Nick Cafardo. 20-03-2011
Bradenton, Fla. Nos gustan los peloteros que frotan tierra en sus manos, escupen en sus heridas y juegan con dolor.
Nos gustan los peloteros con dinamismo y personalidad, aquellos que aprecian todos los días el usar un uniforme de Grandes Ligas.
Marco Scutaro es uno de esos tipos.
Cualquiera que hubiese sentido tanto dolor como el que sintió Scutaro en su hombro y cuello la temporada pasada, no tenía motivo para jugar el shortstop de los Medias Rojas de Boston. Pero Scutaro lo hizo. ¿Saben por qué lo hizo? Porque no quería abandonar aquello por lo que trabajó tan duro: una oportunidad de ser regular en Grandes Ligas.
“Pasé tanto tiempo en el banco que siempre quiero jugar”, dijo Scutaro. “Esa es una de las razones por las cuales al final de la temporada el año pasado, cuando supe que no podía lanzar desde el shortstop, con Pedroia lesionado, les pregunté si podía jugar segunda base”.
Jed Lowrie llama la atención con su potencial ofensivo, y José Iglesias por su centelleante defensiva. Iglesias pareciera que será el shortstop regular de Boston en 2012 y quizás por muchos años, pero hay aprecio y respeto por Scutaro entre los coaches de los Medias Rojas y el manager Terry Francona.
“Es un buen pelotero”, dijo el antíguo gerente general de los Azulejos J.P. Ricciardi, ahora asistente especial de los Mets. “Te da todo lo que tiene y puede ser un pelotero muy efectivo con el madero, con poder ocasional. Es muy sólido al campo”.
“ Realmente es un tipo grandioso para cualquier equipo. Fue un utility la mayor parte de su carrera, pero ha sido capaz de ajustarse a ser regular y jugar duro todos los días”.
Algunos utilitys tienen alcance limitado, pero en los últimos dos años, Scutaro echó por tierra la sospecha de que se agotaría al jugar todos los días o que no sería tan efectivo si jugara una sola posición.
El año pasado, terminó participando en 150 juegos.
Él tuvo un nervio presionado en su cuello y luego su hombro se descontroló. Se atrofió, a menudo él le mostraba a los reporteros la diferencia en tamaño entre sus bíceps. Fue asombroso como lo manejó, pero batalló ante eso.
Scutaro recibía una inyección ocasional de cortisona y estaba “bien por un par de días, pero entonces me sentía terrible por los próximos 10”.
Pero con todas las lesiones de los regulares, Pedroia, Kevin Youkilis, Victor Martinez, Jacoby Ellsbury, Scutaro se mantuvo en juego. Terminó siendo el abridor de la alineación una buena parte de la temporada, aun cuando no tiene mucho de abridor. También terminó siendo el jugador del cuadro que el equipo necesitaba para salir a hacer el trabajo razonablemente bien de acuerdo a las circunstancias. Si usted se pregunta porque los Medias Rojas le dieron un contrato de 2 años por 12.5 millones de dólares a Scutaro, pronto reformulará la pregunta, porque ese contrato bien vale la pena.
“Cuando se es un tipo pequeño como yo, tienes que ser duro”, dijo Scutaro. “No tienes otra opción”.
Aún con las lesions, Scutaro alcanzó números cercanos a los que logró en Toronto el año anterior. Bateó .282 con 12 jonrones y 60 carreras empujadas para los Azulejos en 2009, luego .275 con 11 jonrones y 56 empujadas con los Medias Rojas en 2010.
Al campo, se siente como la noche y el día para Scutaro. La última temporada, sintió que nunca podría volver a lanzar una pelota. Era como si un cuchillo le atravesara el hombro, por lo que recortó el movimiento para lanzar. Ahora ha regresado a su movimiento natural, pero limitando el número de roletazos que toma en el infield. Tuvo tratamiento en el hombro, en el programa de lanzamiento del equipo, en vez de operarse.
“Todo ha salido bien”, dijo Scutaro. “Es cuestión de levantarse y sentirse bien y en forma para competir. Fue duro hacer un montón de trabajo extra el año pasado, hasta en la jaula de bateo. Tuve que hacer muchas cosas, paños calientes, anti-inflamatorios, hielo y calor, con tal de jugar. Algunas veces era muy frustrante. Pasé por muchos altibajos. En la primera mitad, lidié con el nervio, cuando recuperé la fuerza, empezó el dolor en el hombro. Fue una cosa detrás de la otra. Nunca me sentí bien”.
Para el futuro, Scutaro de 35 años, estará entrando a esa edad donde los equipos no lo apreciarán como regular. Por lo menos no en la posición de campocorto.
“Siento que aún puedo jugar”, dijo Scutaro. “El año pasado fue muy duro para mí. Nunca he estado en la lista de incapacitados. Me enorgullezco de jugar en cualquier partido que necesite jugar”.
“Sé que me estoy poniendo un poco viejo, pero todavía estoy en buena forma”.
“Miren a Omar Vizquel, tiene 43 o 44 años y pareciera que tiene 25. Mientras te mantengas sano, puedes salir al campo y competir con cualquiera”.
“No puedo manejar otro año como el anterior. Eso fue muy duro. Pero aprendes mucho de ti y de tu cuerpo”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
martes, 22 de marzo de 2011
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