sábado, 12 de enero de 2013

La corte de los canguros

En medio de los pellizcos de ver elevados de rutina caer entre los jardineros e infielders magallaneros, el colmo de un beisbol lleno de imprecisiones donde pareciera que Luis Rodríguez puede batearle con los ojos cerrados a cualquier lanzador navegante, que Josh Kroeger se embasa en todos los turnos y los relevistas carecieran de suficientes recursos para cumplir su trabajo, imaginé por un instante el juego de los años 60 y comienzos de los 70, Earl Weaver, Dick Williams, Danny Murtaugh, Frank Robinson, Don Baylor. Entonces, además del liderazgo activo del manager, existía una especie de tribunal entre los peloteros que llamaban la Corte Canguro. Resultaba muy esporádico observar peloteros fallando en los fundamentos del juego. Weaver estaba pendiente de cada jugada de los Orioles de Baltimore segundo a segundo. Al terminar cada episodio siempre tenía algún comentario para tal o cual jugada. Y al terminar el juego los peloteros liderados por Robinson, se reunían para analizar las jugadas deficientes, nunca debes ser out en tercera con dos outs, nunca debes vender la pelota en cuenta de 0 bolas y dos strikes, siempre debes estar atento al sonido de la pelota con el bate y comunicarte con tus compañeros en todo el juego, con cada análisis venía una multa para el infractor, ese dinero iba a un pote que los jugadores usaban para realizar alguna fiesta al final de la temporada o lo donaban a instituciones benéficas. En un entrenamiento primaveral en 1969 o 1970, Baylor dio unas declaraciones a la prensa. Dijo que aquel iba a ser su año y que sería jardinero titular de aquellos Orioles que entre otros tenían a Robinson, Paul Blair, Don Buford, Merv Rettenmund. Que él había encontrado su momento con el guante y el bate. Al dia siguiente Robinson leyó las declaraciones en la corte canguro. Aquí todo el mundo se ha fajado durísimo para ser regular, y lo mismo debes hacer para comprobar lo que declaraste. En el dugout de los Piratas de Pittsburgh, Murtaugh hablaba con las miradas, cada vez que sus peloteros regresaban al dugout luego de un episodio difícil, solo con graduar la brillante, al menos los que habían protagonizado los errores se sentaban a su lado y reflexionaban lo que debían hacer para mejorar. Tony Gwynn recuerda mucho que en uno de sus primeros juegos con los Padres de San Diego se le cayó un elevado de rutina en el jardín izquierdo. Al llegar al dugout Dick Williams lo llamó. Le dijo que se quitara el uniforme y lo esperara en su oficina hasta que terminara el juego. Eres un gran pelotero, llegarás lejos, hoy nos hiciste mucha falta al final del juego. Pero hay algo que debes entender, los errores físicos son parte del juego. Los mentales hacen ver al beisbol horrible. Debemos cuidarnos mucho de eso. El propio Baylor multó a Roger Clemens el día que ponchó a 20 Marineros de Seattle en 1986. En medio de la corte canguro posterior al juego le dijo que por haber hecho un lanzamiento inadecuado en determinado momento se había hecho acreedor de la pena. Aquel lanzamiento pudo haber significado un momento difícil para el equipo. Al terminar el juego de anoche (11 de enero de 2013) respiré profundo. A mitad de madrugada me desperté varias veces. Había una reunión en el dugout del Magallanes. Luis Sojo caminaba ente Jean Machí, Enrique Gonzalez, Gabriel Alfaro y Luis Chirinos. Despues llamó a Elvis Andrus, Endy Chavez, Juan Rivera y Ezequiel Carrera. Las voces subieron y bajaron. Afuera varios canguros husmeaban la grama de los jardines. Alfonso L. Tusa C.

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