viernes, 12 de enero de 2007

El juego es 75% pitcheo y una pizca de bateo


Corey Bailey dominó la toletería magallanera este 11 de enero. Los Tigres lo respaldaron con dos carreras en el quinto inning y el lanzador se creció. A veces ese respaldo se mantiene ausente como en las siguientes ocasiones donde los pitchers lanzaron tan bien como Bailey pero el equipo se atascó en las bases.

Matt White volteó hacia el campo corto. La pelota saltó de las manos de José Coronado. El segundo out del octavo episodio, se convirtió en error. La ventaja de 1-0 tambaleaba. Alfredo Pedrique entró al campo y trajó a John Bisennius a relevar. White hundió la barbilla en el pecho y llegó al dugout ladeando la cabeza.
La actitud de entrega con que White hacia cada uno de sus lanzamientos desde el primer inning ante Caribes. Me hizo ver varias imágenes alrededor del televisor. Cada vez que apretaba el brazo al terminar un lanzamiento, un periódico de agosto de 1963 crujía en mi mente. La épica del Látigo Chávez ante Ramón Mujica en un juego crucial del Campeonato Nacional Juvenil burbujeó con sonoridades de bebida gaseosa. El Látigo se fajó a pesar de los errores y mantuvo un forcejeo con su colega margariteño hasta que recibió un doble con las bases llenas en el inning 13. El camino de regreso al dugout resultó espinoso para el lanzador que dejó en el montículo 18 ponches y un barril de sudor. Pasó varios minutos respirando profundo alrededor de la banca.
La mirada retadora de White ante cada bateador verdiamarillo hizo parpadear en medio de la pantalla el rostro de Jim Maloney ante los Mets de Nueva York. Es 14 de junio de 1965 y Maloney tiene sin imparables a los metropolitanos por 10 epsiodios. La pizarra 0-0 da esperanzas al Cincinnati pero el primer bateador de los Mets le batea cuadrangular y pierde el juego 1-0. Sus zapatos pesan pianos de cola camino al dugout. Una salva de aplausos es arropada por el sinsabor de perder el nohitter y además el juego.
Un wild pitch de Bisennius trajo el empate de Caribes. White encahjó la visera de su gorra entre las letras del uniforme. La imagen de Jerry Cram con la mirada perdida entre algún hit de piedritas o un error en el último inning para decidir el juego en su contra. Pasó toda la temporada 70-71 estrujándose el uniforme de La Guaira al llegar al dugout al final del juego con otra derrota por la mínima diferencia. Carlos Tovar Bracho lo llamó “Mala Suerte” Cram.
Otra jugada que no se pudo completar le dio oportunidad a Luis González de jonronear ante Bisennius. White abandonó el banco. Sus zapatos atravesaban el piso del dugout. Del fondo de la pantalla emergió un juego de mediados de los ochenta. El seleccionado de Venezuela jugaba un partido de preparación ante el estado Sucre en Cumaná. Oscar Bompart mantuvo sin hits un empate 0-0 hasta el octavo inning. Allí dos errores abrieron las compuertas del triunfo del seleccionado. Bompart terminó el inning. Varios aplausos de impotencia acompañaron al lanzador hasta el dugout. Un estruendo de guante contra la pared del dugout llegó hasta este 19 de diciembre cuando Matt White también dio lo mejor de sí y salió del juego con los dientes mordiendo la noche.
Corey Bailey se quedó en el dugout para el séptimo inning. Su rostro mostraba el optimismo de una ventaja apoyada por sus compañeros.

Alfonso L. Tusa C.

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