Jeff Passan. Yahoo Sports
Johan Santana es distinto a todos en el clubhouse de los Mets de Nueva York. Se supone que él es un as, y necesita dejar de lado la humildad y comenzar a actuar como uno.
Luego de la victoria 6-3 contra Filadelfia este miércoles en la noche que regresó a los Mets al primer lugar de la División Este de la Liga Nacional, parecieron olvidar que el triunfo fue posible porque Santana mantuvo al equipo en el juego. Por esta razón fue que los Mets cambiaron a cuatro prospectos por èl, luego le dieron el contrato más rico que le hayan dado a un pitcher en la historia.
Estas cosas pasan, si no fuera por la actitud neutra de Santana en referencia a su rol y responsabilidad, de seguro habrìa tenido màs reconocimiento. El problema es que Santana todavía parece no entender que con un contrato de 137.5 millones de dòlares en su bolsillo y las palabras New York atravesadas en el pecho, actitud y autoestima son requisitos. El concepto de equipo debe dejarse de lado, porque los ases ganan juegos por su cuenta.
“No trato de ser un hèroe para nada”, dijo Santana. “No. Soy realista. Y la realidad es que no puedo hacerlo todo. Pero sè lo que soy capaz de hacer y confìo en mis compañeros”.
Dos lockers màs allà del de Santana, Pedro Martìnez escuchò. Martìnez fue un as verdadero, uno que destacaba en los momentos grandes, lo hacìa regularmente y cuando fallaba asumìa toda su responsabilidad. Aùn se recuerda cuando el llamaba a los Yanquis “mi Papà”. Martìnez entendiò que existe el as, el tipo que alcanza grandes nùmeros, y el as, èl que se comporta como tal en todos los juegos, el ùnico en su categoría.
“Grandeza”, dijo Martìnez. “Grandeza es una cosa muy distinta. No es una palabra vacìa. No puedes describirla. Tienes que vivirla. Tienes que entenderla. Tienes que hacer cada pequeña tarea que se te presente. Entonces te das cuenta de eso”.
Y Santana, con sus 2 Cy Young y su efectividad de este año (2.70) que puede ser la mejor de su carrera, todavía no tiene ese tipo de grandeza.
“Està a mitad de camino”, dijo Martìnez. “Eso toma algo màs de tiempo. Algunos años”.
Santana,29, tiene todas las caracterìsticas fìsicas para llegar a ese nivel. Le recuerda a Martìnez como era èl al principio: la recta dura, el cambio sorprendente, la curva con ese extra de efecto. Tiradores de strikes e intimidantes, pensadores y ganadores.
Lo que distinguìa a Martìnez, es la mentalidad con que asumìa cada apertura. El martes en la noche, luego de la derrota màs difícil de la temporada, cuando desperdiciaron una ventaje de 7-0 y perdieron 8-7 en 13 innings, Santana estaba en su locker con un semblante de estoicismo. Casi todos los jugadores se hundìan en el silencio. Santana permaneciò impasible y cuando le preguntaron si su rol era ayudar a los Mets a olvidar esa derrota contestò de manera neutra.
“Hago mi trabajo”, dijo.
Santana se enorgullece de su actitud en el trabajo, asì como de su capacidad de aislarse de las emociones en cualquier situación. Esto lo favorece de muchas formas. No se altera fácilmente. Pudiera ser un guardia del Palacio de Buckingham. Luego de permitir 2 jonrones que le dieron a Filadelfia ventaja de 3-2. Santana puso 2 base con 2 outs en el sexto capìtulo. Saliò com aplomo al ponchar el ùltimo bateador que enfrentò.
Al mismo tiempo, esta actitud de Santana neutraliza cualquier habilidad para calificar los juegos apropiadamente. Su apertura màs importante con los Mets fue el miércoles, con la derrota fresca en sus mentes y la historia del colpaso de la ùltima temporada crepitando. Ninguno de los 24 Mets mencionò que Santana creìa que era el remedio para ambas preocupaciones.
“Cuando èl lanza, te sientes algo motivado”, dijo el inicialista Carlos Delgado, el verdadero hèroe de la noche y de la reacción de los Mets, con 2 jonrones. “Sabemos que èl no puede ser perfecto todo el tiempo. Pero esos tipos hacen mucho dinero porque hacen cosas que otros no pueden hacer. Ellos detienen la hemorragia. Le dan respiro al bullpen. Paran las seguidillas de derrotas. Eso va màs allà de victorias y derrotas. Màs allà de la efectividad.
“Un as puede salir y ganar cuando las cosas no le salen bien. Asì es Johan Santana”.
Santana ha hecho eso, llegò al juego con 16 innings sin permitir carreras y la segunda mejor efectividad de la Liga Nacional en agosto, su mes favorito, donde su record de por vida es 27-6 y su efectividad 2.36. Cuatro veces en Minnesota lanzò en juegos decisivos que enrumbaron al equipo hacia los playoffs.
“No todo es lo que hago individualmente”, dijo Santana. “Es lo que hacemos como equipo. Cada vez que ganas, te sientes bien, aun cuando no hayas tenido tu mejor actuación”.
Básicamente, èl tiene razòn. Los Mets no ganaràn la divisiòn sòlo porque Santana lance bien. Al mismo tiempo, ellos no ganaràn la divisiòn si Santana no lanza bien, lo cual debe motivarlo a asumir su rol.
Santana no deber ser solo otro jugador màs. No puede serlo.
“Los grandes entienden completamente la responsabilidad que tienen”, dijo Martìnez. “Ellos entrenan para eso”.
Ahora mismo, los Mets tienen problemas mayores que la modestia de Santana. Acaban de llamar al abridor Jon Niese para que debute en Grandes Ligas durante la pelea por el banderìn y en medio de varios problemas de lesiones, ademàs de cómo lo dijo el manager Jery Manuel: “tratar de encontrar alguien quien pueda lanzar en el noveno inning”.
Los Mets piensan que Santana està bien y que tiene las facultades para lanzar en septiembre y octubre. Tal vez algo despierte el fuego en èl y obtenga lo que todos esperan.
Èl tiene que ser el hèroe. La grandeza està llamando a su puerta.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
sábado, 30 de agosto de 2008
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