martes, 10 de noviembre de 2015
Johan Santana de los Mellizos.
Destaca en su papel como abridor.
Baseball Digest. Noviembre 2004. Mel Antonen. USA Today.
Desde que ingresó a la rotación de Minnesota a mitad de la temporada 2003, el zurdo se ha convertido en el as del equipo.
El despliegue de objetos en la habitación del pitcher Johan Santana cuenta la historia de las primeras veces de su carrera. Tiene su uniforme, guantines de bateo de su primer juego de Grandes Ligas y su primera victoria. También tiene su primera pelota autografiada, de los Astros de Houston de 1994.
Esa pelota empezó el camino de su carrera. Se la entregó el scout de los Astros de Houston, Andrés Reiner, en 1995, cuando Santana tenía 15 años de edad. El scout manejó 10 horas en la zona montañosa de Venezuela para visitar a Santana y preguntarle si quería asistir a la academia de beisbol de los Astros ubicada en Valencia.
“Algunos de los nombres son difíciles de leer, pero para mí, esa pelota no tiene precio, porque me hace sentir muy bien con el beisbol”, dice Santana. “Alguien tocó mi puerta y dijo, ‘Usted no me conoces, pero yo a usted si’. Y me dio la pelota. Recuerdo haber pensado, ‘Tengo la oportunidad de ser beisbolista’”.
Santana, 25 años, es un pitcher zurdo quien desconcierta a los bateadores con una recta de 95 mph y un cambio de 74 mph. Los scouts dicen que el cambio de Santana es igual a los de Mark Mulder y Barry Zito de Oakland y Andy Pettite de Houston, considerados los tres mejores cambios del juego.
Santana, el único jugador llamado Johan en jugar en las Grandes Ligas desde 1900, de acuerdo a Elias Sports Bureau, salió del bull pen de los Mellizos y se unió a la rotación hace un año. Hasta finales de agosto él era el abridor clave en la carrera de los Twins por ganar un tercer título consecutivo de la división central de la Liga Americana.
Mike Sweeney (de los Reales de Kansas City) gritó cuando se ponchó ante el cambio de Santana”, dice el tercera base de los Mellizos Corey Koskie. “Eso fue debido a que Sweeney estaba haciendo swing 20 segundos antes que la pelota llegara al plato. Un bateador no puede sentarse a esperar el cambio porque siempre tendrá esa recta de 95 mph zumbando en el fondo de su mente”.
Despues de una operación en el codo en el receso entre temporadas para remover fragmentos de hueso, Santana empezó la temporada de 2004 lentamente, pero hasta el 29 de agosto, era uno de los pitchers abridores más calientes del beisbol, uno que nadie conocía.
Santana lanzó hasta el séptimo inning en 21 de sus primeras 28 aperturas este año. Ha permitido tres carreras limpias o menos en 18 de esos juegos.
Sus 213 ponches lideraron la Liga Americana por delante de Pedro Martinez, quien tuvo 188 para los Medias Rojas de Boston. Santana tiene al menos 10 ponches en 10 de sus 28 aperturas este año incluyendo un tope de este temporada de 13 el 6 de julio ante los Reales Kansas City.
“No trato de ponchar, pero los bateadores hacen swing y fallan”, dice Santana. “Cambiaría los ponches por más innings. Como abridor, mi trabajo es llegar lejos en el juego. Cuando ponchas, haces más lanzamientos y algunas veces sales temprano”.
Como papá.
Santana, quien no sabe porque sus padres lo nombraron Johan, creció en el pueblo de Tovar, Mérida, y no sabía lo que era el beisbol de ligas mayores. Él quería ser ingeniero eléctrico. Él creció jugando futbol y caimaneras de beisbol después de pasar las mañanas horneando pan en la panadería de su abuelo. Él quería ser como su padre, Jesús, quien trabajaba para una compañía eléctrica y jugaba shortstop para un equipo aficionado. A los 11 años, Johan asistió a su primer ensayo, llevaba pantalones cortos y una camisa sin mangas. Lanzó a la derecha para ser como su padre.
“Ellos me sacaron porque no lucía como un pelotero. Así que me fui a casa y busqué entre los uniformes y gorras de mi papá. Me hice con el más pequeño que encontré y regresé. Todo fue en grande”.
Entonces los entrenadores le dijeron que tratara de lanzar a la zurda. “Me preguntaron, ‘¿Con cual mano escribes?’ Y les dije ‘Zurdo’. Así que me dijeron que lanzara a ala zurda”.
Justo antes de la huelga de peloteros de 1994, los Astros vieron a Santana jugar como primera base y jardinero central en un torneo nacional en Venezuela para muchachos de 15 y 16 años.
Reiner, el fundador de la academia de beisbol de los Astros en Valencia y ahora asistente especial de la oficina principal, llamó para preguntar sobre hacer un viaje de 350 millas en carro hacia Tovar, Mérida, para visitar a la familia de Santana e invitar a Johan a la academia. La respuesta fue: No se puede.
“Ellos dijeron, ‘Andrés, olvídalo. No estamos invirtiendo’”, dice Reiner. “Dos semanas después, llamé otra vez. Fue la misma respuesta”.
“Dos semanas después, llamé otra vez para hablar con (el gerente general) Bob Watson. Le dije que necesitaba 300 o 400$ para hacer el viaje, y él sacó el dinero de su cartera”.
Reiner le mostró a Santana un folleto con una fotografía del sitio de entrenamientos primaverales de los Astros en Kissimmee, Florida. Santana quedó encantado. “Nunca había visto cuatro o cinco diamantes juntos. Eso me impresionó. Era hermoso”.
En enero de 1995, Santana fue a una estadía de tres meses en la academia, la cual fue diseñada para enseñarle a los prospectos de beisbol, inglés, destreza social, nutrición y finanzas básicas.
En la academia, Santana practicaba de 7:30 a.m a 1 p.m. Entonces iba al gimnasio para ejercitarse. Las clases de inglés empezaban a las 5 p.m. y luego tomaba otras clases en la noche.
“Él estaba muy emocionado de ir a la academia porque era una manera de salir de los problemas económicos para él y su familia”, dice Reiner.”Él podía ver un futuro. Y era un estudiante brillante. Nuestro profesor dijo que él era el mejor estudiante para aprender inglés”.
Triste adiós.
Santana recuerda el doloroso sentimiento cuando le dijo adiós a su padre mientras se alejaba en un bus.
“Fue triste de verdad”, dice Santana. “Cuando lo vi irse, yo estaba llorando. Dije, ’No creo que pueda hacer esto’. Pero entonces me dije que iba a hacerlo por mi familia”.
Santana esperaba que su futuro en el beisbol fuera como jardinero, “Mi pasión es correr y lanzarme detrás de las pelotas”, dice él, pero Reiner creía que el joven Santana no tenía la velocidad para ser un jugador de posición y decidió luego de ver su fuerte brazo, que debía ser pitcher.
Los Astros lo firmaron en el verano de 1995, y él lanzó cuatro años en su sistema de ligas menores. Los Mellizos lo obtuvieron en las reuniones de invierno de 1999 en un cambio con Florida después que los Marlins lo seleccionaron en el draft de la regla V, un procedimiento que permite a los equipos tomar peloteros de ligas menores de otras organizaciones, a condición de que los mantengan en Grandes Ligas la próxima temporada.
Santana fue desde los viajes en bus de las ligas menores a los vuelos privados en avión en un movimiento. Durante sus primeras dos temporadas con los Mellizos, él lanzó en 45 juegos, principalmente como relevista.
Cambiando velocidades
En 2002, empezó la temporada en Edmonton, cuando el coach de pitcheo de ligas menores los Mellizos, Bobby Cuellar, le enseñó a Santana el valor de lanzar un cambio.
Cuellar le dijo a Santana que lanzara un cambio en cada conteo. A veces, Santana lanzaba 20 cambios en fila.
“Él siempre tuvo el pitcheo”, dice Cuellar quien entrenó al tres veces ganador del premio Cy Young, Pedro Martínez en el sistema de los Expos de Montreal. “Johan tuvo que aprender a creer en eso. Le dije, ‘No tengas miedo de lanzarlo en cualquier momento. Confía en él, y este hará lo que se espera de él’. Es lo más difícil de hacer para un pitcher joven”.
Cuando Santana regresó a los Mellizos en 2002, fue un verdugo en el bull pen de un equipo que fue a la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Ocurrieron dos lesiones antes que los Mellizos pasaran a Santana desde el bullpen a la rotación. Luego que Eric Milton se lesionó en el entrenamiento primaveral, los Mellizos firmaron a Kenny Rogers. Entonces, después que Joe Mays se vino a menos, los Mellizos hicieron abridor a santana el 11 de julio de 2003.
“Pensábamos que él iba a estar en la rotación algún día, pero era difícil sacarlo del bullpen donde lo usábamos cuatro o cinco veces a la semana, para solo tenerlo una vez a la semana como abridor”, dice el manager de los Mellizos Ron Gardenhire.
Al final de 2003, decayó en septiembre y fue afectado por calambres en la serie divisional ante los Yanquis. Este año su régimen de ejercicios estuvo diseñado para la rutina de un abridor.
“Como abridor, tienes más tiempo”, dice Santana. “Sabes cuando vas a lanzar y a quien vas a enfrentar”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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