By Anthony Castrovince / MLB.com
Simon and Garfunkel lo cantaron muy bien, "Joltin Joe" se ha ido lejos.
Tambièn lo han hecho "The Sultan of Swat", "Charlie Hustle", "Hammerin' Hank", "Stan the Man", "Shoeless Joe", "Rapid Robert", "The Iron Horse", "Mr. October" y "The Splendid Splinter". Por nombrar unos pocos. Fred "The Crime Dog" McGriff y Don "Donnie Baseball" Mattingly no se paran en nuestras cajas de bateo. Ni Al "The Mad Hungarian" Hrabosky ni Dennis "Oil Can" Boyd habitan nuestros montículos.
Lo que tenemos ahora es una generación donde los sobrenombres apropiados casi han desaparecido.
Sólo basta con revisar el caso de Derek Jeter para ver cuanto ha decaído el juego de los sobrenombres. Jeter es un jugador que ha sido convocado 9 veces al Juego de Estrellas. Un antiguo jugador más valioso de la Serie Mundial y el capitán de la franquicia más exitosa del juego. El mejor sobrenombre que le han dado es "Jeet" y Mr. November (por su rendimiento en la alargada Serie Mundial de 2001, que su equipo perdió)
Si, hemos caído en un infeliz patrón de hacer simples abreviaturas o diminutivos de los apellidos y con eso creemos que tenemos sobrenombres viables. Si George Herman Ruth jugara hoy, se le conocería como "G-Ruth" o peor, "Ruthie".
A este respecto, "A-Rod" es un desaguisado de Grado A, y "K-Rod" y "Dice-K" son un poco más inventivos pero no exactamente apropiados. Cada vez que Manny Ramírez esta cerca de firmar un contrato, debe incluir una cláusula donde se pide evitar todas las referencias a "Man-Ram" y sustituirlas con su viejo alias "Baby Bull" (aún cuando haya sido copiado de Orlando Cepeda).
Pero todavía quedan mentes prodigiosas que generan sobrenombres apropiados para los peloteros de la actualidad.
Ha habido algún esfuerzo para referirse al cerrador de los Reales de Kansas City Joakim Soria como "The Mexicutioner", pero todavía eso no se ha extendido más allá de Kansas City. Quizás los Reales tendrán mejor suerte si su prospecto de primera base Kila Ka'aihue se estableciera en las Grandes Ligas y su apodo "Hawaiian Punch" gustara también.
Shin-Soo Choo, el jardinero coreano que mareó a los pitchers contrarios en la segunda mitad de la temporada pasada, mientras jugaba con los Indios de Cleveland, es conocido en algunos círculos de aficionados a la goma de mascar, como "Big League" Choo. Pablo Sandoval, un robusto tercera base, quién impresionó a los Gigantes de San Francisco en septiembre del año pasado, fue apodado "Kung Fu Panda" por su compañero Barry Zito, también lo han llamado "The Round Mound of Pound".
No todos los grandes sobrenombres pegan o tienen sentido. Ambas lecciones se aprendieron en el caso del tercera base de los Padres de San Diego Boris Kouzmanoff, quién fuera brevemente apodado como "Crushin' Russian", aunque es de descendencia Macedonia.
(Debemos agregar aquí, cierta estipulación que especifica que no se permite a los peloteros darse sobrenombres a si mismos. Lo lamentamos Jonathan Papelbon , pero “Cinco Ocho” no va a funcionar).
Los sobrenombres, por supuesto, no siempre son halagos. Pregúntenle a Carl Pavano, quién recientemente firmó con los Indios de Cleveland después de cuatro temporadas llenas de lesiones y buen dinero con los Yanquis, por lo cual llegó a ser conocido como “American Idle” (“El flojo americano”).
Aún cuando los sobrenombres no sean del todo bien recibidos, pueden resistir el paso del tiempo. El agente libre Adam Dunn, por ejemplo, ha llegado a ser conocido como “The Big Donkey” (“El gran asno”), mientras que Travis Hafner una vez fue llamado proyecto a medias de burro, debido a su sobrenombre “Pronk”, el cual es popular con casi todos en su círculo íntimo, a excepción de su esposa.
Cuando son buenos, los sobrenombres invaden nuestras conciencias como reemplazos razonables de los nombres reales de los peloteros. Lo que sigue es una lista de apodos activos que pueden ser merecedores de tal consideración.
Boof Bonser, lanzador derecho de los Mellizos de Minnesota: Su nombre real es John Paul Bonser, el pitcher de los Mellizos cambió legalmente su nombre a Boof, el cual era un nombre que había escogido cuando era niño. Técnicamente, este ya no es un sobrenombre. Pero si piensas que un tipo llamado Boof va a quedar fuera de esta lista, estás mal de la cabeza.
Alexei “The Cuban Missile” Ramírez, SS, Medias Blancas. Apodado así por el manager de los patiblancos Ozzie Guillén. A Ramírez le dieron una manera de describir el impacto inmediato que ha tenido en Chicago. Ahora Guillén esta modificando el apodo para la nueva adquisición Dayan Viciedo. Guillén ha empezado a referirse del joven de 19 años, 1.93 metros y 150 kilos, como “The Cuban Monster”.
Kevin “Youk” Youkilis, 1b, Medias Rojas. Ordinariamente, el solo hecho de recortar un nombre clasifica como el tipo de sobrenombre poco creativo. Pero cuando los feligreses de Fenway Park hacen oir tu apodo como casi una canción coral ( no están abucheando, están diciendo Youuuuuuuuukkkkk!), vale la pena mencionarlo aquí.
Lance “Big Puma” Berkman, 1b, Astros. Por el hecho de que él mismo se llama así (con la lengua inflamando su cachete), como si fuera un puma en un programa radial de Houston, Berkman casi se descalificó de la lista. Pero al crear la imagen del puma, se libró de seguir siendo llamado “Fat Elvis”.
David “Big Papi” Ortiz, DH, Medias Rojas. En la Républica Dominicana la palabra “Papi” significa amigo. ¿Y quién no quisiera ser amigo de este tipo inmenso capaz de empujar 100 carreras?
David “Cookie Monster” Ortiz. No es justo ¿verdad? A la mayoría de los peloteros les gustaría tener un sobrenombre principal, y Ortiz se aparece con dos. Pero no se puede negar su leve parecido con el querido personaje de Plaza Sésamo que se desvive por las galletas.
Frank “The Big Hurt” Thomas, DH, agente libre. Ken “The Hawk” Harrelson, poseedor de un buen sobrenombre, le adosó este apodo a Thomas debido al dolor que este le causaba a la pelota con sus batazos. Por supuesto, ahora mismo Thomas tiene un dolor porque no consigue contrato.
Randy “The Big Unit” Johnson, lanzador zurdo, Gigantes. Este lo inventó Tim “Rock” Raines, aparentemente los tipos con sobrenombres son buenos para ponerle apodos a otros. El pequeño Raines se acercó al espigado Johnson en el dugout de los Expos de Montreal y le dijo: “Eres una gran unidad”. El bigotudo lanzador ha tenido un distintivo desde entonces.
Covelli “Coco” Crisp, CF, Reales de Kansas City. Los tipos llamados Covelli no necesitan de sobrenombres para condimentar sus vidas, pero no se puede juzgar a Crisp por adoptar este sobrenombre. De acuerdo a la biografía oficial de Crisp, su bisabuela Wilda Smith, solía llamarlo “Co”. Y sus hermanos Sheileah y Marcus, se guiaron con el cereal Cocoa Krispies y alargaron el apodo a “Coco”.
Tim “The Freak”Lincecum, lanzador derecho, Gigantes. Cuando tienes el cuerpo de un adolescente y la habilidad para lanzar una pelota a 98 millas por hora y puedes dominar a los bateadores de Grandes Ligas, el término “anormal” (“freak”) es usado como un halago. Lincecum tambien ha sido llamado “Seabiscuit”, por su dominio a pesar de su pequeña estatura.
Shane "The Flyin' Hawaiian" Victorino, CF, Filis. Cualquiera que haya visto los play offs del año pasado sabe que este es un apodo apropiado para el veloz jardinero isleño. El único problema de Victorino es que se ha prestado para demasiados sobrenombres inspirados en Hawai, incluyendo “The Pineapple Express” y "The Maui Wowie"
Carlos "El Caballo" Lee, LF, Astros. Este sobrenombre se ha hecho tan popular entre los aficionados de los Astros, que Lee ahora tiene un Club de Fanáticos de muchachos y muchachas (mayoritariamente de descendencia latina) quienes van a todos los juegos, levantan dibujos de ponies y se paran en el balcón del left-center-field. Ellos se llaman “los caballitos” o “little ponies”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
jueves, 26 de febrero de 2009
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