Hasta este martes 05 de febrero la mayor de las nietas de Munson desconocía el verdadero sentido de la conmoción. Ella conocía la gesta de su abuelo y la cena anual de los premios entregados en su nombre. Pero aún ignoraba el alcance del acto.
Este año, Madison de 12 años, asistió a la cena por vez primera. Observó a toda la gente que vino a rendir tributo y pronunciar discursos sobre cuanto significaba su abuelo para ellos. Todavía había algo que escapaba a su conocimiento.
“¿De verdad mi Abuelo es tan querido en Nueva York?”, preguntó a su abuela Diana Munson.
La viuda de Thurman Munson sonrió al recordar la historia. “Han pasado 28 años y siempre estoy maravillada con lo que siente la gente que recibe este premio”, comentó Diana a los presentes en el hotel Marriott Marquis de Manhattan este martes. “He visto hombres subir a la tarima y empezar a llorar. Me maravilla lo tanto que era estimado éste hombre”.
La cena de este año premió a dos de los favoritos de la ciudad, los terceras bases de los Yanquis y los Mets, Alex Rodríguez y David Wright junto al jardinero central de los Yanquis Melky Cabrera y el recientemente retirado segunda base de los Astros Craig Biggio. El piloto del equipo de la NBA los Knicks de Nueva York Jamal Crawford y la medallista de oro Olímpico Kristi Yamaguchi tambien recibieron premios Munson por su trabajo con la comunidad. Y hasta el defensa de los Gigantes de Nueva York, Justin Tuck hizo un alto en el desfile del Super Bowl para rendir homenaje a Thurman Munson.
Luego de la cena, el acto continuó en la Fundación AHRC de la ciudad de Nueva York donde atienden niños y adultos con discapacidades físicas e intelectuales. Esto no es nada nuevo. Hasta la fecha Diana Munson ha ayudado a recaudar casi 9 millones de dólares para todos ellos.
“La gente es muy consecuente. Esa es la parte que más me llega. La gente de Nueva York nunca olvida”, dijo Diana.
Hace casi 29 años Thurman Munson falleció en un accidente aereo y dejó una marca indeleble en los Yanquis y la ciudad. De alguna manera todavía está allí. La cena de los premios da testimonio de eso todos los años. Escuchar a los atletas del presente hablar con reverencia sobre alguien que no conocieron dice mucho acerca de la influencia que Munson aún mantiene.
Munson siempre significó algo para Biggio quién creció en Long Island venerando al receptor de los Yanquis. Biggio nunca fue fanático de los Yanquis o los Mets, pero era un fanático de Munson. “Siempre tenía el uniforme sucio por la forma como jugaba. Sinceramente siempre fue mi héroe de la infancia”, dijo Biggio.
El locker de Munson permanece intacto en el club house de los Yanquis. Hace unas temporadas Biggio aprovechó los juegos interligas para visitarlo. Lo disfrutó mucho.
“Escuchas todas las anécdotas de cómo era esta persona y concuerdan con la forma en que te lo imaginabas”, dijo Biggio. “Es un honor estar aquí esta noche. Recibir un premio con el nombre de tu héroe es algo muy especial”.
Wright y Cabrera no habían nacido cuando el avión de Munson se estrelló en 1979. Esto no significa que sean ajenos a la gravedad de la tragedia.
“Ser asociado a Thurman en todo lo que hizo dentro y fuera del campo es un gran honor”, dijo Wright. “Siento mucho orgullo en hacer todo lo que pueda para retribuir a los fanáticos de Nueva York”.
Por peloteros como Wright la gesta de Munson ha resistido la prueba del tiempo. Cuando Diana Munson ayudó a organizar la primera cena un año después de la muerte de su esposo, asumió que sería un evento único. Cuando mucho se harían algunas otras hasta que el público empezara a olvidar.
No pudo haber estado más equivocada.
Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 6 de febrero de 2008
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