Steve Henson. Yahoo Sports
No hay que buscar un libro de Deepak Chopra para encontrar la definición de un alma vieja. Detrás de la máscara del catcher de Tampa Bay està la respuesta.
Dioner Navarro, el inesperado lider del mejor equipo del Este de la Liga Americana, tiene 24 años terrícolas, pero es mucho màs viejo en el calendario còsmico. Y este año, cuando ha experimentado su mayor crecimiento en el terreno, Navarro hizo su primera aparición en el Juego de Estrellas y su promedio de bateo .290, es el mejor de los MantaRayas, es un testamento a su habilidad para lidiar con situaciones difíciles.
"Siempre he pensado que soy alguien muy espiritual, desde que era un niño pequeño", dijo Navarro. "Básicamente acepto lo que me ocurre como parte de un gran plan, y trato de no quejarme de cosas difíciles de entender o que parezcan injustas".
Es como si Navarro tuviera la chispa divina de vidas previas, por la forma como un bateador que se ponchò en el turno anterior dirige un lanzamiento similar para conectar un imparable en su pròximo turno. Ahora él ayuda almas menos diestras a descubrir su camino al estrellato.
Navarro comenzó su estadía como catcher regular de Tampa Bay la temporada pasada y bateò .227. El manager Joe Maddon confió en él, consciente de que Navarro era tan inexperto como la mayoría de sus compañeros. Navarro no sòlo ha bateado sino que ha ayudado a estabilizar un joven cuerpo de pitcheo, con la tercera mejor efectividad de las Grandes Ligas.
"Él ha sido nuestro MVP sobrado", dijo el pitcher Scott Kazmir. "Navi nos ha guiado a travès de muchas cosas. Eso es lo que necesitas de un catcher. Él te da confianza como pitcher. Es nuestro líder. Es muy maduro para su edad".
Los ejemplos abundan:
__A los 16 años Dioner firmò con los Yanquis de Nueva York para jugar fuera de su natal Caracas. "Dioner siempre ha sido calmado y sabio, desde que era pequeño", dijo su Madre, Rosa.
__A los 17, conoció a su futura esposa, Sherley, en un chat room en español. Sherley creció en el Bronx y vivía en Tampa, tenía 21 años y un hijo de 2 años. Se casaron poco después que él llegara a Estados Unidos para iniciar su carrera en las Ligas Menores.
__A los 19, Navarro confrontó el primero de varios episodios de vida o muerte relacionados con miembros de su familia. Sherley fue víctima de un aneurisma cerebral en su primer aniversario de bodas, cayó en coma y temporalmente tuvo paralizado el lado izquierdo del cuerpo. Su recuperación no fue nada lejana a lo increíble. Navarro usa el 30 en su uniforme porque la fecha del episodio fue el 30 de septiembre de 2003.
__A los 21, él y Sherley tuvieron un hijo, Dioner Jr., quién nació con una anomalía que requirió la remoción de un riñón. "Nadie sabe por qué".dijo Navarro. "Le pasó a él. Nadie puede explicarlo".
__A los 22, Navarro y su familia tuvieron un accidente de tránsito. Su carro quedó con las ruedas hacia arriba. Sherley salió por la puerta trasera y Navarro haló a Dioner Jr. de su asiento y lo pasó a su esposa a través de una ventanilla antes de salir del carro.
__A los 23, fue golpeado en la garganta por un lanzamiento descontrolado y fue llevado en camilla al hospital. Regresó a la alineación 4 días después. "Todo lo que trataba de hacer era respirar, pero no podía", dijo Navarro. "Fue un momento muy dificil".
__A los 24, se le presentó otra emergencia familiar. Esta vez fue su madre quién tuvo un aneurisma cerebral antes de empezar el spring training. Viajó a Caracas para estar a su lado y ella, como Sherley, se recuperó.
Navarro repasa los incidentes uno a uno, con todos los detalles. Él y su familia los han sobrevivido todos. Criado en un hogar religioso, él se apoya en la fé antígua para salir adelante.
"Tuve que convertirme en hombre antes de tiempo", dijo Navarro. "Dios tiene un plan para mí, cada cosa que me ha pasado en la vida sólo ha servido para fortalecer esa convicción".
Luego de pasar por todas esas crisis personales, haber ido a la lista de incapacitados por una lesión en la muñeca al comienzo de esta temporada, (se resbaló caminando hacia el dugout y se cortó dos dedos de la mano derecha despues de agarrarse de una tela metálica para evitar la caída, una lesión que Maddon catalogó de fea y preocupante) no lo afectó. Ni lo hizo el perder su trabajo como catcher de los Dodgers ante Russell Martin a comienzos de la temporada de 2006. Batear .177 en la primera mitad de la temporada de 2007, cuando los MantaRayas le confiaron un trabajo a tiempo completo menos de un año después de adquirirlo de los Dodgers, mucho menos lo afectó.
Un bateador ambidiestro pequeño, Navarro tiene el tipo de cuerpo que hace a un observador preguntarse como es que fue considerado un prospecto alguna vez. La percepción se hace más aguda cuando cuando él tiene dificultades, lo cual hace de la decisión de Maddon de quedarse con Navarro, algo muy ineteresante de ver en perspectiva.
“Me gustó la forma como interactuó con los pitchers, la manera como se hizo cargo y llamó los juegos”, dijo Maddon. “Esas cualidades eran obvias. El bateo era cuestión de tiempo. Navi hace bastante contacto, conoce la zona de strike y dirige la pelota ocasionalmente. No me preocupé mucho”.
Navarro bateó .280 en la segunda mitad de la temporada pasada para garantizar su permanencia en el puesto. Un entrenamiento riguroso de pesas durante el receso dejó a Navarro más liviano, fuerte y seguro de si mismo. Después de acompañar a su Mamá y recuperarse del resbalón en el dugout, regresó a su trabajo de guiar jovenes lanzadores desde la promesa hasta el estrellato.
“Lo que más me gusta de este equipo es que hemos llegado al punto de saber que podemos lograrlo”, dijo Navarro. “Hemos tenido la oportunidad de crecer juntos. Creemos que somos parte de algo especial”.
Aunque haya episodios ocasionales cuando Navarro debe asumir el rol del veterano con sabiduría, sin reparar si él es realmente el más viejo. Matt Garza , un derecho de cierto carácter, con un repertorio eléctrico y un historial de incidentes, es dos meses mayor que su catcher. Aún así, Navarro le dio una lección hace más de dos meses que Garza no ha olvidado.
“Eso lo despertó”, dijo el shortstop de los MantaRayas Jason Bartlett.
Un bateador después de que un elevadito cayera en el left field corto en el cuarto inning de un juego contra los Rancheros de Texas, Garza permitió un jonrón al noveno bateador, Germán Durán. Garza se quejó. Ian Kinsler siguión con un sencillo. Garza se quejó más.
Navarro fue al montículo miró a los ojos a un pitcher 7 pulgadas más alto que él y le sostuvo la mirada.
Después del inning, Garza le dijo algo a Navarro y lo agarró por el hombro. Navarro empujó al pitcher y siguió el forcejeo. Maddon y otros jugadores tuvieron que separarlos.
“Si tengo que hacerlo de nuevo, lo haré”, dijo Navarro a los reporteros. “Este muchacho nos va a yudar toda la temporada. No creo que lleguemos a eso de nuevo”.
Garza se refirió al incidente. “Me ayudó a trabajar en algunas cosas. No me percataba de algunas de las cosas que hacía allá afuera”.
Todo lo que ha hecho después es convertirse en uno de los mejores pitchers del béisbol. En su próxima apertura, Garza retiró los primeros 8 bateadores y 10 de los últimos 11 en una victoria 4-1 sobre los Marlins. Dos semanas después, lanzó un juego de 1 hit. Y hace dos semanas, regresó a Texas y blanqueó a los Rancheros, el equipo más anotador del béisbol.
Recientemente la crisis de los MantaRayas se ha desplazado hacia el campo de las lesiones. El jardinero Carl Crawford y el antesalista Evan Longoria están fuera de la alineación. El cerrador Troy Percival esta lesionado. Aún así los Manta Rayas se mantenían en el primer lugar a 4.5 juegos de los Medias Rojas de Boston en el Este de la Liga Americana hasta los partidos del sábado 30 de agosto.
“Esto es especial”, dijo Navarro. “Estoy en lo me jor de mi vida”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
martes, 2 de septiembre de 2008
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