martes, 9 de diciembre de 2008

Mística

Puedo entender que las èpocas marcan cambios en los patrones de conducta de los seres humanos. Sin embargo hay parámetros fundamentales en cualquier relación humana que deben guardarse si se persigue el progreso. Entre ellos la responsabilidad y la integridad.
Lo que ocurre dentro del equipo de béisbol profesional Navegantes del Magallanes tiene mucho que ver con actitudes asumidas por distintas personas dentro de la organización, tanto en el campo como en la oficina. El béisbol profesional, como cualquier actividad humana, además de los días de pago, tiene otros 28 días al mes cuando hay que justificar los números asentados en esos cheques o billetes. Porque lo que realmente vale es el esfuerzo, la disposición, la entrega por alcanzar los objetivos trazados. Si esas metas por alguna razón no se pueden alcanzar, que existan pruebas, razones, evidencias contundentes de que se hizo todo lo posible por dejar el mejor intento sobre el terreno de juego.
¿Qué justificación puede tener un acuerdo donde el jugador sólo va a estar en su tope de juego cuando la temporada entra en su etapa final? En Magallanes no sólo los Grandes Ligas hacen este tipo de acuerdo, también los de liga menor. Y a veces abandonan el equipo por un salario que primero deben ganárselo por cuanto ni siquiera han debutado en la Liga Venezolana. Hubo una época cuando los directivos y el manager mantenían una evaluación contínua del rendimiento y llamaban reuniones periódicas para discutir los puntos positivos y negativos del equipo. Y a partir de allí reflexionar y corregir.
Lamentablemente todo esto parece haber cambiado desde agosto de 2003. Desde entonces Magallanes sólo ha clasificado 2 veces en cinco (en vías de seis) temporadas. Otro ejemplo de que la mejor vía para alcanzar los objetivos es llegando a acuerdos. y siguiendo las reglas de juego establecidas.
Esperemos que los habitantes del buque salgan de los camarotes y se reunan en cubierta para desarrollar las reuniones necesarias para analizar y corregir las dificultades del equipo. Y por lo menos terminar de jugar esta temporada, con gallardía, pundonor y mística.

Alfonso L. Tusa C.

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