El 01 de marzo de 2006, Boone pertenecía a los Mets de Nueva York y se suponía que debía disputar la segunda base con Kaz Matsui. En cuestión de segundos Boone se retiró del campo de entrenamientos. Declaró a la prensa que no se encontraba a gusto, que su mente no estaba bien.
Casi dos años después Boone se preguntaba si debía hacer públicas las razones por las cuales dejó de jugar abruptamente. Este lunes 25 de febrero Boone rompió su silencio porque no quiere que los jóvenes repitan su error.
Boone (38), confesó que la causa de su retiro fue un problema con el alcohol. El problema se remonta hasta sus años estelares con los Marineros de Seattle. Ahora comenta con alegría que no ha bebido un trago de licor en los últimos siete meses.
“Era uno de esos jugadores que tomaba varias cervezas cada día de cada temporada”, dijo Boone. “Decidí bajar de ese nivel hasta no tomar nada de licor. Lo hice, no sólo por mi, sino por mi familia, mis hijos”.
Boone empezó bebiendo poco. Pero llegó un momento cuando llegó a ingerir hasta 12 o 15 cervezas después de un juego. Boone recuerda que a los 32 años bebió mucho después de un juego y en el próximo partido bateó de 4-3. A medida que pasaron los años, los números de Boone cayeron y perdió la pasión por el béisbol.
“No quiero hacer mucho alboroto con esto. Llegué a una situación donde muchas veces para mí lo más importante era irme a la barra de un hotel después de los juegos. No me siento orgulloso de eso. Me siento orgulloso de haber controlado la situación antes de llegar a extremos lamentables”.
Boone se abstuvo de ir a rehabilitación hasta el verano siguiente. Se internó en un centro de San Diego por 26 días. Reconoce que al principio no quería ir.
“Te sientas y dices: ‘Soy Bret Boone ¿Qué hago aquí?’ Es la rección inicial”, dijo Boone. “Pero estoy junto a otras personas exitosas que pasan por el mismo problema. Fue una decisión personal y no me avergüenzo de eso. Lo enfrenté e hice lo indicado para detenerlo”.
Dijo que no es el único miembro de la famila Boone con problemas de alcohol. Su abuelo Ray, un exitoso grandeliga, tuvo dificultades con el alcohol. Pero Bret dijo que Ray, que murió en 2004, pasó los últimos 40 años en estado de sobriedad.
Bob, el padre de Bret, quién es el asistente del Gerente General de los Nacionales de Washington, declinó hablar de este tema. Lo único que dijo fue que se siente orgulloso de que su hijo buscara ayuda.
Ahora que dejó el alcohol, Boone dice que la pasión por jugar béisbol renació. Los Nacionales le dieron un contrato de Ligas Menores para probar que de verdad la pasión volvió. El plan original contemplaba que Boone entrenara con los peloteros de Ligas Menores pero se reportó en tan buenas condiciones que el Gerente General Jim Bowden decidió dejar que Boone practicara con los grandeligas.
Hasta el momento todos han comprobado que la velocidad del bate de Boone está intacta y que no ha perdido ni un paso en su alcance defensivo. Pero Boone admite que la gran prueba llegará con los juegos de exhibición.
“Sé que la velocidad del bate está ahí. Es cuestión de ajustarme a los pitcheos”, dijo Boone. “La defensiva es más fácil para mí”.
Alfonso L. Tusa C.
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