viernes, 25 de noviembre de 2016

Kurt Bevacqua: Leyenda de los Padres.

Joe Lanek@TheThinGwynn. 06-06-2013. Si no hubiese sido por una noche de octubre, Kurt Bevacqua solo sería recordado por unos pocos, archivado lejos en el fondo de la mente de un tipo como un infielder más entre fred Hatfield y Jorge Velandia. Bevaqua jugó como reserva para seis equipo, incluyendo dos paradas en Pittsburgh y San Diego. Fue lo suficientemente versátil para iniciar los juegos en cualquier posición excepto pitcher, catcher, y jardinero central en su carrera de quince años pero era usado más a menudo como bateador emergente. Todo eso da una perspectiva de lo que lo impulsó hacia los libros de historia como a los infielders Bucky Dent antes de él y Geoff Blum después de él. Bevacqua fue seleccionado en Miami-Dade college por Cincinnati en la duodécima ronda del draft amateur y cambiado a Cleveland en mayo de 1971. Debutó en Grandes Ligas alrededor de mes y medio después y participó en 76 juegos las próximas dos temporadas, bateando para .186, antes de ser cambiado a Kansas City. Luego de una temporada de .211 en labores limitadas con los Reales, que terminó con los Piratas bateando .114, pasó dos temporadas opacas en Milwaukee. Bevacqua fue al entrenamiento primaveral de 1977 con los Marineros y fue fotografiado como miembro del equipo en su barajita Topps de ese año pero fue dejado en libertad ante de que empezara la temporada. Luego de su despido, fue firmado por Texas, Bevacqua bateó .333 en 96 turnos al bate y estableció un tope personal de cinco jonrones. Mejoró ese total el año siguiente aunque en dos y media veces más turnos al bate mientras su promedio de bateo bajaba a un más familiar .222. Fue cambiado a San Diego después de la temporada de 1978 y rindió desde el banco antes de ser enviado de vuelta a Pittsburgh durante la temporada de 1980. Luego de su segunda estadía en Pittsburgh, Bevacqua regresó a los Padres como agente libre antes de la temporada de 1982. Pasaría los cuatro años finales de su carrera en San Diego, como bateador emergente y sustituto ante eventualidades. Su mejor momento llegó en 1984. A pesar de batear exactamente .200 con un jonrón en 80 turnos regulares al plato, Bevacqua fue incluido en el roster de postemporada- Se fue sin imparables en dos intentos como bateador emergente durante el triunfo ante Chicago en la serie de campeonato de la Liga Nacional pero el manager Dick Williams se mantuvo con él como su bateador designado en la Serie Mundial. Eso dio sus frutos cuando Bevacqua despachó un jonrón de tres carreras para darle ventaja a su equipo en el segundo juego que igualó la serie. Todavía es el único juego de Serie Mundial que ha ganado el equipo. Él bateó otro vuelacercas en la derrota del quinto juego y bateó para .412 en la serie. No muchos fanáticos de los Rojos, Indios, Reales, Piratas, Cerveceros o Rangers recuerdan a Kurt Bevacqua, aunque lo vieran jugar. Pero pregúntele a cualquier fanático de los Padres, ellos le dirán quien es él. Traducción: Alfonso L. Tusa C. Nota del Traductor: Número de Bevacqua con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1972-73: JJ: 57, 211 VB, 34 CA, 70 H, 17 2H, 2 3H, 2 HR, 21 CE, 1 BR, .332 AVG. Kurt Bevacqua también jugó con Leones del Caracas (1970-71) y Tigres de Aragua (1973-74).

viernes, 18 de noviembre de 2016

Bergesen: ‘Es un asunto de confianza’.

El pitcher de los Orioles, enviado a las menores, dice que sus dificultades son mentales. Jeff Zrebiec. The Baltimore Sun. 21-04-2010. Seattle.- No solo fueron sus resultados lo que llevó a los Orioles este martes a asignar a su mejor abridor de la temporada pasada, Brad Bergesen, al Norfolk AAA, aunque eso ciertamente formaba parte de la ecuación. Bergesen tenía marca de 0-2 con efectividad de 12.19 este año, y no pudo lanzar cinco innings, lo cual hizo en 18 de sus 19 salidas del año pasado, en cualquiera de sus tres aperturas. Pero quizás aún más preocupante para el equipo fue que su lenguaje corporal, las miradas hacia el dugout durante las aperturas, los constantes toques en su gorra, el rodeo del montículo, sugerían que el pitcher de 24 años de edad había perdido algo de confianza y no era prudente enviarlo cada cinco días a enfrentar grandeligas. En una entrevista telefónica este martes, Bergesen reconoció eso, diciendo que sus problemas eran más mentales que físicos o mecánicos. “Obviamente, no me siento bien en este momento, pero no se trata de mi salud”, dijo Bergesen, quien reconoció que estaba sorprendido por ser bajado luego de tres aperturas pero no criticaba a los Orioles por esa decisión. “Es un asunto de confianza. Estoy pensando mucho ahora mismo. Quiero regresar a ser fuerte mentalemnte. Esto ha sido muy duro. Vienes de una buena temporada de novato y te ven como uno de los tipos clave. Eso agrega presión, pero yo lo quería así. No ha ocurrido.” Con el martes como su primer día libre del calendario y otro el lunes, los Orioles no necesitarán un quinto abridor hasta el 1 de mayo. Por lo tanto, optaron por reemplazar a Bergesen en el roster llamando desde AAA al relevista zurdo Alberto Castillo, quien le dará a los Orioles un bullpen de ocho hombres durante un período en el cual el equipo jugará 12 desafíos seguidos contra los Medias Rojas de Boston y los Yanquis de Nueva York. “Probablemente esto tiene tanto que ver con el calendario como con las dificultades de Bergy”, dijo el presidente de operaciones de beisbol de los Orioles Andy MacPhail. “De verdad no necesitaremos un quinto abridor hasta el 1 de mayo. Preferimos que vaya a AAA, ante que tenerlo trabajando esporádicamente o ejercitándose en el bullpen. Allá realizará aperturas y trabajará en su mecánica hasta conseguir que su sinker regrese a donde estaba el año pasado”. Obviamente es muy temprano para determinar quien se unirá a la rotación para hacer la apertura del 1 de mayo ante Boston en Camden Yards, pero los candidatos incluyen a Jason Berken y Mark Hendrickson y al prospecto Jake Arrieta, quien tiene efectividad de 0.50 después de tres aperturas con Norfolk, MacPhail también dijo que Bergesen será considerado para esa apertura. “Veremos como se desempeña”, dijo MacPhail. “Si puede hacer algunos ajustes que le estamos pidiendo, él será un candidato tan viable como cualquier otro”. Bergesen dijo que eso es lo más remoto en su mente. “No voy a mirar tan lejos”, dijo él. “He estado haciendo eso mucho recientemente. Voy a ser positivo. Voy a ir allá abajo y trabajaré duro para regresar arriba”. La prueba final de Bergesen llegó este lunes con la derrota 8-2 ante los marineros de Seattle, en la cual Bergesen permitió siete carreras (cuatro limpias), seis imparables y tres boletos en 2.2 innings. Un pitcher de control, Bergesen solo lanzó 27 de sus 54 envíos en strike, y su debacle en el tercer inning de siete carreras ante los Marineros incluyó dos boletos seguidos. Mientras él pudo haber salido del inning con solo una carrera permitida si el tercera base Ty Wigginton hubiera ejecutado un potencial dobleplay para terminar el episodio, Bergesen permitió un sencillo impulsador de Franklin Gutierrez, un sencillo remolcador de dos carreras a Ken Griffey Jr., un doble impulsor a Milton Bradley y un jonrón de dos carreras a Casey Kotchman. Bergesen quién lució incómodo a lo largo de la breve salida, llamó al inning “la historia de mi temporada hasta el momento”, y reconoció que “estoy tratando lo todo hasta ahora”. Los días anteriores a la apertura del lunes, él observó videos de algunas de sus mejores actuaciones la última temporada, para tratar de determinar si había alguna falla mecánica que está evitando la movilidad de su lanzamiento clave, el sinker. Él detectó algunas cosas menores y determinó que sus problemas eran el resultado de no tener mucha convicción en sus envíos como lo hizo el año pasado, cuando tuvo marca de 7-5 con efectividad de 3.43 y siete aperturas de calidad para concluir la temporada. Pero esa convicción estaba otra vez ausente durante la apertura del lunes, en la cual Bergesen abandonó su sinker por momentos y se convirtió en un pitcher de sliders, de acuerdo al manager, Dave Trembley. “Él se ha alejado de sus fortalezas”, dijo Trembley. “Creo que eso es mecánico. Estuvo cerca de mejorar la noche del lunes, y una vez que conseguimos el roletazo para dobleplay, él trató de hacerlo todo por su cuenta, lanzó muchos envíos quebrados. Él irá a las menores para trabajar en eso, y regresará aquí”. Bergesen y los Orioles insisten en que las dificultades del pitcher no tienen que ver con lesión alguna. Él perdió los últimos dos meses de la temporada pasada después que fue golpeado en la canilla izquierda por un bate que se le fue de las manos a Billy Butler, jugador de los Reales de Kansas City. Entonces se reportó al entrenamiento primaveral después de los otros pitchers debido a una lesión en el hombro que sufrió mientras filmaba un comercial del equipo a principios de diciembre. Sin embargo, Bergesen dijo otra vez este martes que aunque eso contribuyó a que no pudiese hacer su primera sesión de bullpen hasta marzo, que se siente bien y no pondrá las lesiones como excusa. Los Orioles dijeron que no tienen razones para creer que el derecho está lesionado. “La velocidad está ahí”, dijo MacPhail. “Sus envíos se están quedando planos. No está consiguiendo el movimiento submarino que tenía hace un año. Esta es una oportunidad para que vaya a trabajar en su mecánica y regrese aquí”. Traducción: Alñfonso L. Tusa C.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

La demoledora historia de Mike Reinbach.

Viernes, 28 de noviembre de 2014. Baseballcardbreakdown.blogspot.com Han sido 7 los graduandos de mi escuela secundaria que han jugado en las ligas mayores (Granite Hills High School in El Cajon, California representing!). He tratado de conseguir al menos un par de barajitas de ellos. Me quito la gorra ante ellos en esta serie de Guys From Granite. Mike Reinbach arranca nuestra cuenta de Eagles de Granite Hills quienes extendieron sus alas y volaron hacia las Grandes Ligas. Él no solo es el primero en la lista en el orden de menos juegos efectuados, sino que fue el primero en subir a las mayores. Michael Wayne Reinbach nació en San Diego en 1949. Luego de una sólida actuación en Granite Hills, fue escogido por los Yanquis en las rondas finales del draft de 1967, pero se decidió por ir a la UCLA. En 1970, fue escogido otra vez, esa vez firmó con los Orioles de Baltimore, quienes lo tomaron en la primera ronda (escogencia 17) del drasft amateur de 1970. Su desarrollo a través de las menores fue marcado por un impresionante 1972, donde bateó .348 con 31 jonrones y 113 carreras empujadas entre AA y AAA mientras era nombrado pelotero más valioso de la Southern League. No pudo mantener ese paso, y tuvo un año duro en 1973. Pero en 1974 se las arregló para hacer el equipo grande de Baltimore en el entrenamiento primaveral. En su debut, temprano en la temporada, fue bateador designado y bateó un elevado de sacrificio para remolcar a Bobby Grich y mover a Don Baylor hasta tercera. Al batear .250 en 12 juegos luego de dos meses, fue enviado de vuelta a Rochester para terminar el año, nunca encontró su swing. Reinbach rebotó con una sólida temporada con el Rochester AAA, pero no recibió el llamado. El año siguiente, fue a Japón y tuvo una carrera de cinco años en el extranjero. Desde 1976 hasta 1980 con los Tigers de Hanshin, Mike bateó .296 con 94 jonrones, se convirtió en favorito de los fanáticos gracias a su bateo y juego agresivo. Se retiró del beisbol y pasó la mayor parte de los años ’80 trabajando en una compañía de computación. Tuvo tiempos difíciles más adelante en la década y su vida terminó el 20 de mayo de 1989, cuando el carro que manejaba cayó por un precipicio. Aun permanecen las interrogantes de si fue suicidio, accidente, o qué. Sin embargo existe una carta de la excuñada de Reinbach: “Consideraba a Mike como otro hermano, aún después que él y mi hermana se separaran. Lo conocí cuando yo tenía 12 años y el había estado cortejando a mi hermana mayor, Mike era hijo único, así que estaba intrigado por las interacciones de mi familia (4 niños) y mi tío quien vivía con nosotros en ese momento. Yo me sentí muy mal por su muerte. Te diré que él no se suicidó. Viajaba para Palm Springs con su novia quien tenía un niño pequeño. Hablé con ella luego de la muerte de Mike, pero he perdido el contacto con ella, ella quedó muy lesionada pero sobrevivió el accidente. Me escribió después que salió del hospital y me explicó que todo fue accidental. Ha sido frustrante ver reportes que aseguran que él cometió suicidio, el tenía mucho por que vivir y era querido, nunca habría dejado a su hijo de esa manera”. Traducción: Alfonso L. Tusa C. Nota del traductor: Estadísticas de Mike Reinbach con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1973-74: 27 JJ, 97 VB, 9 CA, 27 H, 4 2H, 1 3H, 2 HR, 16 CE, 1 BR, .258 AVG.

lunes, 14 de noviembre de 2016

José Altuve de los Astros de Houston elegido jugador del año 2016 por Sporting News.

Jesse Spector. 27-10-2016. El segunda base de los Astros, José Altuve ha sido nombrado jugador del año 2016 de las Grandes Ligas por Sporting News por un panel de 341 peloteros de ligas mayores. SN ha seleccionado un pelotero del año en MLB cada temporada desde 1936. Desde la incepción del premio al jugador del año de Sporting News en 1936, ha sido una rareza que un segunda base sea nombrado el mejor jugador del juego. Fue en 1960 que Bill Mazeroski ganó el premio desde la intermedia, entonces pasó otra década y media antes que Joe Morgan ganara los premios seguidos en 1975 y 1976. El único otro camarero en ganarlo fue Ryne Sandberg en 1984. Eso era todo hasta ahora. A estos tres inquilinos del Salón de la Fama se une José Altuve, elegido por sus colegas peloteros como el pelotero del año 2016 de Sporting News. Altuve puede estar en camino a Cooperstown, a su edad de 26 años, él tiene 1046 imparables, una línea de carrera de .311/.354/.437 y 199 bases robadas. Los únicos segundas base con más imparables a esa edad fueron los inquilinos del Salón de la Fama Roberto Alomar, Bobby Doerr y Mazeroski. Sin embargo, este premio no es acerca de la trayectoria de la carrera de Altuve. Es acerca de la recién concluida temporada, y esa temporada, él fue espectacular. Previamente un bateador abridor de contacto, Altuve pasó al tercer lugar de la alineación de Houston en 2016, y cumplió a cabalidad su cometido con un tope personal de 24 jonrones para acompañar los 236 imparables que lideraron las Grandes Ligas y su segunda corona de bateo en tres años. Uno de seis grandeligas del club 20-20 en la recién finalizada temporada, Altuve es la extraña superestrella quién se pocha pocas veces, abanicó solo 70 veces mientras negociaba 60 boletos en 717 apariciones al plato. “Sus colegas están observando las cosas buenas, porque él es mucho de lo elogiable de nuestro juego”, le dijo a Sporting News el manager de los Astros A.J. Hinch. “Su actuación ha sido excepcional. Tuvo la mejor temporada que yo haya visto en el juego”. Otros peloteros del esquipo de Sporting News por primera vez incluyen a Francisco Lindor de los Indios de Cleveland y Jackie Bradley Jr. de los Medias Rojas de Boston. El surgimiento de poder es algo resaltante, porque buena parte del tiempo, cuando se ve a un bateador como Altuve subir su número de jonrones, es a expensas de otra cosa. En lugar de eso, Altuve tuvo su tercera temporada seguida con 40 o más dobles, despachó un tope personal de cinco triples e incremento su porcentaje de slugging hasta .531, bien por encima de su tope previo de .459, fijado hace un año. Su porcentaje de embasado también subió, mientras Altuve se embasaba, gracias a ese tope de 60 boletos, a un ritmo de .396, para mejorar su marca de .377 de 2014, el año de su título de bateo anterior, cuando su promedio fue tres puntos más alto. “No pienso que solo se enfoque en el poder. Es muy orientado hacia las metas, y usualmente las alcanza. Cuando quería liderar la liga en imparables, hizo todo lo que pudo y lideró la liga en imparables. Cuando quería ganar el guante de oro, trabajó en su defensiva y lo hizo. Pienso que el quería ser un bateador más productivo. El producto de eso fueron unos pocos jonrones más, y ganó más confianza para escoger mejores envíos. Estoy más orgulloso de él que sorprendido, porque se propuso un plan, y trabajó para maximizar su zona de strike con lo cual hizo mucho daño”. Altuve es el segundo pelotero en la historia de los Astros que gana los honores del jugador del año Sporting News, el otro fue Jeff Bagwell en 1994. Resultados de la votación. Voting by MLB players 1. Jose Altuve, Houston Astros-84 2. Mookie Betts, Boston Red Sox-64 3. David Ortiz, Boston Red Sox-41 4. Kris Bryant, Chicago Cubs-36 5. Daniel Murphy, Washington Nationals-26 6. Mike Trout, Los Angeles Angels-22 7. Nolan Arenado, Colorado Rockies-20 8. Zach Britton, Baltimore Orioles-14 9. Corey Seager, Los Angeles Dodgers-5 10. Adrian Beltre, Texas Rangers-4 Brian Dozier, Minnesota Twins-4 11. Manny Machado, Baltimore Orioles-2 Traducción: Alfonso L. Tusa C.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Antíguo pelotero de los Indios de Cleveland, Paul Dade, fallece a los 64 años de edad.

Bob Toth. Didthetribewinlastnight.com. 12-09-2016. El antíguo pelotero utility de Grandes Ligas, Paul Dade, falleció el 25 de agosto de 2016, luego de una breve batalla con el cáncer. Dade pasó partes de 13 años jugando beisbol profesional, incluyendo seis temporadas en las mayores con los Angelinos de California, Indios de Cleveland, y Padres de San Diego. Ingresó al profesional cuando fue seleccionado por los Angelinos en la Nathan Hale High School de Seattle, Washington; en la décima ronda del draft de 1970. Dade avanzó de manera estable a través del sistema de granjas de lo Angelinos hasta que tuvo una temporada resaltante a la edad de 23 años en 1975 cuando fijó varias marcas personales en 109 juegos con El Paso Doble A y el Salt Lake City Triple A. Bateó .351 con .447 de porcentaje de embasado, despachando para ambos equipos 28 dobles, 6 triples, 19 jonrones, y 98 carreras empujadas mientras anotaba 93 veces. La buena actuación en las menores le valió una rápida taza de café con los Angelinos al final de la temporada. Debutó en las Grandes Ligas el 12 de septiembre de 1975, y apareció en once juegos con los querubines antes que terminara la temporada. Su primer imparable de Grandes Ligas fue un doble y ocurrió el día después del primer juego. Él pasó abril y mayo de la temporada de 1976 en el roster de Grandes Ligas, pero solo apareció 13 veces como bateador emergente, corredor emergente, o reemplazo defensivo, y nunca en papel de regular. Despues de ser regresado a las menores, lideró la Liga de la Costa del Pacífico en bateo, al conectar para .363 en 91 juegos. Su gran actuación a nivel AAA llamó la atención del gerente general de los Indios Phil Seghi. Miembro del primer “re-entry draft” para jugadores quienes habían completado sus opciones durante la temporada de 1976, Cleveland y Oakland hicieron ofertas por el utility, los Indios terminaron agregándolo a su equipo el 7 de febrero de 1977, con un contrato de dos años por 100.000 $. “Considero que él es una buena adición para nuestro equipo. Nos aporta velocidad y versatilidad”, dijo Seghi en un artículo del The Plain Dealer el 8 de febrero de 1977. “Él tiene credenciales impresionantes. Si hubiéramos tenido a Dade en nuestra organización, hubiéramos mejorado mucho con él, y le habríamos dado esta misma oportunidad de hacer el equipo grande”. “No tuve una real oportunidad con los Angelinos”, fue citado Dade en el artículo del 8 de febrero. “Ellos nunca me dieron una verdadera oportunidad para probar lo que puedo hacer en las Grandes Ligas. Eso es todo lo que quería, una oportunidad en las Grandes Ligas, y los Indios me la están dando”. Él consiguió esa oportunidad con los Indios, tuvo trabajo como regular con el equipo en sus primeras dos temporadas en Cleveland en 1977 y 1978. Sus temporadas más productivas en Grandes Ligas llegaron con los Indios mientras se desempeñaba en las tres posiciones de los jardines, la tercera base, y un juego en segunda base para los managers Frank Robinson y Jeff Torborg durante su tiempo con el equipo. En su primera temporada completa en las mayores, Dade bateó para .291 con los Indios. Participó en un tope personal de 134 juegos esa temporada, fijando marcas en carreras (65), imparables (134), y carreras empujadas (45). Apareció en 93 juegos el año siguiente, bateó para -254 con una docena de dobles, tres vuelacercas, y 20 carreras remolcadas. Su corta estadía en Cleveland terminó en junio de 1979, cuando fue canjeado a los Padres de San Diego por un primera base quien pasaría los siguientes 20 años trabajando en la organización de los Indios, Mike Hargrove. Dade bateó para un promedio combinado de .278 en la temporada de 1979, incluyendo .276 con los Padres. Participó en 68 juegos del equipo en la temporada siguiente, en una variedad de papeles, tuvo 65 apariciones en el plato mientras bateaba para .189. Pasó la temporada de 1981 en Japón con el Hanshin, fue dejado en libertad por reclamarle al manager acerca de su tiempo de juego, antes de jugar su temporada final en 1982 con el Portland AAA. Su vida posterior al beisbol lo mantuvo en su familiar Pacífico noroccidental, donde trabajó para Allpak Container, una compañía fabricadora de cajas en Renton, Washington, por 27 años. Como aficionado del beisbol, veía por televisión los juegos de los Marineros de Seattle, pero la antígua estrella de baloncesto de educación secundaria solo era alguien ajeno al juego que una vez amó. “Las personas en el trabajo siempre me preguntan porque todavía estoy aquí, porque no estoy haciendo lo que me gusta”, compartió Dade en una entrevista de 2005 con el Seattle Pos-Intelligencer. “No puedo decirle que pasó. Decidí no jugar más y después de eso cada oportunidad en el beisbol se cerró, una calle ciega. Por eso trabajo para juntar los extremos”. Etiquetado como impaciente durante sus días como jugador activo, había alguna creencia de que su participación en las etapas iniciales de la libre agencia pudo haberle ganado una mala reputación. También tuvo la desventaja de que el manager que lo solicitó, el inquilino del Salón de la Fama, Frank Robinson, fue cesanteado luego de 57 juegos en la primera temporada de Dade con Cleveland en 1977. Tuvo un susto en 2005, cuando un dolor en su costado mientras trabajaba reveló la necesidad de remover uno de sus riñones. “Eso me convirtió en sobreviviente del cáncer”, declaró Dade en la entrevista de 2005 mientras enseñaba la cicatriz del tamaño de un pie que le dejó la cirugía. El obituario de Dade reveló que él era aficionado de todos lo deportes, aupaba a los equipos de Seattle y a los de Cleveland. Descrito como un gran seguidor de la NBA, se sintió muy satisfecho al mirar al equipo de Cleveland, los Cavaliers, ganar la serie final de la NBA en junio, el antíguo equipo de Seattle, los Supersonics, había dejado de existir. Para los seguidores de los Indios, él puede ser recordado mejor como el jugador de la tribu que usó el doble cero en su camiseta y como el hombre cuyo cambio en 1979 trajo a Hargrove, quien guiaría al equipo en el futuro a un par de Series Mundiales durante la dramática reconstrucción de los Indios y el regreso a la gloria durante los años ’90. Su carrera como jugador activo pudo haber sido más corta de lo esperado, pero será recordado con cariño por su familia, amigos, compañeros de equipo, y aficionados por su tiempo dentro y fuera del terreno de juego. “Es tan fácil ser bueno un día y desaparecer el siguiente”, dijo Dade en 2005. Traducción: Alfonso L. Tusa C. Nota del traductor: Números de Paul Dade con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1977-78: 4 J, 16 VB, 1 CA, 5 H, 2 CE, .313 PROM.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Irregularidades

Un equipo de beisbol puede pasar por diversas situaciones de fallas en su funcionalidad, en su sinergia, en su coordinación y es normal que eso ocurra dentro de la naturaleza del ser humano, proclive a cometer errores y a tener períodos difíciles que pueden requerir de mucha reflexión y análisis. Sin embargo existen situaciones particulares cuando esas averías pueden significar señales muy profundas de falta de entusiasmo, descuido o desgano. Eso fue lo que se sintió este domingo, 06 de noviembre de 2016, en el estadio José Perez Colmenares de Maracay. En determinado momento batearon un roletazo duro cercano a la raya de tercera base y Ronny Cedeño atacó la pelota de lado, por supuesto no pudo manejar el batazo y el corredor se embasó. Luego en otra jugada con un toque entre el pitcher y tercera base, Ronny se quedó petrificado cerca de tercera base y cuando reaccionó ya la pelota se había escurrido en la grama. Luego en otro momento del juego José Tábata y Frank Díaz lucieron muy deficientes ante elevados atrapables en el jardín central e izquierdo respectivamente, ninguno de los dos tuvo control de la pelota lo cual se evidenció cuando en última instancia intentaron saltar hacia atrás y la pelota los sobre aun por sobre de sus guantes extendidos. Algo muy triste a nivel profesional, donde se supone que esos errores deberían estar casi descartados. Por otro lado en el transcurso del juego, los relevistas volvieron a mostrar su tendencia al descontrol, señal catastrófica a la hora de evaluar las posibilidades de éxito de un lanzador y particularmente un relevista. Episodios como estos, que se han repetido con cierta regularidad en estos primeros 24 juegos del Magallanes, indican que se puede hacer tarde, que se puede agravar esa situación de equipo sin alma, sin motivación que ha ondeado en la cubierta del barco y con la cual es muy difícil ganar seguido como lo requiere el equipo cuanto antes. Alfonso L. Tusa C.

jueves, 3 de noviembre de 2016

A cinco décadas de un blanqueo inesperado

Había dejado el radio transistor escondido debajo del asiento del puesto del piloto en el Plymouth Century 1964. Antonio bajó del carro y corrió para ayudar a bajar enceres y vituallas desde la camioneta del abuelo hacia el rancho de paredes de caña brava en diseños de rombos, techo de palma de coco y piso de cemento rústico. La brisa soplaba desde el fondo del golfo de Cariaco y se mezclaba con el resplandor anaranjado de la península de Araya para descargar una atmósfera enceguecedora a la mañana dominical en la playa de El Peñón. Mientras colaboraba con Lucanor para disponer la leña del fogón y ubicar el dispensador de agua fría sobre el tablón de una mesa improvisada sobre tres “burros” metálicos, la brisa arrastraba pedazos de la marcha deportiva de Radio Rumbos y de inmediato la voz de Carlitos González refería los preliminares de un juego de beisbol profesional. “Hoy 20 de noviembre de 1966, El Látigo Chávez no la tiene nada fácil por varias razones, primero el Magallanes ha estado jugando muy mal beisbol y segundo los Tigres de Aragua están teniendo un buen momento y tienen hoy en el montículo a Dick Whitby, un de los pitchers más controlados y efectivos de esta temporada…” Cuando perseguía unos cangrejos entre las piedras de la playa, Arquímedes lo llamó, quería saber donde había dejado el estuche de dominó. Antonio apuró el paso hacia el rancho y luego de varias rondas por la mesa corrió hacia el baúl de las vituallas y sacó el estuche de entre dos pedazos de auyama y varios tubérculos de yuca. Arquímedes sonrió mientras revisaba el dominó, dijo que le parecía raro que Antonio no hubiese llevado su inseparable radiecito para escuchar el juego de beisbol. Antonio volteó el rostro y corrió unos doscientos metros dentro del mar, hasta donde no pudiera escuchar los pedazos de la narración de Delio Amado León. Estaba cansado de escuchar derrotas increíbles del Magallanes. Apenas si cuando lanzaban El Látigo y Graciliano Parra, el equipo mostraba más competitividad, pero esta temporada ni siquiera eso era garantía de victoria. En seis apariciones que tenía Isaías Látigo Chávez desde el 15 de octubre hasta el 17 de noviembre, Magallanes no había ganado ninguna, en cada juego por lo menos le anotaron dos carreras. Aquella no parecía ser una buena temporada para él. Varios gritos de Lucanor desde la orilla de la playa lo hicieron regresar al rancho, el abuelo no encontraba el resto de la leña y estaban por montar la olla. Antonio se metió en el cuartico de cambiarse la ropa y salió arrastrando un haz de guatacare amarrado con lianas. Lucanor enarcó los ojos mientras sintonizó por un momento el juego de beisbol en el viejo radio de baterías que tenía en el rancho. “…ahí va una línea de hit de John Donaldson…Ed Stroud anota en carrera y Magallanes abre el marcador…” Lucanor movió el dial y sintonizó una canción: “Cuando calienta el sol…aquí en la playa…”. Antonio intentó acercarse a los pedazos de transmisión radial que traía la brisa desde el rancho aledaño, pero después apretó el paso hacia la sabana marina de El Peñón, ¿para qué iba a escuchar ese juego? de seguro Magallanes no mantendría esa ventaja. Además el mar estaba sereno y se podían ver las estrellas marinas y los pepinos de mar sin tener que sumergirse. Se había adentrado hasta el declive donde la sabana de la playa El Peñón se hacía profunda, la emoción de varios adolescentes hizo que Antonio llegara hasta el filo donde empezaba la profundidad. Las esferas de púas oscuras refulgían en sus manos, los muchachos habían pescado varios erizos y celebraban. Una voz metálica tasajeaba el aire marino, sobre la arena cargada de algas secas Lucanor gritaba, el almuerzo estaba listo. A pasos rezagados y sin dejar de mirar hacia el límite de la profundidad, Antonio empezó a percibir las esencias de ajo, ají dulce aderezadas en las presas de pescado. Mientras exprimía un limón sobre la sopa y cortaba un pedazo de aguacate, notó un tropel de muchachos que corrían hacia la transmisión radial del rancho contíguo. Escuchó a la distancia que Delio Amado León decía que el de Enrique Izquierdo apenas era el primer imparable de los Tigres y ya estaban en el quinto inning. Antonio probó un pedazo de naiboa que le dio la abuela Jacinta y empezó a perseguir cangrejos en la orilla. No quería saber nada del juego, de seguro los Tigres empezaban a batear y pasaban a ganar. Había entrado por un momento al rancho para tomar agua cuando oyó otro sobresalto de los muchachos y desde la puerta escuchó que Camaleón García había remolcado a Duane Josephson con doblete al centro y Magallanes ganaba ahora 2-0 en el séptimo episodio. Arquímedes sonrió mientras trancaba un juego de dominó. Parece que esta vez si van a ganar el Látigo y Magallanes. Antonio caminó por un momento hacia la parte posterior del rancho, hacia donde se extendia la vía de granzón por donde habían llegado. Ver para creer, ese equipo siempre se las ingenia para complicarse y perder los juegos al final. Luego de rogarle a Arquimedes tres lochas para comprar un vaso de arroz con coco, el fantasma de la derrota se dibujó en las ondas sonoras de la transmisión radial. En el cierre del octavo inning, luego del out de Bob Burda; Cesar Gutiérrez flumbeó un roletazo de Izquierdo al campo corto, el Látigo boleó a José Manuel Tovar y de pronto Paul Casanova emergiendo por Fernando Simza representaba la ventaja para los Tigres. El arroz con coco empezó a enfriarse en las manos de Antonio, quería irse lejos, sabía cual iba a ser el desenlace del juego, sin embargo su obstinación por guardar esperanzas hasta el último momento lo hizo quedarse parado a un costado de la cancha de bolas criollas que había en el rancho aledaño. Se prometió que si Magallanes perdía ese juego le daría el vaso de arroz con coco a Jacinta. El Látigo terminó ponchando a Casanova y dominó a Pastor Romero, quien emergía por Whitby, con elevado profundo a manos de Stroud en el jardín central. Ni la playa, ni el resplandor anaranjado de la costa de Araya al fondo del golfo de Cariaco existían para Antonio. Cuando el novato Gustavo Spósito fue out en el plato al salir retrasado con roletazo al paracortos que pifió Ronnie Clark, el arroz con coco estuvo a punto de ebullir con el apretón de la mano sobre el vaso de cartón. Antonio seguía sospechando que el cierre del noveno podía ser la peor película de terror que hubiese escuchado. Prefirió acercarse al radio de Lucanor, desde un costado del exterior del rancho, la transmisión del juego sobresalía sobre el sonido de las piedras de dominó barajadas. Luego del out de Bubba Morton, la voz de Delio Amado tomó requiebres de tenor cuando Mel Queen descargó un tablazo inmenso que se estrelló contra la pared de la derecha, doble. Antonio bajó la cabeza, caminó hacia la próxima esquina del rancho. Allí se quedó paralizado cuando Clark la rodó por el cuadro y Queen pasó a tercera en jugada de selección. Venía el peligroso George Scott representando el empate. Antonio casi zapatea contra el suelo de granza cuando Delio Amado anunció un batazo inmenso al fondo del jardín derecho, cuando sentía la humedad en los ojos, el sobresalto de los muchachos de la cancha de bolas y el aplauso de Arquímedes le dibujaron el mejor momento del día, “…y Jim Hicks atrapa la pelota recostado de la cerca, el Látigo completa su blanqueo de dos imparables y Magallanes gana 2-0 en Maracay…solo un corredor le llegó a tercera a Isaías Chavez. Enfrentó 28 bateadores y concedió dos boletos y un golpeado, el otro corredor que permitió fue por error. Ponchó 1. Hizo un out y tuvo dos asistencias. Bateó de 4-1”. Antonio entró al rancho y aquel arroz con coco fue el más sabroso en mucho tiempo. Alfonso L. Tusa C.

Duelos épicos de pitcheo: Juan Marichal versus Gary Gentry.

Mets de Nueva York 1, Gigantes de San Francisco 0. 14 innings. Martes,19 de agosto de 1969. Shea Stadium Entre el cuarto y el noveno inning Marichal retiró 17 bateadores seguidos.
Desde el undécimo inning Tug McGraw retiró los últimos 10 bateadores de los Gigantes.
Willie Mays bateo de 6-0 con un ponche luego de dos outs ante Gentry en el primer inning. Al campo realizó 2 outs en el jardín central. Willie McCovey bateó de 5-0 con un ponche ante Gentry en el segundo inning y un boleto concedido por Gentry abriendo el noveno inning. Al campo realizó 13 outs en primera base. Bob Burda bateó de 4-1, negoció boleto ante Gentry en el cuarto inning despues de 2 outs, bateó sencillo a la izquierda ante McGraw en el undécimo inning luego de un out, fue puesto out del jardinero izquierdo Cleon Jones al segunda base Wayne Garrett tratando de alargar su batazo a doble. Al campo hizo 3 outs en el jardín izquierdo Bobby Etheridge bateó de 3-0, negoció boleto ante Gentry en el segundo inning luego de dos outs. Al campo no tuvo intervención. Jack Hiatt bateó de 1-0, negoció boleto ante Tug McGraw en el undécimo inning luego de dos outs. Al campo hizo 7 outs como catcher. Entró como catcher en el noveno inning en sustitución de Etheridge. Bob Barton bateó de 3-1, sencillo en el segundo inning ante Gentry luego de dos outs que llevó a Etheridge hasta tercera base. Al campo realizó 7 outs como catcher. Dave Marshall bateó como emergente por Barton en el noveno inning y recibió boleto intencional ante Gentry, con McCovey en tercera base y dos outs. Hal Lanier bateó de 3-2, ponche ante Gentry en el segundo inning para terminar la entrada, sencillo a la derecha en el quinto inning ante Gentry luego de un out, sencillo a la izquierda ante Gentry en el séptimo inning luego de dos outs. Al campo realizó 1 out y 3 asistencias en el campocorto. Juan Marichal bateó de 4-1, ponche ante Gentry abriendo el tercer inning, sencillo al centro ante Gentry abriendo el décimo inning. Al campo ejecutó 5 asistencias. Lanzó 13.1 entradas, permitió 6 imparables, 1 carrera limpia, 1 boleto, 13 ponches, 1 jonrón.
Tommie Agee bateó de 6-1, jonrón ante Marichal abriendo el cierre del décimocuarto inning, ponche cantado abriendo el primer inning, ponche en el cierre del noveno inning luego de un out, ponche cantado para cerrar el undécimo inning. Al campo hizo 3 outs en el jardín central. Cleon Jones bateó de 5-3, sencillo al centro luego de un out en el cuarto inning, sencillo a la izquierda abriendo el décimo inning, sencillo al centro luego de un out en el duodécimo inning. Al campo ejecutó 4 outs y una asistencia en el jardín izquierdo. Tug McGraw bateó de 1-1, sencillo al pitcher con un out, Jones intentó anotar desde primera base y fue puesto out de Marichal a Ron Hunt (2b) a Hiatt (c), McGraw llegó hasta tercera base por error de Marichal. Al campo hizo un out. Lanzó cuatro innings, permitió un imparable, 0 carrera, 1 boleto, se apuntó la victoria. Entró a relevar en el undécimo inning en sustitución de Art Shamsky. Ed Kranepool bateó de 4-0, ponche para terminar el segundo inning, boleto intencional en el décimo inning con hombre en tercera y dos outs. Al campo realizó 12 outs y 3 asistencias en primera base. Duffy Dyer bateó de 5-1, sencillo a la derecha en el tercer inning con un out, ponche abriendo el undécimo inning. Al campo realizó 5 outs como catcher.
Gary Gentry bateó de 3-0, ponche en el tercer inning con un out y hombre en primera, ponche abriendo el cierre del noveno inning. Al campo ejecutó 2 outs y 3 asistencias. Lanzó 10 innings, 4 imparables, 0 carrera, 4 boletos, 5 ponches. En 1969 Marichal tuvo la siguiente actuación: 21-11, 2.10 de efectividad, 299.2 innings, 8 blanqueos, 27 juegos completos. Gentry en 1969: 13-12, 3.43 de efectividad, 233.2 innings, 3 blanqueos, 6 juegos completos. McGraw en 1969: 9-3, 2.24 de efectividad, 100.1 innings, 1 juego completo, 12 salvados. Árbitros: HP - Stan Landes, 1B - Bill Williams, 3B - Tom Gorman Tiempo de juego: 3:44 Asistencia: 48968 retrosheet.org. Traducción: Alfonso L. Tusa C.