jueves, 27 de agosto de 2015
Preguntas y respuestas con Ken Macha.
David Laurila. Baseball Prospectus. 20-05-2007.
En cuatro temporadas como manager de los Atléticos de Oakland, Ken Macha llevó a los Atléticos de bajo presupuesto a un par de títulos de la división oeste y dos segundos lugares. Sus equipos marcaron un porcentaje de juegos ganados de .568, pero eso no fue suficiente para el gerente general Billy Beane. Al citar una “desconexión” entre el manager y sus jugadores, Beane despidió a Macha después de la temporada de 2006. En busca de recargar sus baterías, Macha está trabajando como analista de estudio de antes y después del juego para el canal deportivo de Nueva Inglaterra (NESN), el canal de los Medias Rojas.
David habló con Macha acerca de su filosofía como manager, su relación con sus jugadores en Oakland, y patear puertas.
David Laurila: Tienes un grado en ingeniería. ¿Cómo influye eso en como piensas como manager?
Ken Macha: Los ingenieros son pensadores lógicos, no son reactivos. Si estás construyendo un puente, o diseñando un camión, desarmas cada componente. Hay una lógica en cada paso del proceso. Estás entrenado básicamente para analizar, lo cual es lo que haces como manager. Hay una disciplina mental en la manera como haces tu trabajo.
DL: ¿Cómo describirías tu filosofía como manager?
KM: Al dirigir en las ligas menores, aprendí desde el principio que los peloteros ganan y pierden juegos, y tu trabajo es hacerlos mejores. Eso empieza desde el primer día hasta el final de la temporada, y ese desarrollo continúa en las grandes ligas. Por una cosa, en el juego de hoy se necesita tener tipos jóvenes de salario mínimo en el equipo para poder pagarle a los tipos de salarios altos. Y si le preguntas a Derek Jeter, estoy seguro que te dirá que aprendió algo acerca del juego recientemente. Entrenar y discutir el beisbol es importante en todos los niveles. Barry Zito ganó un Cy Young lanzando una recta, curva, cambio, pero los bateadores estaban aprendiendo a ajustarse contra él. Le indicamos que debía aprender una slider porque el promedio de los bateadores zurdos contra él era muy alto. Como manager siempre tratas de ayudar a los peloteros a mejorar.
DL: ¿Puedes decir un poco más acerca de ayudar a los pitchers a hacer ajustes?
KM: Como manager trato de trabajar a través de mis coaches, y fui afortunado de tener tipos como Rick Peterson y Curt Young manejando mi cuerpo de lanzadores, ambos eran excelentes. Lo que haces con los pitchers es observar lo que les beneficia a largo plazo. Tomemos a Dan Haren como ejemplo, queríamos que llegara más lejos en los juegos, lo animamos que lanzara más cambios. Puedes controlar la velocidad del bate con un buen cambio, y también puedes hacer outs temprano en la cuenta, especialmente con bateadores quienes son muy agresivos. Necesitas ubicar tu recta en ambos lados del plato, pero un cambio efectivo es tu segundo lanzamiento más importante.
DL: ¿Sientes que los managers son muy criticados cuando los equipos no ganan?
KM: Pienso que muchas personas no entienden cual es la descripción de un manager. Yo me molesté un poco hace unos años en Boston mientras se hablaba de Terry Francona. Hal alrededor de 35.000 buenos managers en Fenway Park cada noche, pero hay mucho más en el juego que lo que ellos ven. El beisbol no es solo outs y carreras, trata de dirigir personas. Si estás abajo tres juegos a ninguno con los Yanquis, necesitas mantener a tu equipo enfocado y competitivo. O si estás quince juegos por debajo de .500, ahí es cuando necesitas dirigir. Necesitas asegurarte de que tus jugadores no empiecen a pelear, ni se rindan o jueguen individualmente. Batear y correr, tocar, y todas esas cosas, olvídate de eso. Eso es parte del juego, pero no es la parte más importante.
DL: Al hablar de managers modelo, una vez dijiste que acreditabas a Dick Williams por enseñarte los fundamentos del juego. ¿Puedes dar detalles de eso?
KM: Dick era profuso cuando se trataba de fundamentos. Si había un corredor en primera base en el noveno inning de un juego empatado, él ponía la seña de toque así vinieran a batear Andre Dawson o Gary Carter, y esperaba que fuesen capaces de ejecutarlo. Ocurría igual cuando se trataba de la defensa. Recuerdo cuando yo jugaba tercera base en un juego donde teníamos una gran ventaja en los innings finales. Había un corredor en primera, y el bateador se abalanzó sobre el envío y terminó bateando un roletazo débil hacia mí, la tome y lancé a primera base para el out. Dick me reclamó con severidad porque no había intentado hacer el dobleplay. Cuando jugabas para Dick no lanzabas a la base equivocada ni ignorabas al cortador en un tiro de relevo, porque de lo contrario lo oirías al respecto. Había un lugar al final de la banca con espacio para sentarse dos personas, si hacías un error mental él se quitaba los anteojos, señalaba el lugar y te llamaba a conversar. A eso es a lo que me refiero con fundamentos. Tienes que saber como jugar bien el juego.
DL: Eras el coach de banca de Oakland cuando los Medias Rojas querían entrevistarte para su cargo de manager antes de la temporada de 2002. ¿Qué piensas de que los Atléticos te negaran el permiso de hacerlo?
KM: Cuando alguien tiene una oportunidad de moverse y mejorar, se le debe dar la oportunidad. Ahora, si es un movimiento lateral, pienso que un equipo tiene todo el derecho de querer conservar a su gente. Pero si es un movimiento para ascender, privar a alguien de esa oportunidad no está bien.
DL: ¿Cómo piensas que hubiese sido tu experiencia dirigencial en Boston?
KM: Yo había dirigido en Pawtucket, y leía el Boston Globe todos los días, así que conocía la mayoría de las complejidades. Sabía que el beisbol es así ahí arriba, y entendía como todo es magnificado. Sabía que habría mucha presión. Si hubiese asumido el cargo, y no quiero parecer arrogante, siento que si te enfocas en lo que ha sido exitoso para ti, seguirás teniendo ese tipo de éxito. Se trata de estar preparado cada vez que vas al estadio. Ese ha sido mi mantra desde que he estado en el juego.
DL: Los Medias Rojas terminaron empleando a Grady Little en 2002. ¿Qué tan similar eres a Grady Little como manager?
KM: Nunca he estado en un cuerpo técnico con él, así que no estaría bien contestar esa pregunta directamente. Puedo decir que aprendí mucho en Oakland, como arman los equipos y como evalúan a los peloteros. Fui como una esponja absorbiendo eso. Pero el beisbol es un juego donde no te puedes colocar en una caja donde solo hay una manera de hacer las cosas. Ser totalmente de la vieja escuela o depender demasiado de las estadísticas, te limita. Necesitas utilizar toda la información que tienes y necesitas ayudar a tus jugadores a desarrollarse. Esa es la manera óptima de dirigir.
DL: ¿Cuál fue tu mejor año como manager en Oakland?
KM: La temporada cuando estuvimos 15 juegos por debajo fue mi mejor año como manager. Tuvimos muchas lesiones al principio, uno de los más afectados fue Bobby Crosby. Tuvimos dificultades con él ausente de la alineación, cuando regresó nos dio solidez. Regresamos a la pelea, pienso que estábamos aun juego de diferencia cuando él se deslizó contra Sal Fasano y se rompió el pie hacia finales de agosto. Sabíamos como habíamos jugado con Bobby, y sabíamos como jugábamos sin él, esa fue una de las pocas veces que le pedí ayuda a la gerencia. Las personas que tenían el poder de tomar decisiones llegaron a mi oficina y me preguntaron que podían hacer. Les dije “Consíganme a Nomar (Garciaparra)”. Él estaba disponible, y si lo hubiésemos traído él hubiese levantado el clubhouse. Pienso que él nos hubiese propulsado hasta la punta. Eso no ocurrió, porque una de las personas con poder para tomar decisiones reaccionó a mi petición diciendo que Nomar era negativo. Terminamos en segundo lugar.
DL: ¿Cuanta influencia tenías en la adquisición de peloteros en Oakland?
KM: En Oaklnad, el personal de campo tiene cero influencia en el roster. La gerencia tiene el 100 por ciento del control. Pero sin importar quien toma las decisiones del personal, necesitas que las piezas engranen. Quieres dos zurdos en el bull pen, y quieres tipos en la banca quienes puedan batearle a pitchers derechos y tipos quienes puedan batearle a zurdos. Necesitas que el equipo sea balanceado.
DL: Una vez le diste una patada de karate a una puerta del baño para rescatar a Joe Blanton ¿Qué ocurrió?
KM: Jugábamos en Seattle, y Joe lanzaba ante Felix Hernández. Algo que tiene Joe es temperamento. Cuando él permite carreras o hace una pobre jugada puede perder la compostura, y algunas veces necesitaba enviar al coach de pitcheo al montículo para tranquilizarlo un poco. En fin, algunas cosas salieron mal en un juego cerrado y entre innings él corría hacia el baño y empezaba a patear la puerta. La pateaba tan fuerte que trabó el pasador de la puerta y no podía salir. Empezó a llamar al guardia del clubhouse, pero este no pudo abrir la puerta. Tampoco pudo Rene Lacheman cuando lo intentó. Así que fui hacia allá y les dije a tos ¡Salgan del camino! Le di una patada a la puerta y saqué a Joe de ahí.
DL: Cuando eras el coach de banca de Oakland tenías la reputación de llevarte muy bien con los peloteros. El año pasado se reportó que tenías problemas de comunicación con algunos de ellos. ¿Hay una diferencia real en esas relaciones cuando pasas de coach de banca a manager?
KM: Si, la hay, hay una gran diferencia. Pero no hay nada más allá de eso. L mayor parte del tiempo, mi puerta siempre estaba abierta el año pasado, y mi filosofía es que siempre te lo digo de frente. La idea es tener la mejor alineación diaria para ganar, y es imposible mantener felices a todos. Estoy seguro que hay varias personas disgustadas cada año con Bobby Cox y Joe Torre. Adam Melhuse es uno de los tipos quien se quejaba, pero nunca vino a hablar conmigo. Ni una vez. Estábamos en una situación donde necesitábamos ganar, y Jason Kendall hacía un mejor trabajo manejando el cuerpo de lanzadores. Yo sentía que lo necesitábamos más a él en la alineación que a Adam, y se lo había dicho a Adam. Otro par de jugadores también tenían algo que decir, pero a pesar de que la puerta estaba abierta, nadie venía. Todo lo que se ha dicho salió después de la temporada. Antes de eso no había problemas, y he tenido muy pocos en mis años como coach o manager. Y he estado en el juego por largo tiempo.
DL: La mayoría de los peloteros dice que estuvieron más que un poco nerviosos cuando debutaron en las Grandes Ligas ¿Le ocurre igual a los managers?
KM: Tuve 13 años siendo coach en las Grandes Ligas, y cuatro dirigiendo en las menores, pero cuando te sientas en la banca por primera vez aún te preguntas, “¿Estoy listo para esto?” Cuando observó a los tipos con poca experiencia que llegan a esa posición, no veo como podrán manejarla a menos que de verdad hayan hecho sus tareas. Disfruto ser manager, pero no es fácil. Es el negocio de un hombre.
DL: ¿Harás algo diferente la próxima vez que seas manager?
KM: No lo creo. Sé quien soy, y se lo que hago. Solo ves una pequeña ventana de problemas cuando miras a lo que ocurrió en Oakland, y si hablas con Trot Nixon o Miguel tejada o Frank Thomas, la lista es larga, todos te dirán que la fotografía que me pinta como una mala persona no es precisa. Es un asunto de reputación y carácter. Tambien hay algo como la percepción y la realidad, y pienso que la mayoría de las personas del beisbol saben quien soy.
DL: Este es el primer año en un buen tiempo que no has sido coach o manager. ¿Qué tan diferente miras al juego de beisbol ahora?
KM: Es interesante cada noche. El otro día hablaba con Jerry Remy, y él comentaba como no tengo que preocuparme por mi gerente general o acerca de los peloteros quejándose de que no están en la alineación. Pero extraño esa presión diaria. Las personas que no han sido manager no entienden el trabajo que implica el cargo, o que te tomes las derrotas personalmente, pero es algo que disfruto. Espero ser manager de nuevo algún día.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Nota del traductor: Números de Ken Macha con Navegantes del Magallanes en LVBP, temporada 1976-77: 63 juegos, 258 turnos al bate, 36 carreras anotadas, 74 imparables, 11 dobles, 2 triples, 3 jonrones, 31 careras empujadas, 9 bases robadas, .287 promedio de bateo.
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