martes, 30 de agosto de 2016

Gary Waslewski: El coraje de un pitcher.

Aunque había discutido con mucha vehemencia con sus compañeros de primer año de bachillerato sobre la oportunidad de los Medias Rojas de Boston en la temporada de 1967, hasta el punto de molestarse con algunas amistades que lo tildaron de loco y soñador, Basilio, en lo más profundo de su consciencia sabía que dificilmente aquel equipo de Boston saldría del lugar sotanero que había ocupado en la temporada de 1966, por más que el nuevo manager Dick Williams pregonara que las cosas iban a cambiar, que iban a ganar muchos más juegos de los que perderían. Por eso se tomaba muy relajadamente, con mucha calma y hasta algo de indiferencia, las primeras señales que empezó a dar aquel equipo, las demostraciones de entrega y dedicación de un grupo de peloteros, muchos de ellos desconocidos. Solo sonrió cuando se enteró que en Boston habían asumido la canción “The Impossible Dream” como el himno del equipo. Hasta que sintonizó en la onda corta el juego del jueves 15 de junio de 1967. Medias Blancas de Chicago versus Medias Rojas de Boston, el narrador hablaba emocionado. Sin conocer una palabra de inglés, Basilio podía entender que había un gran ambiente de expectativa en Boston y que por Chicago abriría Bruce Howard mientras que por Boston iniciaría Gary Waslewski. Algo brilló en el fondo de su mente al escuchar ese nombre. Sabía que no podía descuidarse mucho con el juego porque los exámenes finales estaban por comenzar y sabía que Hilario iba a pasar por su habitación a eso de las nueve de la noche para ver si había estudiado. Ahora lo veía con claridad, Howard había venido a reforzar a los Navegantes del Magallanes hacia finales de la temporada 1965-66 y en el playoff semifinal. Waslewski había jugado con Magallanes desde el principio de esa temporada donde dejó marca de 7-8, con 3.26 de efectividad en 110.1 innings lanzados, recetó 97 ponches y concedió 32 boletos. De inmediato burbujeó en su mente el juego que más recordaba de Waslewski con Magallanes. El 5 de noviembre de 1965 los Navegantes visitaron el José Bernardo Perez para enfrentar al Valencia Industriales. Por los Industriales abrió Roberto Muñoz. Magallanes empezó ganando cuando en el segundo inning luego de un out, Owen Johnson bateó sencillo a la izquierda y luego que sus compañeros lo adelantaron hasta tercera base, anotó por passed ball del receptor Duke Sims. En el tercer inning, Magallanes amplió la ventaja mediante pelotazo a Tommie Agee quien luego anotó cuando el sencillo de Tommy Helms hizo cometer error al jardinero central Teolindo Acosta. En el cierre de ese tercer inning los Industriales igualaron el marcador. Teodoro Obregón negoció boleto y pasó a la intermedia por toque de sacrificio de Muñoz quién también logró embasarse. Teolindo los adelantó con roletazo por tercera base y Gustavo Gil despachó sencillo impulsor para empatar la pizarra. A partir de ese momento, el forcejeo de doce innings que mantuvo Waslewski con Muñoz hasta el décimo inning y después con Miguel Fresneda hasta el episodio décimoquinto, cobraba más fuerza en la memoria de Basilio a medida que avanzaban los episodios de aquel juego del 15 de junio de 1967. Howard dispersó 7 imparables de los Medias Rojas en los primeros siete innings del juego, concedió 2 boletos y recetó 6 ponches antes de salir por el emergente Smokey Burgess en la apertura del octavo inning. Waslewski permitió 6 imparables en nueve innings, concedió par de boletos y ponchó cinco. Wilhelm lanzó el octavo y noveno episodios por los patiblancos y el juego se fue igualado sin anotaciones al décimo inning. Entonces luego de permitir sencillos a Ron Hansen y Al Weis, Williams trajo a Wyatt para relevar a Waslewski. Ed Stroud, quién había sustituido a Hansen como corredor emergente fue retirado de cátcher a tercera. Ward salió de emergente por McNertney y sorbió ponche. Kenworthy emergió por Wilhelm y también fue ponchado. Basilio empezó a temer que el resultado de ese juego iba a ser distinto del que Waslewski había lanzado ante el Valencia Industriales, cuando terminó lanzando las 16 entradas de un encuentro que Magallanes ganó 5-3. En la apertura del décimosexto inning Oswaldo Blanco despacho doble y llegó a tercera base mediante infield-hit de Domingo Carrasquel. El manager George Noga, ordenó toque de sacrificio a Leopoldo “Chingo” Tovar que hizo cometer error en tiro al inicialista Lee May, con lo cual Blanco anotó la tercera carrera magallanera mientras Carrasquel llegaba a tercera y Tovar a segunda. Desde allí anotarían mediante petardo de Agee. Los Industriales intentaron rebelarse en el cierre del inning pero Waslewski apretó el brazo para conseguir el out final. Entre las interferencias radioléctricas, Basilio escuchó que Walter Williams inició la parte de arriba del undécimo inning con doble a la izquierda y pasó a tercera base cuando Don Buford bateó rodado hacia primera base donde fue retirado sin asistencia. Agee se ponchó, pero Ken Berry soltó imparable a la derecha que ponía a ganar a los Medias Blancas 1-0. Berry fue out en segunda de cátcher a shortstop. Las esperanzas de Basilio empezaron a desvanecerse cuando en el cierre de ese inning Buzhardt dominó a Carl Yastrzemski con elevado a la derecha y a George Scott con línea a primera base. Todo parecía sentenciado, un gran trabajo de Waslewski desperdiciado. Cuando Basilio se disponía a apagar el radio, el narrador levantó la voz: “…a base hit,,,it’s a base hit by Joe Foy…” Dudaba si se había quedado dormido y soñaba todo lo que vociferaba el narrador o si la imaginación le estaba jugando una broma. La sombra de Hilario en el marco de la puerta le trajo a la humedad de aquella noche de junio, y aunque sabía que se aproximaba un regaño, Basilio tomó el radio y se lo llevó a la oreja “…it’s a tremendous shot,,,the ball flies higher and highers and it’s gone over the green monster…it’s a wlak off homer by Tony Conigliaro and the Boston Red Sox beat the Chicago White Sox, 2-1…” No le importó que Hilario le ordenara bajar el volumen del radio, ni que lo obligara a levantarse a estudiar a las cinco de la mañana. Basilio ahora si estaba convencido que aquel equipo de los Medias Rojas de Boston de 1967 si iba en serio por el banderín de la Liga Americana, y aunque había otros tres equipos en dura lucha por el primer lugar, Basilio aprendió a sufrir y celebrar con cada derrota y triunfo de aquel equipo. Por eso mucho tiempo después, siempre regresaba a sus revistas y recortes de periódicos de aquella temporada de 1967. En esta ocasión se enfocó en la colaboración del pitcher novato Gary Waslewski, su actuación en el sexto juego de la Serie Mundial que forzó un séptimo encuentro ante los Cardenales de San Luis, y cuales otros juegos importantes había lanzado Waslewski después de 1967. Lo desgastado e incompleto de los últimos recortes de periódicos punzaron más profundo en la curiosidad de Basilio, había leído de unos juegos de Waslewski con los Expos de Montreal. Tenía que saber más detalles de esos juegos. Hurgó y registró en internet, hasta que el buscador Google, le remitió a un portal de beisbol donde además del box score del juego reportaban las incidencias jugada por jugada. El primer juego ocurrió el domingo 6 de julio de 1969 en el Connie Mack Stadium de Filadelfia. Esa tarde, Wasleswki subió al montículo por los Expos y Grant Jackson por los Filis. Para sorpresa de Basilio, el venezolano José Herrera jugaba en el jardín izquierdo de los Expos y en el propio primer episodio empujó las primeras dos carreras de la novena canadiense mediante doble al centro que remolcó a Bob Bailey y Coco Laboy. Waslewski retiró en orden a los primeros 12 bateadores de los Filis. En el quinto inning Joseph le abrió con imparable. A partir de ese momento Waslewski retiró otros 10 Filis en fila hasta que concedió boleto a D. Johnson con un out en el octavo inning. En la apertura del séptimo inning Waslewski colaboró con su causa al empujar con doble a la izquierda las carreras de José Herrera y Bobby Wine. En el noveno Montreal marcaría su quinta anotación y Waslewski terminó lanzando un blanqueo de 1 imparable y un boleto. El otro juego taladró más profundo en la curiosidad de Basilio. La noche del martes 5 de agosto de 1969 en Parc Jarry, Waslewski se fajó por nueve episodios con el abridor de los Bravos de Atlanta, Jim Britton. Desde el segundo hasta el sexto episodio Wasleswki retiró 12 bateadores de Atlanta en fila. En la apertura del noveno inning, con hombres en primera y segunda y un out, Orlando Cepeda la rodó por el campocorto y luego de hacer el out en la intermedia, el segunda base Gary Sutherland metió la pelota en el dugout, lo cual permitió la carrera que terminaría dándole el triunfo a Britton y los Bravos. Waslewski lanzó 9 entradas, permitió 4 imparables, 1 carrera sucia, concedió 3 boletos, recetó 1 ponche. Mientras Britton en 9 entradas, permitió 6 imparables, 0 carreras, 2 boletos, 6 ponches. Alfonso L. Tusa C.

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