miércoles, 23 de julio de 2008

Dick Williams tenía el toque del éxito

Jack O’Connell. MLB.com

Los managers de Grandes Ligas deben representar muchos papeles: estratega, maestro, motivador, autoritario, psicólogo, padre, hermano mayor, tío favorito, hasta árbitro. Aún así, los que permanecen por más tiempo en los dugouts lo hacen basados en un factor: lograr las victorias.
“Para eso le pagan a los managers, para ganar juegos de pelota”, dijo uno de los tres managers elegido por el Comité de Veteranos para Managers y Árbitros que eligió a Dick Williams y Billy Southworth al Salón Nacional de la Fama del Béisbol el diciembre pasado. “Podemos hablar todo lo que quieras sobre la formación del carácter y la preparación de los peloteros para el éxito futuro. Pero lo que mantiene a un manager en su trabajo es ganar los juegos. Esa es la realidad de esta profesión”.
Por eso es que Williams se ganó la posición que ocupará este domingo 27 de julio en el podio del Clark Sports Center, donde será inducido al Salón de la Fama. Williams construyó equipos ganadores a través de una carrera dirigencial que no estuvo exenta de episodios controversiales. Su método provenía de la vieja escuela en un tiempo cuando el juego atravesaba momentos de cambios culturales. Pero esto le trajo muchos éxitos.
Williams, 79, tendrá una gorra de los Atléticos de Oakland en su placa, lo que es más que apropiado. Fue en Oakland donde tuvo su más prolongada cadena de éxitos con tres títulos de la División Oeste de la Liga Americana, dos banderines de la Liga Americana y dos Campeonatos de Serie Mundial. Aquel grupo de pintorescos y bigotudos peloteros a menudo en disputas con el dueño Charles O. Finley, que generaron titulares dentro y fuera del terreno, fue una fuerza dominante a comienzos de los años setenta.
“Era un equipo fácil de dirigir porque todos los peloteros odiaban a Charlie, y yo era visto como uno de ellos”, Williams dijo en mayo cuando visitó el Salón de la fama. “Mike Epstein y Reggie Jackson pelearon en el clubhouse. El día que derrotamos a Detroit en los pay offs para asegurar el banderín en 1972, Blue Moon Odom y Vida Blue tuvieron un altercado porque Blue Moon tuvo que salir después de 5 innings y yo traje a relevar a Vida Blue los últimos cuatro innings arruinando así la posibilidad de que Vida abriera el primer juego de la Serie Mundial. Así eran las cosas en ese equipo”..
Los Campeonatos de los Atléticos fueron ante la Gran Maquinaria Roja de Cincinnati en 1972 y los sorpresivos Mets de Nueva York en 1973. Ambas Series Mundiales fueron a siete juegos y están entre las más recordadas de la historia. A pesar de su éxito, Williams salió de la organización cansado de las contínuas intromisiones de Finley y dispuesto a firmar un contrato con los Yanquis de Nueva York cuyo dueño, George Steinbrenner, era tan entrometido como Finley en aquellos días.
La carrera de Williams pudo haber tomado una ruta completamente distinta si se hubiera unido a los Yanquis en 1974, pero Finley tenía control de su contrato por esa temporada y pidió 2 calificados prospectos a los Yanquis, el pitcher Scott McGregor y el jardinero Otto Velez, para entregarles al manager. Steinbrenner se espantó por el costo de Williams y abandonó la transacción para contratar a Bill Virdon. Williams terminó dirigiendo a los Angelinos de California en una de sus pocas experiencias donde no produjo un equipo ganador.
Antes y después de su estadía en Oakland, Williams condujo a dos franquicias que tenían mucho tiempo sin ganar algo, a la conquista del banderín. Aunque los Medias Rojas de Boston perdieron la Serie Mundial de 1967 en siete juegos ante los Cardenales de San Luis, el equipo del “Sueño Imposible” es gratamente recordado por la afición bostoniana. Williams cambió la realidad de un equipo definido por la frase “25 jugadores, 25 taxis” por la de una unidad coherente.
No fue fácil. Durante los entrenamientos primaverales Ted Williams abandonó el campamento en protesta por el método de Williams.
Williams, sin embargo recuerda que Ted estaba en Fenway Park estrechando las manos de los peloteros en la Serie Mundial. La principal noticia de los Red Sox de 1967 fue la Triple Corona de bateo de Carl Yastrzemski, la última vez que se ha logrado en las Grandes Ligas.
Williams, quién luego dirigiría inquilinos del Salón de la Fama como Reggie Jackson, Jim Catfish Hunter, Rollie Fingers, Nolan Ryan, Gary Carter, Tony Gwynn y Goose Gossage, llamó la actuación de Yaz en 1967 la más grande temporada que le vio a pelotero alguno.
En 1984, Williams se convirtió en sólo el segundo manager en llevar a 3 franquicias a la Serie Mundial, cuando los Padres de San Diego ganaron su primer banderín, en su décimasexta temporada. Pero perdieron ante los Tigres de Detroit en 5 juegos. De nuevo Williams reconoció que la experiencia de veteranos como Gossage, Graig Nettles, Steve Garvey y Gary Templeton había influido profundamente en el rendimiento de las estrellas incipientes como Gwynn y Kevin McReynolds.
El único otro manager que llevó a tres equipos diferentes a la Serie Mundial fue Bill McKechnie, con los Piratas de Pittsburgh en 1925, los Cardenales de San Luis en 1928 y los Rojos de Cincinnati en 1939 y 1940. Como Williams, McKechnie tambien ganó dos Series (1925 y 1940). Fue elegido al Salón de la Fama por el Comité de Veteranos en 1962 cuando Williams todavía era un pelotero activo como jardinero y primera base de los Orioles de Baltimore.


Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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