viernes, 24 de mayo de 2013

¿Donde puede llegar Pablo Sandoval?

Las comparaciones muchas veces se convierten en odiosas cuando se comparan peloteros de diferentes épocas. Por ejemplo en el béisbol venezolano siempre se ha mencionado a Luis Camaleón García como el tercera base más completo de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y a Dámaso Blanco como el antesalista de mejor defensiva. Seguro hay otros defensores de la esquina caliente de otras épocas que puedan someterse a un careo con los números de García y Blanco. Por un lado están los números secos, por el otro las condiciones en que jugó cada cual. A medida que aumenta el espacio cronológico entre unos y otros, resulta más intrincada la comparación. La atenuante principal para enfrentar a esos peloteros resulta además de sus condiciones naturales, la dedicación y el empeño que esgrimen los peloteros del presente. Porque esos rasgos equilibran las diferencias del tiempo. Eso explica como en las discusiones actuales de cualquier grupo donde coexistan varias generaciones, al hablar del mejor tercera base venezolano de todos los tiempos, además de Camaleón García, Dámaso Blanco, puede resultar extraño escuchar el nombre de Pablo Sandoval, por cuanto aún le falta mucho por jugar, sin embargo abundan los comentarios de los entendidos del juego sobre su sorprendente defensa de la esquina caliente, tomando en cuenta las dificultades que ha confrontado por el volumen de su barriga. Se habla de su gran agilidad para atacar toques de pelota y su inmensa determinación para responder ante los truenos que salen hacia la raya o hacia el hueco. En cuanto a sus habilidades con el madero hay que reconocer que se encuentra entre los mejores 10 bateadores de la Liga Nacional en la actualidad. Como lo acota Jason Turnbow en un artículo de The New York times del 28-04-2013, “el antesalista de los Gigantes de San Francisco de swing libre y sonrisa perpetua, juega duro”, eso basta para entender porque muchos colocan desde ya a Sandoval al lado de García y Blanco entre los mejores. Es un bateador de bolas malas y cuerpo inadecuado, sin embargo el año pasado fue capaz de ganar el premio al jugador más valioso de la Serie Mundial y tambien fue el jugador más valioso de la serie final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. El episodio durante el cual se originó su apodo Kung Fu Panda, habla mucho de su versatilidad, empeño y entrega sobre un terreno de juego. En su primera temporada con los Gigantes, el equipo tuvo algunas dificultades con sus receptores y Sandoval se ofreció y terminó recibiendo varios encuentros, entre ellos varios de Barry Zito, quién ante la agilidad y el entusiasmo de Pablo, empezó a llamarlo Kung Fu Panda y hasta pedía que fuese su catcher cada vez que lanzaba. Esta temporada de 2013 una vez más se encuentra bateando sobre .300 y está entre los líderes impulsores de la Liga Nacional. El catcher Buster Posey dice que Sandoval tiene un gran balance, manos grandes y tremendo poder. El shortstop Brandon Crawford dice que la defensiva de Sandoval es subestimada. "La gente habla mucho de su peso, pero él se mueve bien", dijo Crawford. "Lo que él hace atléticamente es espectacular". La versatilidad de Sandoval va más allá de batear de cada lado del plato, también puede lanzar con ambas manos, aprendió a lanzar con su mano derecha. (Un zurdo natural, aprendió a lanzar con su mano derecha, la cual ahora usa exclusivamente, a los 9 años para jugar shortstop). Un poco la historia de otro gran tercera base: Brooks Robinson quién también aprendió a lanzar con la mano derecha. Aunque es quizás el mejor bateador de bolas malas desde Vladimir Guerrero, no se debe pasar por alto el hecho de que ahora es mucho más selectivo en el plato que hace dos temporadas. “Tiene una zona grande, pero no tan grande como antes”, dijo el manager de los Gigantes Bruce Bochy. Cada vez que el Panda se lanza hacia la raya de tercera para decapitar cualquier batazo candente entre el festival de bombas de chicle que mezcla con sus jugadas o si salta con agilidad ante un toque de sorpresa cerca del plato, viene a la mente la imagen de Dámaso Blanco y de Brooks Robinson. Si ajusta sus manos en el bate para pulsear lanzamientos fuera de la zona de strike hasta llevarlos a lo profundo de los jardines, entonces llegan memorias de Camaleón. Es el esfuerzo sostenido que hace Pablo Sandoval para mantener sus condiciones físicas y para mejorar sus posibilidades en un terreno de juego, lo que permite que su comparación con peloteros de otras épocas sea valedera. Alfonso L. Tusa C.

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