miércoles, 24 de octubre de 2012

De Gigantes y Tigres

Arranca otra Serie Mundial. Expectativas escurren por las gradas de AT & T Park y Comerica Park. ¿Coronará Miguel Cabrera su gran temporada 2012 con un título de Serie Mundial? ¿Continuará la inspiración de Marco Scutaro en el Clásico de Octubre? Un grupo de muchachos juega “paredita” a una cuadra del estadio. Hay barajitas de cartón, cartulina, papel y hasta de cajas de fósforo. En un solar de asfalto asediado por matorrales otro grupo disfruta un juego de béisbol. Los nombres de Omar Infante, Pablo Sandoval y Gregor Blanco rebotan en la superficie asfáltica. De la pared precipitan en espiral barajitas de Ramón Monzant, César Gutiérrez e Isaías Chávez; mezcladas. El juego y la “paredita” se detienen por momentos. Una esencia de sudor y alcanfor anestesia el aire. ¿Quién es ese flaco que lanza durísimo? Los peloteros voltean hacia los muchachos que entraron al dugout. Un pitcher completaba el wind up en Polo Ground, del dugout salían vítores. “Let`s go Ray Monzant”. De un lado y otro del solar brincan nombres. ¿Tú piensas que con Justin Verlander y Anibal Sánchez es suficiente pitcheo para que los Tigres le ganen a San Francisco? El bateador de turno se estruja los ojos. ¿Por qué estoy viendo todos esos pitchers? ¿Quién es Schoolboy Rowe? ¿Y Tommy Bridges? ¿Y General Crowder? Esos tipos usan unos uniformes que parecen sacos de harina. La próxima barajita cae desde una pared del dugout. Willie Mays corre de espaldas tras una pelota que parece bañarlo, la atrapa frente a sus ojos. Los muchachos estiran las miradas. ¡Como la atrapada de Gregor Blanco en el juego perfecto de Matt Cain! Tampoco está muy claro que con Cain y Barry Zito los Gigantes tengan todo asegurado. Si pasaran a Tim Lincecum a la rotación de abridores otro gallo cantaría. A media mañana empiezan a gravitar estampitas en blanco y negro. Hubo varios choques de cráneos. ¿Quién es Tim Keefe? Ed Crane, ¿Dónde están los guantes de estos tipos. ¡Christy Mathewson! Casi nada. Seguro que si ese lanzara hoy, ni Miguel Cabrera le vería luz. Un chasquido metálico saca chispas en el piso del dugout. Infante y Scutaro se asoman en la escalera. Un short stop pequeñito maneja una pelota en el hueco y se la pasa a un segunda base larguirucho que suelta por debajo del brazo para marcar el dobleplay. “De Vizquel a Marcano Trillo se completa la jugada, los Gigantes siguen adelante”. El siguiente bateador pasa la mano por la frente. Ya va. De Mickey Lolich y Denny McLain, Jack Morris si he oído hablar. Yo si creo que Verlander y Sánchez al menos pueden llegar a lanzar como ellos en la Serie Mundial. El pitcher se sonrió y volteó hacia los matorrales. Flotando entre la pared y los bancos del dugout había barajitas de un tal Phil Douglas y Jack Scott. Los muchachos seguían extrañados de aquellos peloteros de pantalones bombachos y guantes rudimentarios. Sólo cuando apareció Carl Hubbell, Johnny Antonelli y después Juan Marichal y Gaylord Perry, volvieron los comentarios y los murmullos en el dugout. ¿Quién es ese muchacho que sube el pie hasta el cielo como Marichal y ha tenido la osadía de dominar a Ron Santo y a Ernie Banks? Los muchachos agarraron las barajitas y corrieron hacia el dugout. ¡Mira es el Látigo lanzando contra los Cachorros de Chicago! El próximo lanzamiento salió de línea entre las grietas del asfalto del right y center field. Cuando el muchacho pasó sobre el cartón de la primera base saltó. Igualito que el doble que bateó César Gutiérrez cuando ligó de 7-7. Y eso es lo que puede hacer Cabrera en esta serie. La próxima barajita cayó de filo sobre el banco, la melena de Lincecum ondeaba en 2010. El muchacho que la agarró preguntó ¿Cuántas Series Mundiales ha ganado cada equipo: Gigantes: 1888, 1889, 1905, 1921, 1922, 1933, 1954, 2010. Tigres: 1935, 1968, 1984. Alfonso L. Tusa C.

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