viernes, 4 de septiembre de 2015
La seguidilla de Orel Hershiser ocurrió en un juego diferente.
Bill Plaschke. Los Angeles Times. 23-07-2015.
Cuando Zack Greinke abandonó a los Dodgers el jueves en medio de su potencialmente histórica seguidilla de innings sin permitir carreras, para estar con su esposa Emily en el nacimiento de su primer hijo, usted no se imagina quien sonrió al recordar.
Orel Hershiser, cuya marca de 59 innings seguidos sin permitir anotaciones está siendo amenazada por la seguidilla de 43.2 innings de Greinke, también testificó un nacimiento durante su legendaria carrera en 1988.
Luego de estar ahí, siguió lanzando.
El 14 de septiembre de 1988, en Dodger Stadium, Hershiser lanzó un blanqueo de seis imparables en una victoria 1-0 ante los Bravos de Atlanta.
Un día después, su entonces esposa Jamie tuvo a su hijo Jordan mediante parto inducido.
Cuatro días después, Hershiser lanzó un blanqueo de cuatro imparables en una victoria 1-0 sobre los Astros de Houston.
“Estoy emocionado por Zack y su familia, el está haciendo lo que tiene que hacer”, dijo Hershiser, ahora narrador de los juegos del equipo. “Cuando yo jugaba, el juego era diferente”.
Aunque Hershiser ha rechazado hacer comparaciones, la suya también fue una seguidilla diferente.
Mientras lo que Greinke ha cumplido ha sido sorprendente, lo de Hershiser fue simplemente impactante, una demostración de grandeza de la cual los simples números no bastan para hacer justicia. Greinke podría alcanzarlo, pero es difícil imaginar que alguna vez alguien pueda igualarlo.
“Nunca lancé una pelota tan duro como Zack Greinke”, protestó Hershiser el jueves en una llamada telefónica desde Nueva York, donde Greinke estaba programado para enfrentar a los Mets el viernes antes de correr a cumplir apropiadamente con su deberes de papá. “Nunca lancé una pelota en toda mi carrera tan bien como Greinke y Kershaw están lanzando. Ni siquiera estoy en ese grupo. Estos tipos están en otro nivel”.
Pero por un mes en 1988, Hershiser existió en un plano aún más alto, uno que no pudo ser igualado por la seguidilla de 41 innings sin permitir carreras de Kershaw la temporada pasada, y uno que no será igualado si Greinke lo supera en las próximas semanas.
“Estoy brindando por esto, quiero que esto ocurra, yo tuve mi día”, dijo Hershiser. “Quiero que Zack y el próximo equipo de campeonato de los Dodgers tengan su día”.
Si, pero quizás valga la pena hacer una pausa para recordar el día del bulldog.
La seguidilla de Hershiser incluyó cinco juegos completos seguidos en medio de una carrera por el banderín, rematada por 10 innings en blanco en su apertura final de la temporada. Para efectos de comparación, Greinke no ha completado ninguno de los seis juegos durante su seguidilla de mediados de verano, y ha lanzado tanto como ocho innings solo dos veces.
“Todo eso se debe a la gerencia del juego, estoy seguro que Zack completaría juegos si se necesitara que él lo hiciera, el hace lo que ellos piden”, dijo Hershiser. “En mi caso Tommy LaSorda siemp`re decía, ‘Si estuvieras jugando poker, ¿te levantarías de la mesa para que alguien más jugara por ti? Entonces ¿por qué vas a dejar que el bullpen termine tus juegos?’”
Cuando Hershiser empató el record de Don Drysdale después de nueve innings de empate sin anotaciones el 28 de septiembre en san Diego, le dijo a LaSorda que iba salir del juego.
“Habíamos asegurado la división, el juego no significaba nada, y que bueno hubiera sido que dos Dodgers compartieran el record, recordó Hershiser. “Pensé que la situación era perfecta, quería estar ligado con Big D por siempre”.
Cuando LaSorda oyó a Hershiser hacer su argumento en el dugout, simplemente agitó su cabeza y se fue caminando como si estuviese hablando con un loco.
“¡Vas a salir allá afuera!” le gritó a Hershiser, quien mansamente tomo su guante y trotó hacia la historia.
Y ¿quién estaba en el dugout esperando por Hershiser después del inning donde impuso la nueva marca, con el marcador todavía igualado 0-0? Era Don Drysdale, quien había bajado desde su lugar habitual en la caseta de transmisión del equipo para abrazarlo y conducir la primera entrevista radial en medio del juego, de la historia de los Dodgers. El juego, incidentalmente, no fue televisado en Los Angeles porque era a finales de temporada y todas las fechas de transmisión se habían agotado.
La seguidilla de Hershiser sorprendentemente se extendió en la postemporada, donde ocho innings en blanco en el primer juego del playoff contra los Mets le dieron 67 innings en blanco.
“Teníamos un equipo muy bueno, no se trataba de mí, yo siempre fui solo una parte del equipo”, dijo Hershiser.
Once días después de establecer la marca, un día después que su segunda apertura del playoff durara siete innings en clima frío, Hershiser hizo los tres envíos más importantes de la temporada viniendo del bullpen.
Era la 1 a.m pasada en Nueva York, en el duodécimo inning de un cuarto juego retrasado por la lluvia contra los Mets. Los Dodgers se habían quedado sin relevistas, así que Hershiser se ofreció como voluntario para estirar su brazo cansado y enfrentar un bateador. Entró al juego con las bases llenas y dos outs, hizo tres lanzamientos, retiró a Kevin McReynolds en elevado al centro que fue tomado de rodillas por John Shelby, y se acreditó el salvado que probablemente salvó la temporada.
“Lo que me había ocurrido durante la seguidilla siguió ocurriendo el resto de la temporada”, dijo Hershiser. “Los muchachos constantemente hacían grandes jugadas detrás de mí. Mi marca fue tanto colectiva como individual”.
Hershiser terminó la temporada con tres victorias seguidas de juegos completes, una contra los Mets en el séptimo juego y dos contra los Atléticos de Oakland en la Serie Mundial, la final terminó con el cátcher Rick Dempsey levantando a Hershiser en la celebración del campeonato. Resultó que la seguidilla fue solo el principio.
“No me levanto en la mañana y digo, ‘Este va a ser un buen día porque tengo la seguidilla”, dijo Hershiser. “Tengo este gran trabajo en una ciudad que amo, con equipo con el cual ganamos un campeonato mundial, por una aficiónque aún me saluda todos los días con sonrisas y aplausos. ¿Por qué habría de ser la única persona en mi mundo quien estaría disgustado de ver a Zack romper mi marca? Quiero que eso ocurra”.
Aunque sus seguidillas sean muy diferentes, hay una manera en que son exactamente iguales. Ambos trabajaron con ofensivas disminuidas, lo cual de acuerdo a Hershiser lleva a enfocar el juego bateador a bateador, eso puede resultar en una corrida de ceros.
“Cuando te dan una o dos carreras por juego, no puedes darte el lujo de embasar un corredor, cada out es importante, el foco es más fino”, dijo Hershiser, “Si estás ganando 5-0, siempre tratas de salir del inning, terminar el juego, permitir una o dos carreras no te preocupa mucho”.
Greinke no ha buscado consejos de pitcheo de Hershiser, no como Hershiser solía buscar a Drysdale. Pero Hershiser entiende que con toda la información de videos y estadísticas de hoy, los veteranos no necesitan asesorar mucho.
Aún así, si hay una pieza de sabiduría que a Hershiser le gustaría compartir, puede ser encontrada en la ubicación de la taza de plata que le entregaron los Dodgers en honor de la marca de la seguidilla. Él la tiene sobre una superficie de vidrio que colocó sobre un antíguo carrito funerario con otros premios, incluyendo su trofeo de jugador más valioso de Serie Mundial, como un sobrio recordatorio.
“Ese momento fue grande, lo recordaré siempre, pero felizmente avancé hacia otras cosas, y esa parte de mi vida está muerta”, dijo Hershiser. “Disfrútalo, aprecialo, pero reconoce que no dura para siempre”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Nota del traductor: Actuación de Orel Hershiser con los Navegantes del Magallanes en la temporada 1982-83 de LVBP: 15 juegos, 15 aperturas, 4 juegos completos, 6 ganados, 5 perdidos, 104.1 innings lanzados, 102 hits permitidos, 41 carreras limpias, 77 ponches, 27 boletos, 3.54 de efectividad.
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