martes, 21 de junio de 2011

Como el pitcher de los Piratas de Pittsburgh Charlie Morton, afinó su movimiento y salvó su carrera

Paul Daugherty. Sports Illustrated

Una pelota de béisbol hará lo que se le indique. Apriétela de cierto modo, láncela con cierto movimiento, suelte el brazo de esta forma o de la otra para hacerla bailar. La pelota hace lo que le ordene. No piensa por su cuenta, aún cuando le pueda volver loco. Pregúntele a Charlie Morton.
Hace un año, Morton comenzó la temporada con las peores 10 aperturas en el béisbol desde 2000. Él tuvo marca de 1-9, con efectividad de 9.35. Este año, el derecho de los Piratas de Pittsburgh ha ganado seis de nueve decisiones. Tiene oportunidad de integrar el equipo de estrellas. Todo lo que hizo falta fue darle a la pelota unas pocas instrucciones diferentes
Morton estaba en el campo antes de un juego en PNC Park la semana pasada. Alguien le pidió que describiera la forma como está lanzando la pelota ahora, tan distinta a la de hace un año. Es un ejercicio de física simple. Tan simple, que cualquiera se pregunta porqué Morton, de 27 años, no lo hizo años atrás, antes de que su carrera casi muriera. Él se pregunta la misma cosa.
“Estaba manejando mi cuerpo para lanzar la pelota por encima del brazo”, dice él. Morton lleva su brazo derecho lejos por detrás de su cabeza, se pensaría que golpearía su oreja en el movimiento. “Estaba halando mi cuerpo de esta forma”, dice él, inclinándose hacia la izquierda, “para poner mi brazo de esta manera” lo cual era justo por encima del brazo.
Eso no era natural. No se sentía bien. Todo comenzó cuando él era un niño. Un niño grande, largo y espigado. Los coaches y managers miraban a Morton, ahora de 6 pies 5 pulgadas y 230 libras, y veían un envío grande por encima del brazo que soltaba una recta de 95 millas y una curva impresionante, típico de Roger Clemens. Cada cual quiere entrenar al próximo Roger Clemens. Pero no es tan simple. Tal vez por eso es que solo ha habido uno.
Morton no es un tipo que habla mucho de si. “Eso lo hago en mi mente casi siempre”, explica él. Así que siempre escuchaba. Y veía como se le caía la gorra.
“Sentía que estaba atrapado en una situación de la que no podía salir”, Morton dijo de la última temporada. Después del desastre del 1-9, los Piratas lo bajaron. “En el dugout del equipo Triple A me preguntaba que iba a hacer con mi vida”, recordó Morton.
Había escuchado que su repertorio era muy bueno, eso complicaba más las cosas. “Si soy tan bueno ¿por que estoy lanzando de está forma? No sólo estaba enfrentando al bateador contrario, tambien lo hacía contra mí”, explicó Morton.
Regresó a las mayores la temporada pasada, terminó con marca de 2-12. Nadie sabía que haría Morton esta temporada.
La desesperación es una gran motivadora. Luego del año pasado, Morton estaba dispuesto a intentar cualquier cosa. “Él estaba más flexible”, fue como lo describió el coach de pitcheo de los Piratas Ray Searage
¿Qué tan malo era esto?
Al comienzo de la temporada pasada, Morton hizo amistad con un camarógrafo de televisión, cuya ubicación estaba al lado del dugout de los Piratas. El tipo le habló a Morton de una cita de Shakespeare: “No tengas miedo a la grandeza”.
De la forma como es Morton, se tomó la cita en serio. “El año pasado tenía miedo por lo que iba a pasar cada vez que lanzaba”, dijo. “No era lo suficientemente maduro para aceptar la responsabilidad de subir al montículo cada quinto día”.
Charlie Morton adoptó un movimiento de pitcheo a tres cuartos de brazo en el entrenamiento primaveral e inmediatamente vio resultados positivos.
Searage y Jim Benedict, el coordinador de pitcheo de ligas menores de los Piratas, fueron a ver los videos. Estudiaron a Morton desde la secundaria. Vieron a un pitcher muy bueno para que lo batearan tan duro, ellos encontraron el por qué. Las razones descansan profundamente en el dominio místico y racional de la mecánica de pitcheo: ángulos de lanzamiento, puntos donde se suelta la pelota, agarre de la recta. Pregúntele a un golfista que describa sus movimientos, él le dirá que todo tiene que ver con sentirse agusto. Pitchear no es muy diferente.
“Cada quién tiene su propio ángulo de lanzamiento”, dice Searage. “El de Charlie es a tres cuartos de brazo detrás de la cabeza”.
En febrero, Searage y Benedict trajeron a Morton, le mostraron el video y comenzaron a trabajar: “Lanza de la manera que Dios te proveyó para que lo hicieras”, Searage le dijo a Morton. “Aléjate de tu cabeza. Eso te dará más libertad para mover tus grandes músculos”.
“No tardó mucho tiempo en convencerse. Un hombre hambriento cenaría en un basurero sin lamentarse. Como dice Morton, “Estoy compitiendo por un trabajo. No tengo opciones. Soy todo oidos”. Morton empezó con lanzamientos largos. No podía creer lo bien que se sentía, cuan fácil era. Morton estaba sorprendido. Sus ojos miraron hacia arriba, en parte por alivio, en parte por gratitud, en parte por ¿donde había estado esto toda mi vida?
“Caramba Ray”, le dijo a Searage, “me está yendo muy bien”.
“Sigue lanzando así Chuck”, dijo Searage. “Sigue así”.
Lo próximo que hizo Morton fue lanzar práctica de bateo. Lyle Overbay vino a batear. Overbay, 34, está en su primera temporada con los Piratas. Jugó tres años en Arizona, dos en Milwaukee y cinco en Toronto. Morton le vino a Overbay con una recta de 95 millas que se hundió.
“Él lanzó una curva que se cayó de la mesa”, Overbay recordó la semana pasada. “Dije, caramba, ¿también tiene eso? Entonces lanzó una recta cortada de 92 millas y me dije: ¿Qué está pasando aquí?”
Ahí fue donde Overbay comparó a Morton con el actual ganador del Cy Young de la Liga Nacional, Roy Halladay de los Filis. La semana pasada, Overbay agregó esto: “Este es Roy Halladay con un mejor repertorio. El control de Roy lo pone en la élite de la élite. Charlie todavía no está ahí con su control. Pero una vez que esté…”
Morton comenzó a ver videos de Halladay. “Ellos me dijeron que querían que lanzara a tres cuartos. Necesito una referencia. Overbay me dice que me parezco a Halladay, así que vi algunos videos. Quiero ver que hace con su cuerpo”, dice Morton. Morton niega la noción de que “copió” el estilo de Halladay:
“Desde atrás, nuestro movimiento parece similar. En perfil, desde un lado, no somos iguales”. No es que eso importe. Cualquiera puede simular un lanzamiento. No cualquiera puede lanzar una recta que se hunde a 95 millas.
El abridor de los Piratas Jeff Karstens hace la mayor parte de su trabajo de dias libres, los mismos días que Morton. Él está celoso del repertorio de Morton. “Lo veo lanzar y me enfermo”, dice Karstens. “Su repertorio es cortante. Apenas tocamos la superficie con Charlie”.
Morton ha simbolizado la resurrección de los históricamente moribundos Piratas. Hasta que los Mets lo zarandearon con seis carreras limpias en cuatro innings en su última salida, Morton había clasificado entre los cinco mejores abridores de la Liga Nacional en efectividad. Aún con marca de 6-3, su efectividad de 3.08 se ubica novena en la liga. Ese sinker ha hecho de Morton el lider de Grandes Ligas en outs por roletazos.. Mientras tanto, los Piratas tienen la quinta mejor efectividad en la Liga Nacional. Sus abridores clasifican cuartos en la misma categoría. Eso es de mucha ayuda, dado que su ofensiva ocupa el puesto 26 de la Gran Carpa en carreras anotadas.
Morton sabe que su fortuna ha cambiado con un simple ajuste de su brazo. Entiende que sus envíos han sido liberados, que está lanzando de la mejor manera- El sabe que el éxito tempranero de este año le ha dado una confianza en si mismo que nunca había tenido. No le tengas miedo a la grandeza.
“Él tenía miedo de que le batearan el año pasado”, asi lo entendía Karstens. “Era algo inseguro. Ahora, lanza sinkers 90 % del tiempo, y aun cometiendo errores salen batazos por el piso. Ahora Charlie le dice a los bateadores, ‘Aquí está. Bateenla’”.
Morton entiende la física de todo esto. Esto no lo hace menos sorprendido con el giro que dio. “Todos esos años”, dice él. Morton piensa mucho. Trató de analizar lo que le ocurrió el verano pasado, a veces trata de entender en profundidad el éxito que tiene ahora. “Pienso demasiado”, dice él. “Esa probablemente es una de mis fallas. Analizar situaciones me trae problemas”
Ocasionalmente durante los juegos, el catcher de los Piratas Chris Snyder le ha hecho visitas en el montículo para decirle a Morton: “Lo estás haciendo muy bien. Deja de pensar y solo lanza”.
Cuando estaba en su punto más bajo, Morton se refugiaba en las nostálgicas inspiraciones de un músico tejano llamado Ryan Bingham. Un cantautor, Bingham abandonó un hogar destrozado cuando era adolescente, para domar toros y tocar guitarra en clubs nocturnos. Después de muchos años de fracasos, Bingham ganó un Grammy por su canción “The Weary Kind” que apareció en la película ganadora del premio de la academia, Crazy Herat.
“Levanta tu corazón loco y haz un nuevo esfuerzo”, cantó Bingham.
“Su historia es muy inspiradora”, dice Morton.
Morton colecciona guitarras. Hace ocho años, aprendió a tocar por su cuenta. Le gusta el blues, en particular el trabajo del finado Stevie Ray Vaughn. No es difícil imaginar a Morton la temporada pasada, dándole a su propio blues alguna terapia de guitarra. “Toqué un poco el pasado verano”, dice.
“Toda mi carrera me han dicho que tengo el talento para lograr grandes metas. Nunca las logré. Hicimos un ajuste, y las cosas están saliendo mejor. ¿Me reinventé?” Morton pregunta. “Reinventarse es un término muy preciso”.


Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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