Esperé que mis hermanos salieran y me subí en una silla para abrir el gabinete del baño. Allí estaba el montón de barajitas. Los cartones con el brillo emulsionado de las fotografías por un lado y una breve referencia biográfica por el otro, descansaban en el tramo más alto. Mis hermanos las guardaban como tesoros de varias mesadas reunidas para ir a comprar los sobrecitos a la librería. Empinado en la punta de los pies apenas alcancé a rozar la primera barajita y varias flotaron hasta la porcelana del lavamanos. Walt Hriniak. En la parte baja y sobre el uniforme relumbraban las letras de un pelotero con una indumentaria que los otros no tenían, una especie de peto acolchado reverberaba detrás de un guante inflamado de relleno. Mis hermanos me explicaron luego, que Hriniak jugaba como catcher.
Desde sus días escolares Walter Hriniak destacó en cuanto deporte practicaba, la mayoría de las personas decía que tenía condiciones naturales para los deportes y por eso desde las Pequeñas Ligas lo demostró al jugar con muchachos de 11 y 12 años cuando sólo contaba 8. “De ninguna manera considero que tenía condiciones naturales. Si tenía mucha pasión por los deportes y ganas de trabajar muy duro”.
En sus días como estudiante en la secundaria de Natick, destacó en fútbol americano, baloncesto. En cierta ocasión un periódico de la zona de Boston reportó el resultado de un partido de jockey: “Hriniak 6 – Dedham 0”.
En béisbol demostraba la potencia desde su brazo desde el short stop. Cuando el coach John Carroll necesitaba un pitcher con bola de humo para cerrar el juego, Hriniak venía a lanzar en el noveno inning.
Debido a la tradición deportiva de la secundaria Natick, recientemente se decidió crear un Salón de la Fama Atlético y en la clase de los primeros seleccionados apareció el nombre de Hriniak, junto al legendario difunto entrenador John Carroll. El acto de inducción se realizará este jueves 06 de mayo de 2010 en el hotel Crowne Plaza de la Route 9 de Natick
A comienzos de los sesenta, cuando terminó la secundaria, prefirió dejar pasar una oferta de los Bravos de Milwaukee para seguir estudiando. Luego dio el salto al profesional pero su carrera como pelotero activo fue insatisfactoria. Por eso quizás hay algo de ironía por el hecho de que Carl Yastrzemski, Carlton Fisk y Wade Boggs hayan mencionado a Hriniak como el instructor de bateo que los ayudó a llegar a Cooperstown. Por otro lado Hriniak también tuvo mucho que ver con la transformación ofensiva de Dwight Evans hasta convertirse en lider de la Liga Americana en jonrones y extrabases en la década de los ochenta. “De no haber sido por Walter, no habría jugado 20 años”, dijo Evans. “Él es el mejor coach con quién he trabajado. Su gran esfuerzo tenía repercusiones en todos los jugadores. Hacía lanzamientos de práctica por horas todas los días. Hizo eso por 10 o 12 años”.
Hriniak practicaba la controversial filosofía de bateo de Charlie Lau, quién básicamente le pedía a los bateadores soltar la mano superior del bate una vez que hacían contacto.
Después que abandonó a los Medias Rojas de Boston para trabajar como instructor de bateo de los Medias Blancas de Chicago, el toletero Frank Thomas se convirtió en su principal discípulo y trabajaba con él hasta en vacaciones.
Su carrera como pelotero activo sufrió un bache a raíz de un accidente de tránsito en el cual falleció un compañero de equipo. Él paso varios meses lesionado. Hasta ese momento había bateado dos veces sobre trescientos en sus primeras campañas en las Ligas Menores.
Después que firmó y antes de ser enviado a su equipo de Ligas Menores la gerencia lo llevó a Milwaukee para practicar con el equipo grande. Allí compartió con Eddie Matthews y Hank Aaron, sus héroes de las barajitas.
Los Bravos lo convirtieron en catcher y subió a las Grandes Ligas en septiembre de 1968. En un juego se fue de 3-0 ante los Gigantes. El siguiente día reemplazó a Joe Torre 15 minutos antes del play ball, por molestias en la espalda. Cuando vino a batear Willie Mays, Hriniak se quedó pasmado viendo el swing de Mays, entre lanzamientos. Ante la mirada de pocos amigos de Mays, Hriniak se disculpó y le dijo que pensaba imitar su estilo. Ese día bateó dos imparables ante Juan Marichal, ambos cayeron delante de Mays. También le bateó imparables a Bob Gibson y a Tom Seaver en una carrera donde bateó de 99-25.
En Natick todavía veneran el recuerdo de las hazañas de Hriniak en el deporte estudiantil, muchos jóvenes desean poder jugar al menos un deporte como lo hacía el rubio Hriniak, quién guarda cierto parecido físico con Mickey Mantle.
“Ojalá hubiese sido el próximo Mickey Mantle”, se lamenta Hriniak.
En una revista de los records de la LVBP en los años posteriores a la expansión de la 1965-66, encontré que Hriniak fue el mejor receptor defensivo de la Liga en la temporada 1968-69. Bateó para .293 en 242 turnos entre las temporadas 1968-69 y 1969-70 con Magallanes.
Alfonso L. Tusa C.
jueves, 8 de julio de 2010
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