martes, 26 de julio de 2016

Phil Ouellette, Dos Jonrones - 390

Miércoles, 3 de Julio de 2011. The Greatest 21 days. Phil Ouellette no bateó muchos jonrones en su década como pelotero profesional. Despachó 52 en 10 temporadas. Pero, una noche de abril de 1990, Ouellette bateó dos, uno de ellos con las bases llenas, escribió The Toledo Blade. Ouellette tampoco jugó mucho en las mayores en su década como profesional. Participó en solo 10 juegos, al jugar con los Gigantes en un llamado de septiembre de 1986. En esos 10 juegos, tuvo 26 apariciones en el plato, Ouellette conectó cuatro imparables, ninguno de ellos jonrón. La carrera de Ouelette empezó en 1981, firmado por los Gigantes como agente libre. Su temporada final fue su décima, al jugar en 1990 con los Tigres Toledo AAA. Pero ese trayecto no terminó completamente hasta la primavera de 1995, cuando el una vez empelado de Home Depot firmó con los Angelinos durante la huelga. Ouellette pasó su primer año profesional con el Great Falls en la liga de novatos . El cátcher bateó .264 con un jonrón. Llegó al Clinton A en 1982 y al Fresno A en 1983. En Clinton, Ouellete bateó su tope de jonrones en una temporada en su carrera, bateó 13. Para 1984, Ouellette dio el salto hasta AAA al jugar en Phoenix. Ouellete se quedó en Phoenix por tres temporadas. Bateó .263 en su primer año y .313 en el tercero. En su tercer año recibió su único llamado a las mayores, con San Francisco. Ouellette debutó con los Gigantes el 10 de septiembre. Se fue de 2-0 contra los Rojos. Al regresar el día siguiente a la alineación, Ouellette consiguió su primer imparable en las Grandes Ligas, bateó de 3-1 con un boleto. Ouellette negoció tres boletos durante su corta estadía en las mayores. Uno de ellos fue contra Mike Scott de los Astros el 25 de septiembre de 1986. Ouellette negoció el boleto mientras Scott dejaba sin hits ni carreras a los Gigantes. Aunque eso no rompió el no-hitter, si acabó con una seguidilla de 19 bateadores retirados por Scott, escribió The Associated Press. En lo que terminó siendo su juego final en Grandes Ligas, el 3 de octubre, Ouellette anotó una carrera, al aprovechar un passed ball. También consiguió dos de sus cuatro imparables de Grandes Ligas, bateó de 5-2. Ouellette regresó a Phoenix para 1987, luego pasó por los equipos AAA de los Astros y los Marineros, antes de llegar a los Tigres en Toledo para 1990. Allí, Ouellette bateó .245 en 99 juegos. También bateó sus ocho jonrones finales. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

jueves, 21 de julio de 2016

Jim Neidlinger, Saboreando los minutos . 412

The Greatest 21 Days. Abril 2011. Jim Neidingler estaba haciendo su segunda apertura de Grandes Ligas el 7 de agosto de 1990, fue llamado al equipo AAA de los Dodgers en Albuquerque. En Cincinnati, Neidlinger lanzó una gema, 7.2 innings, permitió una carrera sucia. En Albuquerque su esposa Ann veía el juego en un bar deportivo, Allí veían el juego por satélite, escribió The Los Angeles Times. De pronto el bar entero celebraba a Neidlinger, escribió The Times. “Cada minuto que estoy aquí, lo saboreo”, le dijo Neidingler a The Times. Neidingler espero ocho temporadas por esos minutos, pasó seis de esas campañas en la organización de los Piratas, las otras dos con los Dodgers. Pero la carrera de Grandes Ligas de Neidingler podría muy bien haber sido descrita en minutos. Tuvo 12 aperturas ese año en agosto y septiembre, las únicas apariciones de su carrera de ligas mayores. La carrera de Neidingler empezó en 1984, firmado por los Piratas como un agente libre de 19 años de edad, luego de jugar en Napa High en California, Ese año jugó en el Macon A, tuvo marca de 9-8 con 2.77 de efectividad. Estuvo con el Nashua AA en 1986, y luego brevemente con el Hawaii AAA. En Nashua, Neidingler tuvo marca de 12-7 con 2.42 de efectividad. Lanzó seis innings de pelota de cinco imparables en una victoria de agosto. Ese mes ganó los honores del jugador de la semana en la Eastern League por tercera vez en la temporada, de acuerdo a The Nashua Telegraph. El mes anterior, el lanzó un juego sin hits ni carreras contra Glens Falls, ponchó seis y caminó dos. Luego dispuso de los Yankees de Albany más adelante ese mes. “Él ha sido más cortante”, le dijo el manager Dennis Rogers a The Schenectady Gazette de Neidingler, “ha crecido en el montículo. Es mejor bajo presión y tiene presencia”. A pesar de su éxito, Neidingler permaneció en AA durante 1987. Dejó marca de 11-8 con efectividad de 3.98 para el Harrisburg en 1987 y 5-8 con 2.93 de efectividad en 1988. Fue en octubre de ese año que los Piratas enviaron a Neidingler a los Dodgers, lo cambiaron por Bill Krueger. Con los Dodgers, Neidingler dio el salto desde AAA. Jugó en Albuquerque en 1989, y tuvo efectividad de 4.06 como abridor y relevista. Para 1990, tuvo efectividad de 4.28, principalmente como abridor. Fue el 1 de agosto cuando hizo su debut en Grandes Ligas. Lanzó seis innings contra los gigantes en Dodger Stadium, permitió siete imparables y solo una carrera limpia. En esa segunda apertura, la gema, Neidingler cargó con la derrota, La carrera sucia que permitió resultó ser la única del juego. En su tercera apertura, Neidingler obtuvo su primer triunfo. En siete innings, permitió siete imparables, permitió un jonrón de dos carreras. Los Dodgers ganaron 7-3. Acerca del triunfo, Neidingler le dijo después a los reporteros, “He estado soñando con esto desde que tenía 8 años de edad”. De las primeras 10 aperturas de Neidingler, los Dodgers ganaron ocho, escribió The Times ese septiembre, incluyendo una actuación de cuatro imparables el 18 de septiembre. “Veo en eso la oportunidad de hacer algunas cosas”, le dijo Neidingler a The Times. “Me gusta la presión. Pienso que eso saca lo mejor de mi. Me gusta estar en esas situaciones”. Neidingler tuvo marca de 5-3 con 3.28 de efectividad en 12 aperturas con los Dodgers ese año. Pero no regresaría. Regresó a Albuquerque para 1991 y 1992, su efectividad llegó hasta 4. Neidingler pasó al sistema de los Mellizos, al jugar para el Portland AA, su efectividad llegó hasta 5. Entonces, en 1994, Neidingler lo intentó en el sistema de los Cardenales con resultados similares. En siete aperturas con el Louisville, dejó una efectividad de 6.21, en lo que fue su año final en el beisbol profesional. Por estos días, Neidingler trabaja como entrenador asistente de beisbol en Middlebury College en Vermont. También tiene su propia academia de beisbol. En 2009, el viejo entrenador de Neidingler en Napa High, Clint Smith, falleció. Neidingler le dio crédito a Smith por ayudarlo a convertirse en profesional. “Pienso que me ayudó a no mostrar emociones en el montículo cuando las cosas estaban bien o mal”, le dijo Neidingler a The Napa Valley Register. “Eso me ayudó mucho, para recuperarme desde las situaciones duras, porque viajar en tren, avión y autobuses, y tratar de competir para llegar a las Grandes Ligas no es fácil, especialmente cuando envejeces”. “El entrenador me ayudó a tratar de entender que significaba ser un profesional”, le dijo Neidingler a The Register. “Me llevó un tiempo entender eso”. Traducción: Alfonso L. Tusa C. Nota del Traductor: Números de Jim Neidingler con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1986-87: 6 J, 6 I, 1 C, 1 G, 4 P, 37.2 IP, 48 HP, 18 CL, 28 K, 7 BB, 4.30 ERA.

miércoles, 20 de julio de 2016

Mark Trumbo es una negociación jonronera para los Orioles.

Tyler Kepner. The New York Times. 16-07-2016. Los Orioles de Baltimore llevan su espectáculo de toletería a Yankee Stadium para una serie de cuatro juegos que empieza este lunes 18 de julio, y el mejor pelotero del beisbol aconseja a los aficionados llegar temprano para observar al máximo a Mark Trumbo. “Es divertido observarlo”, dijo Mike Trout, el jardinero central estrella de los Angelinos de Los Angeles. “Él es uno de esos tipos, que cuando está tomado práctica de bateo, tienes que dejar lo que estás haciendo para observarlo”. Trumbo, antiguo compañero de equipo de Trout en Anaheim, lideraba las mayores en jonrones para el receso del Juego de Estrellas con 28, parte del liderato de los Orioles en las Grandes Ligas con 137. Trumbo ha sido por mucho tiempo un titán de la práctica de bateo, uno quien ha competido dos veces en el derby de jonrones del Juego de Estrellas. Despachó 95 cuadrangulares para los Angelinos en sus primeras tres temporadas completas, pero también se ponchó mucho y solo tuvo un porcentaje de embasado de .299. Luego de mudarse hacia Arizona y Seattle mediante cambios, Trumbo llegó a los Orioles en diciembre en una negociación por Steve Clevenger, un cátcher de reserva. Los marineros necesitaban aliviar su nómina salarial y se desprendieron de los 9.15 millones de dólares de Trumbo. Para Baltimore, sin embargo, él fue un robo. “Esta ha sido probablemente la mayor diversión que he tenido en las ligas mayores, este equipo en particular”, dijo Trumbo, quien puede ser agente libre al final de esta temporada. “Mucho de eso ha sido probablemente atribuido al hecho de que hemos jugado beisbol ganador. Pero para mi, que he estado rebotando varias veces, se trata de encontrar un hogar en cierto momento y quedarme aquí para contribuir. Espero que ese sea el caso aquí. Hasta ahora vamos bien”. Los Orioles fueron novenos en carreras anotadas en las mayores la temporada pasada, cuando jugaron para .500, Ahora ocupan el primer lugar del este de la Liga Americana, y para el receso del Juego de Estrellas andaban de quintos en carreras anotadas. Manny Machado, el tercera base estrella de los Orioles, le dio a Trumbo mucho del crédito, y no solo por su poder. “Él hace a todos mejores”, dijo Machado. “Hablamos más a menudo de bateo en el dugout. El mantiene a las personas en el juego. Si él se descuida con un pitcheo o alguien está haciendo algo indebido, todos nos ayudamos. Él lo ha hecho todo el año. Pienso que esa es la razón por la que tenemos una de las mejores alineaciones de la liga. El catcher Matt Wieters dijo que siempre había encontrado difícil hacer un plan de juego contra Trumbo, quien tiene un swing más compacto que la mayoría de los bateadores de poder. “Él es capaz de apalancarse en eso”, dijo Wieters. “Él conecta los lanzamientos que no deberían ser bateados, y pienso que eso se debe a lo corto que es su swing para un tipo grande. Muchos pitchers tratan de explorar lugares que normalmente, para un tipo grandes con brazos largos, te permiten dominar, y no puedes hacerlo con él”. “También, para un tipo grande y fuerte, él tiene uno de los enfoques de bateo más avanzados que he visto, por lo mucho que piensa en el juego y lo mucho que piensa en lo que el pitcher va a hacer con él”. Trumbo dijo que jugar para un equipo construido en base a poder le había ayudado a reforzar el juego mental de dirigir la pelota. Pero por todos sus números, él también tenía un mejor porcentaje de embasado más porcentaje de slugging en su carrera de ,923 y un total de bases de 202 que lideran las mayores en el receso, Trumbo dijo que la oportunidad importaba más. “La cosa por la cual estoy más agradecido este año es, he jugado en cada juego, y como jugador eso es todo lo que puedes pedir”, dijo él. “Necesitas esos turnos al bate para ser capaz de poner números”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 19 de julio de 2016

José Altuve juega como bateador designado en el juego final de la serie.

Ángel Verdejo Jr. Houston Chronicle. Domingo 17 de Julio de 2016. Seattle.- La seguidilla de José Altuve está a salvo, participó en su juego 182 seguido en Grandes Ligas este domingo. El segunda base del todos estrellas sin embargo, fue bateador designado, haciéndolo por tercera vez en los últimos seis juegos de los Astros y por sexta ocasión en lo que va de temporada. Bateó de 5-4, despachando su décimoquinto jonrón y empujando tres carreras. Fue el quinto juego de cuatro imparables de Altuve este año y el decimoséptimo de su carrera. Pero eso no significa que solo le gusta batear. “Para ser honesto contigo, no pñienso que eso va a ocurrir muy a menudo”, dijo Altuve después. “Soy un segunda base; no soy bateador designado”. “Todavía tengo que salir allí y jugar segunda base y eso es lo que voy a hacer”. El movimiento permite al manager de los Astros AJ Hinch darle a sus jugadores regulares medio día de descanso mientras mantiene sus bates en la alineación. Carlos Correa es el único regular que no ha sido bateador designado esta temporada. Ha perdido cuatro juegos, un día libre en abril y tres en junio por una lesión en el tobillo. George Springer ha empezado cada juego de esta temporada, cinco como bateador designado. “Él estará de vuelta en segunda base”, dijo Hinch de Altuve. Antes del juego, Hinch dijo que aún medio día libre es importante, para evitar una racha de agotamiento físico antes de que eso se convierta en un problema en el campo. Es muy raro que los managers simplemente pongan a jugar a sus jugadores regulares todos los días. “Pienso que se puede pero tal vez no es la mejor forma de conseguir una actuación óptima al arriesgar la posibilidad de una lesión en el trayecto”, dijo Hinch antes del juego del domingo 17 de julio. “No es fácil dejar en la banca a estos tipos, y cuando veo la proyección del roster y los días libre, tengo que manejarla”. “Pero la clave para mi es adelantarme a los problemas, sea una dificultad en la pierna, dolor en la espalda o caída de rendimiento, y hasta con nuestros peloteros primordiales, poder sacarlos ocasionalmente de la alineación y tener confianza en que los muchachos de la banca mantendrán el nivel de juego”. Danny Worth jugó segunda base el domingo y sencilleó en el séptimo episodio. Hay que ajustarse a esos días y usar el puesto del bateador designado con la llegada del recién firmado infielder cubano Yulieski Gurriel o el prospecto Alex Bregman, o alguien más si es el caso. “De verdad no tengo que preocuparme porque ellos vayan a mi oficina”, dijo Hinch. “Lo planificaré, tengo una buena idea de lo que voy a hacer. Necesito proteger y mantener a mis 25 peloteros activos y ayudándonos a ganar”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

Un Eduardo Rodríguez sano podría tocar notas altas a favor de los Medias Rojas.

Nick Cafardo. The Boston Globe. 16-07-2016. Nueva York.- Necesitaba hacer clic. Necesitaba ser el Eduardo Rodríguez de 2015. Él necesitaba recuperar la fe y la confianza y la excitación en el. Y lo hizo por una apertura. El primer intento de Rodríguez por solidificar el puesto No. 5 de la rotación de los Medias Rojas desde su llamado a Pawtucket resultó en el trabajo de un as. Mantuvo a los Yanquis en una carrera (y cuatro imparables) por siete episodios y la ofensiva de los patirrojos hizo el resto en una victoria 5-2 la tarde sabatina en Yankee Stadium. La salida de Rodríguez fue significativa porque si no hubiese tenido una Buena actuación, podrían haberlo enviado a Pawtucket para una estadía larga. Pero Rodríguez, quien solo poncho uno y concedió dos boletos, finalmente lo consiguió. Lanzó para contaco, y el contacto de los Yanquis no estaba muy bien. Los ajustes que haya hecho para prevenir que revelara sus pitcheos o cualquier mecánica que haya alterado, eso lo transpiró en Pawtucket y lo completó la tarde de este sábado 16 de julio ante un estadio repleto con 48.329 aficionados. Esto fue importante porque el manager de los Medias Rojas, John Farrell y su cuerpo técnico habían convertido en alta prioridad estabilizar el cuarto y quinto puesto de la rotación. Los Medias Rojas verán la nueva adquisición del receso del Juego de Estrellas, Drew Pomeranz en el cuarto puesto de la rotación el miércoles 20 de julio contra los Gigantes de San Francisco en Fenway Park. Los Medias Rojas quieren afrontar la retadora segunda mitad de la temporada sabiendo que tienen cinco pitchers abridores sólidos quienes puedan salir adelante en los 17 juegos pendientes de la costa oeste y los 21 juegos contra oponentes del este de la Liga Americana en septiembre. Un éxito contínuo de Rodríguez podría también dejar fuera a Clay Buchholz como posible abridor por el resto del recorrido. Eso lleva a ciertas decisiones duras de Farrell y Dave Dombrowski, quienes esta semana siguiente deben agregar a Pomeranz, Junichi Tazawa, y Joe Kelly al cuerpo de lanzadores. Opcionar a William Cuevas fue un movimiento rápido, pero los otros ajustes requieren algo de innovación. ¿Podría Buchholz convertirse en candidato para un cambio? ¿O en un pelotero que los Medias Rojas designaran en asignación? ¿O la profundidad del pitcheo es tan poca que no tienen más alternativa que conservarlo como pieza de bullpen y mantenerlo como un seguro? Es difícil desprenderse de un pitcher abridor veterano. Así que el destino de Buchholz destá de alguna manera ligado al éxito de Rodríguez. Los Medias Rojas pensaron en el invierno que Rodríguez podía ser su segundo abridor, pero Rodríguez sufrió una lesión en la rodilla en el entrenamiento primaveral y eso le ha costado todo este tiempo para volver a pitchear de manera apropiada. Si él se ha recuperado, entonces esperamos los otros beneficios de tener un as como David Price. Price siempre ha tutoreado a pitchers jóvenes y ha empezado el proceso con Rodríguez. Ahora Price tiene la oportunidad de hacer la diferencia y convertir a Rodríguez en un lanzador efectivo y seguro de si. Rodríguez estuvo confiado desde el comienzo este sábado. Permitió un sencillo al abridor de la alineación Brett Gardner, pero eso no lo afectó. Se recuperó para dominar a los Yanquis hasta que Gardner le bateó un jonrón en el tercer inning, pero ese fue todo el daño que recibió. Rodríguez estaba lanzando consistentemente a 94 millas por hora y mezcló con su slider y curva. Fue el pitcher completo, el zurdo élite que había sido en la temporada pasada. Tan importante como es Pomeranz, dado el alto precio que los Medias Rojas pagaron por él (el valioso prospecto de pitcheo Anderson Espinoza), tener a un Rodríguez efectivo podría ser aun más importante. “Desde el principio tuvo un buen ritmo”, dijo Farrell. “Ellos fueron extremadamente agresivos. Hubo muchos outs rápidos. Él fue capaz de establecerse en un buen nivel de comodidad. Cuando usó su slider, tuvo una mejor profundidad de la que había tenido en el pasado”. “Hizo un trabajo sobresaliente en los innings intermedios. Consiguió un importante dobleplay con Mark Teixeira en el cuarto episodio, y entonces la clave del juego fue trabajar a Gardner con la primera base abierta en el quinto inning y seguir con Jacoby Ellsbury para lograr el out final”. “Él nos dío un inning dominante después que anotamos. Sus siete innings es un gran aporte para los brazos de nuestra rotación. Fue bueno de verlo así luego de las dificultades que ha tenido, lanzando como lo hizo hoy”. Rodriguez estuvo de acuerdo en que se sintió de nuevo como en 2015. “Si, Todo está saliendo bien ahora”, dijo él, agregó que no pensaba en anunciar sus lanzamientos al hacer algunos ajustes con su guante. “No pensaba en si estaba revelando los lanzamientos. Mi slider está mucho mejor. La puedo colocar en strike. La usé mucho. No estoy pensando en la mecánica, solo estoy lanzando. Lanzar strikes y mejorar cada día”. Él agregó, “después de estar en AAA, tener un juego como este, fue grandioso”. ¿Me estoy emocionando mucho por solo una buena salida? Por un juego, algo hizo clic otra vez. Algo se sintió bien. Algo se sintió como si fuera 2015, cuando el beisbol pensó que Eduardo Rodríguez era el próximo David Price. Y eso es precisamente los que los Medias Rojas estaban buscando. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

lunes, 18 de julio de 2016

sábado, 16 de julio de 2016

Ty Gainey, Una Primavera. 463

Viernes, 22 de junio de 2012. Ty Gainey tuvo una primavera caliente con los Astros en 1985, tan caliente, que la plana mayor de los Astros empezó a notarlo. Gainey bateó .370 en la primavera, con 10 extrabases, escribió The Houston Chronicle. Él hizo todo eso sin haber jugado previamente por encima de AA. “Le dije que no pienso que yo haya visto mejorar a un pelotero tanto de una primavera a la siguiente”, le dijo a The Chronicle el manager de Houston, Bob Lillis. “Cuando empezó el entrenamiento primaveral, había muchas personas quienes no estaban de su lado. Ahora todos lo están”. Para Gainey, sin embargo, el interés se desvaneció pronto. Una pobre primavera la próxima temporada y unos jardines de Houston donde no pudo encontrar un lugar lo dejaron jugando largamente en AAA. Él llegó a Houston en 1985 y cada una de las próximas dos temporadas, pero su carrera de Grandes Ligas terminó consistiendo de solo 57 juegos de Grandes Ligas. La carrera activa de gainey, sin embargo, continuó, a través de los sistemas de los Indios y los Piratas y en México, Taiwan y Japón. Su último momento de juego grabado no llegó hasta 2000, más de dos décadas después que fue escogido por primera vez en el draft. Gainey fue drafteado por primera vez por los Astros en 1979, en la segunda ronda, en Cheraw High School en South Carolina. Gainey empezó en la Gulf Coast League de novatos. Jugó con el Daytona Beach A en 1981, entonces jugó a tiempo completo con el Columbus AA en 1983. Después de su primavera de 1985, Gainey estuvo por primera vez con el Tucson AAA. También fue llamado rápidamente a Houston, al debutar el 24 de abril. Por todo jugó en solo 13 encuentros ese año, bateó .162. En Tucson, sin embargo bateó .362 en 68 juegos. Pasando a 1986, sin embargo, Gainey no pudo replicar su primavera de 1985, al llegar con sobrepeso, de acuerdo a The Chronicle. Rápidamente fue devuelto a las menores. En Tucson ese año, Gainey bateó .351, y ganó el título de bateo. Gainey también tuvo la mejor de sus tres temporadas en las mayores, al regresar por 26 juegos a Houston, bateó .300. En la primavera de 1987, Gainey reconoció a The Orlando Sentinel sus errores de la primavera previa y esperaba haberlos dejado atrás. “Este año, mi meta desde el primer día ha sido hacer este equipo”, le dijo Gainey a The Sentinel. “Si no lo hago, conozco la razón. No es que no lo pueda hacer. Es el juego de los números. Y mi número no ha llegado”. Gainey jugó solo 18 encuentros con los Astros en 1987. Esos fueron sus últimos juegos en Grandes Ligas. Gainey solo participó en 5 juegos con el Tucson AAA en 1988. Se mudó al sistema de los Indios en 1989, empezó 1990 de nuevo allí. Se mudó a mediados de año al sistema de los Piratas, luego a Ciudad de México. Gainey hizo otro intento de jugar en las mayores en la primavera de 1991, con los Piratas. “Soy un hombre de 30 años de edad con la actitud de un niño hacia el juego”, le dijo Gainey a The Pittsburgh Post-Gazette en marzo de 1991. “Mientras te puedas poner el uniforme, mientras tus músculos te puedan llevar a primera base, mientras puedas empuñar un bate, tiene una oportunidad”. Gainey siguió jugando por casi otra década, pero no en las mayores. Se mudó a Japón en 1993 y 1994, y jugó con Orix. Jugó en Taiwan en 1998 y su último juego grabado en 2000 con Yucatán en la Liga Mexicana. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

jueves, 14 de julio de 2016

Un Juego Inolvidable de Mark Fidrych

Tigres de Detroit 1 - Atléticos de Oakland 0. Viernes 16 de julio de 1976. Tiger Stadium. (Nocturno). 17 de julio de 1976. (Anónimo) Mark Fidrych lanzó anoche contra los Atléticos luego de sólo dos días de descanso. Soló pitcheó dos innings en el juego de estrellas del martes, pero yo estaba sorprendido de verlo lanzar tan pronto. Pensé que le darían un descanso adicional. ¿Lo están presionando mucho? Lanzó contra Mike Torrez quién llegó al juego con marca de 8-9 y 3.52 de efectividad. Los Atléticos tienen un par de líderes de liga en su equipo, Sal Bando con 19 jonrones y Bill North con 42 bases robadas. Fidrych avanzó por los primeros 6 innings permitiendo solo un imparable de North (cf) para iniciar el juego (fue retirado intentando robar de Bruce Kimm (c) a Tom Veryzer (ss)) y un boleto a Billy Williams (bd) en ese mismo primer inning, enfrentó el mínimo de bateadores y retiró a 16 en fila. Torrez estuvo igual de dominante al solo permitir un sencillo de Johnson (lf) en el quinto inning y un doble de Aurelio Rodríguez (3b) en el tercero. En el séptimo episodio, Fidrych permitió imparable a North iniciando el inning y nuevamente fue retirado de Kimm a Veryzer. Williams volvió a negociar boleto. Lintz corrió por Williams. Don Baylor (1b) salió con elevado al campocorto en territorio de foul. Joe Rudi (lf) bateó imparable. Sal Bando (3b) se ponchó. En el octavo, Gene Tenace (c) salió con el elevado a Kimm en territorio de foul. Claudell Washington (rf) se ponchó. Phil Garner (2b) soltó imparable. Tommy Sandt (ss) negoció boleto. North salió con línea a Fidrych. El juego seguía sin carreras luego de nueve episodios. Torrez, quién permitió solo 5 imparables sin boletos en 8 entradas, fue relevado por Rollie Fingers en el noveno. El bigotón lanzaría el resto del juego. El juego se mantuvo sin carreras hasta el cierre del undécimo inning. Ron LeFlore abrió la entrada con sencillo. Veryzer se sacrificó al tocar delante del plato y fue retirado de Fingers a Garner, mientras LeFlore llegaba a la intermedia. Rusty Staub (rf) recibió boleto intencional. Willie Horton (bd), en su segundo juego luego de regresar de una lesión en la rodilla, descargó imparable para remolcar el triunfo en los zapatos de LeFlore. Fidrych corrió hacia el campo para darle un gran abrazo a Horton. Fidrych tiene ahora marca de 10-2 con 11 juegos completos (incluyendo 3 que se extendieron a 11 innings) y efectividad de 1.60. Asistieron 46.000 aficionados a Tiger Stadium. Eso totaliza 196.000 aficionados en los últimos cuatro juegos en casa en los cuales ha lanzado Fidrych. Como era usual la multitud no se fue a casa hasta que Fidrych no se manifestó. Ambos managers comentaron sobre la atmósfera festiva que había en el estadio. Chuck Tanner declaró que “Fue mejor que un juego de Serie Mundial”. Ralph Houk dijo: “Nunca he visto nada como esto”. Fidrych terminaría la temporada con marca de 19-9 y lideró la Liga Americana con 24 juegos completos, también fue líder de efectividad con 2.34. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

sábado, 9 de julio de 2016

Eric Bullock, Pasó el Tiempo.

Sábado, 13 de agosto de 2011. Al avanzar en la escuela secundaria, Eric Bullock se concentraba más en su futbol americano que en su beisbol, escribió The Los Angeles Times. Pero una serie de lesiones relacionadas al futbol americano cambiaron esa dinámica y Bullock terminó convirtiéndose en profesional como jardinero, en vez de quarterback. “Pienso que las cosas han salido muy bien para mi”, le dijo Bullock a The Times en 1991 mientras jugaba con los Expos. “Al principio no disfrutaba mucho jugando beisbol. Jugaba porque no me gustaba correr pruebas de pista y quería tener algo que hacer para pasar el tiempo”. Bullock se hizo profesional en 1981, fue seleccionado por los Astros en el draft secundario de junio en Cal State Fullerton and Harbor College. Bullock pasó ese primer año en una liga de novatos, bateó para .293 en la Gulf Coast League, robó 24 bases. En 1982 estuvo largo rato con el Daytona Beach A, y consiguió su primera presencia con el Columbia AA, estafó 50 bases entre ambos. Estuvo por primera vez en AAA con el Tucson en 1984, luego regresó allí en 1985. Bateó .319 en Tucson en 1985, robó 48 bases y se ganó su primer viaje a Houstom a finales de agosto. Con Houston, Bullock participó en 18 juegos, logró siete imparables en 25 turnos al bate. Su primer imparable llegó en su segundo turno al bate, un doble de dos carreras el 2 de septiembre. “Solo quería hacer contacto”, le dijo Bullock a The Chicago Tribune después del juego. Él me dejó colgada una slider y yo conecté bien la pelota. Con hombre en tercera y un out, solo quería poner la pelota en juego. Hice mi trabajo. Estoy contento de haber tenido la oportunidad de ayudar al equipo”. Bullock regresó a Houston en 1986, pero solo por seis juegos. Logró un imparable en 21 turnos al bate. Luego de pasar todo 1987 en las menores, pasó a la organización de los Mellizos en un cambio. En 1988; Bullock empezó la primavera luciendo caliente con los flamantes campeones mundiales, escribió The Orlando Sentinel. Pero Bullock no tuvo mucha oportunidad d hacer el equipo, “No puedo ver ningun hueco”, le dijo Bullock a The Sentinel. “Cuando ganas una Serie Mundial, no quieres romper la química. No quieres hacer muchos cambios”. Bullock regresó a las mayores con los Mellizos en 1988, pero solo estuvo en 16 juegos en Minnesota. Entonces participó en seis juegos con Filadelfia en 1989 y cuatro juegos con Montreal en 1990. Fue en 1991 que Bullock tuvo quizás su mejor temporada. Con Montreal, participó en 73 juegos. No estuvo en las menores. Bateó .222 con seis bases robadas y un jonrón. Bullock estuvo en seis juegos más con los Expos en 1992, entonces jugó en 1993 con los Mets en Norfolk AAA. Regresó para una temporada más en 1993 con Las Vegas AAA de los Padres, y terminó su carrera. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

viernes, 8 de julio de 2016

Rico Brogna: Un tranquilo productor de carreras.

David Driver. Baseball Digest. Junio 1999. Con poca fanfarria, el primera base de los Filis empujó 104 carreras y bateó 20 jonrones en 1998. Richie Allen no lo hizo. Ni Deron Johnson, Pete Rose o John Kruk. Fue Von Hayes quién estuvo más cerca con 98 carreras empujadas en 1986. Desde Bill White hace más de tres décadas ningún inicialista de los Filis había coleccionado más de 100 carreras empujadas en una temporada. Esa racha terminó en 1998, cuando Rico Brogna en su segunda temporada con los Filis, sobrepasó esa marca por primera vez. White, antiguo presidente de la Liga Nacional, remolcó 103 carreras para los Filis en 1966. Brogna alcanzó ese nivel con estilo. Bateó dos jonrones ante los Mets de Nueva York el pasado 8 de septiembre para llegar a 101 carreras empujadas, lo cual representaba un tope en la carrera del residente de Connecticut de hablar pausado. Brogna, quien bateó .252 con 20 jonrones y 81 carreras empujadas en 1997, terminó la temporada de 1998 con promedio de .265, 20 jonrones y topes de carrera con 36 dobles y 104 carreras empujadas. “Mi enfoque principal al enfrentar la temporada pasada era mejorar el año anterior”, dijo Brogna, quien cumplió 29 años en abril. “Trato de no ponerme metas (con las estadísticas personales). Fui capaz de empujar más carreras el año pasado”. “He trabajado duro para tratar de ser mejor”, dijo Brogna poco despues de alcanzar la marca de las 100 carreras empujadas. “Nunca estuve pendiente de marcas. Solo quería mejorar. Lo mejor ocurre si tu equipo reconoce lo que haces”. Brogna es casi inexistente en la escena nacional, debido en parte a la presencia en la Liga Nacional de primeras bases como Mark McGwire, Jeff Bagwell, John Olerud y Mark Grace. “Hay muchos buenos primeras bases en la Liga Nacional. Puedes ir de uno en uno”, dijo Brogna. “Entiendo que todos quieran hablar de McGwire”. Así que es apenas fue un punto aislado el hecho de que Brogna haya alcanzado la marca de las 100 carreras empujadas la misma noche cuando McGwire bateó su jonrón 62 para rebasar la marca de una temporada impuesta por Roger Maris en 1961. Un video con el jonrón de McGwire que rompió la marca fue mostrado en la pantalla grande del Veteran’s Stadium de Filadelfia durante el séptimo inning del juego de los Filis con los Mets de esa noche. “En el terreno oíamos a los fanáticos enloquecer”, dijo Brogna cuyo equipo bateó siete jonrones esa noche. “Fue un momento escalofriante. Era una marca impresionante”. Brogna dijo que como primera base tiene la oportunidad de compartir con casi cada jugador de la liga, aunque breves, son encuentros cordiales. Así supo de primera mano de la generosidad de McGwire. El primera base de los Filis le pidió una pelota autografiada a McGwire antes de un juego en Filadelfia a comienzos de la temporada de 1998. Durante ese juego cuando ambos se encontraron en primera base, Brogna le agradeció al toletero de San Luis, quien agregó que estaría feliz de suministrarle más pelotas si las necesitaba. “Él las ofreció. No las pedí”, dijo Brogna. “Es uno de los tipos más agradables que he conocido”. Mientras Brogna está feliz de estar fuera de la luz pública nacional, dijo que los números ofensivos logrados por McGwire , Andrés Galarraga y Bagwell sirvieron como motivación para él después de la temporada de 1997. Desde que reconoció que necesitaba ser más productivo en una posición ofensiva clave, levantó pesas de cinco a seis días semanales en la Taft School de Connecticut, donde su padre, Joe, enseña mitología latina y griega. “Me hice más fuerte. Al saber que iba a jugar todos los días, quería estar fuerte al final de la temporada”, dijo Brogna. Brogna no es un extraño en la escuela de su padre. Fue entrenador de quarterbacks en Taft en 1994 y ha entrenado el equipo de baloncesto de primer año de Watertown High, su alma mater. Su familia se mudó a Watertown (población:5920) cuando el tenía siete años de edad. Nativo de Massachusetts, Brogna se ha convertido en hijo adoptivo. “El apoyo que he recibido de ese pueblo es tremendo”, dijo Brogna, un quarterback All American en la escuela secundaria quien fue reclutado por Clemson por su futbol americano. “Es un pueblo pequeño de Estados Unidos”. Y ahí fue donde, con trabajo duro, tomó forma su éxito en la temporada de 1998. Brogna dijo que casi desde el primer día del entrenamiento primaveral él toma práctica de bateo extra cada día con la antígua estrella de bateo Hal McRae, instructor de bateo de los Filis. “Quería asegurarme de que había mejorado mi balance de peso”, dijo él. “Conseguí un buen ajuste de peso en mi swing”. Esa técnica vital de transferir el peso desde la pierna trasera a la delantera fue reforzada por Bobby Valentine, quien fue manager de Brogna en las ligas menores con el Norfolk (Va.) AAA de la International League en 1994 y después con los Mets. Nueva York cambió a Brogna a los Filis el 27 de noviembre de 1996 por los pitchers Toby Borlan y Ricardo Jordan, y Brogna ha destacado en sus primeras dos temporadas con los Filis. Pero el sabe que otros lo han ayudado a alcanzar sus nuevos logros. Una vez que empezó la temporada de 1998, el cuarto bate Brogna estaba teniendo muchas oportunidades de empujar carreras porque el abridor de la alineación, Doug Glanville, tuvo la mejor temporada de su carrera. El segundo bate Greg Jefferies bateó bien antes de irse a los Angelinos en agosto y el tercer bate Scott Rolen alcanzó la marca de las 100 carreras empujadas la misma semana que Brogna. Brogna y Rolen fueron los primeros Filis en empujar 100 carreras en una temporada desde que Mike Schmidt y Juan Samuel lo hicieran en 1987. “No es posible sin los tipos que batean delante de ti. Scott convierte muchos sencillos en dobles. Cada vez que me doy cuenta, ellos están embasados”, dijo él. Brogna fue una escogencia de primera ronda de los Tigres de Detroit en el turno 26 del draft de 1988. Él avanzó en el sistema de ligas menores y debutó en Grandes Ligas con los Tigres en 1992. Fue un debut que abrió ojos. Detroit era entonces un equipo de veteranos y era dirigido por el futuro inquilino del Salón de la Fama, Sparky Anderson. Aunque el equipo terminó con marca de 75-87 (sexto en el este de la Liga Americana), el roster tenía veteranos tales como Alan Trammell, Lou Whitaker, Frank Tanana, Bill Gullickson, Rob Deer, Cecil Fielder, Dan Gladden y Gary Pettis. “Yo empecé el primer juego cuando me subieron (desde Toledo). Fue muy excitante”, dijo él. “Estoy agradecido de haber subido junto a un grupo de veteranos”. “Me enseñaron a ser respetuoso. El juego es definitivamente diferente hoy. Mantuve mis ojos abiertos”, dijo él. Brogna subió a las mayores en agosto de 1992 y bateó solo .192 en 26 turnos al bate. Bateó un doble en su primer turno de Grandes Ligas ante Dave Stieb el 8 de agosto. Fue enviado a Toledo pocas semanas después, pero no fue llamado de nuevo cuando el roster se expandió el 1 de septiembre. Todavía considera eso un gran disgusto. La próxima primavera, el 31 de marzo, fue cambiado por los Tigres a los Mets de Nueva York por Alan Zinter, un jugador de ligas menores. Brogna empezó esa temporada con el Norfolk Clase A, pero fue llamado por los Mets el 20 de junio, y después tuvo una seguidilla de 15 juegos bateando imparables. En 1995, pasó la temporada completa con los Mets y bateó el primer jonrón de Coors Field en Denver ante su coterráneo de Nueva Inglaterra Bill Swift y encabezó a los primeras bases en promedio defensivo (.998), con solo tres errores en 1208 lances. También bateó .289 con 22 jonrones y 76 carreras carreras empujadas. La próxima temporada, 1996, estaba bateando .255 con siete jonrones y 30 carreras empujadas, fue a la lista de incapacitados el 20 de junio con un ligamento torcido en su hombro derecho. Perdió el resto de la temporada. Brogna regresó más fuerte en 1997 y fue aun más impresionante en el ’98. El futuro de Brogna con los Filis depende del progreso que tenga Pat Burrell, el bateador de poder de 22 años quien fue la primera escogencia en el draft de junio del año pasado. Burrell es un primera base quien estaba viendo algun tiempo de juego en los jardines. Si no se puede adaptar a un guante de jardinero, los Filis lo pondrán en primera base, y moverán a Brogna a otra parte. “Sé que la organización está emocionada con el futuro de Pat”, dijo Brogna. “Pero eso es frustrante hasta cierto punto. Si Pat me pidiera que le enseñara a jugar primera base, definitivamente lo ayudaría. Es un bateador impresionante con mucho talento”. Mientras Burrell hace sus ajustes para convertirse en jugador clave de los Filis, Brogna sigue siendo productivo con poco reconocimiento. “Me siento bien haciendo el trabajo”, dijo Brogna quien solo hizo cinco errores en 1998. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

Mark Funderburk, Fue Paciente- 1099

Domingo, 3 de noviembre de 2013. Mark Funderburk jugó tan lejos de las mayores como era posible en 1984, en Italia. Pero cada noche, le dijo a The Orlando Sentinel el agosto siguiente, él rezaba para regresar. Su carrera de Grandes Ligas en ese punto consistía en solo ocho juegos con los Mellizos de Minnesota a finales de la temporada de 1981. Pero el habló con el Sentinel en agosto de 1985, cuando parecía que su sueño de regresar podía convertirse en realidad. “Soy una persona muy religiosa, y mi fe en Dios me ayudó a aprender a ser paciente”, le dijo Funderburk a The Sentinel. “Eso me ha dado paz interior. Había momentos cuando pensaba en renunciar, pero entonces me decía, ‘El Señor me dio un talento, y voy a seguir tratando hasta que logre mi meta’. Pienso que esta vez tengo una buena oportunidad”. Y tuvo una buena oportunidad. En semanas, Funderburk estaba de vuelta en las mayores, de vuelta en Minnesota. Entonces, por un mes, Funderburk fue regular en Grandes Ligas. La carrera de Funderburk empezó en 1976, tomado por los Mellizos en la ronda 16 del draft, en Louisburg College de North Carolina. Con los Mellizos, Funderburk comenzó con el Elizabehton de la liga de novatos, para llegar al Wisconsin Rapids de Clase A fuerte en 1977. Pasó al Orlando AA en 1980, entonces aterrizó en el Toledo AAA en 1981. Fue en septiembre de 1981 cuando Funderburk hizo su primer viaje a las mayores. Participó en ocho juegos, consumió 15 turnos al bate. En total, consiguió tres imparables. Desde ahí, Funderburk regresó a las menores, en 1982 regresó a AA. Luego de jugar brevemente con el Omaha AAA de la organización de los Reales de Kansas City en 1983, terminó esa temporada en México y el año siguiente jugó en Italia. Despues de eso, Funderburk regresó a Orlando. Allí era donde vivía su familia política. Sus pensamientos eran que se había terminado su carrera de beisbolista, y se enfocaría en su otro amor, la carpintería, escribió The Sentinel. Por eso fue que pensó que el gerente general de Orlando, Bob Willis, lo había llamado en el receso de esa temporada. “Cuando yo jugué aquí, Willis sabía de mi hobby”, le dijo Funderburk a The Sentinel. “Pensé que me iba a pedir que le hiciera un trabajo de carpintería para él o para el clubhouse”. En vez de eso, Willis estaba tratando de armar un equipo. Quería que Funderburk regresara a jugar. De vuelta en las menores, Funderburk, bateó, y bateó bien. Al final del año, bateaba .283. Tambien había descargado 34 jonrones. Nunca había bateado tantos en una temporada. Bateó lo suficientemente bien para llamar la atención del nuevo manager de los Mellizos en Minnesota, Ray Miller, de acuerdo a The Associated Press. “Miré las estadísticas y pregunté quien era ese tipo”, le dijo Miller a AP. “Dije, bien, si él sigue bateando, le daremos un vistazo. Todos me dijeron que él era un bateador que le hacía swing a todo quien ya había estado aquí antes. Yo dije, ‘No debe estar haciéndole swing a todo ahora. No se está ponchando”. Miller habló con The AP después que Funderburk empujara tres carreras en un juego de finales de septiembre en Kansas City. En total, Funderburk empujó 13 carreras ese septiembre. También coleccionó 22 imparables, incluyendo sus únicos dos jonrones en Grandes Ligas Funderburk siguió jugando en las menores por dos temporadas más, pero nunca regresó a Minnesota. A partir de allí, Funderburk tuvo una breve carrera como coach de ligas menores, entre 1988 y 1992 fue coach de bateo de vuelta en Orlando para los Mellizos en AA, aunque nunca fue coach en Grandes Ligas. Su trabajo era tratar de hacer que los jóvenes prospectos de los Mellizos llegasen a las Grandes Ligas. “Nunca hubo dudas de que Ray podía batear. Un día su bateo lo podía llevar a las Grandes Ligas”, le dijo Funderburk a The Sentinel del joven bateador Ray Ortiz en 1992. “Pero las Grandes Ligas están llenas de bateadores dsignados…Ray tiene que mejorar su juego en los jardines si quiere legar allá y quedarse”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 5 de julio de 2016

Cardiopatías de Último Inning

Desde el 24 de junio de 2016 inscribi uno de mis textos en el Concurso Literario de Freeditorial, quien lo desee puede revisar el texto en esta dirección https://freeditorial.com/…/bo…/cardiopatias-de-ultimo-inning, Concurso Literario Freeditorial 2016.

lunes, 4 de julio de 2016

Retrospectiva: Bob Lennon despacha una marca de 64 jonrones.

Bill Traughber, historiador de beisbol de Nashville. Nashville Sounds. 19-07-2015. Esta entrevista entre el antiguo jardinero central de los Vols’ de Nashville Bob Lennon y Bill Traughber es de abril de 1999. Lennon falleció el 14 de junio de 2005, a la edad de 76 años en su hogar de Dix Hills, NY. Durante la temporada de 1954 de la Southern Asociation, los aficionados al beisbol de Nashville vieron a uno de sus jonroneros perseguir y romper la marca de una temporada. El jardinero dentral de los Vols’, Bob Lennon, bateó 40 de sus 64 jonrones en Sulphur Dell. Lennon, nativo de Brooklyn, firmó un contrato de liga menor con los Dodgers de Brooklyn en 1945 a la joven edad de 16 años. Luego de unos años en el sistema de ligas menores de los Dodgers, los Gigantes de Nueva York, el equipo matriz de los Vols de Nashville en ese momento, lo adquirió. En 1952, Lennon debutó con los Vols luego que el Minneapolis AAA lo enviara abajo a cambio de Dusty Rhodes. Una temporada completa en 1953 estableció a Lennon como el jardinero central regular. 23 de Agosto de 1954, esa fue la fecha cuando el nuevo Southern Slugger hizo su aparición en el libro de records. Lennon borró la marca anterior de 52 jonrones, la cual pertenecía a otro Vol, Charlie Workman, desde 1948. El pitcher de Arkansas Milt Jordan recibió el histórico quincuagésimo tercer estacazo en Travelers Field de Little Rock. Lennon también terminó como líder de la Southern Association en carreras empujadas (161), bases totales (444), imparables (210), carreras (139), mientras bateaba para .345. “Hugh Poland fue el manager y Larry Gilbert (antíguo manager de los Vols) era copropietario”, dijo Lennon desde su hogar de Dix Hills, NY. “Ellos me cambiaron el estilo de bateo al comienzo de la temporada y eso de verdad me ayudó ese año. Me hicieron agachar donde yo solía batear erguido y tenía dificultad para batear la recta alta”. “Al agacharme, la zona de strike bajó hasta donde yo podía batear mejor. Me hicieron practicar agachándome cerca de una semana y me dijeron que lo intentara en un juego. Lo hice y bateé un jonrón en el primer juego. Ahí empezó todo”. Sulphur Dell era publicitado como el estadio más viejo del beisbol organizado. Un promontorio en el jardín derecho conocido como el “basurero” retaba a los jardineros. Los bateadores sentían la tentación de apuntar hacia la pared del jardín derecho porque solo estaba a 262 pies del plato. “Si jugabas en el jardín derecho siempre decían que tenía que correr con zancadas largas y cortas”, dijo Lennon riendo. “Yo jugaba en el jardín central y a veces tenía que jugar entre el centro y la derecha para tratar de hacer las atrapadas. Sé que algunos tipos quienes jugaban en el jardín derecho se tropezaban con el promontorio cuando iban a hacer una jugada. Era un estadio divertido, con la pared alta y todo eso”. El jonrón más memorable de Lennon fue el número 53 para romper la marca. “Igualé la marca en Atlanta y todos tomaban fotografías cada vez que que yo hacía swing en el plato”, dijo Lennon. “Los fotógrafos estaban en el terreno. Rompí la marca en Little Rock, Arkansas al batear un jonrón ahí. Por supuesto, detuvieron el juego”. “Pat Mullin fue un pelotero de Grandes Ligas por muchos años con Detroit. Él vino, me estrechó la mano y me dijo que me había comportado muy bien al no alardear ni saltar. Hace años no se hacía mucho eso en comparación a como lo hacen hoy. Si te excedías en eso, el pitcher te tiraba al suelo”. Lennon terminó la temporada con 64 jonrones, lo cual siempre será una marca para la Southern Association. La Association desapareció después de la temporada de 1961. Los Vols no pasaron a los playoffs esa temporada (1954) y los Gigantes llamaron a Lennon a las mayores. No pudo conectar imparables en tres apariciones como emergente. Los Gigantes ganaron el banderín esa temporada y barrieron a los Indios de Cleveland en la Serie Mundial donde Lennon no fue legible para el roster de postemporada. “Fue una gran emoción estar en el equipo que ganó el banderín y la Serie Mundial”, dijo Lennon. “En 1956, estuve subiendo y bajando como un ascensor. Yo jugaba en el jardín derecho y Willie Mays jugaba. Wes Westrum, era el cátcher, Alvin Dark el campocorto. Fue una gran experiencia jugar con todos esos tipos incluyendo a Monte Irvin. Jugué con algunos que están en el Salón de la Fama, es agradable decir que jugué con ellos”. Lennon empezó la temporada de 1955 en la American Association AAA con el Minneapolis. Estaba liderando la liga con 19 jonrones luego de 45 juegos. Esto era en una liga, donde estaban Roger Maris y Rocky Colavito. Lennon terminó esa temporada con 31 jonrones, pero perdió seis semanas de la temporada debido a una lesión en el hombro. En los playoffs y la pequeña Serie Mundial él bateó 10 jonrones más. Luego Lennon fue cambiado a la organización de los Cachorros y eventualmente fue tomado en waivers por Detroit. “Cuando fui a Nueva York para jugar ante los Yanquis, me puse el uniforme y salí al terreno”, dijo Lennon. “Jim Bunning (inquilino del Salón de la Fama) estaba en el equipo entonces y se acercó para decirme, ‘Muchacho, estoy feliz de que estés en mi equipo’. Dijo eso porque el fue uno de los tipos a quien yo le bateaba bien en las menores. Debido a mi lesión en el brazo fui devuelto a los Cachorros”. Lennon jugó cuatro temporadas más en la organización de los Dodgers y terminó su carrera en 1961. Como ligaminorista Lennon bateó .281 en 1784 juegos, 1699 imparables, 1067 carreras empujadas y 278 jonrones. En las Grandes Ligas con los Gigantes de Nueva York (1954, 1956) y los Cachorros de Chicago (1957) Lennon tuvo 38 turnos oficiales al bate con promedio de .165 (75-13), cuatro carreras empujadas y un jonrón. Irónicamente su único jonrón en Grandes Ligas fue conectado en su natal Brooklyn. “Nací en Brooklyn”, dijo Lennon. “Mis hermanos y yo íbamos a ver a los Dodgers. Fantaseábamos sobre batear jonrones en Ebbets Field. Era escalofriante estar en un estadio de Grandes Ligas”. “Fuimos a jugar ante lols Dodgers y Bob Scheffing era el manager. Me puso a jugar en el jardín central esa noche. Sal Maglie lanzaba esa noche así que imaginé que me iba a molestar con sliders. El primer envío lo devolví por toda la raya del jardín derecho contra la pared, salió de foul por centímetros. Entonces el lanzamiento siguiente bateé un jonrón de tres carreras. Fue algo muy grande”. Traducción: Alfonso L. Tusa C. Nota del traductor: Números de Bob Lennon con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1954-55 de LVBP: 51 J, 188 VB, 31 CA, 51 H, 8 2H, 2 3H, 9 HR, 37 CI, 27 BB, 33 K, 5 BR, .271 AVG.

viernes, 1 de julio de 2016

Las destrezas de PlayStation de José Altuve, convierten al hombre más pequeño de MLB en una amenaza para el premio Jugador Más Valioso (MVP)

Jeff Passan. Yahoosports.com. 28-06-2016. Temprano esta temporada, cuando el enfrentamiento entre José Altuve y Jake Marisnik estaba en sus etapas nacientes, se produjo un combate de lucha entre los dos. Era algo tan desproporcionado que en un momento Altuve tuvo que recurrir a George Springer para que lo auxiliara contra Marisnik. Para este momento Altuve se las arreglaba solo, y Marisnik lo dominaba cuando tropezaron con una silla. El ruido alertó a A.J. Hinch, el manager de Altuve, Marisnik y el resto de los Astros de Houston, y cuando él asomó su cabeza para ver que causó la conmoción, señaló hacia un solo lado. “Jake”, dijo Hinch, “no lastimes a Altuve”. “Bien, ¿que tal si él me lastima a mi? dijo Marisnik. “Yo te puedo reemplazar”, dijo Hinch. “No puedo reemplazar a Altuve”. Sin discusión, Hinch estaba diciendo la verdad. Muy pocos peloteros en el beisbol pueden ser llamados irreemplazables, y el jugador de posición más pequeño que el juego ha visto en tres décadas resulta ser uno de ellos. Tres veces integrante del equipo de estrellas, dos veces líder de bases robadas y una vez campeón de bateo, este año Altuve ha ayudado a revivir a los Astros de su catástrofe de abril al tratar de agregar otro premio a su colección: jugador más valioso de la Liga Americana. Está bateando .38 para encabezar la liga, negociando boletos el doble de lo que consiguió la temporada pasada y alcanzando un porcentaje de slugging de .560, más de 100 puntos por encima de su tope previo. Solo otros cuatro peloteros además de Altuve tienen más boletos que ponches: David Ortiz, Anthony Rizzo, Bryce Harper y Ben Zobrist. Se puede decir esto de Altuve: Se mantiene en buena compañía. “A veces las personas dicen que eso parece fácil”, dijo Altuve. “Nunca es fácil. No importa que tan bien conectes la pelota, que tan a menudo hagas contacto con la pelota. No es fácil. Tienes que hacer todo lo que puedas para batear, para embasarte”. La evolución de Altuve desde la impericia hasta la maestría se aceleró en 2014 y galvanizó esta temporada. Altuve es un perseguidor de metas habitual. Quería firmar con un equipo. Los Astros le dieron 15000 $ a los 16 años en Venezuela. Quería llegar a las Grandes Ligas. Debutó a los 21 años. Quería ganar un título de bateo. Altuve bateó .341 en 2014. Quería ganar in título de bases robadas. Estafó 56 bases ese año. Quería llegar a la postemporada. Los Astros perdieron una disputada serie divisional la temporada pasada ante el eventual campeón Kansas City. Ahora quiere disciplina en el plato. “Él realmente no necesitaba eso”, dijo el gerente general de los Astros Jeff Luhnow, “porque puede batear como Vladimir Guerrero y hacer contacto con cualquier pelota en cualquier lugar. Una cosa que él ha notado este año es que aún si batea .250 con esos pitcheos malos mientras otros tipos batean .120, si él deja pasar esos envíos, el pitcher se ve obligado a venir por su zona feliz, y entonces él es un bateador de .450 en esa area. Luhnow no está exagerando. La zona nitro de Altuve está sobre la mitad y en la esquina interna del plato. Alta, media, baja, no importa. En esas seis zonas, Altuve batea .426 esta temporada y un slugging cercano a .800. “El muchacho juega PlayStation ahí”, dio Springer. “Nosotros sudamos la gota gorda ahí, y él juega PlayStation. Es impresionante. El tipo puede hacer lo que quiera. Dijimos anoche que él no solo es bueno bateando, sino que es bueno bateando donde los jugadores al campo no están. Él ha descifrado eso”. Batear donde los jugadores al campo no están, ¿es como colocar la pelota? “Si, 100 por ciento”, dijo Springer. “Él es así de bueno”. Altuve no presumiría de tener tal tipo de control con el madero. Mientras Hinch dijo “sus destrezas para hacer contacto bate-pelota no están por detrás de nadie”, la idea de que Altuve es algun tipo de mago con coordinación mano-ojo, fuerza en las muñecas y pura intuición es lo que tomaría hacer eso… bien, eso es como decir que alguien quién mide menos de 1.65 metros batea más jonrones por la banda contraria esta temporada que Harper, Rizzo, Mike Trout, Kris Bryant, Nolan Arenado, Robinson Canó y Yoenis Céspedes. Y ¿quién creería eso? “Hosey puede batear la pelota hacia donde quiera, y eso es impresionante”, dijo Springer. “No sé como. Si yo pudiera, lo intentaría. Él solo tiene ese gen para batear”. No solo la genetica ha propulsado a Altuve a la carrera por el premio al jugador más valioso junto a Trout, Josh Donaldson y Manny Machado. Él permanece en forma superlativa. Entiende que a los 26 años necesita tiempo para mantenerse y recuperarse, así que ya no toma sesiones de práctica de bateo de cien pitcheos para pulir algo tan elaborado como su swing. “Para mi, él es el pelotero más completo del juego en este momento”, dijo Luhnow. “No pienso que haya alguna deficiencia en su juego”. Nada, eso parece, puede parar a Altuve. Excepto un casco de bateo. Algo de contexto, para aquellos quienes no han visto el glorioso tropiezo: Altuve estaba teniendo una noche a lo Altuve contra Kansa City, sencillo, doble y jonrón, cuando metió una pelota entre el jardín izquierdo y el central. Altuve quería la escalera, y al considerar sus facultades, estaba corriendo a una velocidad por encima de la 21 millas por hora, probablemente lo iba a conseguir. De pronto su casco de bateo se desprendió, y se enredó entre sus tobillos, lo cual causó una reacción en cadena de fallas espaciales que terminó con el abdomen de Altuve impactando sobre la almohadilla de segunda base, rebotando en el suelo y dejando su dignidad en el mismo lugar que su potencial escalera. En la banca, Springer bromeaba, penalidad para Altuve por punzarlo la noche anterior cuando no pudo conectar un envío en conteo de 3-0. Otros en el dugout también se burlaron. Altuve desplegó una sonrisa de chivo. “Disfruto mucho que los muchachos se rían de mi”, dijo él, y aunque pueda parecer como algo que una estrella diría de manera reflexiva, con Altuve es muy cierto. El día final de la estadía en Kansas City, él llegó para un juego vespertino siempre animado, se detuvo frente a su casillero, listo para ponerse sus ropas de trabajo. Esperándolo en su casillero estaba un presente que parecía sospechoso como un par de sandalias de baño cubiertas con vendajes y apretadas con cinta adhesiva. Altuve sabía que adentro había una sorpresa, una nube de polvo blanco. Se volteó y miró a Marisnick, quien jugaba cartas con sus compañeros de equipo. “Yo no fui”, dijo Marisnik, y Altuve volteó de nuevo hacia el casillero, dudoso, con ideas de revancha fluyendo en su mente. Por el momento, eso tendría que esperar. Tenía un juego donde participar, algunos imparables que batear, un triunfo que llevara a casa. Otra meta en una lista que se hace más corta mientras el hombre más pequeño del juego mejora y mejora. Traducción: Alfonso L. Tusa C.