lunes, 18 de junio de 2012

¡Gracias por no fumar! Grande Chiquitín.

Hay frases difíciles de pronunciar. Pueden interpretarse como sermón. Pueden convertir en aborrecibles a quién se atreva pronunciarlas. Hasta que llega alguien que sabe enfocarlas y logra alumbrar un trayecto duro de transitar. La perseverancia y el tono amistoso develan el rumbo difícil y aportan recursos para el camino. Eso transmitía Herman Chiquitín Ettedgui cada vez que reconocía a su audiencia televisiva “¡Gracias por no fumar!” Sabía de las andanzas deportivas de Chiquitín. Beisbolista Profesional y corredor de cien metros planos fueron las especialidades que más conocí de él, seguramente por mi inclinación hacia esos deportes. Escuchando los juegos de pelota y las carreras de caballos con mis hermanos muchas veces escuché: “Anotador oficial: Chiquitín Ettedgui”, o “El comisario Chiquitín Ettedgui junto a sus compañeros está observando la repetición de la carrera”. Varias veces me tope con más de un artículo en la página deportiva del diario El Universal. La vista discurría un sendero refrescante hasta preguntar “¿Por qué se acaba aquí?” Cuando regresaba al encabezado, las letras pequeñas decían Chiquitín Ettedgui. Una mañana sabatina leí en Meridiano que TVN5 transmitiría la pelea por el campeonato mundial pluma entre Rubén Puas Olivares y Alexis Arguello. “Chiquitín Ettedgui estará a cargo de la transmisión”. La recepción visual de la Televisora Nacional era muy defectuosa en Cumanacoa. Aún con las características de la narración televisiva pude seguir al detalle cada pasaje de la pelea, incluído el ritmo emocional del enfrentamiento. Aún puedo escuchar a Chiquitín: “El Puas Olivares, no puede más señores. Este muchacho Arguello tiene dinamita en las manos”. Lo encontré otro sábado a la salida del centro comercial La Casona de San Antonio de Los Altos. Hablamos del tema deportivo cual amigos de siempre. Le pregunté por su experiencia junto a su sobrino Carlos Alberto Hidalgo en el circuito radial de los Llaneros de Acarigua en la temporada 1968-69. “Esa es una experiencia que nunca olvidaré. Carlos Alberto no llegaba a los veinte años. Le expliqué al principio todas las vicisitudes que le toca vivir a los integrantes de un circuito radial. Me dijo que él estaba listo para eso. Siempre fue un muchacho muy voluntarioso, le gustaba mucho el béisbol y lo estudiaba mucho. Llegó un juego cuando le dije: “Ok, hoy harás los comentarios finales del juego tú sólo”. Pasó todo el juego sudando más que de costumbre. Cuando llegó el noveno inning le dije. “¡Vamos sobrino, deje la sudadera, que usted tiene guáramo y conocimientos para hacer este trabajo!” Carlos Alberto sonrió y me abrazó. A principios de la década de 1980 luego de las extenuantes jornadas de las prácticas de laboratorio, biblioteca o clases teóricas en el IUT Cumaná, hacía higiene mental cuando me subía al bus, soltaba la mirada entre el canal de regadío y los pájaros picoteando mangos. Luego apretaba los dedos para que el tráfico me permitiera llegar a casa a tiempo de ver “El Apasionante Mundo del Deporte” un programa de variedades que tenía Chiquitín en Venezolana de Televisión. Allí lo vimos comentar sobre los atletas de pista Sebastian Coe, William Wuycke; los beisbolistas Antonio Armas, Marcano Trillo, Manuel Sarmiento, Oswaldo Olivares, Carlton Fisk, Dwight Evans, Carl Yastrzemski; los futbolistas Iker Zubizarreta, Cheché Vidal, Fósforo Cedeño, la judoka Natasha Hernández, la tenista Marlin Noriega y tantos otros episodios que me hacían reencontrar razones para mirar la vida con optimismo. Antes de despedirnos en La Casona Chiquitín refirió el episodio del último juego de la Serie del Caribe de 1979. “Los importados del Magallanes amenazaron con abandonar el equipo si no les pagaban de inmediato un dinero que les debían. Joseíto (Dr. José Ettedgui) me llama y me dice lo que está pasando. Le dije que me diera un tiempo para ver que se podía hacer y conseguimos la plata con un apostador venezolano que estaba en la Serie del Caribe. Los peloteros se tranquilizaron y Magallanes le ganó a México el partido decisivo”. Antes de irse le pregunté por la vez que estuvo como comentarista del circuito radial del Magallanes. “Fue una de las épocas más difíciles del Magallanes, en plena sequía de principios de los ’80. Magallanes andaba muy mal, pero siempre hay que buscar alguna esperanza en el temporal. Eso era lo que hacía después de los juegos”. En la entrega del premio del II Concurso de Literatura y Beisbol auspiciado por la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Chiquitín se me acercó. “Esa Temporada Mágica del Magallanes de 1969-70, todavía la disfruto. Hace falta que se escriba más de esos momentos grandes del deporte venezolano”. Particularmente siempre escucharé esa frase en toda su profundidad y pertinencia. “¡Gracias por no fumar!” Alfonso L. Tusa C.

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