El nombramiento del manager del equipo venezolano que participará en el II Clásico Mundial de Béisbol evidencia que se continúa en la misma tónica que llevó al equipo por derroteros indeseados en 2006. Para comenzar, todavía se espera por el balance de lo que hizo el equipo en el torneo anterior. Un Comité Organizador debe estudiar a fondo las razones por las cuales se obtuvieron tales o cuales resultados. A partir de allí aprender de las derrotas, reflexionar, consultar, concluir y recomendar soluciones. Ignoro si estas etapas fueron quemadas, pero la impresión que se tiene desde afuera es que el citado Comité Organizador sólo tiene actividad real a partir de menos de un año del próximo Clásico Mundial. Es increíble que el nombramiento del manager del equipo se realice a menos de 8 meses de la competencia. Más sorprendente resulta que el abanico de opciones sea de dos candidatos, en un país de la trayectoria beisnbolística de Venezuela. Más allá de que Luis Sojo sea o no la mejor opción para dirigir el equipo nacional, hay un punto importantísimo que repercutió sobre la preparación del equipo hace 3 años. Sojo tiene compromisos con Cardenales de Lara, lo cual limita su dedicación a la preparación del equipo. Lo más temprano que Sojo se puede incorporar a tiempo completo es a principios de enero cuando solo quedan dos meses para la competencia. Los que conocen el béisbol y la intensidad de las competencias internacionales saben que para tener una real oportunidad de pelear los primeros lugares debe haber una concentración del equipo por lo menos 3 meses antes de la competencia. Los finalistas del I Clásico (Japon y Cuba) tenían entrenando juntos por lo menos ese tiempo.El Comité Organizador debe entender que cualquier actividad humana asumida con responsabilidad y esperanzas de victoria, tiene que contar con dedicación contínua, día a día, consulta con expertos, delegación de responsabilidades en personal calificado (sería muy importante que se nombrara un Gerente General que se encargue de buscar los peloteros que puedan ayudar al equipo, de verdad), afinación de la logística, seguimiento de peloteros. Si se adolece de esto no hay como solicitar responsabilidades a la hora que termina la competencia. Ni al manager, ni a los peloteros. Un aspecto muy importante de cualquier relación humana es la capacidad de escuchar. En general a los venezolanos parece que se nos dificulta escucharnos, por ello quizás seguimos incurriendo en los mismos errores. Si algunos peloteros han expresado su parecer luego de la ratificación (porque no se puede hablar de elección cuando sólo hay dos opciones) del manager. Lo apropiado debe ser reflexionar y profundizar sobre las razones por las cuales se emiten esos comentarios. Porque quienes están hablando son quienes vivieron lo que ocurrió dentro del equipo en 2006. De nuevo, se siente que estos son episodios que debieron ventilarse hace tiempo como etapa inmediata a la finalización del Clásico de 2006. Lo más importante ahora es que haya disposición a escuchar, a reconocer errores y a entender que para llegar a marzo con un equipo competitivo la concentración debe empezar a más tardar a comienzos de diciembre (2 o 3 días a la semana). En enero se pasaría a 4 días semanales y después de la Serie del Caribe la concentración sería permanente.
Alfonso L. Tusa C.
jueves, 14 de agosto de 2008
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