miércoles, 27 de febrero de 2008

Johan Santana permite a los Mets mirar hacia el futuro.

La llegada de Santana reacomodó el panorama de los Mets de Nueva York. Y eso va más allá del pitcheo.

Sin Santana, lo que ocurre ahora en Tradition Field pudo haber sido una sesión de terapia en el campo de entrenamientos. Había una carga emocional remanente de la aparatosa caída de los Mets en la lucha por el banderín en septiembre de 2007. Muchas preguntas desagradables se iban a formular en letanía.

Con la llegada de Santana, en lugar de mirar atrás con descontento, los Mets pueden ver hacia el frente con genuino optimismo. Todavía tienen una alineación respetable en el campo y ahora añadieron a un as de ases.

Todos querrán saber como asumirá esto Pedro Martínez, el anterior rey del montículo. Martínez habló del asunto este martes con mucha inteligencia y gracia.

“A mi entender Santana es el mejor. El mejor pitcher del béisbol”.

Aún cuando Martínez haya cedido el primer lugar de la rotación a Santana, eso no significa que se sienta menos que nadie. A la pregunta de si todavía se considera un pitcher estelar, respondió.

“Contra quién sea que lance, todavía me hago respetar”.

Muy bien. Pero Martínez no deja de reconocer las virtudes de Santana, cuando habla de un zurdo que lanza rectas alrededor de 95 millas y después viene con el cambio, el cual coloca en el lugar que quiere en strike.

Todavía hay lamentos sobre lo que ocurrió la última temporada. Martínez sólo regresó al roster activo en septiembre, luego de la rehabilitación de una operación en su hombro derecho. Esto lo puso en una situación difícil para ejercer influencia en sus compañeros.

“Sólo estuve un mes con el equipo. No podía llamar a una reunión y decir ‘Tenemos que hacer algo’. Todo lo que podía hacer era sentarme y mirar”.

Lo que pasó el septiembre pasado difícilmente sea borrado por la llegada de Santana. Pero si fue desplazado a un lugar secundario.

Santana impresionará a los Mets con su pitcheo. Hasta el momento los ha impactado con su profesionalismo. Pide que lo traten como uno más.

“Encaja perfecto en el equipo”, dijo el manager Willie Randolph. “Él tiene su propio plan. Pero cuando hablamos me dijo que cualquier cosa que tengamos en mente, él esta dispuesto a ajustarse a nuestro programa”.

“Con el tipo de ética de trabajo que tiene, él sabe lo que hace y lo que quiere. Está en gran forma”, dijo Randolph. “Esos son los tipos fáciles de dirigir porque sabes que van a estar listos cuando los requieras. Ellos saben como prepararse para el juego”.

Comienza la era Santana, con los Mets buscando algo más parecido al primer lugar del Este de la Liga Nacional y las 97 victorias de 2006 que al segundo lugar y las 88 victorias de 2007. Parece una expectativa razonable.

Alfonso L. Tusa C.

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