jueves, 7 de marzo de 2019
Con Don Newcombe, el Beisbol Consiguió su Primer As Negro.
Solo cuatro años despues de la integración de las grandes ligas, Newcombe ganó 20 juegos con los Dodgers. Solo 14 peloteros negros han alcanzado ese logro desde entonces.
Benjamin Hoffman. The New York Times. 20 de febrero de 2019.
Cuando Dave Stewart se reportó al campamento de grandes ligas de los Dodgers de Los Angeles a mediados de la década de 1970, lo hizo como una de las rarezas del beisbol: pitcher abridor negro.
Afortunadamente para Stewart, Don Newcombe estaba en el campamento para guiar al adolescente en aquellos primeros días, eso preparó a Stewart para el estrellato futuro.
“Su influencia es mi va más allá de las palabras”, dijo Stewart. “Ni siquiera puedo decir cuan grande fue para mí conocerlo en el momento de mi carrera cuando lo hice”.
Estar cerca de Newcombe, quien falleciera este martes a los 92 años de edad, le dio a Stewart acceso a lo que Mudcat Grant, otro gran pitcher negro, un día describiría como un As Negro. Grant, quien escribiera un libro acerca de ese tema, tenía un criterio simple para esa distinción: un pelotero negro, canadiense o estadounidense, quien ganara 20 juegos en una temporada. Eso es todo.
Newcombe fue el primero en hacerlo, al ganar 20 para los Dodgers de Brooklyn en 1951, solo cuatro temporadas despues que su compañero, Jackie Robinson, rompiese la barrera racial del beisbol. En las 67 temporadas siguientes, 195 pitchers además de Newcombe han logrado una temporada de al menos 20 triunfos, y solo 14 de ellos eran negros, una lista selecta que incluye a Stewart, quien ganó al menos 20 juegos en cuatro temporadas seguidas entre 1987 y 1990.
Hacer de las victorias el único criterio para ser un As Negro puede parecer anticuado, pero Stewart dijo que la marca de 20 victorias representaba algo que estaba más allá de la definición técnica de la estadística. Para él, 20 victorias mostraban que el pelotero era un caballo de batalla, al asumir una carga por sus compañeros permaneciendo en el montículo hasta que el juego estuviese bien avanzado.
Vida Blue, un ganador de 20 juegos en tres oportunidades, dijo que el criterio funcionaba porque fijaba un listón alto de éxito en un ya selecto grupo de personas.
“Convertirse en pitcher abridor era único”, dijo él. “No es diferente de ser un mariscal de campo negro en futbol americano”.
Fuera del libro de Grant, emergió un grupo de apoyo. Había inicialmente 12 Ases Negros, Newcombe, Sam Jones, Bob Gibson, Grant, Ferguson Jenkins, Earl Wilson, Al Downing, Blue, J.R. Richard, Mike Norris, Dwight Gooden y Stewart, y Grant organizaba eventos para que algunos asistieran, llegaba hasta los peloteros jóvenes, y presionaba para que se reconocieran los logros de los Ases Negros.
A partir de que la salud de Grant desmejoró en años recientes, el grupo se dispersó aun cuando se agregaron tres nuevos miembros: Dontrelle Willis, C.C. Sabathia y David Price.
“Este grupo merece ser más que solo una nota de pie de página en la historia del Beisbol”, dijo Bob Kendrick, presidente del Negro Leagues Baseball Museum. “Si hace falta la desaparición de Don Newcombe para ayudarnos a reflexionar y recordar, entonces ese es otro regalo que él nos ha dado”.
¿Por qué no ha habido más Ases Negros en los años recientes? Hay dos explicaciones populares: Ganar 20 juegos es muy difícil en el beisbol moderno, y simplemente no hay tantos peloteros negros en las nóminas de grandes ligas.
El año pasado hubo un ligero incremento, el número de peloteros negros de Estados Unidos y Canadá en las nóminas del día inaugural aumentó hasta 8.4 por ciento, de acuerdo a Major League Baseball, pero eso estaba muy por debajo de la marca máxima en el deporte de 19 por ciento, en 1986. En ese 8.4 por ciento los pitchers abridores negros eran una minoría dentro de otra minoría, un grupo que incluye a Sabathia, Price, Chris Archer y Tyson Ross.
Blue, quien llegó a las mayores en 1969, pensaba que la explicación era tan simple como que los atletas que escogen el beisbol, sobre el futbol americano o el baloncesto quieren jugar una posición que tenga más acción. Pero de acuerdo a Kendrick, la escasez de pitchers negros está relacionada con los primeros días de la integración, y que, al menos en principio, los peloteros no tomaban esa decisión.
“Durante la época de las ligas negras, las posiciones de pitcher, catcher y campocorto eran vistas como posiciones cerebrales”, dijo él. “Se tenía la creencia subyacente de que los atletas negros no eran lo suficientemente inteligentes para cubrirlas”.
Newcombe probó enfáticamente que quienes dudaban estaban equivocados. Se estableció como pitcher abridor de cabecera en sus primeras tres temporadas, con marca de 56-28 y 3.39 de efectividad. Luego de perder dos temporadas debido al servicio militar, y luego de tener dificultades en su primer año al regresar, escaló nuevas alturas en 1955, al contribuir a llevar a los Dodgers a su primer título de Serie Mundial.
En 1956, una temporada que terminó con una derrota ente los Yanquis en la Serie Mundial, Newcombe no solo ganó 27 juegos y el premio al jugador más valioso de la Liga Nacional, sino que también fue nombrado primer ganador del recientemente establecido premio Cy Young, el cual fue entregado al mejor pitcher de ambas ligas esa temporada.
Newcombe, como lo reconocía frecuentemente, tuvo dificultades con el alcohol en su carrera, lo cual contribuyó a un dramático declive después de la temporada de 1956. Su carrera en las grandes ligas terminó abruptamente en 1960, y sus días de jugador activo tuvieron una conclusión inusual en 1962 con una breve pasantía por Japón, donde jugó principalmente como jardinero. Pero Newcombe dejó de beber licor y regresó a trabajar con los Dodgers en 1970, ubicándose en el cargo donde tutoreó a Stewart y docenas de peloteros, incluyendo al actual cerrador de los Dodgers, Kenley Jansen.
“Newk significó mucho para mí. Fue mi mentor. Me hablaba de lo fuerte que tenía que ser, me insistía mucho de la fortaleza mental y la preparación física, correr, acondicionamiento. Decía que había que ser agresivo en el terreno. Me mantenía motivado. Esas palabras significaron mucho, especialmente viniendo de alguien como él, quien jugó con Jackie Robinson. Por ellos estoy jugando aquí. Aprendí mucho de este hombre. Me sentaba con él, escuchaba sus historias, su narrativa, lo que él, Jackie y Roy Campanella tuvieron que pasar para que nosotros estuviésemos hoy aquí. Me enseñó la historia del juego. Me habló de ser líder. Me habló sobre ser buen esposo y buen padre. Extrañaré sentarme con él todos los días antes de los juegos. Newk fue uno de los Dodgers más grandes, estoy muy agradecido por el tiempo que pasé con él, que me senté en Dodger Stadium con él, una leyenda de este juego. Extrañaré mucho esos momentos. Mi hijo Kaden lo quería mucho. Newk y su esposa Karen estuvieron conmigo y mi esposa Gianni cuando nos casamos. Significaba mucho para mi familia. Nuestros corazones, nuestras oraciones, todo, están con Karen y la familia Newcombe. Aprecio todo lo que Karen hizo por Newk. Newk te quiero mucho. Estarás por siempre en mi corazón. Gracias”.
Kenley Jansen.
Fue la habilidad innata de Newcombe para relatar sus experiencias a los peloteros jóvenes, lo que Kendrick resaltó que dejaría un “gran vacío” luego del deceso del estelar pelotero.
“Cada vez que perdemos a uno de estos tipos esa ventana de oportunidad se cierra un poco más”, dijo él. “En algún momento del tiempo no habrá jugadores de las ligas negras que atestigüen de que trataban, como eran esas ligas”.
Pero desde un As Negro a otro, Newcombe le enseñó a Stewart el valor de estar ahí cuando llegan nuevos abridores negros. Y Stewart dijo que estaba orgulloso de que Sabathia y Willis hayan agradecido la influencia que tuvo en sus carreras.
“Por esos muchachos, estuve presente cuando me necesitaron”, dijo Stewart.
Newcombe no lo hubiese hecho de otra manera.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. 06-03-2019.
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