viernes, 21 de abril de 2017

Ahora al bate: 14 Nuevos Libros de Beisbol.

Daniel M. Gold. 2 de abril de 2017. The New York Times. Esto ocurre cada primavera. Es hora de jugar beisbol, así que los editores preparan una nueva tarjeta de alineación con biografías, historia de los equipos y otros asuntos beisboleros. Esta temporada debe empezar reconociendo el surrealismo de que luego de 108 años, los Cachorros de Chicago son de nuevo campeones de la Serie Mundial. “The Plan” (Triumph) escrito por David Kaplan, es una crónica del proyecto para convertir “una de las peores organizaciones del beisbol” en “una dinastía en proceso”. Kaplan empieza con la compra de la franquicia en 2009 por parte de Tom Ricketts, y la subsecuente contratación de Theo Epstein, el gerente general artífice de dos títulos para los antiguamente malditos Medias Rojas de Boston. El sistema de granjas de Chicago es alimentado y Joe Maddon, el manager de los Rays de Tampa Bay es contratado para le temporada de 2015. Se agregan jóvenes como Kris Bryant y Kyle Schwarber, y agentes libres como Jon Lester, y un equipo perdedor por mucho tiempo es finalmente número 1. Hay mucho esoterismo de oficina principal, un apéndice enlista las clausulas de los contratos de los asientos en los techos de los edificios adyacentes a Wrigley Field, pero a los fanáticos de los Cachorros no les importa. En cuanto a los equipos de Nueva York, “Casey Stengel” (Doubleday) escrito por Marty Appel, es la biografía más reciente: Stengel no solo jugó para los Dodgers de Brooklyn y los Gigantes de Nueva York, él dirigió a los Dodgers antes de conducir a los Yanquis a su período más dominante y se convirtió en el primer manager de los Mets de Nueva York. “Leo Durocher” de Paul Dickson (Bloomsbury), es una crónica de las aventuras de Leo the Lip, el pintoresco jugador (brevemente con los Yanquis, luego con los Dodgers) y manager (de los Dodgers, Gigantes y otros equipos) quien se mantuvo en las páginas deportivas por más de 40 años. “Urban Shocker” (University of Nebraska) de Steve Steinberg recuerda a un pitcher de los Yanquis quien debería ser conocido mejor por su nombre. Un cultor de la bola de saliva quien fue cambiado a los Carmelitas de San Luis, Shocker tuvo cuatro temporadas de 20 triunfos antes de regresar a Nueva York a tiempo de ser parte del equipo campeón de 1927. “Piazza” (Sports Publishing), de Greg W. Prince, revela a un pelotero más reciente y querido. El cátcher de mejor bateo de todos los tiempos, Mike Piazza era una estrella de los Dodgers de Los Angeles cuando fue cambiado dos veces en 1998, primero a los Marlins de Florida, luego a los Mets. Despues de todo lo que Piazza hizo por el equipo (y lo que el equipo hizo por él), el libro de Prince explica porqué significó mucho para los fanáticos de Nueva York que Piazza ingresara al Salón de la Fama el año pasado como un Met. Alrededor de la liga, entre los peloteros quienes cuentan sus historias está Rick Ankiel, el jugador de los Cardenales de San Luis quien perdió su habilidad para pitchear. En “The Phenomenon” (Public Affairs), escrito con Tim Brown, Ankiel habla de sucumbir ante la ansiedad de un desorden llamado comúnmente los nervios de punta, luego continuó su carrera como jardinero. Ankiel tiene compañía. La biografía de Dennis Snelling, “Lefty O’Doul” (University of Nebraska), habla de un pitcher quien, luego de tener dolores en el brazo, se convirtió en uno de los bateadores y coach de bateo más grandes del beisbol antes de ayudar a establecer el juego en Japón. “Ballplayer” (Dutton) es una memoria confesional de Chipper Jones (con Carroll Rogers Walton), el seguro inquilino del Salón de la Fama quien pasó toda su carrera de 19 años con los Bravos de Atlanta. Los fanáticos de los Mets saben que el disfrutaba venciendo a su equipo tanto que nombró a uno de sus hijos Shea, por Shea Stadium; ellos pudieran no recordar que Jones bateó su primer jonrón de grandes ligas allí. Él detalla ese momento y muchos otros, incluyendo su conducta fuera del terreno que lo llevó a dos divorcios. “One Nation Under Baseball”, de John Florio y Ouisie Shapiro (University of Nebraska), mira hacia como las protestas de la década de 1960 sembraron la semilla del juego de hoy. Un tema recurrente es los reclamos de los peloteros por salarios más altos, y cuando el abogado laboral, Marvin Miller fue contratado en 1966 para liderar el sindicato de peloteros, todo terminó con el pronunciamiento de la corte: El caso de Curt Flood sobre la clausula de la reserva del beisbol desembocaría en la libre agencia. Esta excelente lectura también cubre las relaciones raciales y otros asuntos sociales, así como los equipos, peloteros y eventos más memorables de la década. La libre agencia afectaría a todos los equipos, pero sus primeras víctimas pueden haber sido los Atléticos de Oakland. “Dynastic, Bombastic, Fantastic” (Houghton Mifflin Harcourt) de Jason Turbow, recuenta el dominio del equipo a principios de la década de 1970, cuando ganó tres Series Mundiales seguidas con una alineación que incluía a Reggie Jackson, Joe Rudi y Sal Bando y un cuerpo de lanzadores encabezado por Catfish Hunter, Vida Blue y Rollie Fingers. Para 1976 la libre agencia acabó con la escuadra, y el dueño del equipo, Charlie Finley, la vendería pocos años después. “Off Speed” (Pantheon), de Terry McDermott, sigue la evolución del pitcheo desde sus primeros días, cuando la pelota se lanzaba por debajo del brazo, hasta la ciencia moderna de lanzarla a velocidades sobrehumanas. McDermott describe nueve pitcheos, mezclando entrevistas de peloteros y entrenadores en un examen absorbente de este arte secreto. (A lo largo del libro él devela los secretos del juego: ¿Como no supe nunca de Lena Blackburne Baseball Rubbing Mud?) Como Jane Leavy hizo en “Sandy Koufax”, McDermott enmarca su libro alrededor de los nueve innings de un juego perfecto, en este caso el de Felix Hernández de los Marineros de Seattle, lanzado en 2012. Una contraparte ideal es “Almost Perfect” (Lyons) de Joe Cox. Como ese fanático de beisbol que Tolstoy casi describió, “Todos lo juegos perfectos se parecen, cada juego imperfecto es imperfecto a su manera”. Cox analiza los 16 juegos entre 1908 y 2015 en los cuales los pitchers retiraron al menos los primeros 26 bateadores que enfrentaron, solo para ver como la perfección los eludía. El juego como metáfora nos llevará al hogar a salvo. Dos colecciones refrescantes vienen desde el norte de la frontera. En “Baseball Life Advice” (McClelland & Stewart, tapablanda), la novelista canadiense Stacey May Fowles, una ávida aficionada de los Azulejos de Toronto, toca temas rara vez discutidos, empezando con un afectivo recuento de cómo, durante períodos de intensa depresión, el juego la hizo seguir adelante cuando nada más la motivaba. Y su análisis general desde el movimiento épico del bate de José Bautista (el cual ella favorece) hasta la rehabilitación pública de José Reyes después de su suspensión por violencia doméstica (a lo cual ella se opone) aporta unas perspectiva muy rara. “Fail Better” (Biblioasis, tapablanda) de Mark Kingwell, un profesor de filosofía de la University of Toronto, es una mezcla de memoria, historia y nostalgia. Su estrella del norte es la intemporalidad del beisbol, sus vacíos entre las acciones. En un breve desvío, él dibuja una línea desde el campeonato de Chicago hasta la elección, días después, de Donald J. Trump. Kingwell no lo dice, pero la implicación es clara: Esto es lo que ocurre cuando los Cachorros ganan la serie. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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