domingo, 10 de julio de 2011

El manager del Salón de la Fama Dick Williams fallece a los 82 años. AP.

Al tomar un equipo y llevarlo desde el noveno lugar hasta el banderín en su primer año como manager de Grandes Ligas con Boston, Williams se ganó la fama de ser un artista de la transformación que luego comprobaría en Montreal y San Diego.
Al hacerse cargo de un poderoso equipo emergente en Oakland y liderar a los Atléticos a dos títulos de Serie Mundial seguidos para iniciar una dinastía en los años 70, Williams se convirtió en inquilino del Salón de la Fama.
Williams, uno de solo dos managers que llevaron a tres equipos diferentes a una Serie Mundial, falleció este jueves 07 de julio de 2011 al reventársele un aneurisma aórtico en un hospital cercano a su casa de Henderson, Nev. El Salón de la Fama declaró que el manager tenía 82 años.
Con su estilo audaz, sus bigotes y sus enfrentamientos públicos con el dueño Charlie Finley, Williams fue el manager ideal para aquellos equipos de Oakland que ganaron todo en 1972 y 1973 y volvieron a lograrlo el año siguiente, después que él renunció.
“Llegó a nosotros en un momento crucial de nuestro desarrollo y para mí como un joven pelotero lleno de talento”, dijo el inquilino del Salón de la Fama Reggie Jackson. “Éramos jóvenes y necesitábamos saber que hacer para ganar y dar el paso final para convertirnos en un gran equipo. Él fue muy importante en eso. Él exigía excelencia”.
Él fue capaz de obtener eso de sus peloteros en muchos de los equipos donde dirigió, ganó banderines con los Medias Rojas y San Diego, así como los campeonatos en Oakland para unirse a otro inquilino del Salón de la Fama, Bill McKechnie como los únicos managers en llevar a tres franquicias distintas a la Serie Mundial.
Él tambien ayudó a construir el equipo de los Expos de Montreal que fue a los play offs en la temporada de 1981 recortada por la huelga de peloteros, confirmando su éxito como transformador de franquicias perdedoras.
“Le debo mucho a Dick”, dijo el inquilino del Salón de la Fama Tony Gwynn, quién jugara para Williams en San Diego. “La ciudad y los Padres le deben mucho a él. Pienso que muchos fanáticos creyeron en él como lo hicieron los peloteros, desde el ’82 cuando se encargó del equipo, entonces fuimos a la Serie Mundial en 1984, pienso que los aficionados se dieron cuenta que su estilo de juego, la manera como el quería que jugáramos, sólo podía ser exitosa si la aceptábamos, y lo hicimos”.
Su mayor éxito lo obtuvo durante aquellas tres tumultuosas campañas en Oakland en los años ’70. Williams llevó a los Atléticos al titulo de la División Oeste de la Liga Americana con 101 triunfos en 1971, antes de ser barridos por Baltimore en la serie por el campeonato de la Liga Americana.
Luego ganó la Serie Mundial los próximos dos años con inquilinos del Salón de la Fama como Jackson, Rollie Fingers y Catfish Hunter, mientras los Atléticos se convertían en el primer equipo en repetir la Serie Mundial desde los Yanquis de 1961 y 1962. Pero cansado del estilo entrometido del dueño del equipo, Williams renunció al finalizar la temporada de 1973 en vez de quedarse para lo que resultó el tercer campeonato seguido.
El round final entre el manager y el dueño ocurrió durante la Serie Mundial del ’73. Después que el segunda base Mike Andrews hizo dos errores en la derrota del segundo juego, Finley lo descalificó y lo obligó a firmar un documento donde reconocía que estaba lesionado para que los Atléticos pudieran inscribir otro jugador en el roster.
Williams y los peloteros de los Atléticos estaban enojados por la forma como fue tratado Andrews y el Comisionado Bowie Kuhn bloqueó el movimiento del roster.
“Cuando Dick salió, fue como un final adelantado”, dijo Jackson. “La situación de Andrews fue un movimiento extraño. Sabíamos que Dick todavía era un tremendo manager. Fue un desacuerdo con el dueño por el incidente de la Serie Mundial y Dick defendió a su jugador”.
Antes de ir a Oakland, Williams fue parte del equipo memorable de Boston del “Sueño Imposible” en 1967, que ganó el banderín por primera vez desde 1946 antes de perder la Serie Mundial ante San Luis en siete juegos.
Los Medias Rojas habían terminado novenos en una Liga Americana de 10 equipos el año anterior, aquello ayudó a formar la reputación de Williams como maestro de la transformación.
“Uno de los mejores managers para los que jugué, Dick estuvo muy enfocado en cumplir el Sueño Imposible”, dijo el inquilino del Salón de la Fama Carl Yastrzemski en una declaración difundida cuando los Medias Rojas enfrentaban a los Orioles este jueves 07 de julio de 2011.
Williams también se hizo cargo del equipo sotanero de Montreal y ayudó a llevarlo al play off. Williams fue despedido en septiembre de 1981, antes de que los Expos hicieran su única aparición en los play offs.
Después llevó a los Padres a su primer play off y a su primer banderín de la Liga Nacional en 1984. San Diego perdió con Detroit en cinco juegos en la Serie Mundial de ese año.
“Él sabía como ganar”, dijo el coach de pitcheo de los Rangers Andy Hawkins, quién lanzó para Williams con los Padres. “El sacaba el máximo de sus jugadores, exigía todo de su equipo y lo obtenía. Manejaba muy bien su cuerpo de lanzadores, terminé lanzando muy bien para él. Me gustaba como manager. Era un tipo duro, pero era un veterano, era magnífico jugar para él”.
Gwynn dijo que comprendió de la manera más cruda que si un jugador hacía un error y no lo reconocía, Williams lo sacaría en medio del juego.
Él dijo que no se fajó corriendo con un roletazo a segunda base con corredor en tercera en un juego en Cincinnati a comienzos de la temporada de 1984. Al segunda base se le cayó la pelota pero la recuperó y tuvo tiempo de sacar a Gwynn.
“Dick me sacó del juego ahí mismo en el tercer inning. Me dijo que subiera, me vistiera y lo esperara en su oficina. Tuve que esperar por alrededor de seis innings, preguntándome que me iba a decir. Le dije ‘Está bien, jugué mal, dejé de correr hasta el final’. Él dijo, ‘Tienes razón, esa pudo haber sido la diferencia, hubiéramos ganado el juego, porque si hubieses estado en el righ field, hubieras hecho la jugada que Bobby Brown no pudo hacer y nos costó el juego’. Así era Dick Williams. No le tenía miedo a nadie. No tenía miedo si eras veterano o exitoso. Goose (Gossage), (Steve) Garvey, (Graig) Nettles, si necesitaba decir algo a alguien, lo hacía. Lección aprendida. Eso nunca pasó otra vez”.
Williams tuvo un record vitalicio de 1571-1451 en 21 temporadas, también fue manager de los Angelinos y los Marineros de Seattle. Fue inducido al Salón de la Fama luego de ser elegido por el Comité de Veteranos.
“Bien, él era distinto a los managers de hoy. Podía poner las cosa bien duras”, dijo el veteranísimo hombre de béisbol Don Zimmer, quien jugó con Williams en Brooklyn en los años ’50. “Fue un gran manager. Realmente sabía lo que estaba haciendo”.
Williams estuvo de vuelta en Cooperstown, N.Y., el mes pasado cuando dirigió ambos equipos en el juego Clásico del Salón de la Fama en Doubleday Field, un juego de leyendas que incluyó a seis inquilinos del Salón y 20 antíguas estrellas de Grandes Ligas.
Uno de sus antíguos jugadores en Montreal, el inquilino del Salón de la Fama André Dawson estuvo ahí y dijo que se sintió impactado cuando oyó la noticia este jueves de que uno de sus managers favoritos había fallecido. “Fue uno de esos grandes tipos. Lo respetaba mucho, lo admiraba por la sencilla razón de que como pelotero joven nunca sentí presión jugando para él”, dijo Dawson. “Siempre nos decía, ‘Disfruten, salgan a jugar al máximo de sus habilidades”.
Hubo un momento de silencio con la fotografía de Williams en la pizarra de Yankee Stadium y en Dodger Stadium antes de los juegos nocturnos del jueves. Williams llegó a trabajar para los Yanquis, y su hijo se convirtió en scout del equipo. Williams llegó a la Gran Carpa con los Dodgers de Brooklyn. Tuvo una carrera de 13 años como jugador activo con los Dodgers, Orioles, Indios, Atléticos y Medias Rojas. Dejó .260 de promedio ofensivo con 70 jonrones y 331 carreras empujadas principalmente como jugador de medio tiempo. Se retiró luego de la temporada de 1964 y pronto inició su carrera como manager. No habrá servicios fúnebres.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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