadas en USC, recuerda, “Jugar cuatro años para Lefty Dedeaux fue como tener cuatro años de experiencia en ligas menores”. Bill no fue seleccionado hasta la ronda 22 del draft amateur de 1968. “Quería jugar para los Dodgers. Ellos se habían mudado a Los Angeles cuando yo era un niño, y era un gran fanático. Pero Al Campanis (entonces el director de scouts) me dijo que yo nunca lanzaría en las grandes ligas. Estaba equivocado. Pienso que los scouts no hacen un buen trabajo para identificar a los peloteros de desarrollo lento”. Bill Lee fue seleccionado por los Medias Rojas de Boston en la vigésimo segunda ronda del draft de MLB en junio de 1968, detrás de otros 500 prospectos amateur. Un año después, luego de breves paradas en tres equipos de ligas menores de los Medias Rojas, estaba pitcheando en las grandes ligas con los Medias Rojas. Desde 1969 hasta 1972, Bill Lee pitcheó 125 juegos para los Medias Rojas, principalmente como relevista. Cuando le dieron la oportunidad de abrir juegos en 1973, tuvo marca de 17-11 con una impresionante efectividad de 2.75. Cuando continuó con otras 17 victorias en 1974, se convirtió en baluarte del cuerpo de lanzadores. De acuerdo a la leyenda, Bill Lee era llamado “Spaceman” debido a sus visiones no tradicionales del beisbol y la vida en general. “No es así”, dice Bill. “Había relevado a Luis Tiant en el primer inning de un juego en Baltimore contra los Orioles y lancé 8.1 innings en blanco. Eso fue justo después que el Apolo 15 había llegado a la luna, el 30 de julio de 1971, y los reporteros estaban amontonados mientras yo les daba mis puntos de vista sobre el programa espacial”, dice Bill. “John Kennedy (el utility del cuadro de los Medias Rojas) no podía llegar hasta su casillero en medio del tumulto, y dijo, ‘Parece que tenemos nuestro propio hombre del espacio (spaceman)’. Eso pegó”. La Inauguración de 1975. Cuando el entrenamiento primaveral terminó a principios de abril de 1975, los Medias Rojas eran considerados por consenso serios candidatos al tercer lugar de la división Este de la Liga Americana detrás de los Orioles y Yanquis. ¿Qué pensaba Bill Lee de las posibilidades de los Medias Rojas en la inminente temporada? “Todavía estaba molesto por la manera como había terminado la temporada de 1974”, dice él, refiriéndose al tercer lugar en el cual terminaron los Medias Rojas en 1974, luego de liderar con ventaja de siete juegos hacia finales de agosto. “Teníamos el talento para ganar en 1974, y todavía estaba disgustado de que no lo hubiésemos logrado”. ¿Y como se sentía Bill Lee personalmente respecto a la venidera temporada? “Me sentía de maravillas. Había logrado todo lo que quería en el entrenamiento primaveral. Mis callos aparecieron justo al inicio del calendario”, recuerda él, “y tuve muy buen control en los juegos de exhibición”. Los Medias Rojas y Bill Lee tuvieron un comienzo lento en abril. El equipo terminó el mes en último lugar con marca de 7-9 y Lee fue una decepción con marca de 1-3. Pero mayo fue una historia diferente. Los Medias Rojas tuvieron marca de 16-9 en mayo y subieron hasta el primer lugar, mientras Bill Lee tenía balance de 6-1. “Luego del lento comienzo, varios veteranos como Yaz, Luis, y yo dimos un paso adelante y mostramos algo de liderazgo”, dice Lee. “Despues de eso las cosas empezaron a cambiar”. El equipo continuó jugando bien en junio, donde el punto cumbre fue el juego de tres jonrones de Fred Lynn contra los Tigres de Detroit el 18 de junio. “Fred Lynn tuvo una buena temporada en 1975, como el mejor grande liga que haya visto”, dice Lee. “Nunca pareció un novato. Por supuesto, mucho de eso se debió a la influencia de Rod Dedeaux”, dice él, en referencia a los tres años de Lynn en USC. “Y los aficionados olvidan que la actuación de Jim Rice se equiparó a la de Fred hasta que se rompió la muñeca hacia finales de septiembre. Todos hablan del bateo de Lynn y Rice pero ambos jugaron una gran defensa. Las atrapadas de Lynn eran sobresalientes, pero recuerdo a Jim Rice saltar sobre la cerca en Minnesota para robarse un jonrón”. Liderando el pelotón. En el receso del Juego de Estrellas, los Medias Rojas tenían un aventaja de cuatro juegos en el este de la Liga Americana y Bill Lee había ganado diez juegos. ¿Qué le parecía la oportunidad de los Medias Rojas en ese momento? “Pensaba que ganaríamos el este”, dice él. “Ese equipo tenía mucha profundidad. Teníamos a Bernie Carbo, Rick Miller, y Juan Beníquez, tres tipos que podían haber sido regulares, en el banco. Y agregamos a Rogelio Moret a la rotación y él estuvo de maravilla”. Un día que resalta para Bill Lee es el de un doble juego contra los Yanquis en Nueva York el 27 de julio. “Lancé el primer juego y los blanqueé”, recuerda él. “Fred Lynn hizo una gran atrapada y ganamos 1-0. Luego Moret los blanqueó para ganar el segundo juego, los Yanquis despidieron a su manager”. “A veces me encuentro con aficionados quienes me dicen que les gustan los Yanquis. Les digo que a mi también. Los vencí 12 veces y disfruté cada juego ante ellos”, Bill ríe. El 24 de agosto, Bill Lee lanzó su décimo sexto juego completo de la temporada, al vencer a los Medias Blancas de Chicago 6-1, para mejorar su marca a 17-7. Entre el 1 de mayo y el 24 de agosto, tuvo marca de 16-4, con 13 juegos completos. Él está de acuerdo en que ese fue el mejor momento de su carrera en MLB. “Me funcionaban todos mis pitcheos y tenía un gran control. Con mi repertorio, tenía que colocar mis envíos a la perfección”, enfatiza él. “Mi recta solo llegaba hasta las 90 millas por hora, por lo que dependía del cambio de velocidad, mezclar los lanzamientos, y colocarlos en el lugar preciso”. Lee pitcheó un juego completo en una dura derrota 3-2 ante los Indios de Cleveland el 9 de septiembre, después de eso fue utilizado de manera esporádica. “Lo que ocurrió fue que los pitchers empezamos a tomar práctica de bateo en septiembre para estar listos para la Serie Mundial y tuve un sobre estiramiento en mi codo”. Los Medias Rojas aseguraron el este de la Liga Americana el 26 de septiembre, y barrieron a los favoritos Atléticos de Oakland en la serie de campeonato con gran pitcheo de Luis Tiant y Rick Wise, más el liderazgo del veterano Carl Yastrzemski. “No pitcheé”, dice Lee, “ellos no me necesitaron y el tiempo de reposo me ayudó”. Una Serie Mundial inolvidable. La Serie Mundial de 1975 entre los Medias Rojas de Boston y los Rojos de Cincinnati es considerada una de las grandes series de todos los tiempos, Bill Lee está de acuerdo. “Vi un documental que asemejaba la serie a una ópera italiana. Hubo de todo. Pero aún digo que debimos haberla ganado”. Despues que Luis Tiant silenció a los Rojos en un blanqueo 6-0 en el primer juego, Bill Lee subió al montículo de Fenway Park como abridor del segundo juego. “Los Rojos se reían en su dugout cuando vieron la lentitud de los envíos que hice en el calentamiento, pero cuando se dieron cuenta de que no podían batearlos, dejaron de reir”. Lee lanzó magistralmente por ocho innings, limitó a los Rojos a cuatro imparables y una sola carrera en el cuarto inning. Se preparaba para ir al montículo en el noveno inning con ventaja de 2-1, cuando los árbitros detuvieron el juego por lluvia. “Yo estaba lanzando muy bien y pienso que hubiera dominado el noveno sin el retraso por la lluvia”, declara Lee. “Cuando finalmente subí al montículo después de la suspensión, Johnny Bench despachó doblete a la banda contraria y vino a relevar Dick Drago para mantener la ventaja. Los Rojos anotaron dos carreras para ganara 3-2 y perdimos un juego que debimos haber ganado”. Los Medias Rojas regresaron a Boston perdiendo tres juegos a dos con Bill Lee programado para lanzar el sexto juego. Entonces llovió, y llovió mucho más. Despues de tres días de lluvias, el manager Darrell Johnson anunció que Luis Tiant abriría el sexto juego y Bill Lee lanzaría el séptimo si era necesario. “Yo estaba disgustado”, recuerda Bill. “Sabía que podía dominar a los Rojos en el sexto juego en Fenway. Pero lo más importante era que yo sabía que Luis necesitaba otro día de descanso”. Luis Tiant pitcheó valientemente en el sexto juego pero fue relevado en el octavo inning con los Medias Rojas abajo 6-3. Luego que Bernie Carbo despachara su dramático vuelacercas de tres carreras en ese octavo inning, Bill Lee se encaminó a la sala de masajes para prepararse para el séptimo juego. “Estaba recostado en la mesa de masajes cuando Fisk bateó su jonrón pero me dirigí muy rápido hacia el dugout”, sonríe él. Bill Lee blanqueó a los Rojos a través de cinco innings y llegó al sexto con ventaja de 3-0. Con corredor en primera y un out, Johnny Bench bateó un rodado perfecto para dobleplay hacia el campocorto Rick Burleson, pero el tiro del segunda base Denny Doyle aterrizó en el dugout de los Medias Rojas para dejar vivo el inning. Bill Lee le lanzó una curva al siguiente bateador y Tany Pérez la conectó hacia la oscuridad de la noche para sobrevolar la pared del jardín izquierdo. “Nunca debí hacer ese pitcheo”, reconoce Lee. “Todavía estaba lamentándome por el dobleplay que no se hizo”. Lee pitcheó hasta el séptimo inning, salió del juego con los Medias Rojas adelante 3-2. Pero los Rojos igualaron el juego en el séptimo, y un sencillo de Joe Morgan en la apertura del noveno inning le dio a los Rojos una victoria 4-3 y el campeonato mundial. “No ganar el séptimo juego y perder la Serie Mundial fue de lejos mi mayor disgusto en el beisbol”, dice Bill Lee. Los años finales. Pocas cosas le salieron bien a los Medias Rojas o a Bill Lee en 1976. Los campeones defensores de la Liga Americana nunca encontraron su mejor juego y terminaron en tercer lugar, catorce juegos y medio detrás de los Yanquis de Nueva York. El manager Darrell Johnson fue cesanteado después del receso del juego de estrellas, y el dueño por largo tiempo de los Medias Rojas, Tom Yawkey falleció el 9 de julio. Bill Lee se lesionó su hombro en una pelea con los Yanquis de Nueva York el 20 de mayo de ese año. La pelea se produjo luego de un choque en el plato cuando Carlton Fisk bloqueó exitosamente el plato contra el jardinero de los Yanquis, Lou Piniella. En el tumulto que siguió, Graig Nettles levantó en peso a Lee y lo lanzó al suelo. Bill terminó en el hospital con el hombro severamente lastimado. Bill Lee terminó la temporada con marca de 5-7, apareció solo en 24 juegos. La temporada de 1977 fue algo mejor para Bill. Mejoró a 9-5, pero solo lanzó 128 innings en 27 juegos. Los Medias Rojas y Bill Lee tuvieron una gran arrancada en 1978. Para mediados de junio los Medias Rojas le sacaban ventaja de doble dígito a los Yanquis que ocupaban el segundo lugar, y Lee mostraba marca de 7-3. Las cosas dieron un giro negativo el 16 de junio cuando Lee supo que su gran amigo Bernie Carbo había sido vendido a los Indios. “Estaba dando una clase de cocina en Faneuil Hall cuando supe que habían vendido a Bernie. Pense que era una decisión terrible. Me dirigí hacia el clubhouse de Fenway Park, vacié mi casillero, y anuncié mi retiro”. El retiro de Lee fue breve. Cuando el gerente general de los Medias Rojas le dijo que sería multado con 500 $ por faltar a un juego, Lee respondió, “Llévala a 1500. Me voy a tomar el fin de semana libre”. Lee tenía marca de 10-3 el 15 de Julio, pero el manager Don Zimmer había perdido la confianza en el zurdo, por lo cual fue utilizados en labores secundarias por el resto de la temporada. Bill Lee vio la descorazonadora derrota del playoff ante los Yanquis desde el bull pen de los Medias Rojas. El 7 de diciembre los Medias Rojas cambiaron a Bill Lee hacia los Expos de Montreal por el jugador del cuadro Stan Papi. Al preguntarle como se sintió cuando supo del cambio, Lee responde “Lloré como un bebé. Y luego dormí como un bebé. Lo que quiero decir es que dormía dos horas, me despertaba y lloraba, dormía dos horas más y me despertaba y lloraba más”. El cambio de escenario pareció favorecer a Lee en 1979. Ganó 16 juegos, y su efectividad de 3.04 clasificó como octava en la Liga Nacional. “Me gustó mucho Montreal y Canadá en general”, enfatiza Lee. “Y volví a batear. El bateador designado es una de las peores cosas que la haya ocurrido al beisbol. Tenemos una clase baja de atletas entre los pitchers de hoy, debido a que batear no importa”. Lee pasó las temporadas de 1980 y 1981 con los Expos, pero en 1982 su temporada llegó a un final prematuro. Luego que los Expos cesantearon al segunda base Rodney Scott, Bill protestó y el gerente general John McHale lo llamó para darle su libertad incondicional. “Le dije a McHale que los Expos nunca ganarían la Serie Mundial. Y el me dijo que no volvería a jugar en las grandes ligas”. Ambos acertaron. Bill Lee hoy. ¿Podría Bill Lee darle un par de innings a los Medias Rojas en la postemporada de 2016 si fuese necesario? “Caramba, podría pitchear mañana”, responde él. “Jugué el otro día y bateé tres imparables, empujé cuatro carreras, y lancé hasta el octavo inning”. Lee, quien cumplirá 70 años el próximo diciembre, agrega, “Lancé 347 innings el año pasado. Estoy en muy buena forma”. Para el momento de nuestra entrevista Bill había regresado de un viaje a Cuba donde dirigió a un equipo de jóvenes canadienses en un torneo. “La pasamos muy bien”, dice él. “Todos en Cuba aman el beisbol”. Bill Lee y su esposa Dianah viven la mayor parte del año en su hogar de Craftsbury VT, pero pasan el invierno en el area de Fort Myers. Bill tiene cuatro hijos mayores de matrimonios anteriores, Michael, Andrew, Kaitlan y Anna. Y es el orgulloso abuelo de cinco nietos y una nieta. ¿Tiene Bill Lee un mensaje para los aficionados de los Medias Rojas? “Dígales que mantengan la fe. Los Medias Rojas de 2016 van a pasar de peores a mejores a peores, a de peores a mejores. ¡Eso es una marca que sería difícil de romper!” dice enfáticamente. Traducción: Alfonso L. Tusa C.