By Michael McCord. 27 de febrero de 2009.
En un reciente día invernal, el pitcher de ligas menores Chris Anderson trabaja sus fundamentos de béisbol en el Centro de Entrenamientos USA de Newington. Anderson, 22, es nativo de Portsmouth y lanza en la categoría Clase A del sistema de granjas de los Mellizos de Minnesota. Está a unas semanas de viajar a los entrenamientos primaverales, por lo cual trabaja en su movimiento, la ubicación de sus piés, la postura y sobre todo la mecánica de sus envíos, bajo la mirada vigilante de un coach quién conoce muy bien lo que es ser un pitcher profesional, Bob Stanley, el antíguo lanzador de los Medias Rojas de Boston quién fue unos de los mejores relevistas de su época.
“Siempre me ha gustado trabajar con los muchachos”, dijo Stanley, una antigua escogencia de los Medias Rojas en la primera ronda del draft de 1974, quién permaneció toda su carrera con el equipo, desde 1977 a 1989. Stanley, quién era conocido como “The Steamer” en sus días de jugador, todavía es el líder del club en juegos salvados con 132. Eso ocurrió en una época cuando los cerradores trabajaban a menudo más de 1 inning.
“Mi primera aparición fue el día inaugural de 1977 en Cleveland. Lancé 4 innings y me llevé el salvado”, dijo Stanley. Desde su retiro en 1989 debido a una inusual lesión en la mano, Stanley ha sido coach de pitcheo en las ligas menores por 12 años. Los últimos 6 años trabajó con los Defenders de Connecticut, un equipo afiliado a los Gigantes de San Francisco que participa en la Eastern League AA. También trabajó con los Fisher Cats de New Hampshire en Manchester. Stanley estima que durante su estadía con los Gigantes ha tutoreado tantos como 9 lanzadores que luego han subido a la Gran Carpa.
Stanley, quién estaba en el montículo cuando los Medias Rojas desaprovecharon la oportunidad de ganar la Serie Mundial de 1986 contra los Mets de Nueva York, mostró a sus estudiantes la importancia de saber enfrentar los altibajos del juego y de seguir adelante en la próxima salida.
Después de mudarse a Stratham el año pasado, Stanley rechazó un contrato de los Gigantes para otro trabajo en ligas menores, esta vez en Georgia, decidió que era tiempo de quedarse en casa. A través de un contacto local, se relacionó con Dave Hoyt, quién regenta los centros de Entrenamiento USA, los cuales se están convirtiendo rapidamente en referencias de primera mano al norte de Nueva Inglaterra, en cuanto a entrenamiento especializado en béisbol y softbol.
P: ¿Cómo llegaste a los Centros de Entrenamiento USA?
Bob Stanley: Luego de rechazar una oferta de trabajo con un equipo Clase A baja en Augusta, Ga., Conocí a Dave (Hoyt) a través de un amigo mutuo (un empresario de Portsmouth) PeterWeeks. Siempre me había agradado trabajar con muchachos. En las ligas menores pasas mucho tiempo metido en un autobús y trabajando con pitchers jóvenes. Tenía ese deseo de enseñarles lo que aprendí de tantos grandes coaches de pitcheo. Todo lo que sé es de béisbol.
P:¿Qué es lo que hace un buen coach de pitcheo?
BS: Yo enseño balance, como sacar la pelota del guante y usar los ojos para aprender como colocar la pelota. Estos son aspectos de pitcheo simples pero cruciales que si no los aprendes terminas visitando a Bill Morgan (el antíguo médico cirujano de los Medias Rojas de Boston) con el brazo lesionado. No soy partidario de leer libros sobre la teoría del pitcheo. Me interesa más hacer énfasis en los fundamentos y tener un programa de pitcheo completo.
P:¿Cuan importante es el temperamento para llegar a las Grandes Ligas?BS: Algunas veces jugamos a ser psicólogos. A veces no es el talento puro lo que te hace llegar a la meta. Hay que aprender a lidiar con los errores. Como enfrentar lo bueno y lo malo que viene con cada juego. He visto chicos muy talentosos que no supieron manejar los altibajos.
P:¿Por qué no firmaste con los Dodgers, quienes te draftearon originalmente?
BS: No quise firmar por los $4000 que me ofrecieron, porque pensaba que merecía más. En aquellos días, había draft de verano y de invierno. Decidí rechazarlos y regresar al draft. Los Dodgers notificaron mi rechazo y terminé trabajando en una compañía química de Nueva Jersey por algunos meses, antes que los Medias Rojas me draftearan en 1974. Decidí que no quería trabajar más en aquella compañía. Firmé con los Medias Rojas por $4000.
P:¿Por qué nunca trabajaste con los Medias Rojas?
BS: Hice la solicitud varias veces a lo largo de los años. Pero nunca me dieron la oportunidad. Estuve en el sistema de granjas de los Mets de Nueva York por 6 años. Y luego 6 años con los Gigantes.
P:¿Quiénes fueron tus maestros de pitcheo?
BS: Johnny Podres, Al Jackson, Lee Stange y Bill Fischer. Todos fueron pitchers veteranos, quienes me enseñaron como pitchear. Yo he compartido todo lo que sé, con los pitchers con quienes he trabajado.
P¿Qué piensas de tu compañero de equipo Jim Rice, finalmente elegido al Salón de la Fama del Béisbol?
BS: Ya era tiempo. Debió haber entrado más temprano.
P: ¿Te gustaría regresar al béisbol profesional?
BS: Realmente disfruto lo que hago ahora, trabajando con jóvenes y viéndolos progresar. No extraño los largos viajes en autobús, y voy a disfrutar mi primer verano con la familia en 13 años, voy a trabajar con los niños y a jugar algo de golf.
No estoy seguro si mi esposa me va a soportar tanto tiempo en casa.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario