viernes, 13 de marzo de 2009

La asombrosa historia de Adam Pettyjohn. Parte 2.

Cuando el 16 de marzo de 2002 Adam Pettyjohn fue llevado en camilla a una ambulancia aérea privada, no se parecía en nada al Adam Pettyjohn que se había subido al montículo el octubre pasado para completar su primera temporada en Grandes Ligas.
El Pettyjohn del 04 de octubre de 2001, pesaba 100 kilos y tenía piernas que parecían troncos de árboles. El Pettyjohn de la camilla pesaba 65 kilos, “parecía alguien que estuviera saliendo de un campo de concentración”, de acuerdo a su padre, y se disponía a someterse a una intervención quirúrgica, ante la cual muchos de sus familiares eran pesimistas. La noche anterior un doctor le había dado a Pettyjohn un 50% de probabilidades de sobrevivir el vuelo desde California a Detroit. La intervención quirúrgica era de vida o muerte, así que él y su esposa abordaron el avión fletado por los Tigres, el equipo de Pettyjohn al momento, para operarse al día siguiente.
Si era posible que todo saliera bien en el vuelo, así fue. Después de ser revisado en su habitación del hospital Henry Ford en Detroit, Pettyjohn conoció a su cirujano, el Dr. John Eggenberger.
Eggenberger había tratado a innumerables pacientes de colitis. Pero hasta él estaba impactado con el aspecto de Pettyjohn. “Cuando llegué, él se paró para estrecharme la mano”, dijo Eggenberger. Tenía puestas esas pijamas de lana suave. Se le cayeron hasta los tobillos. Parecía un esqueleto.
La remoción del colon normalmente requiere de dos operaciones, la primera fue programada para la siguiente mañana (domingo,17 de marzo). Sin embargo, luego de examinar a Pettyjohn, Eggenberger determinó que se encontraba en un situación muy delicada y decidió hacer la remoción en tres operaciones. Cuando Eggenberger empezó a operar a Pettyjohn, lo que vio reforzó la sabiduría de su decisión. Las enfermeras le dijeron a Pettyjohn que sus órganos habrían empezado a morir en 48 horas. Eggenberger fue un poco menos dramático. “En una semana, se hubiera perforado su colon, lo cual habría ocasionado la paralización en cascada de sus órganos. Era muy duro”.
La operación duró 8 horas. Dee, la esposa de Pettyjohn, esperó y esperó. Finalmente, le dijeron que podía ir a hablar con él. “Pensé, ‘¿Hablar con él?’ Si el no tenía voz en ese momento”, dijo Dee.
A medida que se acercaba a la habitación, se le hacía difícil imaginar que iba a entrar. Envió a la madre de Pettyjohn, Becky Rojas, delante de ella. Cuando Rojas abrió la puerta, Adam la saludó, con suficiente volumen de voz para que Dee lo escuchara. No era la voz débil de los meses pasados. Era su voz.
Dee no le podía creer a sus oídos.
“El doctor explicaba, como había sacado parte de sus entrañas y las había colocado en un platillo. Pienso ‘¿Nos estás hablando ahora, de verdad? Su voz estaba de regreso”.
El próximo avance de Pettyjohn es impresionante y totalmente esperado. “Tienes un pedazo de carne podrida adentro”, dijo el Dr. Jeff Brown un especialista del intestino quién trató a Pettyjohn en California. “Cuando lo saques, será una gran diferencia”.
“Gran” no es una palabra lo suficientemente dramática para describir el cambio. “Al día siguiente él estaba de pié, caminando”, dijo Rojas. “Fue un milagro de verdad, porque antes de eso, el usaba una andadera”.
Las semanas previas habían destrozado a Dee Pettyjohn. Ahora tenía esperanzas de nuevo. “Me dije, ‘Tengo a mi esposo de vuelta’. Ahora si estamos en el camino correcto”.
No un camino fácil. Pero sin dudas era el camino correcto.
Al principio, el camino terminaba en la nevera. Después de meses sin apetito y de haber perdido 35 kilos, Pettyjohn trató de recuperar su peso. Entonces y ahora, no hay restricciones de dieta. Muy bueno. “Comía helado, tortas, galletas con queso, de todo. Si sonaba bien, me lo comía. Teníamos 3 o 4 galones de helado en el congelador, quizás una torta, esto y lo otro. No podía decidirme entre dos helados, así que los tomaba ambos. Devoraba todo. Dos horas después quería otra merienda o una pequeña comida otra vez”.
Pettyjohn tenía pendientes otras visitas al médico. Ese junio le extirparon el recto. En un procedimiento normal esto lo hubieran hecho en la primera operación, pero esto fue lo que Eggenberger dejó pendiente cuando dividió la primera operación en dos procedimientos. En septiembre, a Pettyjohn le extrajeron una bolsa temporal de ileostomía (la cual normalmente hubiera sido la segunda de dos operaciones). En noviembre Pettyjohn tuvo una cuarta operación no planificada, para remover una fístula.
Entonces, más de 13 meses después que jugara por última vez. Comenzó el largo camino de Pettyjohn para regresar a las Grandes Ligas. No tenía idea de cuan arduo sería.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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