martes, 7 de febrero de 2017

Mirando a César Cedeño en retrospectiva. Astros Daily.com

La mayoría de los aficionados de los Astros han olido la historia de César Cedeño. Si no lo han hecho, necesitan que alguien se las cuente. Cedeño irrumpió en las grandes ligas en 1970 como un prospecto de 19 años de edad supremamente talentoso de quien todos pensaron que iba a tomar la liga por asalto. Para 1972, era sin dudas el mejor pelotero de la Liga Nacional y parecía en camino de convertirse uno de los grandes de todos los tiempos. Cuando Leo Durocher asumió como manager en 1972, catalogó a Cedeño como “el próximo Willie Mays”. Ese fue de hecho un gran elogio, y las expectativas por Cedeño fueron más altas que donde sus sorprendentes podían llevarlo. Él sufrió por algunos problemas personales, nunca desarrolló el poder de jonronero que se esperaba, y eventualmente dejó el juego como un ejemplo de potencial no alcanzado. Esa es una evaluación incorrecta de Cedeño. Mientras es cierto que él no se convirtió en el próximo Willie Mays, nadie lo ha hecho. Como ocurrió a muchos otros excelentes bateadores de Houston (Wynn, Morgan, Watson, Cruz), los números ofensivos de Cedeño fueron suprimidos en el paraíso del pitcheo que era el Astródomo. Pero Cedeño fue muy bueno, el historiador de beisbol y sabermétrico Bill James, lo clasifica como el vigesimoprimer mejor jardinero central de todos lo tiempos. Esa es una buena clasificación para cualquier pelotero, hasta para alguien quien se suponía debía ser el próximo Willie Mays. El artículo que sigue fue escrito por John Wilson y apareció en la edición del 19 de agosto de 1972 en The Sporting News. Fue escrito cuando Cedeño se estaba estableciendo como una estrella y es una excelente lectura acerca de los detalles del ascenso de Cedeño a la prominencia. Cesar Cedeño…¿La próxima Super Estrella? John Wilson. Houston, Tex., Henry Aaron y Roberto Clemente tienen 38 años de edad. Willie Mays tiene 41. Las arenas del tiempo se derraman inexorablemente. Solo Clemente se las ha arreglado para burlar la manifiesta erosión de las una vez magníficas destrezas. Estos eran los super jardineros de la Liga Nacional de su era, “super” usado en el sentido clásico y restrictivo. Otros eran excelentes. Pero estos eran colosos. ¿Quién los reemplazará? La posibilidad número 1 es César Cedeño, el dominicano dinámico de Houston. Cedeño ya puede ser el mejor jardinero de la Liga Nacional. Esa posibilidad fue sugerida en una conversación de palco de prensa hace pocas semanas. Ha habido alguna tendencia a pensar en Cedeño en términos del futuro, principalmente porque no ha existido ninguna estrella rutilante de los jardines de 21 años en los últimos años. Pero en ese día particular, después que Cedeño había hecho una jugada excepcional, robado una base y despachado un jonrón, alguien dijo, “Ese muchacho va a ser el mejor jardinero de la liga en poco tiempo”. ¡Él ya puede ser el mejor! Y alguien replicó, “Nombra a alguien que sea mejor hoy, o mejor justo ahora”. La respuesta, después de pensarla un momento fue, “Clemente”. “Tal vez”, concedió la primera persona. Pero en este momento, Cedeño aventaja a Clemente en todas las categorías ofensivas. Billy Williams de Chicago, probablemente sea mejor bateador que Cedeño ahora. Pero César se recupera bastante con su corrido de bases (33 bases robadas al momento de escribir esto) y es superior con el guante, con un brazo más potente. Que Cedeño haya llegado a ser una estrella genuina se comprobó en una encuesta de The Sporting News de los jugadores respecto a sus opciones para ir al juego de estrellas. Cedeño lideró los jardineros de la Liga Nacional en votos, al ser nombrado en 167 de las 257 tarjetas, 11 más que Clemente. Naturalmente, Cedeño, quién terminó séptimo en la votación de los fanáticos, fue llamado al equipo por el manager Danny Murtaugh. Cesar conectó imparable en su primer turno al bate en un juego de estrellas. César dijo que no estaba disgustado porque los fanáticos no lo hubiesen escogido para la alineación abridora. Él dijo, “Algun día muchos años después, ellos dirán, ‘Ellos escogen a Cedeño para el juego de estrellas todos los años, es hora de darle oportunidad a alguien más’”. Elogiado por Clemente. Clemente dijo que Cedeño tiene más talento que cualquiera que haya llegado a la liga en esta época. Pero piensa que Cedeño no debería ser llamado “el otro Clemente”, como se ha hecho a menudo. “Pienso que eso no es bueno para él”, dijo Clemente. “Cuando yo llegué, no me gustaba que me comparasen con otros peloteros”. Cedeño estuvo de acuerdo: “No quiero ser un segundo Clemente, , prefiero ser el primer Cedeño”, dijo él. Esa fue una declaración citada por primera vez por el scout de los Tigres, Jack Tighe, quien como la mayoría de los scouts de grandes ligas siempre termina hablando de Cedeño cuando observa a los Astros. El scout de Baltimore Jim Russo, llamó a Cedeño “el mejor jugador joven del beisbol”. La comparación de Cedeño con Clemente es natural debido a que sus estilos son similares. Ambos tienen poder, pero batean la pelota hacia todos los lugares del terreno y no son jonroneros. El tope de Clemente en una temporada fue 29. Cedeño tenía 15 luego de 99 juegos este año. Un Perro caliente Colorido Clemente y Cedeño juegan con agresividad, le ponen todo al juego. Ambos han sido acusados de “perros calientes”. Pero Maury Wills, de los Dodgers de Los Angeles, probablemente puso eso en perspectiva el año pasado. “Cuando un pelotero como Cedeño está en el lado contrario, es un perro caliente” dijo el experimentado campocorto. “Cuando está de tu lado, él juega duro y es colorido”. “Clemente y Cedeño son los dos peloteros más excitantes del beisbol de hoy”, dijo el manager de Houston Harry Walker, quién los había dirigido. “Sea atrapando la pelota, o lanzándola, o corriendo las bases. o bateando, ellos lo hacen todo y con calidad. Cuando ellos están jugando, siempre estás en ascuas esperando que algo ocurra. Ellos hacen que ocurran cosas”. Cedeño tiene un brazo fuerte, aunque no tan poderoso y preciso como el de Clemente, al cual muchas personas del beisbol consideran como el mejor de todos los tiempos. El joven dominicano es de complexión espigada. Clemente señaló que él es más pequeño. “Él va a ser más grande”, dijo Roberto. “Cuando llegue a su madurez completa, va a ser corpulento”. Ante ese comentario, Cedeño rió. “Que va, nunca seré tan corpulento”, dijo él. “Si lo fuera, podría golpear ese anuncio de Texaco”, dijo señalando la publicidad ubicada en lo más alto detrás del pabellón de asientos del Astrodomo. El opuesto de Hank Aaron. El estilo de Cedeño es opuesto al de Aaron. Hank solo hace el trabajo. Ha hecho lo excepcional como si fuese rutina. Fue esa falta de ostentación junto al hecho de no jugar en uno de los grandes centros de comunicación lo que retrasó la llegada del verdadero reconocimiento para Aaron. Aaron reconoce la habilidad de Cedeño. Cuando le preguntaron quién fue el último pelotero con tanta habilidad en llegar a la liga, Aaron simplemente dijo, “Yo”. Cedeño firmó con los Astros en octubre de 1967, por un bono de 3.000 $. Esa figura parece sorprendentemente pequeña para un pelotero con talentos tan destacados. Pero los grandes bonos son para los peloteros quienes han establecido sus credenciales bajo el escauteo intensivo. El bono de 3.000 $ de Cedeño fue grande en sus circunstancias. Fue el resultado de una decisión sobre la marcha del scout de Houston Pat Gillich, un juicio probablemente tan bueno como cualquiera que haga si trabaja como scout otros 30 años. Cedeño era un joven de 16 años de edad de Santo Domingo quién ni siquiera tenía una reputación en República Dominicana. Gillich y Tony Pacheco recorrían las islas en el otoño de 1967 cuando se detuvieron a ver un juego en Santo Domingo. Tarjeta de Scout Superada “Notamos a este muchacho y nos gustó la manera como se movía, sus acciones y tamaño”, dijo Gillich. “Lo vimos lanzar y luego lo vimos entrar a batear y despachar un imparable y volver a batear y soltar otro petardo. Decidimos que lo queríamos mirar. Despues del juego, acordamos que él fuera con nosotros y otros peloteros a San Pedro, a unas 60 millas de distancia, para una práctica el lunes en la mañana”. La práctica en San Pedro fue planificada para escapar de ser visto por otros scouts, debido a que el Caribe es territorio abierto y no está supeditado a las reglas del draft que aplican en Estados Unidos. Gillich descubrió que los Cardenales ya habían hablado con Cedeño y le ofrecieron 500 $, luego 700 $, luego 1000 $, pero su padre se había opuesto a dejarlo firmar. “Él no quería que yo jugara beisbol sino que fuera a la escuela”, dijo César. Despues de la práctica en San Pedro, Gillich y Pacheco decidieron que querían a este joven. Fueron al hogar de Cedeño al final de esa tarde. El scout de los Cardenales, mientras tanto, había regresado a Estados Unidos pero quedó en regresar a Santo Domingo para ver jugar a Cesar. Gillich se enfrascó con el viejo Cedeño, al ofrecer 1.200 $, luego pasó a 1.500 $. La discusión había avanzado cierto tiempo cuando uno de los informantes dominicanos de Gillich llegó a la puerta y dijo que el scout de los Cardenales iba en camino para allá. “Me dijo que el scout estaría allí en 15 minutos”, dijo Gillich. Una Rápida Decisión Gillich tomó una rápida decisión. Fue donde Mr. Cedeño y dijo, “Terminemos esto. Le daré 3.000 $”. El viejo Cedeño aceptó. Cuando Gillich salió por la puerta del frente con el contrato en la mano, el scout de los Cardenales salía de su carro. Gillich sostuvo el contrato y dijo, “Llegaste unos minutos tarde”. Cedeño tenía 17 años de dad cuando bateó .374 en 36 juegos en Covington en la Appalachian League. Fue llevado a Cocoa en la Florida State League y bateó .256 en 69 juegos. El año siguiente jugó la temporada completa en Peninsula en la Carolina League y bateó .274. Los Astros lo catalogaron como prospecto, pero no al tope de la lista. Él era solo un joven pelotero con posibilidades. Los Astros pensaban lo suficiente en Cedeño y lo enviaron a la Florida Instruccional League. Ahora tenía 18 años de edad, y su habilidad explotó de pronto. Los scouts de otros equipos regresaban de Florida con reportes de que un muchacho de Houston llamado Cedeño era el mejor jugador de la Florida Instruccional League. Cedeño entonces fue a la liga invernal dominicana y continuó su juego sensacional. Los Astros habían planeado ubicarlo en la pelota AA en 1970, pero decidieron enviarlo a Oklahoma City en la categoría AAA. Una de las personas de las ligas menores de Houston dijo, “Yo no lo pondría en Oklahoma City”. “¿Muy rápido para él? Le preguntaron. “No, Cedeño es muy bueno para la AAA”. Lo fue. En 54 juegos en Oklahoma City, Cedeño bateó .373, empujó 61 carreras, bateó 14 dobles, nueve triples, 14 jonrones y robó nueve bases. Los Astros, que habían empezado 1970 con grandes esperanzas, habían dado tumbos por 2 meses y medio. Y aunque los Astros odiaban romper la fantástica temporada que tenía Cedeño en Oklahoma City, y aún temían apurarlo, decidieron llamarlo. Sensación Inmediata César tenía 19 años de edad y empezó a jugar en el jardín central como el pelotero más joven de las ligas mayores. Bateó .310 en 90 juegos, descargó siete jonrones, empujó 42 carreras, principalmente como abridor de la alineación, y robó 17 bases. Como pelotero de segundo año, Cedeño solo bateó .264. Despachó 10 jonrones. Pero lideró el equipo en carreras empujadas con 81. Y comandó la Liga Nacional en dobles con 40. Lo cual nos trae a 1972. El 2 de agosto, contra los Rojos de Cincinnati en el Astrodomo, Cedeño completó un extraño logro, al batear la escalera, un sencillo, un doble, un triple y un jonrón en un juego. Era el juego 99 de los Astros y Cedeño lideraba la liga en bateo cpn promedio de .353. Había anotado 71 carreras, conectado 24 dobles, 5 triples y 15 jonrones, y había empujado 49 carreras como segundo bate. También había estafado 33 bases y jugado brillantemente en el jardín central. El manager de los Rojos, Sparky Anderson, dijo, “Cedeño es el mejor pelotero que he visto este año. Si Houston lo ganara, él sería el jugador más valioso”. Mamá gana Crédito por una Gran Asistencia. Houston, Tex.—Cuando Cesar Cedeño era adolescente, a su padre no le gustaba que perdiera el tiempo jugando beisbol. Diogenes Cedeño tenía una tienda pequeña en Santo Domingo y quería que Cesar lo ayudara a él y a la señora Cedeño en el hogar. Pero la madre era aliada de César. Ella lo dejaba ir a jugar beisbol cuando se suponía que debía ayudarla en casa. La señora Cedeño hasta le compró un guante y unos zapatos de beisbol sin que el padre supìera. Ahora Diogenes Cedeño es el orgulloso padre de la estrella más nueva y excitante del juego. Está planeando su primer viaje a Estados Unidos pronto, para ver jugar a Cesar. El señor Cedeño ahora es capataz en una fábrica de uñas en Santo Domingo Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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