domingo, 29 de junio de 2008

Los Dodgers vencen a los Angelinos sin hits.

La fuerte esencia de los años sesenta palpita entre los muros de Dodger Stadium. Un número 32 relumbra en los alrededores del montículo.
Cero hits, 1 carrera, 1 victoria, fue el balance de los Dodgers este sábado 28 de junio.
Después de ver a su equipo ganar sin conectar imparables, Joe Torre, el manager de los Dodgers no recuerda otro juego más extraño en su carrera como dirigente.
Jered Weaver lanzó 6 innings sin permitir imparables y José Arredondo mantuvo a los Dodgers sin hits en el séptimo y el octavo. Todo eso no fue suficiente.
“Cualquier derrota es amarga, no importa la manera como llegue”, dijo Weaver. “Para mí no es un no-hitter, sólo lancé 6 innings”.
Los Dodgers se convirtieron en el quinto equipo de la era moderna de las Grandes Ligas que gana un juego sin batear imparables. Debido a que ellos no tuvieron que batear en el noveno, el juego no califica como no-hitter.
“Ciertamente es un box score extraño”, dijo Mike Scioscia el manager de los Angelinos. “Pero es una derrota 1-0. Así lo vemos”.
Lo más cerca que los Dodgers estuvieron de un hit fue cuando Matt Kemp bateó un rolling lento entre el montículo y primera base durante el quinto episodio. Weaver cometió error tratando de tomar la pelota y Kemp terminó anotando la única carrera del juego, que fue inmerecida.
Fue el primer juego donde el equipo ganador no batea de hit desde que Matt Young perdiera con los Medias Rojas de Boston en 1992, de acuerdo al Elias Sports Bureau.
El jardinero de los Angelinos, Torii Hunter ladeó la cabeza y dijo no haber visto algo como esto antes. “Ni siquiera en las Pequeñas Ligas”.
Con los Angelinos perdiendo en Dodger Stadium, Weaver fue sustituído por un emergente en el séptimo inning, después de realizar 97 pitcheos.
El abridor de los Dodgers, Chad Billingsley (7-7), dispersó 3 imparables en 7 innings. Luego Jonathan Broxton y Takashi Saito dominaron a los Angelinos en los 2 últimos innings. Blanqueados por segundo juego seguido, los Angelinos terminaron con 5 hits pero nunca pusieron un corredor en la tercera base.
La decisión sobre el batazo de Kemp en el quinto parecía que iba a ser difícil si Weaver fildeaba la pelota, el inicialista Casey Kotchman tenía el pié fuera de la base. El anotador oficial Don Hartack decretó que era un error.
“Si él hubiese tomado la bola con la mano limpia y la suelta de inmediato, lo hubiera sacado por paso y medio”, dijo Hartack. “Siempre pensé que fue una jugada pausada. Vi la repetición, cuando Weaver atacó la bola, Kemp estaba como a 7 pasos de la base, por lo que tenía tiempo más que suficiente para hacer el out”.
Kemp estuvo de acuerdo con la anotación.
“Le pegué con la punta del bate y salió un poquito enjoyada”, dijo Kemp. “Pudo haber hecho la jugada. Pero se le cayó la pelota. Fue error. Si ellos me hubieran dado el hit, estaría muy contento. Pero fue un error claro”.
Kemp robó segunda y siguió hasta tercera por el error en tiro del receptor Jeff Mathis, luego anotó con el elevado de sacrificio de Blake DeWitt.
“Terminar el juego sin hits fue muy inesperado”, dijo DeWitt. “Pero es una gran victoria. Ninguna victoria es avergonzante”.
Weaver ponchó 6, caminó 3 y golpeó un bateador. Chone Figgins emergió por él en el séptimo con 2 outs y un corredor en segunda, pero salió en rolling al cuadro.
Los otros perdedores ante equipos que no les dieron hits fueron Andy Hawkins de los Yankees en 1990, Steve Barber y Stu Miller de los Orioles en 1967 y Ken Johnson de Houston en 1964.
Los Angelinos tuvieron corredores en primera y segunda contra Saito con 2 outs en el noveno, pero el asiático ponchó al emergente Reggie Willits para alcanzar su décimosegundo salvado.
La pierna derecha de Koufax a la altura del rostro relumbra en Chavez Ravine. Así cómo los Dodgers de aquella época se las ingeniaban para darle una carrera al zurdo de Brooklyn, tambien hicieron de tripas corazón para ganarle a Jered Weaver y relevistas y darle la victoria a Billingsley. El recuerdo de Bob Hendley, Harvey Haddix, Jim Vaughn resplandecía alrededor del montículo.

Alfonso L. Tusa C.

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