sábado, 7 de marzo de 2009

Un final trágico para el jugador de Ligas Menores que fue cambiado por unos bates.

Ben Walker.

Pregúntale al fanático más dedicado al béisbol por John C. Odom y lo que recibirás será una mirada en blanco. Aún así millones de personas han sabido del delgado lanzador derecho.
Él fue “El hombre de los bates”, o “El tipo de los bates” o “El muchacho de los bates”. El jugador de Ligas Menores que fue cambiado por 10 bates de maple.
Esto se convirtió en un gran chiste el pasado mayo, cuando la noticia del inusual cambio llegó a las páginas deportivas, y el antíguo prospecto de los Gigantes de San Francisco pasó de pitcher a dar declaraciones.
“La gente es así. Piensan que me voy a matar, y todas esas cosas”, dijo Odom.
Tres semanas después del cambio, abandonó el equipo abruptamente.
Seis meses después del cambio estaba muerto.
El médico forense dijo que la muerte de Odom acaecida en Georgia el 05 de noviembre de 2008 a los 26 años, se debió una sobredosis accidental de heroína, metanfetamina, el estimulante bencilpiperacina y alcohol.
La muerte de Odom recibió poca atención al comienzo de los entrenamientos primaverales de este año. Ahora, los antíguos compañeros de equipo, los managers y los directivos de los equipos siguen haciendo una pregunta para la cual no hay respuesta satisfactoria.
“Garantizo que este asunto del cambio lo afectó seriamente. Eso me preocupó”, dijo Dan Shwam, quién dirigió a Odom el año pasado con los Broncos de Laredo en la United League. “Conociendo sus antecedentes, creo que esto lo llevó de nuevo a la bebida, lo que lo puso en el camino de las drogas otra vez”.
Shwam añadió, “Tenía algunos demonios persiguiéndolo por largo tiempo. Pero no hay manera de saber si el cambio le abrió la puerta a los demonios ¿o si la hay?”
Al principio Odom parecía tener todo bajo control. Accedía a la entrevistas de buena gana. Bromeaba sobre el cambio loco y decía que sería una buena historia si algún día llegaba a las Grandes Ligas.
Odom no estaba en el camino de las Grandes Ligas cuando los Vipers de Calgary de la Liga Independiente Golden Baseball lo convirtieron en una curiosidad instantanea.
Según él mismo, Odom de 1,83 metros, era un “joven descarriado” quién fue expulsado del equipo de su liceo en Roswell, Ga. Pocos años después apareció en Florida en la Universidad de la Comunidad de Tallahassee, una escuela pequeña con un buen equipo de béisbol.
“Este tipo de cabello largo y aretes en las orejas viene a mi oficina y pregunta si podía usar mi campo”, recordó el entrenador Mike McLeod de TCC.
Con una curva cortante, una recta de 90 millas y un buen cambio, Odom hizo el equipo como invitado. Lanzó bien, tuvo marca de 9-3 en la temporada 2003-2004.
Odom tenía otro talento: Era muy bueno con la guitarra, al tocar tan a menudo se lesionó el codo y perdió algunos juegos.
“Tenía corazón de músico, no de atleta”, dijo McLeod. “Era maniático. A veces venía con lentes oscuros, entonces sabías que estaba de mal humor. Pero tenía mucho que dar”.
Más adelante Odom aplicó para estudiar en la Universidad del Estado de Oklahoma pero decidió firmar con los Gigantes, quienes lo habían seleccionado en la vuelta 44 del draft de 2003.
Tuvo cuatro años difíciles en el sistema de ligas menores de los Gigantes, ninguno por encima de Clase A. Dejó marca de 9-8 en 38 juegos, perdió casi una temporada por una lesión en el codo derecho y perdió otro año por una dislocación en el hombro izquierdo.
Los Gigantes despidieron a Odom en los entrenamientos primaverales del año pasado. Calgary le ofreció trabajo, pero no pudo entrar a Canadá debido a una acusación de asalto agravado en 1999 cuando Odom era menor de edad. El 20 de mayo el equipo hizo el cambio famoso.
El presidente del equipo de Calgary, Peter Young y el gerente general de Laredo José Meléndez casi lo cambiaron por un bateador de poder, pero el cambio se cayó. Meléndez propuso comprar el contrato de Odom por $1000; pero Young lo rechazó diciendo que los Vipers no hacían negocios por dinero porque eso hacía lucir al equipo inestable en sus finanzas.
Los bates, sin embargo, los podían usar los Vipers. A un costo de $665 por los diez bates (hechos por Prairie Sticks, negros, 34 pulgadas de largo, modelo C243), Laredo aprobó la inusual transacción.
“Esto no fue hecho como un movimiento publicitario”, dijo Young. Ahora director de operaciones de béisbol de los Vipers. “Hablé varias veces con John y le dije que esto no se había hecho para avergonzarlo”.
Odom hizo más que cambiar de equipo. Cambió de identidad.
Un dia era pelotero. Otro día era una curiosidad.
“Esto es muy triste”, dijo del cambio el pasado fin de semana, el as de los Gigantes Tim Lincecum, quién solía dormir en el sofá de Odom en Clase A.
Dispuesto a jugar en cualquier parte, Odom empacó y manejó 30 horas, cerca de 2000 millas, hacia Laredo. Cuando llegó a Texas, todos querían preguntarle por los bates.
Al principio, Odom ignoró la publicidad. “El hombre de los bates sobrevive”, se dijo. También le fue bien en su primera salida.
Luego vino una mala noche en Amarillo.
El béisbol no es siempre el cálido y divertido juego de “Bull Durham” y “El campo de los sueños”.También puede ser cruel y despiadado.
El relevista Donnie Moore se suicidó con una pistola 3 años después de permitir un jonrón que evitó que los Angelinos de California ganaran el banderín de la Liga Americana. El jugador del equipo de estrellas de Boston, Bill Buckner se convirtió en villano, luego de permitir que una pelota pasara entre sus piernas en la Serie Mundial. Un fanático de los Cachorros de Chicago, Steve Bartman, desapareció del público luego de capturar un foul que posiblemente le costó a su equipo su primer campeonato de la Liga Nacional desde 1945.
El 05 de junio en Amarillo, el tema de “Batman” sonaba mientras Odom calentaba para Laredo, y anunció que estaba listo. Pero fue castigado con 8 carreras en 3.1 innings y abucheado sin piedad por el público. Shwam fue al montículo.
“Los cánticos, los gritos, eran terribles. Tuve que sacarlo por su bien. Se estaba derrumbando frente a nosotros”, dijo Shwam.
Cuando Shwam notó que Odom estaba más deprimido., convocó una reunión del equipo. El mensaje: Cero hablar del cambio o los bates.
Odom lanzó 5 buenos innings en San Angelo el 10 de junio en lo que terminó siendo su tercera y última apertura. Después del juego, en el bus, Odom dijo que necesitaba hablar con Shwam el día siguiente.
“Vino y me dijo, ‘Manager, me voy a casa. No puedo seguir. Tengo algunas cosas que arreglar. Tengo que ordenar mi vida’”, recordó Shwam.
Así se fue Odom.
Varias personas ligadas al béisbol trataron de llamarlo, no obtuvieron respuesta.
En enero, Shwam llamó al teléfono celular de Odom, para ver si quería lanzar este año para un equipo en Alexandria, La. Pero sólo le atendió la contestadora. Pocas semanas después, Shwam supo que Odom estaba muerto.
“Estaba asombrado”, dijo Shwam. “Desafortunadamente, eso no me sorprendió”:
Meléndez y Young se enteraron recientemente, y sus antíguos compañeros de los Gigantes no lo sabían.
El infielder Kevin Frandsen recordó: “Él siempre estaba bromeando, siempre quería mantener el clubhouse relajado”.
El compañero de cuarto de Odom en Laredo, el antíguo prospecto de los Mellizos de Minnesota, Nathan Crawford, vive ahora en Australia. No sabía de la muerte de Odom hasta hace unas pocas semanas.
“En algún momento, el cambio empezó a afectarle”, Crawford escribió en un e-mail. “Cosas como que un árbitro le decía ‘Que hubo, Batman’”.
“Algunas noches después de los juegos, se quedaba tocando la guitarra, hablando de pitcheo, el cambio, la familia. Me despedí de él después de un viaje a Amarillo. Me dijo que era suficiente, que quería pasar algún tiempo con su padre. Me dijo que jugaría otra vez el año siguiente. Era un amigo, un beisbolista, lo recordaré siempre”.
La oficina de medicina forense descubrió la fama de Odom cuando vieron un tatú en su codo derecho, sobre las cicatrices de las suturas, que decía: “Poena Par Sapientia”, una traducción al latin de “Dolor es igual a sabiduría”, e hicieron una búsqueda en Google.
Los detalles de sus días finales son escurridizos. Su muerte fue oscura. No hay noticias de donde vivía, no hay explicación de cómo su cuerpo llegó al hospital, no hay reporte policial, no hay registro público de donde está enterrado. Numerosos mensajes telefónicos envidos a su familia y amigos no fueron respondidos.
Los 10 bates por los cuales Odom fue cambiado, son fáciles de encontrar. Una búsqueda de Internet muestra una foto de ellos: “Los bates del cambio de John Odom”.
Nunca los usaron.
Los Vipers planearon subastarlos para la caridad. Cuando en ¡Crealo o no! de Ripley se enteraron de la subasta ofrecieron $10000 para el fondo de caridad infantil del equipo.
Así que ahora los bates están en un almacen de Orlando, Florida.
“Todavía tenemos esperanzas de hacer una exhibición con ellos”, dijo Tim O’Brien de Ripley. “De seguro atraería mucho interés”.

Gregg Bell en Scottsdale, Arizona, Chris Talbot en Jackson, Miss. Y Susan James en Nueva York, contribuyeron con este artículo.


Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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