sábado, 16 de junio de 2007

Siete inspiraciones

Aquel 21 de junio de 1970 César Gutiérrez terminó de abotonar la camiseta del uniforme gris. Los ganchos de aluminio chasquearon sobre el cemento cuando no se encontró en la alineación de los Tigres de Detroit. Los Indios de Cleveland salieron del infield del Estadio Municipal. Gutiérrez salió junto a sus compañeros y empezaron la práctica. El novato Ken Szotkiewicz recogía roletazos al lado de Gutiérrez, cada cinco minutos preguntaba algo sobre la técnica de fildeo.
Los Tigres ganaron el primer juego 7-2, Joe Niekro se llevó la victoria en trabajo de 3.2 innings. Tom Timmerman se apuntó el salvado. Rich Hand salió derrotado en trabajo de 4 innings.
Para el segundo juego el manager Mayo Smith llamó a Gutiérrez. “You’re playing shortstop”. Imágenes de Cabimas llegaron hasta el círculo de prevenido al bate. César recordaba sus días con el equipo juvenil de Victor Davalillo, donde era suplente por ser muy joven. Después Victor firmó al profesional y se fue a jugar con su hermano Pompeyo para los Leones del Caracas. Ellos lo recomendaron en la gerencia y dio el salto a la pelota rentada. Mickey Stanley recibió boleto. Gutiérrez entró al cajón de bateo y largó sencillo a la derecha ante Rick Austin.
Antes de salir a batear en el tercer inning Gutiérrez recogió la mascota del piso y la entregó a Bill Freehan. “ ¿Entonces Cocoa? Piensa bien lo que te propuse. Hay una oportunidad para que te quedes trabajando en la General Motors durante el invierno”. Gutiérrez sonrió. Se puso el casco. Stanley salió de short a primera. César soltó imparable a la izquierda. Luego anotaría con el jonrón de Al Kaline. Los Tigres hicieron 4 carreras para poner el juego Indios 6 Detroit 5.
Antes de comenzar el quinto inning se quedó mirando a Dennis Higgins el nuevo pitcher de los Indios. Todavía retumbaba en sus oídos la ovación que los aficionados le dieron a Rick Austin en el tercer inning a pesar de que lo sacaron a palo limpio. Una forma de exigir muy distinta a las de la afición venezolana. Se quitó la gorra para sobarse el impacto de una pila de linterna que recibió en Barquisimeto la temporada anterior. Todo porque le robó un hit a José Tartabull, al atrapar una línea bestial.
Bateó una roletazo al campocorto y venció el disparo de Jack Heidemann para apuntarse su tercer sencillo.
Norman Cash detuvo a Gutiérrez a la salida del dugout. “¿Por qué te llaman Cocoa?”. Gutiérrez tomó su bate. Camino al plato para abrir el séptimo inning recordó a su hija Yaneth. Contaba los días para que viniera con su mamá en julio. Tronó un doblete a la izquierda. Jim Northrup lo hizo anotar con cuadrangular que acercó a los Tigres 8-7.
Mientras esperaba su turno en el octavo episodio, un tumulto en la tribuna llamó su atención, varios aficionados trataban de acercarse al suspendido Denny McLain por un autógrafo. Soltó imparable a la derecha ante Fred Lasher para traer a Gates Brown con la del empate a 8.
Cuando Dick Ellsworth vino a relevar en el décimo inning Gutiérrez recordó a Juan Marichal su excompañero de los Gigantes de San Francisco, siempre le preguntaba como hacía para guisar la carne tan sabrosa. Metió un roletazo al fondo del hueco que se convirtió en sencillo.
Norman Cash aguantó a Gutiérrez por el hombro. “Todavía no me dices por qué te llaman Cocoa”. “ Yo vendía conservas de coco, en mi pueblo las llaman Cocoa”. Stanley bateó cuadrangular ante Phil Hennigan para poner a ganar a los Tigres 9-8. Gutiérrez destapó su séptimo cohete hacia el centerfield.
Cuando Tom Timmerman dominó a los Indios en el cierre del episodio para llevarse la victoria, Gutiérrez hubo de correr hacia el dugout ante una turba de periodistas que le preguntaba: “¿Usted está consciente de lo que acaba de hacer?”.

Alfonso L. Tusa C

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