Lewis Beale
Luis Tiant salió de Cuba en 1961 y en los siguientes 19 años se convirtió en una leyenda del béisbol de Grandes Ligas lanzando entre otros equipos para los Indios de Cleveland, Medias Rojas de Boston y Yanquis de Nueva York. Ganó más de 220 juegos.
Pero “El Tiante”, como es conocido, tendría que esperar casi medio siglo para hacer realidad otro sueño de toda la vida, regresar a su lar nativo.
El emotivo regreso, que incluyó visitas a familiares que no veía hacía muchos años, está documentado en “The lost son of Havana” (“El hijo perdido de La Habana”) que será estrenado este jueves 16 de abril de 2009 en el Festival de Cine Tribeca.
“Esto es muy distinto a donde yo viví. Las casas, los edificios, las calles, necesitan mucho mantenimiento. Es difícil entender porqué pasó esto, porqué esas personas están viviendo de esa manera”.
La película, dirigida por el premiado director Jonathan Hock, es un retrato personal de la visita de “El Tiante” a su querida tierra natal y una sutil condena a la política de la guerra fría que definió las relaciones Cuba - Estados Unidos por medio siglo.
“Luis dijo todo el tiempo, ‘Esto era muy bonito, esto era muy bonito’”, dice Hock de la reacción de Tiant. “Lo otro que no se cansó de decir fue ‘No sé que sentir, si llorar o reír’”
Tiant, quién se dio a conocer por fumar tabaco y un singular movimiento de pitcheo, estuvo entre los que tuvieron suerte.
No sólo disfrutó una exitosa carrera en las Grandes Ligas, sino que Fidel Castro permitió que sus padres lo visitaran en Estados Unidos en 1975, donde ambos estuvieron por 15 meses antes de morir.
Debido a que era hijo único y a que sus padres habían muerto, bajo las reglas del embargo económico de 47 años, no era posible que visitara su país.
“Al menos ví a mis padres”, dijo Tiant, quién siempre será recordado por 2 actuaciones asombrosas en la Serie Mundial de 1975. “Pero me sentía mal porque no podía ver a mi familia ni a mi país. Pasa un año, y el otro. Cuando te das cuenta ya han transcurrido 50 años”.
“Pienso que hay mucho dolor cuando se sale de Cuba”, agregó Hock. “Cuando su familia le dice en la película, ‘Te queremos mucho, no nos olvidaste, nosotros tampoco a ti’, allí no pudo contenerse y empezó a llorar, les dijo que había sentido mucho por estar lejos tanto tiempo”.
La visita de Tiant fue programada a través de un equipo de béisbol amateur que viaja anualmente a Cuba como gesto de buena voluntad, y realizan un juego contra peloteros cubanos retirados. El Tiante viajó como coach, lo cual hizo legítima su visita.
Las dificultades para visitar su tierra y las dolorosas reuniones ayudaron a desarrollar fuertes opiniones sobre el embargo.
“Todo el mundo va a Cuba, menos nosotros”, dice Tiant. “Quieres ver a tu familia, no quieres ver a Castro. No le quieres dar tu dinero a él, se lo quieres dar a tu familia, ellos lo necesitan. Esa gente ha sufrido por 50 años, eso es muy triste. Y me dicen que el embargo sigue. Es una locura”.
“Mi punto de vista. Si todos los países del mundo pueden hacer negocios con Cuba ¿Por qué Estados Unidos no?”
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 15 de abril de 2009
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