lunes, 16 de marzo de 2009

La asombrosa historia de Adam Pettyjohn. Parte 3.

Matt Crossman - SportingNews

Cuando Adam Pettyjohn subió al montículo el 19 de junio de 2003 en un juego de categoría AA, era la primera vez que aparecía en un juego en 21 meses. En ese tiempo había perdido 35 kilos, casi había fallecido, tuvo 4 operaciones (incluyendo la remoción de su colon y su recto, y batalló para recuperar su una vez promisoria carrera en el béisbol.
Llevó consigo al montículo todo ese proceso. Allí enfrentó a alguien que arrastrabas muchas de esas mismas cargas. Como Pettyjohn, Ron Wright fue una vez, un prospecto de primera línea. Como Pettyjohn, un problema físico inusual, en su caso una lesión en la espalda, descarriló su carrera. En 2003, Wright todavía trataba de regresar al béisbol cuando enfrentó a Pettyjohn. Wright lo recibió de vuelta al juego con un jonrón de 450 pies. (El 14 de abril de 2002, Ron Wright apareció en su único juego de Grandes Ligas. Consumió 3 veces al bate con Seattle. Se ponchó, bateó para tripleplay y bateó para dobleplay, respectivamente). Pettyjohn se rió de aquel jonrón, porque por lo menos estaba de regreso. “Empezar a sanar, significó otra batalla para él: ‘Voy a regresar a pitchear, volveré a las Grandes Ligas’”, dijo Dee, la esposa de Pettyjohn.
En su primera temporada de regreso, 2003. Pettyjohn pesaba 90 kilos, todavía 10 kilos por debajo de su peso normal. Su velocidad, nunca su determinación, permanecía muy disminuída.
En 2004, Pettyjohn firmó con los Gigantes y fue asignado al equipo AAA afiliado en Fresno. Los Gigantes no esperaron mucho por él. Y el equipo AAA de los Atléticos de Oakland con quién terminó la temporada, también lo dejó ir. Pasó el 2005 lanzando par un equipo de una liga independiente, algo que nunca pensó hacer. Se dijo a sí mismo que esa era su última oportunidad, si no hacía nada, se retiraría.
Pero lanzó lo suficientemente bien para que Seattle lo firmara y lo asignara a su equipo AA para la temporada de 2006. Pettyjohn dejó buenos números (2.89 de efectividad en 53 innings) pero igual fue dejado libre a mitad de temporada. Pasó el resto de ese año con el equipo de Oakland afiliado en Sacramento, otra vez. Y empezó a subir la cuesta. Había recuperado su peso, pero lo más importante era que también estaban de vuelta su velocidad y confianza en si mismo. Por primera vez desde la cirugía, hacía más de 4 años, Pettyjohn lanzaba como en el pasado. “Sentía el montículo como su casa, otra vez”, dijo su padre Dennis Pettyjohn.
En 2007, Pettyjohn dejó marca de 16-6 con los equipos AA y AAA de los Cerveceros de Milwaukee. Disgustado porque nunca lo subieron, Pettyjohn firmó con Cincinnati. Agenció buenos números otra vez en 2008, 15-6 con el Louisville AAA. De nuevo, nunca llegó el llamado del equipo grande. Mientras el equipo recibía una paliza en el último juego de la temporada, Dee llamó a la familia para decirles que regresarían a California dentro de poco.
Ella se apresuró.
Pettyjohn se duchaba cuando el manager Rick Sweet le dijo, “Ven a mi oficina”.
Pettyjohn sabía lo que significaba eso.
Iba a regresar a las Grandes Ligas.
Finalmente.
Habían pasado 7 años desde la última vez que jugó en las Grandes Ligas. Así que ese fue un momento muy emocional para Pettyjohn. “Fue mas emocional cuando se lo dije a Dee. Es muy difícil expresar las emociones con palabras. Miras hacia atrás todo lo que tuviste que pasar, todas las personas que te dijeron ‘no’, todas las personas que te dijeron ‘no eres lo suficientemente bueno’, o ‘estás acabado’, o ‘la enfermedad te hizo mucho daño’”, dijo.
Se unió a los Rojos en Milwaukee. “Un momento realmente especial me esperaba en Miller Park, esa primera vez de regreso a un estadio de Grandes Ligas, de vuelta en esa atmósfera”, dijo.
Su primera aparición fue pocos días después en Arizona. “Me enteré que iba a lanzar en ese juego cuando calentaba. No sé. Fue un sentimiento extraño”, dijo Pettyjohn. “Una vez que salí y subí al montículo, fue como si pitcheara en cualquier juego. Traté de tomarlo así, porque no quería convertirlo en una gran cosa”.
Hizo dos apariciones más y se fue a su casa en California, había materializado su regreso, pero su deseo de jugar en las Grandes Ligas no estaba satisfecho por completo.
Pettyjohn está en la actualidad en Sarasota, Fla. tratando de ganarse un puesto en la nómina de los Rojos. Como zurdo controlado que lanza adentro, siempre tendrá valor. Terry Reynolds, el director principal de desarrollo de peloteros, ve esas características entre varios factores que hacen de Pettyjohn un buen candidato. Desde temprano hubo buenas señales, Pettyjohn lanzó práctica de bateo ante los principales bateadores del equipo, algo que nunca ocurrió el año pasado.
Pettyjohn no espera quedarse en el equipo grande, pero procurará ganarse otra oportunidad dando lo mejor de sí en AAA. “No importa lo que pase de aquí en adelante”, dijo Pettyjohn. “Siempre podré decir que regresé a las Grandes Ligas 7 años después de vivir lo que viví”.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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