domingo, 5 de octubre de 2008

Jason Bay: “No soy Manny”.

Adam Kilgore. The Boston Globe.

Jason Bay no conoce a Manny Ramírez. Bay jugó 3 veces contra Ramírez en 2005 mientras pertenecía a los Piratas de Pittsburgh, con quienes se convirtió en la estrella menos conocida del béisbol. Sus aviones debieron cruzarse el 31 de julio, el día que Bay llegó a Boston como parte del cambio que envió a Ramírez a los Dodgers de Los Ángeles.
Para un hombre con quien tiene tan poca conexión, Ramírez ha pendulado sobre Bay los últimos dos meses. No importa cuan a menudo Bay insistió en que no era Manny Ramírez, él fue el pelotero escogido para patrullar el leftfield de los Medias Rojas después de la partida de Ramírez. El éxito de Bay en Boston, quién coronó la noche del miércoles 01 de octubre con su jonrón ganador del primer juego de la Serie Divisional de la Liga Americana, una victoria 4-1 sobre los Angelinos de Anaheim, dependerá de su capacidad para nunca permitir que Ramírez, o lo que él logre, lo defina.
“En realidad no sé que estoy tratando de reemplazar”, dijo Bay. “Lo veo en televisión y sé que lo está haciendo bien. Pero la mayor parte del tiempo, pienso en mí”.
“Las comparaciones siempre estarán ahí. Lo entiendo. No tienen que ver con lo que hago, pero lo entiendo. Están ahí. No hay nada que pueda hacer al respecto. Si hubiera algo cuantificable, algo que yo pudiera hacer, tal vez trataría de hacerlo. Sé que no voy a batear 50 jonrones. Eso hace todo más fácil”.
Aún antes del primer juego de playoff de su carrera, Bay no podía escapar de Ramírez. Mientras los Medias Rojas calentaban, la pantalla de video del centerfield del Angel Stadium mostraba el juego de los Dodgers y los Cachorros de Chicago. Ramírez bateó un jonrón sacando una pelota desde sus zapatos por encima de la pared del Wrigley Field, un jonrón poco probable.
Bay, estoíco, respondió que no trataba de reemplazar a un seguro Salón de la Fama, cada vez que algún reportero tocaba el tema. La tentación de hacerlo era constante. Pero Bay se mantuvo firme en su posición de que ni siquiera una vez ha sentido ninguna intención de imitar a Ramírez.
“Nunca”, dijo Sean Casey, quién jugó para los Piratas con Bay en 2006. “Él entendió quién es. Y se siente bien. Él no va a ser Manny Ramírez. Si alguien podía lidiar con eso, ese era Jason Bay”.
Bay se crió en Trail, Columbia Británica. Jugaba jockey, como cualquier muchacho canadiense. Pero el béisbol lo capturó. Jugó dos años en la Universidad de la Comunidad de Idaho del Norte y terminó su carrera en Gonzaga. Los Expos de Montreal lo seleccionaron en la vuelta 22 del draft de 2000. “Me dieron un boleto sencillo y me dijeron ‘Aquí vamos’”, dijo Bay. Tres equipos lo cambiaron antes de salir de las Ligas Menores.
“Probablemente no fue el camino más fácil”, dijo Bay. “No lo cambiaría por nada porque eso me ayudó a tener el carácter que tengo”.
Sus compañeros dijeron que Bay se adaptó al clubhose inmediatamente, su personalidad encajó con naturalidad.
“Sigue siendo un jugador de hockey, de corazón”, dijo Dustin Pedroia. “Es divertido estar alrededor de él”. Sorprende a los Medias Rojas con su humor ácido cuando menos lo esperan. El miércoles, después que se ponchó feo en sus dos primeros turnos, bromeó. “Es una gran parte de mi juego”.
Su conducta en el clubhouse habría significado poco sin su producción. Bay languideció 5 años con los Piratas, ni siquiera una vez olió el aroma de la post-temporada mientras dejaba números impresionantes. Esta temporada Bay alcanzó los 30 jonrones y las 100 empujadas por tercera vez.
“Eso significa que eres uno de los jugadores élite del juego”, dijo el tercera base Mike Lowell. “Lo que está claro es que no sólo obtuvimos un sustituto para Manny. Conseguimos un buen jugador. No estábamos buscando un jugador que sólo castigara la pelota. Esa no es su marca de fábrica”.
Bay bateó .293 con 9 jonrones y 37 empujadas en 49 juegos. (Ignoró las estadísticas de Ramírez en el mismo período, que eran abrumadoras: .316, 17, 53). Rápidamente se adaptó a jugar con la pared en el Fenway Park, no cometió errores.
Aún asi había preguntas. Ramírez fue el Jugador más Valioso de la Serie Mundial de 2004. Bay no ha jugado en ningún juego importante después de julio. “Por la situación de donde venía, cada juego de agosto al final de septiembre se sentía como un juego de play off”, dijo Bay.
Bay saboreó la intensidad, algo que nunca había experimentado. “Es algo que estaba extrañando”.
Bay “no estaba relajado del todo” cuando fue a batear en el sexto inning el miércoles. John Lackey había maniatado a los Medias Rojas hasta ese momento. A ninguno más que a Bay, quién nunca había enfrentado a Lackey. Lackey lo había ponchado dos veces con rectas silbantes y curvas contra el piso que lo ridiculizaron
Lackey le abrió con otra curva en el sexto, que rompió en strike. Lackey soltó una recta que a diferencia de las otras subió en la esquina de afuera hasta la altura del pecho.
“Jason consiguió su pitcheo”, dijo Pedroia. “Y no lo falló”.
La bola rebasó el bullpen de los Angelinos y casi tambien el de los Medias Rojas. “Una bomba”, dijo Lowell. Bay le dio la vuelta al cuadro y chocó los cinco con Lowell quién era el próximo bateador. Bay era el héroe en el primer juego de play off que efectuaba. .(“Me siento algo en desacuerdo de que me consideren héroe sólo por un juego”, dijo Bay)
Sin embargo su actuación sirvió como un testamento de porque ha tenido éxito. Manejó la presión de tener que reemplazar a Manny Ramírez, encogiéndose de hombros y nunca confrontándolo. Se ponchó en los dos primeros turnos de playoff de su carrera y se deshizo de eso fácilmente.
“Tienes 4 turnos por juego”, dijo Bay.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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