Scott Lauber. 20-03-2011
Desde los quince años hasta hace poco tiempo, Jon Lester el pitcher zurdo de los Medias Rojas de Boston, practicaba cada invierno con Mark Potoshnik. Y cuando recibió el visto bueno para que reanudara su carrera como lanzador luego de recibir tratamiento contra el cáncer en 2006, Lester llamó a Potoshnik para lanzar pelotas.
Pero Potoshnik nunca necesitó examinar a fondo a Lester para saber que alcanzaría niveles tan altos. “Primero, especialmente en el béisbol profesional, se necesita tener
las herramientas, y su caja de herramientas estaba llena”, dijo recientemente en una entrevista telefónica el entrenador de Lester en la Northwest Baseball Academy de Lynnwood, Wash. Era un zurdo grande y atlético que podía lanzar a 90 millas. Esos no crecen en los árboles”.
“Combina eso con una muy particular ética de trabajo y el deseo de mejorar, y saber que para enfrentar el mundo tendría que hacer buenas decisiones, donde muchos jóvenes se han equivocado, siempre supe que mientras se mantuviera sano lo iba a lograr. Nunca dudé de él por un segundo”.
A través de los años, comenzando con cuando Lester lanzaba en Bellarmine Prep cerca de Tacoma, Wash., Potoshnik lo ayudó a mejorar su ahora impecable mecánica de pitcheo y a desarrollar un pitcheo quebrado efectivo. Tambien trabajaron en la recta cortada que se ha convertrido en el arma más grande de Lester.
Lester, ahora de 27 años, fue seleccionado por los Medias Rojas y acordó firmar por un bono de 1 millón de dólares en 2002. Desde que él y su esposa Farrah, se mudaron a Georgia hace unos pocos años, regresa a casa en Tacoma cada vacación y hace el recorrido de una hora por lo menos dos veces a la semana para trabajar con Potoshnik.
Había momentos cuando Lester no dominaba. En sus primeras 47 apariciones en las menores, tuvo marca de 13-16 con 3.95 de efctividad. Pero Potoshnik recuerda que su actitud ante cada nuevo reto, incluyendo reponerse del linfoma de células grandes anaplástico, siempre permaneció igual.
“Jon siempre ha sido muy enfocado, y siempre ha tenido la habilidad para decir, ‘Ok, esto es lo que necesito para mejorar’”, dijo Potoshnik, quién también asesoró al relevista de los Medias Rojas Bobby Jenks en sus años de secundaria. “Con su rehabilitación y terapia para el cáncer, era el mismo estado mental. Era, ‘Ok, esto es lo que tengo que hacer para mejorar, y lo voy a hacer’”.
Hay que contar a Potoshnik entre aquellos que pensaron que Lester ganaría el juego de asegurar la Serie Mundial de 2007, lanzaría un juego sin hits ni carreras (19 de mayo de 2008 ante los Reales de Kansas City), lograría una temporada de 19 victorias y su primera aparición en el juego de estrellas el año pasado, y emergería como un legítimo as y un perenne contendor por el premio Cy Young de la Liga Americana.
La noticia de la semana pasada que anunciaba a Lester como el abridor del juego inaugural de los Medias Rojas el 1º de abril en Texas, no fue nada que Potoshnick no pensara que su antíguo protegido lograría algún día.
“Sólo con jugar a hacer lanzamientos largos cuando el tenía 15 años, podías verlo”, dijo Potoshnik. “Zurdo, atlético, y podía lanzar. Eso siempre es una buena combinación. Aún a los 15 años, parecía que podía hacer cualquier cosa que le pidieras”.
Los Medias Rojas lo han comprobado, algunas cosas no cambian.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 23 de marzo de 2011
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