Michael Silverman. The Boston Herald
Después de tomarse su tiempo, David Ortiz finalmente volvió a ser Big Papi la noche del jueves 21 de mayo de 2009.
Ortiz largó un jonrón de dos carreras directo a la cámara del center field en el quinto inning. Su primer vuelacercas en 149 turnos al bate, incluyendo 135 esta temporada.
El muy esperado vuelacercas contra el abridor de los Azulejos de Toronto, Brett Cecil, ayudó a encender un inning de 4 jonrones y 6 carreras que llevó a los Medias Rojas a una victoria 8-3 este miércoles 20 de mayo de 2009.
El estacazo de Big Papi pudo no haber sido el más largo del inning, el bombazo de Jason Bay que cayó en el estacionamiento de la calle Ted Williams se lleva ese título, pero fue el más importante para Ortíz y los Medias Rojas.
Ortiz agregó un doble a lo más alto del monstruo verde en el octavo inning mientras los Medias Rojas conseguían su segunda victoria en fila sobre Toronto para colocarse a un juego de la punta del Este de la Liga Americana.
“Me siento bien. Siento como si me hubiera quitado un gran peso de la espalda”, dijo Ortiz. “En este juego a veces eso es todo lo que hace falta, tener un buen turno al bate, hacer buen contacto, entonces todo empieza a salir bien”.
Ortiz, la bujía de la ofensiva de los Medias Rojas de Boston desde 2003, ha mostrado muy poco rendimiento con el bate esta temporada, llegó a este juego con .293 de porcentaje de slugging y 0 en la columna de los jonrones.
Un descanso de tres días durante la serie ante Seattle no había servido de nada para mejorar su situación cuando se fue de 3-0 el martes. Y en los dos primeros turnos ante el zuddo Cecil había bateado un roletazo inofensivo y se había ponchado.
Pero con uno en base y 2 outs en el quinto inning, Ortiz realizó un swing familiar de vista rápida que fluyó parejo para enviar una pelota de 90 millas fuera del parque.
Ortiz señaló hacia el cielo cuando cruzó el plato, luego recibió el silencio de sus compañeros en el dugout. Ese saludo frío duró solo dos segundos antes de que los Medias Rojas agasajaran a su slugger, quién también recibió una ovación del público que lo había recibido con cánticos de “Vamos Papi, vamos”, antes del turno.
“David bateará, no hay que preguntar si puede batear”, dijo el catcher Jason Varitek, cuyo par de jonrones, incluyendo uno para abrir el decisivo quinto inning, fueron dejados en la sombra por el momento especial de Ortiz. “Todos somos humanos, ganas puntos en tu vida donde las cosas no son necesariamente faciles. Pienso que es muy importante que nuestros fanáticos lo apoyaran. Fue un momento eléctrico para David”.
Ortiz dice que él trata “de venir cada día y darlo todo por los aficionados”, pero que últimamente ha estado más enfocado en hacer contacto que en sacar la pelota del parque. Todo el esfuerzo infructuoso lo estaba destrozando.
“Estaba fallando pitcheos que normalmente bateo, o algunas veces les hacía un buen swing y aún así fallaba. Es una locura, te hace pensar mucho”, dijo Ortiz. “Esto te pone en una situación donde te dices: ‘¿Qué tengo que hacer?’ Trataré todo. Estaba a punto de batear a la derecha”.
El abridor de los Medias Rojas, Brad Penny duró 6 innings y no permitió carreras hasta el séptimo donde le hicieron 2.
Mike Lowell bateó el cuarto jonrón del quinto inning pero fue el batazo de Ortiz el que le dio respiro al equipo y recuperó la identidad para Big Papi.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
domingo, 24 de mayo de 2009
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